LA CONQUISTA DEL TERRITORIO NOCHE COMO ESPACIO SOCIAL PUIGVERT FLOTATS, Mima ETSAB. Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de Barcelona. Junio 2010 En las sociedades primitivas la negra noche es el paisaje que desaparece, que solo puede intuirse, es el peligro, pues los grandes depredadores cazan de noche. El hombre debe protegerse para evitar ser devorado subiendo a los árboles y teniendo un sueño ligero. Con la caverna como hábitat cambia esta relación, desde la entrada puede contemplarse las tinieblas en lugar de camuflarse en ellas. Es cuando se descubre el cielo estrellado como espectáculo en la distancia. El fuego ayuda también a cambiar las relaciones sociales nocturnas, favoreciendo actividades en común, comiendo alimentos cocinados y creando sensación de seguridad. La noche se vuelve habitable y aparece una división entre el interior y el exterior: entre la oscuridad habitada interior y visible, y la exterior salvaje, furtiva. Ahora ya se puede dormir bien. Así estas sociedades aprenden a cazar como sus depredadores de noche, dominan el miedo, se convierten ellos en noche, en peligro. Saber orientarse en la noche, pasar desapercibido, se convierte en motivo de historias de valor que contar entorno del fuego. Más tarde las comunidades nómadas crean una nueva relación con la noche, aprenden a utilizar el cielo como un mapa, como una brújula, a navegar entre las sombras, a diferenciar entre las sombras del camino, del terreno. Es el descubrimiento simbólico entre hombre y naturaleza, una alianza, son sociedades de culto a la Luna. Con el Neolítico se abandonan las practicas nómadas y el hombre se sedentariza. Abandonando también el conocimiento de la noche y de la orientación; es el Sol quien rige las cosechas y vuelve a temerse a la noche. El hombre se levanta y se acuesta con el Sol, es de noche cuando pasan las cosas malas y desconocidas como por ejemplo las heladas... No será hasta el siglo XVI en la pintura donde encontraremos reflejada la nueva visión de la noche a través de la técnica del claroscuro y cuando aparecerán los Nocturnos como temas propios de la pintura de los paisajes. Esta técnica crea un espesor donde los contornos y las formes se encuentran, se comunican, comparten una misma naturaleza. Tanto el pintor como el espectador han perdido aquella desconfianza de antaño, ahora hay como una complicidad de subjetivar, de modelar la oscuridad a través de una técnica. La dimensión narrativa de las escenas de los Nocturnos, incrementa la confusión entre la teatralidad y la noche, y favorece la aparición de nuevas nociones de representación de la noche: la exterior, el espacio público, la multitud,... Es a partir de aquí y de las grandes celebraciones y escenografías teatrales de noche en los jardines de Versalles que la noche se convierte en la gran representación de lo falso, de la ilusión. Las primeras fiestas de disfraces, los fuegos artificiales; estamos asistiendo en las grandes ciudades como Paris a la aparición del ocio urbano y a la búsqueda del placer y de la diversión ya no solo en los entornos de la corte. Aunque, a diferencia de los nobles, los burgueses y trabajadores solo disponían de las tardes para distraerse. Ronda Nocturna. Rembrant 1640-42 Fête de Nuit au petit Trianon. Chatelet 1789 La cultura de los cafés, de los salones, de los teatros, de las cenas a la salida de los espectáculos, convierte la noche en el momento privilegiado de la vida social burguesa de finales del s. XIX que acaba de inventar una nueva urbanidad al reconquistar la noche como espacio de ocio. Así las necesidades que esto comporta Boulevard Montmatre. Nocturno. Pissarro1897 llevará a la transformación de las grandes metrópolis, y más tarde del resto de ciudades. El alumbrado pasa de tener un papel meramente de seguridad a formar parte de proyectos de embellecimiento urbano ganando Paris el sobrenombre de la ciudad de la luz. Las exposiciones universales en Paris 1889, 1900, Barcelona 1929, Chicago 1933,… serán grandes momentos de experimentación y avance. Exposición Universal Paris 1900 “De pronto podemos decir, que ahora la luz, como un vivir, como una fuerza viva se ha convertido en la actual realidad de la ciudad nocturna y se incrementa cada día... Hay aún posibilidades infinitas para el futuro: un delirio de luz, inigualable como ningún esplendor soñado en los antiguos cuentos, y que iluminara la ciudad del futuro. Un fantástico mundo emerge, un reino, donde el ininterrumpido potencial para el desarrollo de las fuerzas más animadas se demuestra otra vez contra la sobriedad de la vida funcional ya probada”. (Walter Riezler, 1927). Poco después, años 30, será la propaganda nazi quien utilizará dicho potencial como propaganda al organizar los grandes festivales del partido de noche en Nuremberg. El arquitecto Albert Speer organizará impresionantes espectáculos de luz. Desgraciadamente incluso en las dos Guerras Mundiales se viven grandes episodios nocturnos. La post-guerra ralentiza el proceso, pero no lo para, poco a poco va incrementándose los usos nocturnos. Ya no sólo encontramos actividad nocturna en Navidades, fiestas señaladas, veranos o fines de semana, sino que nacen los grandes acontecimientos culturales característicos de los años 80, como grandes conciertos y espectáculos nocturnos en medio de la semana. Localizados normalmente en locales de gran capacidad o estadios. Congreso nazi. Nurenberg. 1939 Estadi. Londres 2000 Ya a finales del siglo XX la creación de paisajes artificiales nocturnos se convierte en patrimonio de cada ciudad que se contempla de noche. Se organizan las llamadas noches blancas, noches de museos abiertos, noches de paseos urbanos,… Así las ciudades que no tienen una imagen propia de noche la crean organizando festivales como ha hecho Lyon, con gran éxito, para así situarse en el ranking de ciudades internacionales a ser visitadas de noche. Nace el turismo nocturno. Lyon, como otras ciudades, organiza cada año un festival donde pone a disposición la ciudad para que diferentes artistas creen sus obras teniendo la iluminación como tema principal. Al anochecer la ciudad se llena de visitantes. Paralelamente se organiza un congreso y unas conferencias para profesionales del sector. Actualmente vivimos un nuevo paso al incorporar los espacios periféricos habitados de las ciudades como espacios sociales nocturnos, así la noche es el espacio-tiempo de las reivindicaciones sociales en los suburbios, recordemos las grandes manifestaciones en las banlieures París o, más recientemente, las “casserolades” en Barcelona. Noche en blanco. Malaga 2009 Fête des lumières. Lyon 2009 Disturbios banlieurs de Paris Pero, probablemente, lo más destacable y que parece que volverá a deslocalizar los espacios de la noche son las fiestas rave que ocupan espacios exteriores a las ciudades y que enlazan con los fenómenos sociales del movimiento, el spraw, los nuevos territorios,... Se ha dilatado ya no sólo el tiempo de la noche sino también el espacio, dejando ya casi ningún territorio fuera de un potencial uso nocturno. London 2000 Dichas fiestas se organizan de manera espontánea y aleatoria y en espacios no habilitados y escapan así al control de las autoridades enlazando de nuevo con el lado de ocio nocturno transgresivo. “Aunque la noche es un fenómeno natural, los espacios de la noche no lo son. Están socialmente mediados. No existen a priori de, o a parte de las practicas humanas y atienden a relaciones sociales que buscan apropiarse, incluso controlar, la oscuridad en sus usos humanos y significados visibles” (Robert Williams, 2008) Como vemos no se trata de un cambio estético sino más bien físico y técnico y sobretodo social. De iluminar espacios y objetos de centralidad y fijos, por ejemplo la Tour Eiffel, se ha pasado a espacios cambiantes, itinerantes, de baja centralidad y a la desaparición del objeto. Fiesta Rave Ahora se ilumina el vacío o se crean objetos de luz. Incluso se crean espacios específicamente nocturnos inexistentes durante el día. O actividades sociales y de ocio pensadas exclusivamente para la noche. Simétricamente, pero, se han desarrollado nuevas relaciones con lo nocturno, que buscan la contemplación en forma de practicas poéticas: como las Promenades d’un rêveur solitaire o 1001 traversées de Paris la nuit. Se trata de exploraciones sensibles de las ciudades dado que la noche reclama la cooperación de todos los sentidos, de la imaginación y crea hipótesis e intuiciones. Son los llamados surrealistas, los situacioncitas, los exploradores urbanos,... Fiesta Rave También han aparecido múltiples asociaciones que reclaman las noches sin contaminación lumínica y sonora, la posibilidad de contemplar el cielo estrellado… Recordemos la experiencia realizada por P.Zumthor al ir en busca de una noche sin iluminación artificial en el corazón de los Alpes suizos. Picadilly. London 2000 De la noche de la no-existencia, el no-día, el no-territorio,… hemos pasado a una noche que constituye esencialmente un paisaje no funcional, pero en vez de ser un espacio-tiempo dedicado a la contemplación o a la liberación de fuerzas secretas, la noche se ha convertido en un campo de expresión de la necesidad del ocio, de la distracción y del individualismo consumista. La ciudad nocturna se ha convertido en un gran teatro que ha de ser estimulado incesantemente con el fin de que la ciudad asuma la nueva función de divertir que se le ha asignado. En Nueva York, por ejemplo, Times Square y sus edificios-paneles publicitarios siempre cambiantes; Broadway y sus teatros; los ríos de transeúntes y los turistas; (potenciales consumidores) todos forman parte del espectáculo que se autoalimenta y se auto-contempla creando una vorágine imparable. Times Square. New York 2004 Como hemos visto la luz artificial se convierte en la herramienta que hará posible el cambio de esa luz de seguridad a una luz creadora de espectáculo, ambiente, territorio, relaciones sociales,… hasta el punto que si no hay LUZ, no hay ESPACIO (de convivencia), no hay TIEMPO (de diversión) relegando los espacios no-iluminados al antiguo concepto de noche como reclusión, prospección, intimidad personal y convirtiendo la noche iluminada en un día aún más artificial, dominable por el hombre y manejable, pues podemos, mediante la iluminación manipular la parte de cada ciudad, edificio o territorio que queramos. Nótese cómo cambia el aspecto y el reconocimiento, por ejemplo, de Barcelona estando la Torre Agbar encendida o apagada. Torre Agbar. Barcelona 2008 Este nuevo espacio-tiempo reconquistado es móvil, ocasional, disconexo, se crea en medio de la noche, de la nada, es una utopia cambiante. El reto está en nuestra capacidad para crear, moldear, diseñar estos espacios y que estén a escala humana, nos envuelvan, nos podamos reconocer en ellos. Central Parc. New York 2006 Cuando Lefebvre, estudia los análisis rítmicos considera que la noche no interrumpe los ritmos diurnos sino que los modifica y los ralentiza. (Lefebvre, 1996). Considera que la noche no contiene actividades propias y distintivas sino que forma parte junto con el día de un ciclo rítmico de 24horas. Los ciclos rítmicos implican organizaciones sociales que se manifiestan junto a sus actividades en los límites y en los espacios en intervalos repetitivos y, aunque que tienen descansos, difieren claramente de los ritmos lineales como el trabajo. La relación del sujeto con el objeto, con la arquitectura y con la ciudad, se ve transformada: el objeto no queda comprendido dentro de unas estructuras de interpretación que permitan articular una explicación de lo visible, en este caso la realidad física de lo urbano. La experiencia de la ciudad deja de ser una vivencia coherente y continua, y se ofrece como una acumulación de estímulos a la espera de una estructura de orden que le dé sentido. Mies Van der Rohe. Proyecto para Berlin 1921 En este contexto, las imágenes diurnas de Berlín que propone Mies van der Rohe son emblemáticas, pues muestran abiertamente la tensión que se produce entre la ciudad y la nueva arquitectura, tensión que se concentra en los espacios vacíos entre episodios, en las discontinuidades de la existencia. El proceso de montaje se manifiesta en la ciudad en la forma de espacios intersticiales, de fisuras en la imagen. Esta misma tensión aún más aumentada la encontramos en los paisajes nocturnos actuales donde las discontinuidades son los espacios no iluminados, los espacios sin tiempo. La percepción de la ciudad diurna en sendas, bordes, barrios, nodos y mojones que proponía Lynch en el año 1960 pasa hoy en los paisajes nocturnos por una intensificación de la importancia de los nodos. Durante la noche, éstos, ya siempre artificiales, pueden, mediante la luz artificial, ser creados, modificados,… Singapoure 2009 creando desorientación o incluso cambiando sendas con la consecuente contraste de la experiencia urbana. Los estudios sobre la mirada fija (gaze) a menudo presuponen que es la misma de día y de noche Foucault 1980, Kirby 1996, Rose 1993. Evidentemente el potencial de ser observado también está presente de noche, especialmente con las nuevas tecnologías pero la noche otorga la oportunidad de evitar ser visto, oportunidad que puede ser usada como base para los anhelos de trasgresión social. La oscuridad rompe los bordes sociales, porque los códigos sociales de conducta son más fácilmente evitables de noche. El potencial para comportamientos diferentes y no normalizados esta más presente. Cómo nos indica Pallasmaa, venimos de un mundo dominado por la visión frontal, las imágenes, la información., el objeto, el individuo, que se ha ido acelerando hasta tal punto que dichas imágenes (información) con velocidad dejan de ser estables y pierden su fuerza como tal, la información se confunde y se mezcla perdiendo su legibilidad. Paradójicamente así recuperamos otra vez la visión periférica, desenfocada perdida desde el Renacimiento. La mirada debe volverse participativa y empática y actuar, contra la forma lúcida, lineal, sólida, fija, plana… transformándola en fluida, líquida, volátil… La tecnología aplicada a los sentidos nos ayuda en este cambio, La paradoja es que el abuso nos ha llevado, sin quererlo, a la recuperación de los sentidos, la desaparición de la frontalidad, la reaparición de un nuevo entorno, un ruido/música de fondo, que vuelve a poner en el centro al hombre, un humanismo participado por la tecnología, un transhumanismo que recupera antiguos valores fundamentales. Tokio 1997 New York 2002 BIBLIOGRAFIA: ACKERMANN, Marion; NEUMANN, Dietrich. Luminous Buildings: Architecture of the Night. Hatje Cantz Verlag. Ostfieldern, 2006. ARMENGAUD, Marc; ARMENGAUD, Matthias; CIANCHETTA, Alessandra. Nightscapes. GG. Barcelona, 2009. FOUCAULT, M. Power/knowledge: Selected writings & other interviews 19721977. C. Gordon editor. Pantheon. New York, 1980. Tamesis London 2002 LEFEBVRE, H. Writtings on cities. 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