PDF - 736.7 KB - Aumento general de emergencia y escala móvil de (...)

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s
Ni con lor
Kirchne
ni con las
patronales
del campo
M
ientras el salario alcanza
cada vez menos ante la suba
de precios, el gobierno y los
propietarios del campo se pelean
por una renta que los trabajadores y
el pueblo no vemos ni pasar. Y si se
ponen de acuerdo, como piden los
gobernadores Schiaretti de Córdoba o Binner de Santa Fe, será para
repartirse la torta entre ellos.
Por un lado, las 4 organizaciones
patronales del campo defienden sus
abultadas ganancias y sólo les interesa exportar con los altos precios
internacionales de los granos y la
carne sin importarles que aumenten
los alimentos que pagamos todos.
Para colmo, el gobierno negocia
bajarle el tope de las retenciones
para mejorar el “mercado de futuros” donde los sojeros se dedican
a especular.
Por otro lado, lo que recauda el
gobierno con las retenciones no
son para “distribuir la riqueza”
como miente en sus discursos la
presidenta. La destinan a subsidios
para garantizar las ganancias de
los grandes empresarios de la UIA
y de los servicios privatizados, a
negociados como el tren Bala, para
AUMENTO GENERAL
DE EMERGENCIA
Y ESCALA MOVIL
DE SALARIOS
comprar favores de gobernadores e
intendentes con obras públicas en
beneficio de contratistas amigos, y
para pagar la deuda externa.
Unos y otros hablan de “repartir la
recaudación”, siendo que el 60%
de lo que recauda el Estado sale de
nuestros bolsillos, de impuestos
como el 21% de IVA que pagamos
por cada artículo que consumimos,
mientras no aumentan ni los presupuestos a la salud ni a la educación
pública y, encima, ponen un techo a
los reclamos salariales.
Tanto los Kirchner como la patronal
agraria defienden los intereses de
los poderosos, mientras en más
de cinco años de crecimiento económico récord y ganancias multimillonarias -en la industria y en el
campo-, los trabajadores seguimos
con salarios cuyo poder de compra
están por debajo del 2001 y hay
más de 11 millones de argentinos
bajo la línea de pobreza. Más de la
mitad de la clase trabajadora está
por fuera de los convenios, con
contratos precarios o directamente
en negro, como la mayoría de los
trabajadores rurales que siguen bajo
la ley laboral que dictaron Videla y
Martínez de Hoz.
Tenemos que luchar por lo nuestro.
Las retenciones móviles a las exportaciones que aplica el gobierno son
una escala móvil de la recaudación
del Estado, que recauda más si suben los precios internacionales de
los granos. Para defendernos de la
inflación, los trabajadores necesitamos nuestra propia escala móvil,
una escala móvil de los salarios. Es
decir, una cláusula de aumento mensual automático según los aumentos de precios al consumo, y luchar
por un mínimo que cubra la canasta
familiar para que no haya más trabajadores sin cubrir sus necesidades
elementales en la Argentina.
Aumento general de
emergencia
Desde que asumió Cristina decían
que “el peligro” de las paritarias era
que los aumentos salariales iban
a provocar inflación. Hablaron de
“Pacto Social” y de “dirigentes responsables” que no pidieran más de
20% de aumento. Pero resultó que
esos techos al salario que pactaron
con los Kirchner y los empresarios
los dirigentes de la CGT (y aceptaron
los de la CTA), fueron licuados por el
alza de precios. Ahora vuelven con
el mismo verso. Basta. Así como
a fin de 2007 impusimos en varios
gremios y empresas un plus del
aguinaldo de fin de año, hay que
exigir un inmediato aumento de
emergencia. El camino lo muestran
los trabajadores de Fate y Terrabusi
que cortaron la Panamericana la semana pasada contra los techos del
20% y que en el caso de los obreros
del neumático reclaman el 40% de
emergencia. Así es como tenemos
que exigir en todos los gremios que
se reabran las paritarias y que esta
vez sean negociaciones colectivas
donde se discutan los intereses
de todos los trabajadores, no sólo
de los que están bajo convenios
sino también de los contratados y
en negro, mediante la elección de
delegados elegidos en asambleas
por todos.
Para garantizar alimentos baratos
Nacionalizar las grandes propiedades
del campo y el comercio exterior
En la Argentina de los Kirchner sólo
4.800 propietarios rurales concentran 85 millones de hectáreas, la
mitad de todas las tierras agropecuarias. Y ninguno de los dos
bandos en disputa cuestiona que la
comercialización de los alimentos
esté en manos de un puñado de
monopolios formadores de precios,
como Cargill, Dreyfus o Aceitera
General Deheza, de los grandes
frigoríficos y supermercados como
Coto o Carrefour. La salida de fondo
sólo la podemos dar los trabajadores con un programa que enfrente
los intereses de los grandes capitalistas que dominan la Argentina.
Para garantizar alimentos baratos y
terminar con una de las principales
fuentes de inflación y pobreza se
necesitan dos medidas inmediatas:
1) la nacionalización de las grandes
propiedades del campo, terminando con los terratenientes que se
apropiaron de grandes extensiones
gracias al exterminio de los pueblos
originarios; 2) la nacionalización del
comercio exterior, terminando con
las grandes empresas exportadoras,
para que sea el Estado quien centralice y administre la exportación y la
importación, garantizando precios
justos a los pequeños productores
y alimentos y combustibles baratos
para los trabajadores y el pueblo
pobre.
Un ejemplo de que es posible lo
acaban de dar los obreros metalúrgicos de Venezuela que impusieron
con su lucha la nacionalización de la
siderúrgica que los Rocca de Techint
tienen en ese país. Pero, a diferencia
de lo que allí sucede, no podemos
volver a las viejas empresas del
Estado en manos de funcionarios
corruptos que ya se demostraron
un fracaso en Argentina: hay que
ponerlas bajo la administración
directa de los trabajadores. El PTS
lucha por una nueva dirección de la
clase trabajadora que tenga como
norte terminar con este sistema
capitalista y ponga a la gran industria, la gran banca y los recursos
naturales como las grandes tierras,
el gas y el petróleo que se llevan las
multinacionales, o los trenes, subtes
y el transporte que sufrimos cada
día, en manos de los trabajadores y
su propio gobierno.
Defendamos a los delegados de base
14/05/08
Usted no lo sabe, porque los medios
lo ocultan. Desde hace meses las
patronales, el Ministerio de Trabajo,
los jueces y las patotas sindicales
vienen hostigando a los delegados
de base que no aceptan mansamente
los techos salariales y las condiciones
de explotación. Los trabajadores del
Casino, después de sufrir 7 ataques
de la Prefectura y ser despedidos,
ahora sufren el acoso de la justicia que llega a acusar a uno de sus
referentes de “tentativa de homici-
dio” por resistirse a la represión. A
los obreros textiles de Mafissa en La
Plata los desalojaron con 700 policías
de la planta que ocupaban contra un
lock out patronal y encima amenazan a 18 de ellos con la cárcel. A los
delegados del subterráneo, la cúpula
de los dirigentes vendidos de la UTA
los amenazan con desafueros, como
ya hizo el SMATA con los delegados
de la autopartista Dana. Son algunos
de muchísimos ejemplos más en todo
el país. Es una ofensiva general que
intenta terminar con el derecho de
los trabajadores a elegir nuestros
propios delegados. Quieren volver
a imponer el control burocrático de
las cúpulas de los sindicatos para
terminar con nuestros reclamos como
les gustaría a los empresarios. No
hay que permitirlo. Impulsemos una
gran campaña nacional de pronunciamientos, conferencias, marchas y
actos por el desprocesamiento de los
luchadores, contra las patotas y la
represión.
PTS
Partido de los
Trabajadores
Socialistas
www.pts.org.ar
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