El Cocchio late cuando discursa tanto como sus oyentes laten… de aburrimiento. Para perder la idea central tiene un envidiable talento este presidente del Grupo Maderas IMECA, conglomerado empresarial con oficinas en Estados Unidos y Venezuela. Ha demostrado ser un político de mala madera. Confunde el negocio de transporte y comercialización de insumos maderables para la construcción, con el de construir un proyecto de país. Miles de personas de la valenciana urbanización de El Trigal. Sin exagerar, cientos. A decir verdad, menos de 10, escucharon en 2008 su discurso con sabor a más de lo mismo. En el salón, apretado de ausencia, el fluido orador hacía grandes descubrimientos del agua tibia. FRASES COCCHIOLATERAS: “Yo no soy Dios. Soy un ser humano que quiere trabajar por Valencia. No soy Dios que va a resolver los problemas, ni yo ni nadie.” “Creo mucho en la juventud porque son el futuro, y también son el presente, yo también soy el presente porque yo también quiero vivir”. “Yo no quiero convencerlos. No he venido aquí a convencer a nadie. O sea, yo quiero trabajar para Valencia. Tengo el tiempo disponible. Tengo 55 años.” Tomado del olvidable discurso Cocchiola en la urbanización El Trigal, estado Carabobo, previo a las elecciones regionales del 23 de noviembre de 2008. Miguel Cocchiola alias: Cocchiolate