«LA PALABRA DE DIOS ES COMO UNA SIMIENTE»

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«LA PALABRA DE DIOS ES COMO UNA SIMIENTE»
1 PEDRO 1:23
INTRODUCCIÓN
Simiente significa: Semilla.
Por esa razón, cuando se compara la Palabra de Dios a una Semilla, es porque se
planta en el corazón del ser humano y germina y crece para el bien de la persona.
Es por ello que en esta ocasión vamos a estar tratando sobre la importancia de
sembrar la palabra de Dios cada día en nosotros y en la vida de otros también.
I.
LA PALABRA DE DIOS ES UNA SIMIENTE: ETERNA
(1 Pe.1:23) «Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible,
por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre»
A. Nuestro Renacimiento, Es Incorruptible, o sea Eterno.
B. Al Sembrarse la Palabra de Dios en Nuestro Corazón Tenemos Vida Eterna.
C. Todo lo Debemos a la Palabra de Dios que es Viva y Eterna.
II.
LA PALABRA DE DIOS ES UNA SIMIENTE: REGENERADORA
(Santiago 1:18) «El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para
que seamos primicias de sus criaturas»
A. Es por la Santa Voluntad de Dios Que Somos Regenerados.
B. Es por el Poder de la Palabra de Dios que Somos Cambiados.
(Ilustración: Esposos Que Se Convierten Por Leer La Biblia)
Oí hablar en cierta ocasión de un matrimonio que llegó a tener una Biblia. Ninguno
de los dos esposos la había conocido antes. El marido empezó a leerla en su hogar.
Unos días después se dirigió a su esposa y le dijo:
«Amada, si este libro es verdad, estamos equivocados»
Continuó la lectura de la Biblia y al cabo de unos días más habló nuevamente a su
esposa en estos términos:
«Si este libro es la verdad, estamos perdidos»
Con más avidez que nunca prosiguió estudiando el libro hasta que, una noche,
exclamó:
«Amada esposa, si este libro es la verdad, ¡podemos ser salvos!»
El mismo libro que le había revelado que estaban condenados le reveló el medio de
ser salvos por Jesucristo.
Esta es la gloria de la Biblia.
Confíe Usted en Cristo ahora mismo, sólo plenamente en él par siempre, y será salvo.
No hay situación de la vida humana en que la Biblia no traiga fuerza y consolación.
C. Por la Palabra de Dios Somos los Primero de una Nueva Creación
III. LA PALABRA DE DIOS ES UNA SIMIENTE: FRUCTÍFERA
(Lc.8:5-15) «5 El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una
parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. 6 Otra
parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. 7 Otra
parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la
ahogaron. 8 Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por
uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga»
A. La Semiente de la Palabra de Dios se Siembre en Cuatro Terrenos.
1. El terreno junto al camino: son los que no entienden el mensaje, o tal vez
mejor, los que no le prestan atención, por tanto el diablo arrebata pronto lo
sembrado (13:19)
2. El terreno pedregoso: son los que siendo bien impresionado por el mensaje,
no le prestan atención por mucho tiempo (13:5-6, 21), No tienen profundas
convicciones, les falta enraizarse (13:21)
3. El terreno espinoso: es lo que no fructifica al ser ahogados por elementos
externos: Las preocupaciones, los placeres y las riquezas.
4. El terreno bueno: es todo aquel que oye, entiende y pone en practica el
mensaje (13:8, 23)
B. La Palabra de Dios da Frutos para la Gloria de Dios en Abundancia.
(Ilustración: Biblia Abierta)
Su nombre es Guillermo. Trae la cabellera muy alocada, una camiseta con
agujeros, pantalones de mezclilla y sin zapatos.
Es brillante. Un poco esotérico y muy brillante. Se hizo cristiano mientras asistía a
la universidad.
Enfrente de la calle de la universidad estaba una Iglesia conservadora de gente bien
vestida. Ellos quieren desarrollar un ministerio para los estudiantes, pero no están
seguros de cómo hacerlo.
Un día Guillermo decide asistir. Entra sin zapatos, con pantalón de mezclilla, su
camiseta y su loca cabellera. El servicio ya ha comenzado así que Guillermo se pasa
por el pasillo, buscando donde sentarse.
La Iglesia está completamente llena y no encuentra lugar. Para este entonces la
gente se ve un poco incómoda, pero no dicen nada.
Guillermo se acerca más y más hacia el púlpito y, cuando se da cuenta ya no hay
lugares, así que se sienta allí mismo en la alfombra. (Aunque comportamiento
perfectamente aceptable en un compañerismo de la universidad, creéme, esto nunca
había pasado antes en esta Iglesia!)
Ahora la gente está verdaderamente incómoda, y la tensión en el aire está gruesa.
Casi al mismo tiempo, el ministro se da cuenta de que desde mero atrás de la Iglesia,
un diácono muy despacio está tratando de llegar al frente donde está Guillermo.
Ahora el diácono como de ochenta años, con pelo gris, y un traje de tres piezas. Un
hombre muy espiritual, muy elegante, muy digno, muy cortés.
Camina con un bastón y, mientras va caminando hacia el muchacho, todos se están
diciendo a sí mismos que no lo pueden culpar por lo que va a hacer. ¿Cómo puedes
esperar que un hombre de su edad y de fondo entienda a un joven de la universidad
sentado en el piso?
Se tarda mucho tiempo para que el hombre llegue hasta el frente. La Iglesia está
silenciosa excepto por el bastón del hombre. Todos los ojos están puestos en él. Ni
siquiera se puede escuchar que alguien respire.
El ministro ni siquiera puede predicar el sermón hasta que el diácono hace lo que
tenía que hacer. Ahora todos ven a este hombre anciano soltar su bastón en el piso.
Con gran dificultad se agacha y se sienta enseguida de Guillermo y comienza a adorar
junto con Guillermo para que no se sienta solo.
Todos están muy emocionados. Cuando el ministro toma control, él dice, « Lo que
estoy a punto de predicar, nunca lo recordarán. Lo que acaban de ver nunca olvidarán.
Tengan cuidado de como vivan. Ustedes pueden ser la única Biblia que algunas
personas jamás leerán»
IV. LA PALABRA DE DIOS ES UNA SIMIENTE: EFICAZ
(Is.55:10-11) «10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no
vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al
que siembra, y pan al que come, 11 así será mi palabra que sale de mi boca; no
volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello
para que la envié»
A. La Palabra de Dios es una Simiente que Viene del Cielo, el Trono de Dios.
B. La Palabra de Dios es una Simiente que da en el Blanco, por su Eficacia.
C. Al Ser Eficaz la Palabra de Dios, Obra Maravillas en Aquellos que la Reciben.
CONCLUSIÓN
Recordemos:
Solo la Palabra de Dios es Eterna.
Solo la Palabra de Dios puede Cambiar.
Solo la Palabra de Dios puede Dar Frutos.
Solo la Palabra de Dios es Eficaz.
Por lo tanto, debemos dejar que cada día esta Simiente que ha sido sembrada en
nuestro corazón, germine y crezca para dar frutos dignos de arrepentimiento y para la
Gloria de Dios.
Y también tenemos el compromiso de sembrar esta Simiente en el corazón de
aquellos que están perdidos y condenados por el pecado… Amén.
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