MUJER, TOMA TU LUGAR Es una realidad incuestionable que nuestro país necesita un cambio y no sólo desde el ámbito político, sino también un cambio que surja desde lo profundo de los corazones y las mentes de cuarenta y cuatro millones de colombianos-as- que día a día vivimos o intentamos sobrevivir en este país marcado por la tragedia, la pobreza y la violencia, que vemos en estos tres conceptos la rutinaria historia de nuestra vida cotidiana que poco a poco nos va quitando la confianza y la esperanza de un futuro mejor para nuestra descendencia. Estos cambios deben ser tangibles y palpables, y no pueden quedarse en palabrería y promesas baratas de los políticos corruptos del país. Necesitamos hechos y sobre todo desde el entorno familiar, porque en un país como el nuestro, que es machista por naturaleza; la mujer ha sido denigrada al rango de fiel esclava y prostituta del sistema patriarcal y ella, es precisamente, el motor y la fuerza de la sociedad actual que trata de ignorarla y hacer de ella un objeto comercial y sexual olvidando todo su valor y potencial intelectual, espiritual y creador. Florence Thomas en su libro: “La Mujer Tiene La Palabra”, expone diversas opiniones y posturas acerca del papel de la mujer en la sociedad actual y su maltrato a través de la historia de la humanidad. En la presentación de su libro citado anteriormente nos dice: “Considero imprescindible recuperar nuestro pasado, nuestra historia y nuestro imaginario –exiliados durante tantos siglos–, para entender la mirada crítica que hoy tienen muchas mujeres sobre el mundo, sobre el patriarcado y sobre una cultura de hombres todavía tan presente en todos los espacios de la vida, tanto privados como públicos.”. Lo anterior nos lleva a pensar en el papel tergiversado e injuriado de la mujer a través de los tiempos; pues ha perdido su pasado, su historia pero sobretodo su dignidad gracias a que el hombre ha tomado su cuerpo como patrimonio y lo ha poseído durante tanto tiempo ultrajándolo y deseándolo pero no amándolo. No es justo que tras tantos sacrificios e inmolaciones, la mujer siga siendo tratada como un objeto, como si no tuviera voz ni voto en las decisiones que conciernen a toda la población; como si no influyera en el desarrollo y crecimiento de esta Colombia agonizante y sedienta de conocimiento y cultura que son los dos factores más importantes para que el país salga de la violencia y la miseria en las que está inmersa. Colombia debe comenzar por aceptar y abrir espacios para la participación de la mujer en la sociedad, espacios que le den la oportunidad de ser partícipes del desarrollo científico, cultural, artístico y político del país; para que podamos construir juntos-asuna sociedad igualitaria en la que la mujer tenga una intervención directa en cada uno de los espacios en los que actualmente no puede tomar parte. Tiene que acabarse el destino predefinido que tiene el sistema patriarcal para la mujer, el de madre, ama de casa abnegada y objeto sexual; tal como lo dice Florence Thomas: “Dejemos de ser santas, de poderlo todo, de ser madres-padres, de nunca estar cansadas y de que no nos duela nada. Este juego Heroico según el cual somos admirables frente a las adversidades, según el cual las madres solteras, las mujeres jefes de hogar lo pueden todo y salen adelante, ha sido demasiado práctico para la irresponsabilidad e insolidaridad de los hombres y, por supuesto, del Estado.”, hemos alcahueteado al sistema patriarcal y a todos sus partidarios por siglos y es hora de que la mujer reclame su lugar, el sitio que se merece como ser dador y creador de vida. La mujer tiene que luchar por el derecho inquebrantable de propiedad de su cuerpo porque es sólo de ella, y ella no debe rendirse sumisa y dócilmente a los deseos y mandatos del hombre, tiene que conseguir canalizar toda su fortaleza y fuerza en decisión para lograr ascender en todos los campos y conseguir un dominio total sobre su cuerpo y mente consiguiendo así autonomía y libertad para realizarse como persona y tomar de una vez por todas el lugar que le corresponde; esta vez no como objeto sexual o de consumo impuesto por el sistema capitalista sino como persona completamente independiente y de peso en la sociedad actual, logrando así el país equitativo e igualitario que tantos hemos buscado y anhelado por tanto tiempo. Mujer, es hora de que te levantes, que nazcas (porque nunca te dejaron nacer), que luches por tu lugar; por el puesto que te arrebataron a punta de sangre, sudor y lágrimas y que es tuyo desde el principio de los tiempos, por el puesto que te quitaron en la historia, la “Santa Iglesia” y el sistema patriarcal que ha regido desde el nacimiento de la raza humana. Necesitamos Mujeres llenas de pensamientos e ideas que cambien y revolucionen las mentes de la sociedad, tal como lo hicieron María Cano, Simone de Beauvoir, Olimpia de Gouges y muchas más mujeres en la historia que han cambiado el pensamiento de muchas que hoy se están liberando del yugo esclavista patriarcal. Esta es una invitación de cambio a las nuevas mujeres que hoy florecen y crecen en el duro entorno en el que hoy estamos viviendo, que están cambiando sus pensamientos e ideas, a esas promesas del futuro, a esas jóvenes mujeres sentipensantes y cocotesas que escribirán el nuevo siglo que apenas estamos comenzando con la influencia de las mujeres que hicieron historia en tiempos pasados y que ahora son la inspiración de muchas que queremos ser reconocidas en nuestra sociedad con nuestros actos como mujeres libres y autónomas. Sirley Andrea Toro Gutiérrez 11 Alimentos 1 Ciencias sociales 2007