… Menos balas más libros… Después de la movilización y del tropel en la uptc, del día 5 de octubre, encontré en la pared del frente a mi oficina de profesor, un grafiti usual que explica con palabras básicas lo que está pasando “+ libros –balas”. Ahí puede estar el verdadero fondo de la reforma, en un país que no ha logrado superar las causas objetivas de una guerra permanente y de una desigualdad profunda que no cesa de ampliarse. No es una molestia temporal por la radicación de un proyecto, no es tampoco que la ministra no consultó a los molestos, es que el demos (pueblo) va por el lado de la sociedad y el kratos (autoridad) tomada por pocos va por otro lado. El demos pide educación y gasto social, la Kratia ofrece política y seguridad. Sobre esta relación y de manera un tanto superficial me permito una muy breve reflexión de datos. La deuda del sector oficial de Colombia supera los 40.000 millones de dólares y la del sector privado los 28.000 millones de dólares, en total el 20% del PIB. En 2012 se pagará con cerca de 40 billones de pesos colombianos, el 25% del PIB. Para la Seguridad y la Defensa Nacional, se destinarán cerca de 19 billones de pesos. Es decir que entre el pago por intereses de una deuda, que ha sido invertida para hacer la guerra y provocar daño sobre la vida humana y su entorno y la continuidad de la misma guerra se invertirá cerca del 40% del presupuesto aprobado de 165 billones para 2012. Respecto a la guerra solo en lo evidente, esta cuesta mucho más que sostener a las universidades o en general a la educación. Las armas que provocan daño son contrarias a la educación que genera felicidad y progreso. En consultas web sin mayor profundidad, pero con el ánimo de dar una idea de la relación Balas-Libros encontramos: Un arma corta 38 super, cuesta alrededor de 500 dólares (una matrícula de un estudiante de música, ingeniería o medicina de la UPTC). La Uzi cuesta alrededor de 1000 dólares. La AK47 alrededor de 1000. Una ametralladora ligera 1000 dólares. Un Lanza-granadas 600 dólares. El Sostenimiento de un Helicóptero con tripulación y combustible un millón de dólares (el costo de matricula de todos los estudiantes de al menos una universidad pública de Colombia). En Colombia hay en promedio un hombre de guerra por cada tres estudiantes de universidad pública y el gasto medio de cada soldado puede compararse así: en Líbano o en Afganistán puede rondar los 1.500 -1.800 dólares diarios, en función de la misión, en Colombia la cantidad de eventos de muerte la guerra y sus costos no es nada distinta, también hay asesores, expertos, militares y estrategas extranjeros. Hay que agregar el monto de recompensas que es secreto y las “donaciones” de Estados Unidos, las mayores del mundo junto con las que recibe Egipto e Israel. Para Educación y Salud el presupuesto alcanza a 32 billones para 2012 y resulta deficitario. La Reforma a la Educación Superior, es de fondo, no es la modificación de una ley. Está en juego la distinción entre el tipo de sociedad que quieren unas mayorías (Demos) y el que ofrece la minoría política en el estado (kratia). La gente (por ahora los estudiantes) no está en las calles porque la ministra haya radicado el proyecto de reforma ante el Congreso, si no porque la reforma elimina la naturaleza de la educación publica y el sentido de lo público, que va más allá del costo económico de las cosas. En todo caso un libro siempre costara menos que una bala, y una aula de clase producirá mas felicidad colectiva que una trinchera individual de muerte.