La Lírica y la Elegía LA LIRICA La lírica latina comienza mucho más tarde que los otros géneros poéticos, épica o teatro, concretamente en el siglo II a.C. Circunstancias políticas y sociales inclinan los ánimos de los ciudadanos hacia lo privado y lo íntimo, que es el contenido propio de la lírica. Creado el gusto por la poesía griega de corte individual y centrada en la intimidad del poeta, surgen en Roma los primeros líricos agrupados en torno a la figura de Lutacio Cátulo, un general que era a la vez orador, historiador, poeta u hombre de gran cultura. El género que cultivan estos poetas es el epigrama erótico, imitado de los poetas alejandrinos. Las principales figuras del círculo son el propio LUTACIO CÁTULO, PORCIO LICINO y VALERIO EDITUO. Todos escriben sus epigramas en dísticos elegíacos (hexámetro y pentámetro) 1. LOS NEOTERICOS: Ya entrado el siglo I a.C. aparece en Roma un grupo de poetas que serán los auténticos innovadores de la lírica latina, los poetae novi o “neotéricos”, sobrenombre de tono despectivo porque renunciaban a la tradición lírica romana. En efecto, los neotéricos revolucionaron la poesía latina, inspirándose ahora en los poetas alejandrinos y deciden renunciar a la composición de largas obras y dedicarse a los poemas cortos, pero de la máxima perfección formal. Entre los poetas destacan LICINIO CALVO, HELVIO CINNA, FURIO BIBACULO y, sobre todos ellos CATULO. Nacido en Verona entre el año 90 y 80 a.C., de familia distinguida que gozaba de la amistad de Julio Cesar. Pronto marchó a Roma, donde llevó una agitada vida social y amorosa. Murió joven, hacia el 50 a.C. Su obra lírica, tal y como nos ha llegado, consta de 116 poemas, ordenados en 3 partes desde el punto de vista métrico y del contenido: - Las composiciones desde el número 1-60 son los que el mismo Catulo llamaba nugae (“bagatelas”): están compuestos en metros diversos y se refieren a temas de la vida cotidiana. - Del 61 al 68 son los llamados “poemas doctos”, abundan en ellos los temas mitológicos y son los más largos en producción. 1 La Lírica y la Elegía - Del 69 al 116 son epigramas compuestos en dísticos elegíacos, su contenido son temas de la vida cotidiana, principalmente amorosos. Por su temática destacan los poemas amorosos, en los que la inspiración del poeta es mayor. Catulo vivió unos amores tempestuosos con Clodia Pulcher, a la que él denomina Lesbia; En sus poemas se puede seguir todo el cambio de su pasión amorosa, desde la exaltación del comienzo, pasando por las múltiples rupturas a causa de las infidelidades de ella, hasta la separación total con su amargura: todo esto queda condensado en el nº 85 odi et amo. Catulo también es un poeta pasional en la amistad y en el odio que generan en él sus enemigos. Ataca ferozmente a Julio Cesar y a Mamurra, pero es capaz de expresar toda su ternura en los elogios a sus amigos. Dos poemas son dignos de mención: el nº 68, la primera elegía de la lengua latina; y el nº 76, en el que el poeta vuelve a los dioses desde la amargura que le provoca el engaño amoroso. Catulo reelabora la lírica latina, le insufla frescura. Identifica poesía y experiencia vital, en su poesía están presentes el deseo, la pasión, el amor entendido como taeter morbus, capaz de provocar los sufrimientos más terribles. La lengua de Catulo mezcla elementos cultos y populares, con abundancia de diminutivos y una constante búsqueda de la perfección formal, que sin embargo no le priva de espontaneidad u frescura; la variedad de tonos es otra de las virtudes de su poesía. 2. VIRGILIO: LAS BUCOLICAS Las Bucólicas, compuestas por Virgilio entre los años 42 a 39 a.C. son la primera manifestación de la poesía augústea. Virgilio recoge la herencia de los neotéricos en cuanto a la erudición y perfección formal, pero la reelabora y supera con aportaciones personales. Las Bucólicas son 10 églogas de tema pastoril, inspiradas en las composiciones del poeta alejandrino Teócrito sobre los idílicos paisajes sicilianos. De Teócrito toma Virgilio el ambiente e incluso los nombres de algunos pastores. Pero todo está trasplantado al paisaje italiano, todo es, por una parte, recuerdos de las vivencias del poeta en su Mantua natal, y, por otra, idealización de la Arcadia feliz, donde los pastores cantan su existencia. También hay alusiones a la actualidad política y a 2 La Lírica y la Elegía personajes reales: Virgilio, simbolizado en el pastor Titiro, celebra a Augusto, que le ha permitido conservar sus tierras. Algunas églogas (III, VII y VIII) reflejan concursos poéticos entre los pastores. Destaca sobre todas la égloga IV, donde se predica la vuelta a la edad de oro con el nacimiento de un niño divino que desterrará la injusticia del mundo. Por su contenido ha sido objeto de numerosas interpretaciones, entre ellas la cristiana, según la cual, el niño sería Jesús; pero parece ser que Virgilio se refería al hijo de su amigo Asinio Polión. En las Bucólicas ya están los mejores valores de la poesía virgiliana: la armonía entre expresión y contenido, la sobriedad, el pathos que se deja ver en la expresión de los sentimientos, su simpatía con la naturaleza. 3. HORACIO: EPODOS Y ODAS Horacio (65 – 8 a.C.) nació en Venusa. Hijo de un liberto que procuró para su hijo una esmerada educación. Después de la batalla de Filipos en la que participó, volvió a Roma donde desempeñaba un cargo administrativo, hasta que por mediación de Virgilio entra en el círculo de mecenas, lo que hará que pueda vivir dedicado enteramente a la poesía. El se llamaba a sí mismo “cerdo de la piara de Epicuro”, por su inclinación hacia el epicureismo. Fue sin duda el más grande de los líricos latinos. Frente a los neotéricos, Horacio no imita a los poetas alejandrinos, sino a los líricos clásicos. Siguiendo a Arquíloco escribe los “Epodos”, Iambi, 17 piezas escritas en ritmo yámbico; pero a diferencia de Arquíloco, cuyos yambos iban cargados de agresividad, los de Horacio son menos duros y más variados. El más famoso es el nº 2: beatus ille, elogio del campo y de la vida campesina en boca de un usurero. Los epodos no son una obra genial, pero en ellos Horacio se mide para emprender su obra mayor. Con las “Odas” ,Carmina, Horacio pretendía trasladar a la lengua latina el espíritu y la métrica de los líricos clásicos griegos: Safo, Alceo y Anacreonte. Son 4 libros, 104 odas, compuestas entre los años 30 a 23 a.C. Además de los clásicos griegos se observan en ellas las influencias de Catulo, Virgilio y Calímaco. Los temas de las odas son muy variados; en primer lugar destaca el elogio a sus amigos y a Augusto: Virgilio, Mecenas y Asinio Polión; Horacio siempre celebra los valores de la amistad. Las llamadas “odas romanas” critican la guerra y llaman a la vuelta a la religiosidad nacional. La máxima expresión de estas odas es el canto secular, compuesto 3 La Lírica y la Elegía para un coro de muchachos y muchachas en honor de Apolo y Diana, durante los juegos seculares del año 17. Otra fuente de inspiración es la filosofía, epicúrea cuando habla de la amistad como fuente de placer, pero también estoica cuando aconseja retirarse de los placeres mundanos, Aún así Horacio persigue la felicidad que proporciona la aurea mediocritas, la dorada medianía, esto es, gozar de los bienes presentes sin ansiar más, porque el tiempo pasa inexorablemente. Así la muerte supone para él el fin de los placeres, por lo que lo mejor es aprovechar el momento, el carpe diem, en el que se concreta el sentir de Horacio, que responde más a la sabiduría popular que a la filosofía epicúrea. Las odas de tema amoroso no faltan en la obra de Horacio, pero en lugar de la pasión de Catulo el amor es para Horacio más objetivo. Se centra en lo engañoso del amor, en los celos. Es un amor que responde más bien a la ficción que a la realidad, las amantes son más bien idealizaciones que mujeres de carne y hueso. Otro tema es el vino, herencia de la poesía simposíaca griega de Alceo. Es la concreción del carpe diem, disfrutar la vida presente con los amigos. El paisaje no está ausente en las odas, pero visto desde el punto de vista del paso del tiempo, la fugacidad de las estaciones, que renuevan continuamente el proceso vital. El paisaje horaciano es el locus amoenus, idílico comparable a la Arcadia de Virgilio. Un tema fundamental es la reflexión sobre el propio hecho literario, el poder de la poesía para inmortalizar al hombre, esa es la aspiración última de Horacio, cuando dice exegi monumentum aere perennius. Horacio adapta definitivamente al latín los metros eolios. Su forma de componer continuamente perfeccionando la obra, puliéndola, lo que se conoce como labor limae hacen de sus composiciones modelos de arquitectura formal. LA ELEGIA En Grecia se llamaba elegía a toda composición escrita en metro elegíaco ,esto es en dísticos formados por un hexámetro y un pentámetro, fuese cual fuese su contenido. Al principio estaba muy ligada al epigrama de tema doloroso; pero los poetas alejandrinos empezaron a componer elegías de tema amoroso, pero no personal, sino de contenido mitológico. Este es el tipo de elegía que se cultiva primero en Roma. En la época de Augusto es cuando surge un nuevo tipo de elegía en Roma con un contenido novedoso: la elegía de tema amoroso personal; con su último gran 4 La Lírica y la Elegía representante, Ovidio, surgirá la elegía dolorosa, de la que parte el concepto moderno de elegía. TIBULO nació entre el 60 y el 50 a.. y murió en el 19 a.C. Tibulo no se integró en el círculo augusteo de Mecenas debido a sus ideas republicanas. Se denomina Corpus Tibullianum a un grupo de tres libros de elegías, que la tradición atribuye a Tibulo, pero sin duda sólo son de Tibulo el 1º y 2º libro. El primer libro está dedicado a su amada Delia; el segundo está dedicado a otra mujer, Némesis, ambiciosa amante que hizo sufrir al poeta. Los temas favoritos de Tibulo son los ya mencionados: el amor y la naturaleza; pero frente a la visión idílica de la vida rural está la guerra, fuente de todo horror y desdicha. PROPERCIO, natural de la región de Umbría, nació el 50 a.., de familia no muy acomodada, logró entrar en el círculo de Mecenas y murió el 15 a.C. escribió 4 libros de elegías dedicados a Cintia, cuyo verdadero nombre era Hostia; era ella de carácter frívolo y caprichoso, además de bastante liberal de costumbres. Por ello los amores de Propercio pasaron por parecidos sinsabores a los de Catulo, hasta llegar a la ruptura final, aunque Propercio nunca la olvidó. En el libro IV, muerta ya Cintia, Propercio inclina su inspiración hacia la poesía patriótica y escribe las llamadas “elegías romanas”, en las que canta a Roma, sus humildes orígenes comparándolos con la grandeza de su época. OVIDIO nació en Sulmona el 43 a.C. en una familia muy acomodada del orden ecuestre. En Roma en lugar de estudiar oratoria se impuso su pasión por la poesía. Gracias a su facilidad para escribir, pronto gozó de enorme fama, hasta que, sin que sepamos exactamente por qué motivo, fue desterrado por Augusto a la isla de Tomes, donde murió en el destierro el año 17 d.C. La producción poética de Ovidio abarca varios géneros literarios. Sus composiciones elegíacas se pueden dividir por su temática en: A) Elegías amorosas: son las primeras que compone y las que le reportaron enorme fama, comprende las obras tituladas Amores, 3 libros dedicados a Corina, que más que una mujer parece una ficción inventada por el poeta. Lejos de la profundidad de Tibulo, Ovidio es brillante en su expresión, pero superficial en los sentimientos. Las Heroidas son cartas de amor de mujeres mitológicas a sus amantes. El Ars amandi son 3 libros que componen un autentico tratado amoroso: en los dos primeros da consejos a los hombres sobre cómo conquistar a las mujeres; en el tercero advierte a las mujeres sobre cómo conservar el amor de los hombres. Los remedia amoris suponen un 5 La Lírica y la Elegía antídoto contra el veneno de la pasión amorosa. Medicamina faciei feminae es un tratado sobre cosmética. B) Elegias dolorosas: estos son los desgarradores poemas que Ovidio compuso en el destierro. Están recogidos en dos obras: Trisita en 5 libros, y Epistulas ex Ponto. La superficialidad de sus composiciones amorosas deja paso aquí al profundo dolor que le causa su lamentable situación. Su amargura se interrumpe para hacer elogios desmedidos a Augusto para que le perdone. El estilo de Ovidio está configurado por su facilidad para la poesía, su brillantez e ingenio le llevan al retoricismo que se impondrá entre sus imitadores. 6