PROPOSICIONES PARA EL DOCUMENTO DE DIRECTRICES VOLUNTÁRIAS PARA POLITICAS AGROAMBIENTALES Borrador Diciembre 2014 SUMÁRIO PROLOGO........................................................................................................................1 1. PREAMBULO............................................................................................................2 1.1. Conceptos.............................................................................................................2 1.2. Objetivos..............................................................................................................2 1.3. Naturaleza y Alcance............................................................................................2 1.4. Instrumentos de Referencia..................................................................................3 2. PRINCIPIOS RECTORES DE LAS POLÍTICAS AGROAMBIENTALES.............4 3. ACCIONES ESTRATÉGICAS...................................................................................5 3.1. Institucionalidad y Marco Legal...........................................................................5 3.2. Planificación estratégica.......................................................................................6 3.3. Ordenamiento territorial.......................................................................................6 4. ACCIONES SECTORIALES......................................................................................7 4.1. Instrumentos de política agrícola y medioambiental............................................7 4.2. Investigación, capacitación y extensión...............................................................8 4.3. Sistemas de producción sostenibles en la agricultura, ganadería, producción forestal, pesca y acuicultura ...............................................................................8 4.4. Incentivos económicos.........................................................................................9 4.5. Mercados y consumo............................................................................................9 5. GOBERNANZA DE LAS POLITICAS AGROAMBIENTALES...........................10 6. IMPLEMENTACIÓN DE LAS DIRECTRICES A NIVEL NACIONAL...............10 PRÓLOGO La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, realizada en Rio de Janeiro en el año de 1992, resultó en un conjunto de tratados que reforzaron la estrecha relación entre las actividades económicas y el medio ambiente, llamando los países a incluir la protección ambiental como parte integrante del proceso de desarrollo. Diez años después, la Declaración de Johannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible reafirmó el compromiso de los Estados de “promover y fortalecer, en los planos local, nacional, regional y mundial, el desarrollo económico, desarrollo social y la protección ambiental, pilares interdependientes y sinérgicos del desarrollo sostenible”. En la última década, la superación del hambre, la eliminación de la pobreza han ganado más importancia en la agenda global. En 1999, los Objetivos de Desarrollo del Milenio definieron como visión para el futuro un mundo con menos pobreza, hambre y enfermedades, con um medio ambiente más sano y de estrecha colaboración entre los países hacia el bienestar común. La crisis financiera en 2008 y sus efectos en el suministro de alimentos, sumado al aumento de la frecuencia de eventos climáticos extremos, expuso la fragilidad de la agricultura, así como la necesidad urgente de adoptar medidas para reducir al mínimo sus efectos negativos y maximizar sus efectos positivos sobre el medio ambiente. El Acuerdo de Copenhague, aprobado en 2009, estableció metas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, que en muchos de los países en desarrollo son resultado de la deforestación y de los cambios en el uso de la tierra en función de la expansión de agricultura y la ganadería. Estos acuerdos y tratados internacionales han impulsado la implementación de una serie de proyectos en América Latina y el Caribe destinados a la promoción de prácticas sostenibles de producción y uso de los recursos naturales, sea por iniciativa de los gobiernos, con el apoyo de los organismos multilaterales y cooperación internacional o por iniciativa de las organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, la transformación de estas experiencias en políticas de mayor escala y alcance es todavía un reto a superar. Si bien otras formas de capital (humano, financiero y físico) pueden prescindir de localización, la territorialidad es una característica inherente de los ecosistemas y del capital natural de los Estados. Por lo tanto, la mejora de la gestión ambiental en la agricultura es un reto para que los países puedan alcanzar el desarrollo sostenible, la superación de la pobreza y la seguridad alimentaria y nutricional. Los Objetivos del Desarrollo Sostenible que están en proceso de negociación hasta 2015 se proponen promover un enfoque más holístico del desarrollo a nivel nacional e internacional. Este documento representa un primer borrador de propuesta de Directrices Voluntarias de Políticas Agroambientales para América Latina y el Caribe, un instrumento que busca contribuir con el alcance de metas de la Agenda Global Pos-2015. El contenido ha sido formulado con base en los resultados de consultas preliminares realizadas en el ámbito del Proyecto “Fortalecimiento de Políticas agroambientales en países de América Latina y el Caribe a través de Diálogo e Intercambio de Experiencias Nacionales” implementado en los años 2013 y 2014 y talleres preliminares de diálogo en Brasil y Colombia. Las proposiciones son presentadas en formato bien resumido y objetivo y deberán ser mejor detalladas a partir de las contribuciones resultantes de las próximas etapas del Diálogo Regional que serán conducidas en el ámbito del actual Foro Electrónico y futuros eventos. 1 1. PREAMBULO 1.1. Conceptos Políticas agroambientales son entendidas como un conjunto integrado de medidas e instrumentos adoptados por los Estados que incluye criterios ambientales explícitos para la producción agrícola, ganadera, forestal, la pesca y acuicultura, con el fin de ampliar los potenciales beneficios ambientales de estas actividades y reducir los impactos nocivos que pueden comprometer los servicios ecosistémicos, la seguridad alimentaria y nutricional y contribuir al desarrollo rural sostenible. 1.2. Objetivos Estas directrices voluntarias tienen por objeto general proporcionar orientación a los Estados para mejorar su estrategia de formulación, implementación y monitoreo de políticas agroambientales dirigidas a la sostenibilidad de la agricultura, la ganadería, la producción forestal, la pesca y acuicultura, y la promoción de la seguridad alimentaria y nutricional. Entre los objetivos específicos, cabe destacar: i. Sistematizar los principios consensuados a fin de fortalecer un marco, político, legal e institucional de modo de generar las condiciones necesarias para la implementación de políticas agroambientales. ii. Aportar elementos para una comprensión de las políticas desde una perspectiva agroambiental y de sus enlaces intersectoriales actuales y potenciales, con el fin de que puedan ser incorporados en la mejora de la gobernanza y la implementación de las actuales políticas sectoriales y, el diseño y aplicación de incentivos a los sistemas agroambientales. iii. Ofrecer un marco para que los gobiernos y los ciudadanos puedan juzgar si las actuaciones que ellos se proponen llevar a cabo, o si las actuaciones de otros sujetos, constituyen prácticas aceptables. 1.3. Naturaleza y Alcance i. Las presentes Directrices tienen carácter voluntario y alcance en América latina y el Caribe. ii. Estas Directrices deben ser interpretadas en consonancia con las obligaciones expresadas en el derecho nacional e internacional, y teniendo en debida consideración los compromisos voluntarios asumidos en virtud de los instrumentos regionales e internacionales aplicables. iii. Estas Directrices pueden ser utilizadas principalmente por los Estados, los organismos de ejecución, las autoridades judiciales y los gobiernos locales. iv. Sin embargo, las Directrices pueden ser consideradas por las organizaciones de agricultores y productores en pequeña escala, de pescadores y de usuarios de los bosques, los ganaderos, los pueblos indígenas y otras comunidades, la sociedad civil, el sector privado, las instituciones académicas y todas 2 aquellas personas interesadas en la gobernanza de las políticas con respecto a la agricultura, pecuaria, bosques, pesca y acuicultura. 1.4. Instrumentos de Referencia Estas directrices voluntarias no se contraponen a los derechos, jurisdicción y deberes de los gobiernos amparados en acuerdos internacionales o su derecho soberano sobre sus recursos forestales. Los instrumentos internacionales, jurídicamente vinculantes que tienen relación con las políticas agroambientales son los siguientes: i. ii. iii. iv. v. vi. vii. viii. ix. La Convención de Ramsar sobre humedales (RAMSAR, 1971), tratado intergubernamental que proporciona un marco de trabajo para la acción nacional y para la cooperación internacional en la conservación y el uso de los humedales y sus recursos. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS, 1982), acuerdo intergubernamental que establece como principio fundamental que los Estados deben cooperar para promover la conservación y la utilización óptima de los recursos pesqueros dentro y fuera de la zona económica exclusiva. El Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes (Organización Internacional de Trabajo – OIT, 1989), acuerdo intergubernamental que contiene los estándares internacionales para proteger los derechos de los pueblos indígenas y tribales. El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB, 1992), acuerdo intergubernamental define los principios que gobiernan la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible y la repartición justa y equitativa de los beneficios. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC, 1992), acuerdo intergubernamental que propone estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera. La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD, 1994), acuerdo intergubernamental que reconoce la necesidad de la ordenación sostenible de los recursos naturales en ecosistemas frágiles áridos y semi-áridos. El Convenio de Rotterdam sobre el procedimiento de consentimiento fundamentado previo aplicable a ciertos plaguicidas y productos químicos peligrosos objeto de comercio internacional (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente – PNUMA y FAO, 1998) promueve la responsabilidad y cooperación compartidas a fin de regular el comercio internacional de sustancias químicas y plaguicidas pesticidas. El Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del Convenio sobre la Biodiversidad Biológica (CDB, 2000) promueve la bioseguridad a través de normas y procedimientos para la transferencia, manipulación y utilización seguras de los organismos vivos modificados resultantes de la biotecnología (organismos modificados genéticamente), enfocándose de manera específica en normar su transporte entre los países. El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2006) establece los estándares para la conservación y el uso sostenible de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura 3 x. y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de su uso, en conformidad con el Convenio sobre la Diversidad Biológica. El Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios Provenientes de su Utilización al Convenio sobre la Diversidad Biológica (UNEP/CBD, 2010). Los siguientes acuerdos internacionales no vinculantes jurídicamente también son considerados por estas Directrices: i. Código de Conducta para la Pesca responsable (FAO, 1995). ii. Directrices de la FAO para El manejo costero integrado y la agricultura, silvicultura y pesca (FAO, 1998). iii. Directrices voluntarias en apoyo de la realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada en el contexto de la seguridad alimentaria nacional (FAO, 2005). iv. Directrices voluntarias para la ordenación responsable de los bosques plantados (FAO, 2006). v. Directrices de carácter voluntario para el manejo del fuego (FAO, 2007). vi. Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques (FAO, 2012). vii. Directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza (FAO, 2014). 2. PRINCIPIOS RECTORES DE LAS POLÍTICAS AGROAMBIENTALES En la formulación e implementación de políticas agroambientales, los Estados deberían considerar los siguientes principios: i. Enfoque por ecosistemas: visión hacia una gestión integrada de la tierra, el agua, los bosques y los recursos vivos y que considere lo seres humanos, con su diversidad cultural, como un componente de los ecosistemas. ii. Enfoque holístico: reconocer la interrelación entre los factores causales de los desafíos que busca enfrentar, la transversalidad de las políticas sectoriales y la necesidad de coordinación entre las agencias y los diferentes sectores sociales. iii. Enfoque territorial: reconocer las especificidades ecológicas y socio-culturales de cada territorio. iv. Participación social: reconocer la importancia de la participación efectiva de los agricultores, pescadores y recolectores, incluidos los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales, a lo largo del proceso de toma de decisiones que implican la formulación, implementación y monitoreo de políticas agroambientales. 4 v. Subsidiariedad: reconocer la importancia de adoptar mecanismos que permitan la descentralización de los procesos de toma de decisiones, así como la promoción del protagonismo de los gobiernos locales, las organizaciones sociales y las iniciativas comunitarias. vi. Equidad e Inclusión Social: dar un trato justo a todos los sectores de la sociedad, adoptando medidas especiales con el fin de garantizar la inclusión social de los grupos vulnerables. vii. Igualdad y equidad de género: reconocer las necesidades especiales y el importante rol de las mujeres en la promoción de la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria y nutricional, mediante la adopción de medidas para promover la igualdad de oportunidades y para garantizar sus derechos. viii. La inclusión de la juventud rural: reconocer el papel de la juventud rural en la sostenibilidad de la agricultura, la ganadería, la producción forestal, la pesca y acuicultura, mediante la adopción de medidas que promuevan la inclusión económica de los jóvenes y aseguren la sucesión profesional en estos sectores productivos. ix. Respeto de la diversidad cultural: reconocer, respetar y valorar el conocimiento tradicional y las diferentes formas de organización social y de gobernanza territorial. 3. ACCIONES ESTRATÉGICAS Para alcanzar la sostenibilidad socioeconómica y ambiental de la agricultura, la pecuaria, la pesca y la producción forestal, los Estados deberían considerar las siguientes acciones estratégicas: 3.1. Institucionalidad y Marco legal i. Crear mecanismos que fomenten la intersectorialidad entre las diferentes áreas de gobierno responsables por la formulación e implementación de políticas agroambientales. ii. Promover el ajuste necesario en la estructura institucional para que los órganos ejecutores de las políticas estén preparados para atender e incluir a todos los sectores productivos, especialmente los campesinos y pescadores de pequeña escala. iii. Fortalecer la capacidad institucional para garantizar la aplicación de los mecanismos de control necesarios para la protección del medio ambiente. iv. Promover los ajustes necesarios en el marco jurídico para que apoye la implementación de políticas agroambientales estructurantes y accesibles a todos los sectores sociales. v. Adecuar las normas sobre el uso de pesticidas a estándares internacionales, considerando la eliminación progresiva de productos que estén prohibidos en otros países. 5 vi. Adecuar las normas en materia de semillas y plántulas para que garanticen los derechos de los agricultores sobre el acceso a los recursos genéticos. vii. Adecuar las normas de sanidad de productos de origen vegetal y animal conforme las características específicas de los sectores productivos y los canales de comercialización - local, regional, nacional, internacional-, garantizando la inclusión económica de las pequeñas asociaciones y cooperativas y el fortalecimiento de los circuitos cortos de comercialización. viii. Adecuar las leyes fiscales con el fin de atender a las especificidades y necesidades de los diferentes sectores sociales, estimulando el empreendedorismo local. ix. Adecuar las normas que regulan las relaciones laborales en la agricultura, la ganadería, la pesca y la producción forestal, buscando garantizar la dignidad humana de los trabajadores y de los empleadores, hombres y mujeres. x. Fortalecer las normas de protección del medio ambiente, adoptando mecanismos que inhiban los delitos ambientales. 3.2. Planificación estratégica i. Incluir criterios ambientales en el proceso de toma de decisiones en diferentes ámbitos y escalas de gobierno, incorporando la conservación de la socio-biodiversidad y los recursos naturales como parte de los pilares de las estrategias nacionales de desarrollo. ii. Promover la inclusión de la perspectiva agroambiental en la planificación de la investigación y en la educación profesional. iii. Desarrollar estrategias para la producción y provisión de alimentos basado en circuitos más cortos de producción, comercialización y consumo, y de acuerdo con las Directrices Voluntarias en Apoyo de la Realización Progresiva del Derecho a una Alimentación Adecuada en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional. iv. Buscar el alineamiento entre las políticas agroambientales y otras políticas destinadas a la inclusión social y la reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria y la nutricional, la salud y la nutrición, la protección del medio ambiente, la mitigación y la adaptación al cambio climático global. v. Promover inversiones en infraestructura para mejorar las condiciones de vida y de producción en las zonas rurales, especialmente en las zonas remotas, proporcionando la debida atención a la salud, la educación, la mejora de los caminos de acceso y equipos para el procesamiento y almacenamiento de la producción. vi. Promover la eliminación progresiva de los subsidios, los incentivos económicos y no económicos a las tecnologías y modelos de ocupación y uso de la tierra que comprometan la sostenibilidad ambiental y socioeconómica. 3.3. Ordenamiento territorial 6 i. Promover el ordenamiento territorial basado en el principio de la conservación de los recursos naturales necesarios a la producción de alimentos, bienes y servicios ambientales, así como la garantía los derechos de acceso a la tierra y el territorio, especialmente de los grupos más vulnerables, en conformidad con las Directrices Voluntarias Sobre la Gobernanza Responsable Tierra y de la Pesca y los Recursos Forestales. ii. Implementar medidas de regularización de la tenencia de la tierra y la demarcación de los territorios de los pueblos indígenas y de las comunidades tradicionales. iii. Mejorar el sistema de registro de tierras, integrando datos ambientales y fiscales, mediante el uso de tecnologías que promuevan la gestión integrada y el acceso ágil a la información. iv. Incorporar criterios ambientales en la planificación territorial, salvaguardando del uso de plaguicidas y organismos genéticamente modificados las zonas cercanas a las áreas protegidas y otras zonas relevantes para la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales. 4. ACCIONES SECTORIALES Para alcanzar la sostenibilidad socioeconómica y ambiental de la agricultura, la pecuaria, la producción forestal, la pesca y acuicultura, los Estados deberían considerar las siguientes acciones sectoriales: 4.1. Instrumentos de política agrícola y medioambiental i. Ampliar las líneas de crédito para financiar la aplicación de las medidas agroambientales, junto con el establecimiento de metas anuales para la ejecución de los recursos asignados. ii. Ampliar y fortalecer las líneas de crédito para impulsar la producción de base agroecológica, la pesca y el manejo sostenible de los bosques, en condiciones apropiadas a la capacidad de pago de los diferentes sectores productivos. iii. Crear líneas de crédito y promover la producción de especies, variedades y razas locales. iv. Fomentar la organización de agroindustrias en pequeña escala para agregar valor a los productos de la socio-biodiversidad. v. Desvincular el crédito de la obligatoriedad de uso de paquetes tecnológicos e insumos nocivos para el medio ambiente. vi. Implementar planes de formación para los agentes financieros, públicos y privados, sobre las políticas agroambientales y las necesidades de crédito de los diferentes sectores productivos. vii. Fortalecer la capacidad institucional para el control del cumplimiento de las normas de protección del medio ambiente mediante la adopción de 7 tecnologías y sistemas de gestión de información que potencialicen los recursos materiales y humanos disponibles. viii. Adecuar los sistemas de concesión de licencias ambientales con el fin de reconocer y valorizar las prácticas sostenibles de producción, pesca y manejo de bosques nativos así como las especificidades de los grupos sociales vulnerables. 4.2. Investigación, capacitación y extensión i. Fomentar la investigación básica y aplicada que puede llenar los vacíos en el conocimiento sobre los modelos sostenibles de producción, incluyendo los sistemas agroecológicos. ii. Fomentar la investigación en temas relacionados a la gestión, producción y el procesamiento de especies, variedades y razas de la agrobiodiversidad. iii. Fomentar la investigación para satisfacer las necesidades de bajar las emisiones de carbono y la demanda de agua en la agricultura, pecuaria, producción forestal, pesca y acuicultura. iv. Implementar programas de capacitación para los agricultores y pescadores, con contenidos y metodologías que valoren el conocimiento local y abarquen las áreas de conservación de los recursos naturales, producción, procesamiento, comercialización y gestión. v. Implementar planes de capacitación para los gestores públicos sobre las especificidades de la producción sostenible y sobre las políticas públicas agroambientales. vi. Promover la inclusión de contenidos acerca de la socio-biodiversidad y la conservación de los recursos naturales en los programas educativos formales dirigidos al público urbano y rural, buscando pedagogías que valoricen el conocimiento tradicional y popular. vii. Fortalecer los programas públicos de asistencia técnica para los diferentes sectores productivos, con un enfoque en la producción sostenible y la agroecología. 4.3. Sistemas de producción sostenibles en la agricultura, ganadería, producción forestal, pesca y acuicultura i. Fomentar la transición de sistemas de producción prejudiciales a la conservación de los recursos naturales hacia los sistemas de producción sostenibles o agroecológicos. ii. Implementar planes para reducir gradualmente el uso de pesticidas. iii. Fomentar prácticas de manejo y tecnologías que favorezcan la recuperación de áreas degradadas y la protección de los suelos y el agua. iv. Promover la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, la valoración y la promoción de las prácticas tradicionales de producción, 8 intercambio y venta de semillas de variedades y plántulas de especies locales, así como la organización de bancos de semillas comunitarios. v. Con el fin de restaurar la diversidad genética de las comunidades locales, adoptar medidas para garantizar el acceso al material genético local depositado en los bancos de germoplasma nacionales. vi. Crear zonas libres de plaguicidas y transgénicos para permitir la conservación on farm de la agrobiodiversidad y el derecho de opción por sistemas de producción agroecológicos. vii. Promover los sistemas de pastoreo racional para la producción ganadera, buscando mejorar la productividad, reducir los costos y garantizar el bienestar animal. viii. En las zonas originalmente cubiertas por bosques, promover los sistemas agroforestales y la recuperación de los bosques nativos, mediante la combinación de producción de alimentos, recuperación de áreas degradadas, protección de los polinizadores y los recursos hídricos. 4.4. Incentivos económicos i. Implementar un plan para eliminar dispensas fiscales y otros incentivos económicos para las prácticas, tecnologías e insumos nocivos al medio ambiente. ii. Considerar la posibilidad de la adopción de un sistema fiscal que premie el uso sostenible de la tierra y que desaliente las prácticas nocivas para el medio ambiente. iii. Considerar la posibilidad de adoptar mecanismos de pago de servicios ambientales que permitan recaudar fondos públicos y privados. iv. Considerar la adopción de incentivos fiscales para la comercialización de productos agroforestales y productos derivados de la producción, pesca y acuicultura sostenible. v. Adoptar mecanismos de incentivo económico para prácticas de restauración de áreas degradadas, recuperación de vegetación nativa, protección de los suelos y los recursos hídricos. vi. Implementar mecanismos de certificación ambiental que sean accesibles y adecuados para todos los sectores productivos, y que valoren la producción obtenida de manera sostenible. 4.5. Mercados y consumo i. Fortalecer la política nacional de seguridad alimentaria y nutricional con el fin de satisfacer las necesidades de la población, favoreciendo los circuitos cortos de producción, transformación, comercialización y consumo. ii. Fomentar la producción para el abastecimiento de los hogares por medio de la revitalización de los quintales y huertos comunitarios, en las zonas rurales y urbanas. 9 iii. Fomentar la organización económica de los productores por medio de asociaciones y cooperativas. iv. Fomentar el mercado local por medio de ferias y otros tipos de venta directa del productor al consumidor, con la creación de espacios de comercialización específicos para los productos agroecológicos. v. Ampliar la participación de los productos oriundos de sistemas de producción sostenible en las compras públicas ejecutadas en diferentes escalas y áreas de gobierno, especialmente en las compras de alimentos para abastecer los programas de alimentación escolar y otros programas de seguridad alimentaria y nutricional. vi. Intensificar las campañas de educación nutricional con informaciones acerca de los valores nutricionales, ambientales y culturales de los alimentos derivados de la producción sostenible. 5. GOBERNANZA DE LAS POLITICAS AGROAMBIENTALES De acuerdo con las buenas prácticas de gobernanza democrática y los principios de participación social y subsidiariedad, los Estados deberían tener en cuenta los siguientes aspectos en la gobernanza de las políticas agroambientales: i. Establecer consejos nacionales, de carácter consultivo o deliberativo como lo define la ley nacional, para la formulación y seguimiento de las políticas agroambientales, con representación del sector público, sector privado y la sociedad civil, incluyendo la representación de los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales. ii. Promover la capacitación continua y permanente de los miembros de consejos y otras instancias participativas de gobernanza, con el fin de alcanzar la participación cualificada y representativa de los diferentes sectores sociales. iii. Con el fin de fortalecer el protagonismo local, crear espacios locales para la formulación y seguimiento de las políticas agroambientales, integrados en red con los Consejos Nacionales. iv. En asociación con universidades e instituciones de investigación, crear observatorios participativos para dar seguimiento continuo y permanente a los resultados e impactos de las políticas agroambientales, por medio de indicadores cuantitativos y cualitativos y con el apoyo de sistemas de gestión de información accesibles a los tomadores de decisiones y a la sociedad. 6. IMPLEMENTACIÓN DE LAS DIRECTRICES A NIVEL NACIONAL Aunque estas Directrices sean de carácter voluntario y no vinculante, se alienta a los Estados a definir una estrategia de implementación que podría considerar las siguientes medidas y acciones: 10 i. Constituir un grupo de trabajo para facilitar el proceso de difusión de las directrices y la definición de la estrategia de implementación. ii. Difundir y discutir las directrices con los diferentes sectores gubernamentales, sector privado y sociedad civil, para identificar la mejor estrategia para su implementación. iii. Realizar un diagnóstico rápido de la situación nacional en relación a las directrices propuestas e identificar las áreas estratégicas y prioritarias para avanzar en la producción agropecuaria, forestal, en la pesca y acuicultura sostenibles. iv. Fortalecer y ampliar las medidas ambientales que ya se están implementando, convirtiéndolas en políticas estructurantes. v. Desarrollar un plan operacional para la implementación de las directrices, estableciendo objetivos medibles, factibles y con cronograma adecuado a las posibilidades nacionales y en conformidad con acuerdos internacionales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, garantizando los recursos necesarios para su implementación. 11