Un intento para no arrinconar al objeto “de” y “para” estudio -Teoría Antropológica- Fabián Perciante ∗ ∗ Licenciado en Artes. Universidad de la República-Uruguay (Udelar). Realiza tesis de grado para la Licenciatura en Antropología Social (Udelar). Egresado de la Universidad del Trabajo UTU - Crédito en Dibujo y Pintura. Es docente de ANEP- UTU. Espacio Ciencias Sociales y Artístico. ECSA. Ejerce actividades como docente e investigador en talleres particulares vinculados a la cultura visual. fabian.perciante@gmail.com ÍNDICE Introducción 3 El planteo en casos 3 Acuerdo para el simulacro de lo dicho 5 De los acontecimientos estipulados como 11 hechos de origen no visible Museos de la cultura viva - La institución destituida 12 Husmeando casos 14 ¿El método tiene siempre implícito el descubrimiento? 19 Reflexión final 30 Bibliografía 31 1 Resumen Palabras clave: objeto, teoría, praxis. En el presente ensayo se indagan algunos conceptos relacionados con la praxis en la investigación antropológica, teniendo en cuenta la perspectiva institucional en la conformación de las diferentes temporalidades hacia la construcción de los objetos-cosas 1 como elementos de la cultura, haciendo hincapié en su transito particular sea claramente intencionado o no. Se analizan algunos casos de investigación sobre un referente empírico, incluyendo el análisis del discurso en el contexto como promotor de los diversos nombramientos para el movimiento, así como lo que llamamos “enclaves móviles” como estados de elementos con significado que surgen, se identifican y transmutan en ciertos objetos o cosas de la cultura cualquiera sea su acotación. En este sentido se entiende que la situación de contexto deviene en la representación acordada para la ocasión y es allí donde “urge” la frágil adecuación temporal de tal situación en la que se intenta reflexionar. Summary Keywords: object, theory, practice This essay deepens into several concepts related to field anthropological research, taking into account the institutional point of view in connection to different temporalities towards the building up of objects- artifacts as cultural items, taking particular notice in the traffic special as it is whatever intentional or not. Some empirical researches are studied here including discourse analysis as patronizer of different names of movement, altogether with “mobile sites” as significance items that emerge, get identification and changes in the direction of some kind of objects or cultural artifacts regardless their boundaries. In this sense it is understood that the context situated becomes an expected previous agreeded representation for the opportunity and from here it happens that the fragile temporary adaptation of the former situation which is going to be discussed urges. 1 Como elementos de la cultura material que no se limitan a una evocación “matérica” sino que responden a un contexto amplio de manifestaciones tangibles. Indistintamente decimos cosa-objeto u objeto-cosa, plural o singular. 2 Introducción Partiendo de la reflexión teórica se intenta destacar algunas situaciones entendidas como influyentes en la concepción de la creación del campo en la investigación antropológica. Al irrumpir en nuestro interés vemos que el contexto al que nos proponemos acceder se sitúa mayoritariamente en un análisis de la forma, el contenido y el desplazamiento (entendidos como inseparables) de cosas-objetos dentro de la cultura en una proyección amplia, en el sentido que se suman diversas producciones inmateriales de esas cosas-objetos hacia un acontecimiento 2 particular. Si bien la intención podría darse implícita sobre todo por tratarse de la creación y reinvención constante de una idea de simulacro en el campo etnográfico (al menos en cierto sentido), la insistencia pasa por recorrer el campo acorde al campo, y con esto decimos en relación a los trayectos que plantea el propio simulacro, que es imprescindible no dudar de la duda para un eventual cambio en marcha siendo allí justamente donde la teoría se hace vital. Parece entendible tener en cuenta algunos aportes de la teoría sobre discursos narrativos, así como otros abordajes teóricos para la investigación en el campo antropológico, asimilándolos para utilizarlos en el análisis aplicado a biografía y recorrido de cosas-objetos y así entrometerse en las prácticas de las personas y reflexionar sobre las del propio investigador. El planteo en casos “La praxis es tanto objetivación del hombre y dominio de la naturaleza como realización de la libertad humana.” (Kosik, 1967:243) Vamos a simular en todo caso y para comenzar la situación-simulacro de la cual se parte para el análisis, que tiene que ver con la manera en que la institución [en un caso concreto 3] está en todo momento marcando cierto sentido del recorrido en la elaboración metodológica de la investigación. 2 Utilizado el término en sentido amplio, es decir incluyendo lo acontecido que no necesariamente representa los sucesos de mayor importancia para la cultura local y de todos modos son sustanciales para el sujeto-persona. No es la intención hacer una distinción de lo general a lo particular en un sentido lineal, entendiendo en todo caso que es necesaria una revisión en el propio contexto. 3 Ej.: Los horarios disponibles de transporte de ómnibus para ir al campo de investigación en un barrio de Pan de Azúcar- Departamento de Maldonado, Uruguay. 3 Bien sabido es que los tiempos y espacios que se constituyen en el acierto o acertijo dan cuenta de una situación y no de otra; así, marcar un pasaje de ómnibus a determinada hora, dará una llegada al destino que es única y determinada (en el sentido de que es esa hora y no otra). Aparece entonces la inquietud si todo lo demás que se presenta posteriormente también está condicionado por esa elección y, entrevemos que algunas situaciones sí y otras no. Por ejemplo aparece una dimensión de lugar en sentido estático-metafórico (si bien no es determinantemente estático) con referencia al tiempo y a la memoria cuando asociamos un horario de transporte público preciso, con un recorrido y un destino que siempre serán eventualmente iguales. En un paralelismo otra dimensión se podría tomar como de tránsito, de volatilidad temporal, circunstancia, acontecimiento en constante cambio y movimiento. Cuando Sahlins (1997) analiza el significado lo establece como intrínseco a la unidad del orden cultural y como sistema que define toda la funcionalidad, en este sentido encontramos que toda actividad funcional se constituye en cuanto es parte de un orden cultural particular. Volvemos a ratificar así el sentido que le damos a nuestro análisis donde a través de diferentes encuentros relacionales y funcionales intentamos llevar adelante la discusión teórica. Ahora bien, la institución: empresa de transporte de pasajeros que realiza viajes hacia el interior del país (en este caso Uruguay), cuenta como toda empresa con problemas burocráticos de funcionamiento insertos en su estructura institucional general: • Horarios de viajes que no cumplen los itinerarios establecidos. • Salidas retrasadas o atrasos en viaje etc. por problemas a veces tal vez ajenos a la empresa pero siempre intrínsecos en su más íntima constitución, y que pueden referirse a los “cruces” o “amonestaciones” que aparecen desde otras instituciones. Por ejemplo se puede hacer referencia a problemas con el tránsito por la disposición de normas de recorridos circunstanciales no acordes al uso del espacio habitual pudiendo retrasar el viaje. • Otras de complicidad con la empresa podrían estar relacionadas al servicio de seguridad y la no adecuada distribución de ómnibus en relación a los pasajeros en espera, que condiciona episodios de tensión cuando el ómnibus no sale o no pasa directamente por el lugar de destino, o lo hace sobrecargado en número de personas. 4 Sea de cualquier modo, se entiende que las circunstancias para que un acontecimiento se produzca o no pueden ser varias y muy diversas. En todo caso, sí podemos hablar de una discontinuidad entre lo dicho y lo hecho: • Diversas formas de encubrimiento por parte del empleado de turno en cuanto a los avatares que hacen al mal funcionamiento de la empresa. • Vecinos de la zona que tienen acciones en la empresa y por lo tanto aunque son asiduos usuarios del servicio, no manifiestan molestia con el incumplimiento del acuerdo entre institución y usuarios del servicio. [La unidad de la palabra es un esquema, una concepción insensata. No hay que confundir tal uso con la significación. De la misma manera como la palabra está afectada por la modificación de los entornos, también lo está su significación] (Schleiermacher, s/d.:47; Citado por: Todorov, 1981:176-177) (…) la historia de las ideas coincide con aquélla de su recepción, y no con la de su producción.” (Todorov, 1981:179-180) Acuerdo para el simulacro de lo dicho Es constatable que existe en parte y en este tipo de instituciones y en la “institucionalidad” en general, un acuerdo que se estabiliza entre una suerte de tránsito para el acomodo donde cada parte (sea individual o de pequeños grupos) va conformando su lugar para beneficio propio primero, y de construcción de todo el grupo después. Siguiendo esa construcción nos preguntamos: ¿Las maneras de relacionamiento cambian al contexto o el contexto cambia las maneras de relacionamiento? Esta pregunta parece no tener mucho sentido en la actual coyuntura antropológica donde sabemos que encontramos en relaciones como éstas “idas y vueltas” constantes en cualquier situación, y donde aparece además una confrontación de poder que tiene sus connotaciones históricas, sin embargo, y sin una estimación por demás prejuiciosa, podría 5 tratarse de un ir hacia algunos quiebres que nos sirvan para aportar a una teoría antropológica teniendo en cuenta el acontecimiento como fenómeno 4 aprendido. Las instituciones sociales, que son los objetos por excelencia de las ciencias sociales, plantean otro tipo de problema. Para que exista un Estado, un mercado, un sistema judicial, una iglesia, un ritual, no es necesario que cada individuo que participa lo interiorice bajo forma de representación mental, y por cierto que en muchos casos esto no querría decir nada: las instituciones no son representaciones, ni mentales ni públicas. ¿Cómo, en estas condiciones, una epidemiología de las representaciones permitiría una caracterización materialista de las instituciones? (…) Una epidemiología de las representaciones tiene por objeto no las representaciones, sino su distribución. (Sperber. 1988: s/d.) Para irrumpir en el contexto tomamos algunas consideraciones que pensamos integran cualquier acontecimiento y que son sustanciales para nuestro análisis. Decimos que la manera de aprendizaje de un fenómeno constituye la identidad formada y por lo tanto las decisiones en la praxis en cuanto proyección, entonces nos planteamos imbuirnos en los códigos de relacionamiento que hacen a ese “captar” el fenómeno de una manera determinada para aprenderlo- aprehenderlo y así hacerlo real. Partimos de una concepción de “individuo-portátil” (con las diversas connotaciones que pueda tener este último término en la actualidad) donde aparece un desplazarse individual de manera constante desde los primeros actos de origen, en tanto hay movimiento de vida constante ya sea incluso desde los marcados e inmensos límites que experimenta el feto, hasta los diseminados disturbios (o no tanto) móviles del ser erguido pasando por toda una gama de acontecimientos de diversa intensidad. Teniendo en cuenta esa espacialidad 5 adquirida nos preguntamos: ¿Qué incidencia tuvo en el individuo el modo de aprendizaje de ciertos valores en su cultura original? y como pregunta conjunta: ¿De qué manera se conserva esa forma de aprender o reconocer para la creación del acontecimiento? Nos interesan las reflexiones de Behares en relación a lo didáctico para nuestro contexto de investigación: 4 Como referencia a un suceso en sentido amplio que puede incluir categorías no necesariamente definibles desde un determinado o único aprendizaje aun integrándose a una dimensión de tiempo y espacio. 5 Como referencia a la situación de contexto que en sus diversas etapas va formando al individuo como ser social en tanto este se asume como ser onto-creado. 6 Las didácticas se fueron creando a sí mismas en la cultura, abriendo en ellas su lugar de existencia, lo didáctico. Para Chevallard, lo didáctico atraviesa toda cultura, mientras que las didácticas se ofrecen como especímenes de ello. El conocimiento, en tanto que centro neurálgico de lo didáctico, existe en toda cultura, en lo “real antropológico” [Chevallard, 1991: 149]. En este marco, entre sujetos y objetos hay relaciones, que llamamos “conocimiento” y ocurre lo didáctico. (Behares, 2008: 62) En cuanto al espacio social y espacio simbólico no podemos dejar de mencionar a Bourdieu y la reflexión que hace de su propia obra cuando menciona la investigación como una conformación entre lo teórico y empírico. El espacio de interpretación pasa a ser un conjunto de dimensiones que reflejan determinadas características culturales en un momento de espacio-tiempo y no un análisis separado o compartimentado. (Bourdieu, Razones prácticas, 1997) (…) Y de este modo puede señalar las diferencias reales que separan tanto las estructuras como las disposiciones (los habitus) y cuyo principio no hay que indagar en las singularidades de la naturaleza o de las –almas-, sino en las particularidades de historias colectivas diferentes. (Tomado de: Bourdieu, Razones prácticas, 1997-13) Según Bourdieu y esto también nos interesa especialmente para el análisis espacial de la distribución de cosas y objetos, los elementos o significados que una cultura determinada toma como necesarios en un momento y contexto histórico particular según la oferta y las posibilidades, no pueden tomarse como determinantes e intrínsecas a modo de una constancia predeterminada y absoluta. Las observaciones que hace en cuanto a las posiciones sociales y el modo de un sistema como el capitalista para homologar conjuntos de actividades o de bienes, nos introduce en la observación de las diversas posibilidades según el momento de cada grupo sociocultural y de sus propias interpretaciones que son racionales para esa cultura. (Bourdieu 1997) Aquí Bourdieu muestra su análisis entre las posiciones sociales hablando del concepto relacional, las disposiciones o los habitus y la toma de posición, que consiste en la elección y en este sentido establece que en la comparación debemos tener en cuenta un sistema en relación con otro. Al identificar lo “real” directamente con lo “relacional”, se encuentra entonces que la distinción como algo determinado se establece mediante la relación con otras propiedades. 7 “El habitus es ese principio generador y unificador que retraduce las características intrínsecas y relacionales de una posición en un estilo de vida unitario, es decir un conjunto unitario de elección de personas, de bienes y de prácticas.” (Bourdieu, 1997-19) Siguiendo con estas cuestiones reflexionamos en cuanto al modo de interpretar la cultura, observando que no puede ser a partir de ciertas fuerzas materiales como si toda forma cultural estuviera condicionada por una ineludible lógica práctica que de alguna manera muestre un desenlace predeterminado. Esta idea que tomamos ahora de Shalins (1997) sigue instalada en algunas esferas del orden económico y político del escenario mundial, aunque es indudable la necesidad de optar por otras maneras de reflexión interpretativa. Siguiendo su análisis vemos que los efectos materiales siempre van a depender del contexto cultural y no se pueden medir por sí mismos en otro contexto natural independiente como podría ser el caso de otras fuerzas de la naturaleza. En todo caso, la fuerza adquirida que determina ciertas prácticas, aparece de muchas maneras incorporando significados que interpretan parte del entorno natural donde como sujetos-personas manifestamos nuestras vivencias. Lo que constituye en sí misma esa fuerza que optamos por captar y hacer útil es precisamente el orden simbólico adquirido. (Sahlins, 1997:204) (…) este esquema simbólico no es en sí mismo el modo de expresión de una lógica instrumental, pues en rigor no existe otra lógica, en el sentido de un orden significativo, que no sea la impuesta por la cultura al proceso instrumental. (…) no existe lógica material al margen del interés práctico, y el interés práctico de los hombres por la producción está constituido simbólicamente. (…) las fuerzas materiales de la producción no contienen orden cultural alguno, sino meramente un conjunto de posibilidades y constricciones físicas selectivamente organizadas por el sistema cultural e integradas con vistas a sus efectos por la misma lógica que las causó. Las fuerzas materiales, tomadas en sí mismas, carecen de vida. (Sahlins, 1997:204-205) La reflexión en la propia dialéctica pasa a ser el encuentro para una teoría-práctica donde incluimos el acontecimiento futuro a partir del trayecto pasado y presente. Sólo la dialéctica del propio movimiento de las cosas transforma el futuro, desvaloriza el futuro inmediato como falso o unilateral, y reivindica como verdadero el futuro mediato; 8 en la dialéctica del señor y el esclavo, sólo la esclavitud es el camino viable y la ruta de la libertad, mientras que el señorío aparece como un callejón sin salida. (Kosik, 1967:242) Por su parte Sperber (1988) plantea que lo sustancial es intentar interpretar por qué algunas representaciones se “revelan contagiosas” en el contexto sea de manera general o particular. Al hablar de una representación se entiende que encontramos varios discursos tanto públicos como mentales que hacen a su interpretación. Es así que cada “versión mental “es el resultado de una incorporación como “versión pública” que a su vez tiene una relación directa con la exteriorización mental. Vemos que la cadena no se rompe en este caso y más bien tiende a hacerse más fuerte. Resulta interesante el planteo ya que si bien puede existir gran transformación en cuanto al contenido y la forma, hay de todas maneras cierta continuidad en el recorrido que resulta en un conjunto coherente, devolviéndonos de alguna manera un sentido compensatorio y en cierto modo ficticio que rehúye a lo incierto, a una vuelta de la nada 6. Encontramos como herramienta válida para nuestro análisis teórico de “recorrido” tener en cuenta la relación constante y recíproca entre las producciones de la mente y el entorno humano. Las fisuras que presenta ese ir andando y el intercambio permanente en el encuentro nos dan por cierto pautas válidas para una teoría en la coyuntura etnográfica. El análisis de la práctica pasa a ser axiomático en esta escena y la problemática radica en que ha sido identificada con la técnica en un sentido amplio, siendo interpretada y puesta en marcha como elemento operativo y de manipulación para disponer de los hombres y las cosas. (Kosik, 1967: 236) Esto lo vinculamos a recorridos que aparecen entre cosas y personas, que se entreveran con espacios ocultos de significación donde la práctica, la técnica y la teoría conviven en un proceso sinuoso. Siguiendo en esta dirección cuando hablamos del simulacro en una institución decimos que todo acto institucional es motivo para el simulacro y todo motivo simulado es institucional. Ahora bien, si esta regla se hiciese útil, y si aceptamos que vivimos en parte al menos en un simulacro creado, entonces: ¿Dónde puede encontrarse la inflexión que no cuente con la intromisión de la institución? Y así caemos nuevamente en aceptar que la cultura vigente 6 Como acotación hacia algo que no tiene contenido o forma y de todas maneras existe, se restituye e inventa como sistema o categoría. 9 global (también la del pasado) es institución existencial-mente-re-instituida de manera constante. Y esto no alcanza. El los últimos años, las relaciones entre conceptualidades pedagógicas y antropológicas referidas al continuo entre los modos de endoculturación – naturales- o espontáneos y los más complejos y – dirigidos- de la aculturación y de la enseñanza institucionalizada han sido puestas de manifiesto, generalmente ante situaciones de conflicto entre unas y otras [ver garcía Castaño y Pulido Moyano, 1994, y Camilleri, 1985]. (Behares, 2008: 19) En los hechos, no puede haber una ciencia social para la cual no sea necesaria la inclusión de conceptos que hagan referencia al fenómeno que nos ocupa, ligado al desarrollo, al aprendizaje y al cambio/continuidad de lo cultural y social, aunque normalmente cada disciplina reacondicione el fenómeno para su estudio. (Behares, 2008: 19) De esta manera el acontecimiento es preaprehendido (en el sentido de que ya hay algo dado en su aprehensión) y reaprendido en forma constante, valiendo esto también para la forma de establecer el simulacro que se reestablece y estabiliza en una-otra simultaneidad. Entonces es válido decir que la consecuencia de un acontecimiento (que de hecho sería otro acontecimiento) bien puede ser estipulada o ceñida por un conjunto de “acontecimientos previos”, que podríamos ejemplificar en un estado acontecido tal vez no deseado y por lo tanto no simulado en su totalidad. Ahora bien, ¿cómo es posible no simular un acontecimiento?, puede ser no deseado sí, pero ¿pude ser no simulado en su totalidad? Aquí encontramos algo sustancial de nuestra tesis a decir: Deseo-Simulado Establecemos una dicotomía certera pues son acertadamente dos cosa, y es por eso que tenemos la posibilidad de juntarlas. Aparece el deseo y su memoria, así como la representación que hacemos de ello para que exista en la vida. El deseo de recordar la memoria y recordar o rememorar los deseos que no fueron hechos, o más bien que no fueron “reales”, es decir que fueron uso de la plena simulación y que no por ello dejan de ser parte real de lo real. El círculo se repite parece, y parece ser el ciclo del “simulacro”, nuestro intento pasa por aplicarlo a la técnica (con las excusas algunas antes mencionados en relación a este término) que es la que legitima que existan marcos conceptuales para algunas definiciones como es el caso de pensar en un mundo simulado y no dado. 10 En el concepto de la práctica, la realidad humano-social se presenta como lo opuesto al ser dado, es decir, como aquello que forma el ser humano a la vez que es una forma específica de él. La praxis es la esfera del ser humano. En este sentido, el concepto de práctica constituye el punto culminante de la filosofía moderna, que frente a la tradición platónico-aristotélica, ha puesto de relieve el verdadero carácter de la creación humana como realidad ontológica. (Kosik, 1967:240) Y siguiendo este análisis no podemos dejar fuera el mito y algunas de las reflexiones de Barthes que nos ayudan a entrometernos en el asunto: El mito no oculta nada ni pregona nada: deforma; el mito no es ni una mentira ni una confesión: es una inflexión. (…) Solamente la palabra que se restituye deja de ser la que se había hurtado: al restituirla, no se la ha colocado exactamente en su lugar. (Roland Barthes, 1988: 222) De los acontecimientos estipulados como hechos de origen no visible Si bien es predecible lo cierto y por demás significativo que hay en la ubicación no exacta de pensamientos que trans-y-forman nuestra realidad, y haciendo una libre interpretación que de todas maneras la tomamos de la investigación en la práctica, decimos que sí se podría consignar que hay otroas 7 maneras y “dichos del decir” que se alojan en “estanques del pensamiento” y que poco tienen que ver con sistemas de desagüe o que al menos intenten un circuito erróneo. Con esto lo que queremos decir es que al mismo tiempo que hay efectos de aconteceres involutos 8 (permitiéndonos otro término para ejemplificar), hay otros que muchas veces a modo de prejuicio se instalan a sabiendas en el pensar antes de ser lanzados a su objetivo. Por ello nos inclinamos a reflexionar por la negativa y designar a esos “efectos” como trampas del efecto, que se aseguran una ubicación “simulacro” donde operar a la distancia y sin llegar muchas veces al hecho práctico-de la praxis. ¿Aconteceres no prácticos? ¿O simulacros de aconteceres prácticos? Nuevamente recurrimos a Kosik para reflexionar y tomar algunos conceptos relacionados a la praxis: 7 Para designar una incorporación en el pensamiento de la persona de manera consciente y cerrada. Como efecto de pensamiento hacia adentro, ensimismado auque no predecible por el ser pensante sino por otros efectos relacionales. 8 11 En la praxis se descubre el fundamento del verdadero centro de actividad, de la verdadera mediación histórica entre el espíritu y la materia, entre la cultura y la naturaleza, entre el hombre y el cosmos, la teoría y la acción, la teoría del conocimiento y la ontología. Sólo conocemos el mundo, las cosas y los procesos en cuanto los creamos, o sea, en cuanto que nosotros los reproducimos espiritualmente. (…) Sin la creación de la realidad humano-social no es posible siquiera la reproducción espiritual e intelectual de la realidad. (…) Aquí, la actividad como: La mediación histórica efectiva, cuyo elemento es el tiempo, se distingue de la mediación ideal en el concepto (Hegel) y también de la ficticia e ilusoria mediación propia de los románticos. (Kosik, 1967:245) Si bien es difícil en estos tiempos saber hacia donde va el conocimiento o un pensamiento determinado, cuál será su destino y mucho menos dónde ubicarlo exactamente luego del periplo seguido, lo que sí podemos intentar es comenzar, y a propósito de comienzos podemos decir que el re-vés es por demás interesante cuando asomamos a un destino que no cuente o no tenga en cuenta solamente nuestra intención de querer saber todo lo más posible, y más bien se acerque a una actitud donde el rechazo hacia lo que no nos guste también sea motivo para no continuar abriendo nuestras brechas y cerrando nuestros cascos. 9 Y nuevamente recurrimos a reflexiones en relación al mito para nuestro desarrollo analítico. El mito, en la lectura de Barthes, supera lo que serían –riesgos- del acontecimiento para el pensamiento de Lévi-Strauss a través del doble juego de robar y devolver. (Guigou, 2004:105) Museos de la cultura viva - La institución destituida Como ya se mencionara el interés para este análisis teórico pasa decididamente por acontecimientos recogidos de la práctica y es entonces que transitamos aquí por otra interpretación de la institución. Para hacer cultura hay que hacer y para ello no podemos seguir mostrando simplemente lo centralizado que por momentos aparece relacionado a una política de vieja cultura 9 Entendida la frase como los -por momento- excesivos prejuicios de la razón que re-piensa. Es una apreciación para identificar la relación entre las maneras que establecen códigos de comunicación, las brechas, y los prejuicios del pensamiento. 12 hegemónica, solapada en esporádicos encuentros o eventos que son impulsados lacónicamente y desde los centros mayores de cultura. Necesitamos abrir espacios de reflexión y relacionamiento no hipotéticos que se apropien de eventos geográficos más estables y que estén directamente comprometidos con el discurrir por los distintos lugares del acontecimiento de la cultura, en nuestro caso la cultura uruguaya y sus regionalismos. Hay en nuestro interior (Uruguay) una lista enorme de prácticas culturales que es invisible o más precisamente que no se deja ver. ¿Por qué? ¿Por qué hay personas, grupos y minorías que no se acercan a los centros de interés cultural estandarizado? ¿No será que ese silencio obra por querer ser y no vender? ¿No será que necesitamos dejar de “manipular” desde la incógnita ciertas prácticas para que sigan re-acomodándose? “Entre el todavía no de lo casi incipiente y el ya no de la muerte, lo que hay es un nacimiento encadenado”. (Bárcena, 2002: 57) Entendemos pertinente que lo expresado al intervenir en una localidad como cientistas sociales (cualquiera sea su orientación) procedentes desde las ciudades capitales y su intelectualidad, no se muestre necesariamente y tal vez hasta de manera apresurada como un método con todo su bagaje preestablecido, sino más bien como una metodología de acompañamiento e involucramiento mutuo y gradual donde la cultura local una vez que esté el lugar acordado 10, se haga presente a su manera para poder así tener un intercambio. Esto que también pensamos es obvio, no parece estar bien instalado en todas las esferas de la investigación de la cultura, pues cuando asistimos a eventos donde un abismo que sí es práctico entre la vida de la gente y la teoría, se muestra insoslayable, damos cuenta de que algo no está andando muy bien. Por supuesto que no pretendemos hacer una confrontación vana entre centro y periferia sino que atendemos a la singularidad en cualquier caso apoyándonos también en Augé: (…) afirmaré que la antropología es ante todo un análisis crítico de los etnocentrismos culturales locales o, dicho de otro modo, que su principal objeto, su foco, es la tensión entre sentido y libertad (sentido social y libertad individual), tensión de la que preceden todos los modelos de organización social, desde los más elementales hasta los más complejos. (Augé. 2007: 61-62) 10 Como referencia al lugar donde el encuentro entre investigadores y la población local, se restituye de alguna manera como un espacio de silencio metafórico en un mutuo acuerdo. 13 Husmeando casos Analizamos ahora otras apreciaciones de la investigación realizada en el barrio de la ciudad de Pan de Azúcar (Uruguay) que mencionáramos anteriormente y que nos incumben para nuestra reflexión teórica. En esta investigación pudimos apreciar que si bien es notorio que existe por parte de los habitantes cierta expresión de “pertenencia al barrio”, no parece ser que exista un sentido de identidad colectiva y más bien pareciera que coexisten varias y marcadas maneras de relacionarse con la zona. Optamos en este sentido indagar en la presencia del intercambio que adquiere significado como materia prima en la cosa-objeto, siendo de gran relevancia y asegurando la creación del acontecimiento como aprendizaje. Valorados son también los aportes de Behares respecto al fenómeno didáctico: (…) conjunto de fenómenos que se observan en la interacción que se da entre dos individuos cuando uno trata de transmitir un conocimiento al otro” (Behares, 2008: 19) Esta caracterización apunta a una fenomenología propia de cualquier grupo humano, cultura y época (…) Se trata del dispositivo de transmisión y relevo generacional propio de la cultura humana para su permanencia, continuidad y cambio. (Behares, 2008: 19) En cuanto a esas relaciones y el modo de aprendizaje del acontecimiento cosa que es nuestro interés analizar, nos concierne la manera en que tanto las personas que llevan varios años (en algunos casos toda la vida) viviendo en el barrio, como las que tienen una residencia más reciente en la zona, interpretan de diversos modos un mismo acontecimiento (sin hacer una distinción bipolar sino múltiple). Es decir por ejemplo: en el caso del nombramiento del barrio aparecen diversas interpretaciones del momento histórico en que se designaron los nombres tanto “El peligro”, nombre asignado por los habitantes en la primera década del siglo veinte , y “Belvedere”, nombre que se le adjudicara oficialmente hacia 1940 como condición para incorporar la actividad del barrio a la vida comercial moderna. Esto independientemente del conocimiento a priori que pueda tener la persona en relación a la historia general del barrio o de otros datos pertinentes reconocibles de manera evidente para el colectivo, si bien aparece una mayor “libre” apreciación para el caso de “El peligro” 14 que estimamos se debe a que se trata del nombre asignado por la propia comunidad de manera espontánea y precisamente por eso también cuenta con un valor agregado propio de interpretación. Nos preguntamos entonces ¿por qué?, y en qué medida podemos hacer uso de esto para acercarnos al aprendizaje del acontecimiento. Citas como la siguiente de Todorov nos dan la pauta de otras posibles interpretaciones para intentar al menos en alguna medida desmenuzar algunos datos que se nos presentan textualmente: La lectura filológica de una página ya no pretende establecer su sentido; esta página no es sino un medio de acceso a un individuo, un tiempo, un lugar. La interpretación de los textos es simplemente una de las herramientas que se le ofrece a la historia de las mentalidades. (Todorov. 1981:163) En casos de personas que tienen poco o menos tiempo en la zona hay intereses y búsqueda de identidad en forma fragmentada (cosa que también ocurre en personas con mayor tiempo de residencia aunque tal vez en otros sentidos), es decir que al no contar con una historia común de origen siendo que provienen de otros lugares (en muchos casos igual dentro del departamento de Maldonado), se marcan formas diversas de asimilación del recuerdo en tanto constructor de identidad. Pensamos, y por ello hacemos referencia a una teoría que incluya también en parte el análisis biográfico de objetos-cosas, que el recuerdo de una vivencia en un lugar de origen, se “transporta” hacia la asimilación del acontecimiento más reciente según la manera en que se ha dado reconocible ese aprendizaje en la “cultura inicial” o cultura en la que se ha nacido, o bien en otra cultura particular cualquiera por la que la persona haya transitado anteriormente. Con esto no pretendemos exponernos a una desafortunada intención reduccionista ni a un debate entre cultura particular-singular y general-universal al menos por ahora, ni tampoco plantearnos la somera existencia de “varias culturas” independientes, la intención es destacar que es en ese vínculo de trance cultural 11 donde encontramos está implícita la manera en cómo a partir de un aprendizaje previo se valora un mismo acontecimiento de una u otra manera. 11 Indicando el estado a través del cual la persona reinventa su impronta, es decir el modo por el cual el sujeto luego de adquirir ciertos valores se confronta con un tiempo que no es ya el anterior adquirido, de modo que es necesario reinventarse. 15 Otra idea que nos interesa rescatar en este sentido de las apreciaciones de KosiK (1967), es la relación que establece entre la praxis y el entendimiento como totalidad. A través de la práctica el individuo establece una relación que lo integra al intercambio en un sentido amplio según venimos refiriendo en nuestro análisis y donde el encuentro con lo simbólico se establece en una reflexión que pasa a ser constante. Por su parte Tani nos presenta un aporte sin duda muy útil analizando la obra de LéviStrauss: Puede consignarse que al menos en un punto Lévi-Strauss concuerda con Sartre. Según el primero, si los esquemas conceptuales definen las prácticas, es porque éstas, objeto de estudio de la etnología como géneros de vida y formas de civilización no se confunden con la praxis. (…) Lévi-Strauss contribuye notablemente a la explicación de la dialéctica de las superestructuras. El bricoleur resimboliza el sistema. Las superestructuras tienen unidades constitutivas (mitemas) contrastadas en relación a oposiciones de términos discretos que conforman un sistema sintetizador de la idea y el hecho. Esta intersección simbólica confluye en el sujeto del totemismo, lo que explica el sistema, situándolo en una red de contextos lingüísticos, taxonómicos, míticos y rituales.” (Tani, s/d) Siguiendo el análisis de contexto aparecen diferencias en relación a qué cosa identifica más al barrio, por ejemplo las carreras de caballos que para algunos residentes se hacen muy lejos de la zona como para ser algo que los identifique, y para otros representan la identidad colectiva. Aquí aparece la memoria asociada a lo rural y el sentido valorativo de las prácticas vinculantes. Ahora nos preguntamos: ¿Qué incidencia tuvo en la persona el modo de aprendizaje de ciertos valores en su cultura de origen? [rural-urbana], por ejemplo en relación al uso del espacio, y ¿De qué manera se conserva esa forma de aprender o reconocer en relación al aprendizaje del acontecimiento actual? Es indudable que el contexto en su conjunto nos dará el sentido para indagar y profundizar en la teoría-metodología, y tomamos otras consideraciones de Todorov donde también hace referencia a Schleiermacher para reflexionar en este sentido: Creer en la existencia de sentidos separados, el uno literal, el otro histórico y el tercero filosófico, es una herencia indeseable de esa estrategia particular de la interpretación que llevó a cabo la exégesis patrística. Cualesquiera que sean los medios para establecer el sentido, éste sigue siendo de la misma especie y no hay razón alguna que 16 permita introducir en la hermenéutica categorías basadas en la diferencia de las técnicas utilizadas. (Todorov. 1981:171) De ello deriva, entre otras razones, el hecho de que los escritos anónimos, tales como el mito, no tengan interpretación técnica posible: no se sabe a qué integrarlos: [No existe interpretación técnica posible para el mito, puesto que no puede proceder de un individuo…] (Schleiermacher, s/d.:85, Citado por: Todorov, 1981: 175) Para acercarnos a un contexto teórico-práctico hemos elegido indagar en alguna de estas connotaciones relacionadas a los usos y prácticas de cosas-objeto, y siguiendo los aportes de Todorv podemos decir que esa “cosa-objeto” se constituye a la vez como lenguaje, escritura y mito, siendo desde ese contexto que emerge para hacerse palpable. Decimos entonces que diferentes elementos que hacen a la cultura en cuanto a recorrido, desplazamiento, acontecimiento, hacen concebir determinados fenómenos como constitutivo aprendizaje de la identidad. El modo de inclusión de factores como el sonido, el tacto, olfato, o el gusto además de lo visual en la conformación de la cosa-objeto como acontecimiento a ser biográfico en nuestro análisis metodológico, no está dado por abstracciones meramente conceptuales de esas manifestaciones o percepciones del mundo que constituyen la etnografía, sino que pasa además por asimilarlas de manera “sensible” de acuerdo a sutiles pliegues de sentido entre y dentro de cada una, y en asociaciones que no conocemos ni podemos manipular en forma constante o determinada. En este sentido la utilización de biografía de objetos y su vinculación en el área geográfica, donde a través de un registro visual, sonoro-auditivo, y teniendo en cuenta las connotaciones pertinentes referidas, se haga referencia no solo al objeto-cosa en sí, sino también a las representaciones de éste para “captar” parte del hecho sensible que emerge desde su vinculación con sujetos - personas. Sperber nos acerca al contexto ecológico que es determinante para nuestro análisis teórico: (…) al estudio psicológico y neurológico de los fenómenos cognitivos debería adjuntarse su estudio ecológico; una ecología y más específicamente una epidemiología de los fenómenos cognitivos se situaría en el corazón de las ciencias sociales y constituiría la primer empresa realmente materialista. (Sperber, 1988, s/d) 17 La propuesta es no dejar al presente etnográfico fuera de lo que hay 13, entendiendo que el momento etnográfico está dado por múltiples “miradas” en cuanto hecho que trasciende un concepto de espacio-tiempo determinado, y más bien se acerca a un constante fluir de acuerdos para la construcción de ese momento en el que participamos. También en Sahlins encontramos este sentido en el que intentamos reflexionamos para indagar en interpretaciones diversas del acontecimiento, cuando analiza los efectos de separar el mundo material del individuo del mundo social de las relaciones. Partir desde esta postura según el autor es comenzar con el error ya que es pertinente tener en cuenta la existencia de aspectos funcionales congruentes y que en principio fueron distintos. “(…) cómo explicar las relaciones funcionales entre aspectos que inicialmente fueron concebidos como distintos.” (Sahlins, 1997:203) Y como nuestro interés es no alejarnos de la construcción socio-institucional tomamos además en cuenta las apreciaciones de Kosik en relación a Maquiavelo y su concepto del individuo humano como ser disponible y manipulable; esta idea siendo la base de la política racionalista nos plantea la posibilidad de poder manipular controladamente la producción material humana (Kosik, 1967:239). Nosotros lo tomamos como una alerta hacia nuevos encuentros teórico-metodológicos que ese mismo sistema pueda dejar en algún lugar entrever. La problemática de la praxis en la filosofía materialista no se basa en la distinción de dos esferas de la actividad humana, o en una tipología de las posibles y universales intencionalidades del hombre, ni tampoco surge de la forma histórica de relación práctica con la naturaleza y con los hombres como objetos manipulables, sino que se plantea como respuesta filosófica a esta cuestión filosófica; ¿quién es el hombre, qué es la realidad humano-social, y cómo se crea esta realidad? (Kosik, 1967:239) 13 Se entiende esta expresión no necesariamente como un recorrido que va sumando conexiones simplemente, sino que también toma en cuenta las des-conexiones, los des-vínculos y su asimilación con el entorno. 18 ¿El método tiene siempre implícito el descubrimiento? Intentamos de alguna manera desmitificar algunos usos teóricos que aunque se mencionan como prácticos, entendemos no siempre están acordes para satisfacer lo que sería una aplicación práctica de la teoría más allá del uso particular en la investigación antropológica. A partir de otro ejemplo en la praxis donde habita por cierto la teoría, reflexionamos en relación a ciertas categorías que son habitualmente citadas como pertinentes para establecer vínculos en lo “general” de la cultura, y que encontramos a veces son utilizadas de diverso modo en “campos más íntimos” de un sector de la cultura / Por ejemplo en algunos sectores del campo artístico o político. En este sentido el concepto de “diversidad” es para algunos actores (agentes) del campo artístico, una trampa para aceptar una manera de hacer arte como es la performance catártica o de violencia tanto hacia uno mismo (persona) como hacia animales, entendiendo que es utilizado en alguno de estos casos en un sentido desmesurado y no ético. Por otro lado para el campo de alguna ciencia social podría ser por ejemplo un concepto que hay que promover en el sentido de igualdad de oportunidades etc. Sin embargo si la diversidad se viera como algo que está ahí tanto como “hecho” o como “texto” a intervenir, se podría “bajar” el concepto a cualquier campo para aplicarlo o no, o bien cuestionar que exista de un modo determinado en cierto contexto. Entonces nos preguntamos por qué encontramos en algunos sectores de las ciencias sociales dejos, que sitúan términos como éste en un lugar tal vez de privilegio excesivo cuando dan por entendida la aceptación por ejemplo de que la diversidad como concepto dinámico y amplio está en todos lados más allá que se acepte o no ese grado categórico en los diferentes campos. ¿Podría ser que la diversidad en algunos sectores de la cultura no exista como concepto de la manera que es escriturado según ciertos aportes teóricos de las ciencias sociales? Y si fuera así, tal como lo entendemos: ¿Cómo es posible obviar tal contundencia meta -teórica? En nuestro dicho la “ida y vuelta” constante entre cultura e investigación no es ingenua y tiene además el poder de exagerar ciertas dimensiones del quehacer sociocultural, contribuyendo a veces equivocadamente a la instalación de conceptos que en su repetición cíclica se vacían de contenido. Pensamos que una actitud de reflexión teórica constante incluye además de la propia abstracción conceptual intrínseca, una reflexión en sentido amplio hacia la práctica. Con esto decimos que si bien sabemos que todo acto teórico es también práctico y de igual modo en orden inverso, no siempre encontramos un decidido discurso en este sentido. 19 (…) como dice Zemelman: La liberación de toda atadura a las formas es congruente con la exigencia de lo inacabado. Significa enfatizar el rescate de la energía interna de los objetos para llegar a dar cuenta de una realidad desplegada y de otra que se repliega. (Villasante, En: Delgado, J.; Gutiérrez, J., 1999:413) Todorov en su análisis de los métodos utilizados por la exégesis patrística y la filología nos da la oportunidad de reflexionar acerca de cuestiones que hacen al uso de una metodología: La interpretación espiritual no es algo independiente, es más bien la unificación, y por ende la culminación, de los dos métodos anteriores. (…) Pero al examinar el contenido que les da Ast a esas distinciones, puede observarse la gran distancia que las separa. En la exégesis patrística, era el sentido el que era histórico; en la filología, histórico es el método que nos lleva a descubrir el sentido. En un caso se codifican los resultados de la interpretación, en el otro sus procedimientos. (Todorov, 1981: 165) Al enfocar nuestra teoría en cuestiones de la práctica nos interesa insistir en el desarrollo que hace Kosik cuando se refiere a la realidad humano-social en cuanto creada por la praxis. Vincula en este sentido el recorrido o proceso histórico que en su constitución práctica crea el acontecimiento que determinará parte de lo que es humano. Se entiende entonces que en esa práctica intrínseca yace el surgimiento del individuo-social. (Kosik, 1967: 240) Y para visualizar parte del meollo y en cuanto a los puntos suspensivos como interpretación libre decimos que la regla en la metáfora de la retórica se nos presenta como: ……1…….es decir, siempre están los puntos, sólo que cada tanto aparece otra cosa. El contenido que encontramos en una teoría y su capacidad para determinar la continuidaddiscontinuidad de los elementos es lo sustancial que permite hacer inteligible lo que antes no lo era, permitiendo que esos elementos empíricos se relacionen en una construcción teórica siendo que el análisis conceptual de la investigación es lo que construye los vínculos entre la teoría y la información empírica (Rockwell, 1986:111). 20 Siguiendo con otros ejemplos y reflexionando en nuestra propia biografía pasamos ahora a partir de otro caso concreto presentar la vinculación teórica que encontramos entre la antropología y el arte en su implementación hacia un acontecimiento de investigación. Se intenta dar cuenta de algunos caminos que se recorrieron hacia la construcción de dos saberes diversos y al mismo tiempo muy conectado entre sí, “Arte y Antropología”. En principio son dos saberes que desde hace varios años nos acompañan de una manera u otra y varias veces estuvo el intento de reunirlos sin muchos resultados. Lo que aquí se expone a partir de un caso concreto entonces es la yuxtaposición si se quiere, o la disyunción, si también se quiere, o dicho de otro modo el fraterno aunque por momento efímero diálogo entre ambas. A partir de la experiencia que se llevó a cabo en una zona de Montevideo (Uruguay) donde se realizaron trabajos para un taller de investigación en arte, se aprecia la relación entre vínculos diversos y acontecimiento creado. En esa investigación se sabía o estimaba que una etapa de consumación daría como resultado un trabajo en el plano, dibujo y pintura- técnica mixta, lo que no se sabía era cómo llegar a trasladar la experiencia de la zona hacia ese plano, y lo más importante, qué trabajo de investigación en la zona era conveniente, de qué manera, y por qué. Luego de algunos días por fin se logra sintetizar la propuesta comenzando por un recorrido, cosa que se venía trabajando anteriormente en la investigación con el plano-en técnicas mixtas. Pero qué tipo de recorrido sería si eso no era ninguna novedad ya que la ida a la zona en cuestión era de por sí un recorrido. Al ir ajustando la intención se resuelve que el recorrido sería hablando con la gente, pasando por ejemplo casa por casa en algunas cuadras. Hasta aquí todo parecía en marcha, a no ser porque en realidad no se sabía qué se haría luego de que las personas en sus casas respondieran al llamado de puerta, qué se les preguntaría, o en fin, qué se haría en esa instancia. Había algunos conceptos que interesaban e intentamos acogernos a ellos: la memoria, la biografía de objetos y la presencia ausente, que nos llevaron a indagar en algunos significados y en la relación entre experiencia y memoria como encontramos en estos pasajes del trabajo de Carvalho y Eckert: (…) pois um mero fragmento de existencia pode resumir e simbolizar a totalidade do tempo reencontrado en trayectos antropológicos. (…) Ele reconhece a vibraçâa do tempo no conteído material das lembranças, atribuindo a memória o principio “intencional” e “inmaterial” de uma coordenaçâo entre as diferentes 21 temporalidades e as regiôes do espaço em que se produzem, pois as lembranças sâo solidárias das regiôes de experiencias as quais, por sua vez, ne sâo irredutíveis. (Carvalho; Eckert. En: Guigou, (Comp.) 2007: 40-41) La memoria se vinculaba de muchas maneras, el intento era ligarla con algo propio de la zona y por lo tanto con los habitantes. Es así que llegamos a la trayectoria, biografía, “vida de objetos y cosas” que tuvieran los habitantes de la zona. El concepto de biografía de objetos es conocido desde la antropología, 14 desde la filosofía, el arte y demás, y aquí se tomó para usarlo indagando en recorridos que no siempre eran los más visibles. Entramos entonces en la “presencia-ausencia” cuando intentando visualizar adonde buscar “esos objetos”, no siempre estaba claro hacia qué dirección mirar. Cuando nos dimos cuenta de lo que intentábamos hacer comprendimos que había que buscar dentro de las casas, y centramos la investigación en intentar reflexionar a partir de objetos y cosas que tuvieran algún valor afectivo o emocional para quien lo poseyera. Aparecieron diversos objetos y cosas que referían a historias personales, familiares, de viajes etc., a veces con un sentido estético visual de pertenencia, otras veces en un sentido mítico, religioso, algunos estaban bien expuestos y otros archivados en algún lugar recóndito de la casa, en fin, todo un conjunto de prácticas y emociones relacionadas en ese contexto que le daba “vida” a los objetos-cosas. Luego los fotografiamos y utilizamos las imágenes para seguir nuestra investigación e interpretación que se vincularía también con el hecho de la creación artística. Aparece entonces el artejo del vínculo que nos incita a reflexionar en cómo un “disparador” que se toma en cuenta en principio para una investigación en arte va a dar a “otra cancha” sin más vueltas y para quedarse. Hacemos uso del recorrido también planteado en la escritura de alguna manera en las reflexiones de Todorov, para valernos de una metodología que incluya posibles quiebres, fisuras, retrocesos u otras formas asociativas, indagando en el encuentro de sentidos e intentando comprender el valor de la experiencia en la práctica para el análisis. (…) si, al contrario, se ve que tal o cual pasaje, interpretado literalmente, está en oposición con la totalidad de la Escritura, aunque se halle de acuerdo con la Razón, será 14 Ver: Appadurai, 1991 22 preciso interpretarlo de otra manera; quiero decir, en sentido metafórico (Spinoza, s/d, VII: 158. Citado por: Todorov, 1981: 153) Incluimos también los “campos” tan cuestionados por ejemplo en la minuciosa y hábil teoría de Pierre Bourdieu 15, avizorando que en nuestra teoría-antropológica que pretende no distanciarse de la práctica, pueden tener un reacomodarse que nos exija un intento de estar aun más alerta en nuestra reflexión. Entre sus contribuciones y siguiendo a Bourdieu podemos apreciar la tensión entre los campos, y también encontramos tensiones entre todas las cosas por ejemplo como hemos mencionado cuando algo que comienza como una premisa para una investigación termina siendo también parte de otra investigación, los campos además de entreverarse se reacomodan para generar cultura. Hay cosas obstinadas por cierto, y también lo cierto es que a veces se tocan o juntan. La práctica en la investigación hay que asumirla como propia y no solamente como condición, además la práctica debería ser al menos en parte la misma que el investigador practica habitualmente. Y recurrimos nuevamente a Bourdieu para reflexionar sobre habitus y prácticas: (…) ponen en marcha principios de diferenciación diferentes o utilizan de forma diferente los principios de diferenciación comunes. (… ) Son percibidas a través de estas categorías sociales de percepción, de estos principios de visión y de división, las diferencias en las prácticas, en los bienes poseídos, en las opiniones expresadas, se convierten en diferencias simbólicas y constituyen un auténtico lenguaje. (Bourdieu, Razones prácticas, 1997-20.) En nuestro análisis encontramos que la significación que adquiere esa selección simbólica es parte sustancial para la interpretación del deseo y oportunidad que establecen las secuencias de movilidad. 15 Véase de Pierre Bourdieu sobre “campo”: Questions de Sociologie (Bourdieu, 1984); L’ Ontologie politique de Martín Heidegger (Bourdieu, 1989); Les Régles de l’ Art. Genèse et Structure du Champ Littéraire (Bourdieu, 1992). 23 Para ampliar estos conceptos no podemos dejar fuera a Sahlins y su análisis al plantear la selección cultural como determinante para elegir los hechos naturales relevantes desmitificando de alguna manera la selección natural. En el planteo utilizamos la idea de esquema conceptual por el cual la acción de la naturaleza es mediada para tener un significado en el individuo, así como la relación que toma de LéviStrauss cuando hablando de estructuras entiende que materia y forma están intrínsecamente unidas en su constitución y su determinación. (Sahlins, 1997:206-207) El estudio de Sahlins en relación a la sociedad burguesa nos brinda varios aportes para entender algunos rasgos de los avatares institucionales. En el planteo se puede ver que la producción del proceso simbólico y su naturaleza es diferente entre la sociedad burguesa y la primitiva estableciendo también una diferencia de diseño institucional. Tanto uno como otro en cuanto órdenes culturales dictan determinadas acciones en el intercambio, y en base a posiciones de dominio a partir de las cuales el significado simbólico transita por las esferas de la objetivación cultural dominante. La acumulación de valor de cambio por medio del valor de uso conlleva en la sociedad burguesa y producción capitalista que a su vez genera un determinado código simbólico específico, la congruencia de que los productos tienen significados diferentes adquiridos en su relación de producción -oferta demanda- transportándose esto como consecuencia hacia modelos de clasificación social. Buscando la inflexión en este sentido y para intentar aproximarnos a la relación entre producción material y su contexto, mantenemos una atención constante para captar parte del recorrido de elementos en tanto cosa-objeto como venimos analizando, y las posibles estimaciones en cuanto a su uso y desuso. Al entender que el sistema económico capitalista se forma a partir de la significación cultural como sucede en cualquier otro sistema económico y no meramente por una pretendida constitución natural, encontramos que al ser el medio que se toma como referente en la totalidad (sistema capitalista), su incidencia simbólica también es total. Al tratarse de un proceso donde la búsqueda de ganancia por el productor y la adquisición de bienes por el consumidor es lo sustancial, el carácter simbólico básico pasa desapercibido para los participantes como muestra Sahlins, e incluso para los economistas que analizan el sistema dando un carácter implícito a la demanda y no la significación que esta adquiere en el sistema capitalista. En este sentido la diferenciación que se establece para el valor simbólico es mistificada y sucesivamente interpretada como la apropiación del valor de cambio en el propio proceso, 24 donde se reconoce la lógica de la producción como una lógica diferencial de los significados culturales. Sien embargo en cuanto a los recursos que se economizan, Sahlins plantea que es debido a la existencia de otros valores que están en juego y que no son meramente materiales constituyendo entonces el sustento de todo el proceso. (Sahlins, 1997: 209-211) Y citando a Saussure: (…) todos los valores parecen gobernados por el mismo principio paradójico. Siempre están constituidos: 1. por una cosa disimilar susceptible de ser intercambiada por la cosa cuyo valor hay que determinar; y 2. por cosas similares que es posible comparar con aquella cuyo valor hay que determinar. (…) Su contenido sólo es verdaderamente determinado por la concurrencia de lo que existe fuera de él. (…) En todos esos casos encontramos, pues, en vez de ideas persistentes, valores que emanan del sistema. Cuando se dice que corresponden a conceptos, se sobreentiende que éstos son puramente diferenciales y definidos no positivamente por su contenido, sino negativamente por sus relaciones con los otros términos del sistema. Su característica más exacta reside en ser lo que los otros no son. (Saussure, 1966 [1915]: 115,117. Citado por: Sahlins, 1997:211-212) Objeto-cosa: El acontecer del objeto-cosa nos sirve para distanciarnos de un pretendido y párvulo objeto-objetivado que se sitúa por momentos en otro lugar que no es el del sujetopersona, si bien esos objetos-cosas van a tener también parte creemos de un significado trascendente y su “cola” de inaprensible objetividad. Resulta significativo entonces el modo, la manera como el objeto llega a transcurrir por un determinado acontecimiento sin establecer una distinción previa entre forma y contenido. “Por lo tanto, el acto de interpretar implica necesariamente dos elecciones sucesivas: imponer limitaciones a la asociación de los dos textos o no imponerlas, y en el primer caso unirlos al texto de partida, al texto al cual se llega o bien al recorrido que va de uno a otro”. (Todorov, 1981:182) Poniendo el ejemplo del análisis psicoanalítico, Todorov plantea la posibilidad de interpretar el texto de llegada [Y agregamos al comentario de Todorov: llegada del concepto] como el propio objeto de interpretación sin poner el énfasis en la partida. En otros de sus trabajos y mencionando a Lanson en relación al uso de la verdad en la interpretación, Todorov (1981) escribe sobre la importancia de intentar acceder no sólo a la 25 verdad teniendo en cuenta que la verdad no está en los otros, asimismo plantea el sentido de interpretar lo que hay y nada más de lo que hay. Aparece también el contexto histórico que se establece para hablar de lo que llama el tercer grupo de presiones. Nos interesa tomar su idea y como venimos haciendo relacionarla con una teoría que vincule la práctica metodológica siendo en ese sentido que resulta útil su contextualización, cuando haciendo referencia a la historia y uso de los libros plantea la importancia de tener conocimiento de su biografía, su trayectoria, sus diferentes usos y los contenidos así como los datos referidos a sus autores. También habla de la “suerte” de cada libro, los modos y grados de aceptación según el momento, quienes fueron sus destinatarios y a quienes pertenecieron, su transformación como objeto sagrado, así como en qué medida se constituye o no en una obra única-mayor, en fin todo tipo de circunstancias relacionadas a la cosa-objeto. Este marco de análisis teórico pasa a ser válido para contextualizar la trayectoria de objetos o cosa como reflexión metodología en la investigación. Insistimos tener en cuenta la trayectoria de la “cosa-objeto” como enclave para un desarrollo teórico donde es posible su uso no sólo como una ida o vuelta. La interpretación se erige de esta manera como reflexión y la posibilidad de tomar conceptos para reinterpretarlos, como es nuestro interés cuando articulamos el sentido del análisis en el texto con otras aplicaciones teórico prácticas para sustanciarnos con nuestro objeto. Lo que nos concierne es rescatar ese sentido que tiene nuestro objeto de estudio en su propia constitución. “El objetivo de la interpretación es únicamente el sentido de los textos, y ella debe lograrlo sin ayuda de ninguna doctrina, sea verdadera o falsa”. (Todorov, 1981: 151) (…) se trata de cambiar, no la naturaleza de la verdad, sino su lugar; lejos de poder servir como principio conductor de la interpretación, el sentido nuevo debe ser su resultado; no se puede buscar un objeto con ayuda de ese mismo objeto. La determinación del sentido de un texto debe cumplirse independientemente de toda referencia a la verdad de ese texto.(Todorov, 1981: 152-153) En nuestro asunto que es la interpretación que hace la persona en relación al uso de ese objeto-cosa, encontramos también algunos cruces conceptuales con elementos de la teoría relacionada al campo del arte, la cual ha tratado la obra como “abierta” de alguna manera en 26 las reflexiones de Duchamp por ejemplo, o en la interpretación de Umberto Eco (1979) donde la obra aparece como no finalizada sino luego de la interpretación-significación que de ella realiza el espectador. Como usuario o como espectador, ese individuo se hace cargo de “identificar” en un momento dado el contenido simbólico de esa cosa-objeto, desmitificando así un sentido temporal que siempre se muestre “estable” y que tal vez sólo por concebirse en una línea de tiempo tenga una connotación particular. Aquí también podemos hacer uso de la teoría para integrar “fronteras difíciles” como es la contraposición que se establece pensamos a veces de manera velada entre la materia, entendida para nuestro caso como objeto-cosa, y la vida física o biológica, la carne. Sin duda cualquiera de estos dos ámbitos de movimiento donde la realidad se hace presente, cuenta con la significación que le es propia y es allí donde ahora habita nuestra teoría metodológica. “(…) en el marxismo la filosofía queda suprimida y convertida en una teoría dialéctica de la sociedad, lo que en otras palabras significa que la práctica no es un concepto filosófico, sino una categoría de la teoría dialéctica de la sociedad”. (Kosik,1967: 237) En ese significar es donde encontramos el quiebre de los sentidos y donde el prestigio o mérito concedidos puede o bien tener una aventada, o morir en el desuso. La práctica es, en su esencia y generalidad, la revelación del secreto del hombre como ser onto-creado, como ser que crea la realidad (humano-social), y comprende y explica por ello la realidad (humana y no humana, la realidad en su totalidad). La praxis del hombre no es una actividad práctica opuesta a la teoría, sino que es la determinación de la existencia humana como transformación de la realidad. (Kosik, 1967:240) Y para simplificar ya que como mencionamos la otra parte le toca a la praxis, acentuamos en la noción de línea tan visualizada en la concepción occidental de tiempo. La línea como instrumento burócrata es sin duda una prolongación de muchas y variadas incertidumbres que le son propias al “instrumentador”, y por tal motivo es que la tomamos con “pinzas” sin vilipendiar por esto al tiempo como una construcción teórica válida. Entendemos que para la existencia de una teoría metodológica que incluya aspectos como los que estamos analizando, necesitamos visualizar otros posibles diseños de trayectoria que apunten a la significación de la cosa-objeto, y que hagan uso de mojones de transito 27 para establecer secuencias no solamente temporales y sí para encontrar además su movilidad intrínseca. El prestigio adquirido por la cosa-objeto que puede tal vez llegar a fortalecerse y entenderse simplemente por una oportunidad de existir y no deteriorarse en el mundo físico, no puede sin embargo ser relacionado e interpretado si no es conjuntamente con los enclaves móviles 16 de su sentido adquirido, por eso optamos por la metáfora línea dispersa que nos es más útil para el seguimiento en su sentido simbólico. Hay fuerzas que permanecen más estables, que irradian y se expanden, así como hay otras si aceptamos el término, más “sutiles”, que se entreveran a modo de “elásticos” de tensión para proteger o destruir un modelo de trayectoria dado. “Digamos que hay, en toda sociedad una tensión entre el sentido, entendido como el conjunto de las relaciones pensables, y la libertad, definida como el espacio dejado a la iniciativa individual”. (Augé, 2007: 37) Nos remitimos al ser humano que reconoce su existencia mientras la aprehende y aprende de manera conjunta para hacerse de alguna manera y jugando con la metáfora: inmortaltradicional. Al objetivarse uno mismo el proceso de construcción humana no cesa y el recorrido se hace constante en un sentido nuevo que toma en cuenta la dimensión del futuro y la objetivación del trabajo como señala Kosik. El hombre no produce la cultura y la civilización, su realidad humano-social, como una defensa contra la mortalidad y su finitud, sino que sólo descubre su mortalidad y su finitud sobre la base de la civilización, esto es, de su objetivación. (…) Según Hegel, tal cambio se produjo en el curso de una lucha por el reconocimiento, en el curso de una lucha a muerte. Pero esa lucha únicamente podía entablarse si el hombre ya había descubierto el futuro como dimensión de su existencia, lo que sólo era posible sobre la base del trabajo, es decir, de la objetivación del hombre.(Kosik,1967: 241) Es así que según Kosik la praxis incluye más de una dimensión de significación, siendo que es intrínseca al ser humano y al mismo tiempo pertenece y se crea en una realidad independiente. 16 Usada la expresión para visualizar ciertos límites que en su redefinición instauran un aprendizaje en el acontecimiento. 28 Esto sin duda nos interesa para el análisis sociocultural de la cosa-objeto siendo que aparecen múltiples factores de constitución tanto respecto a la materia como a la esencia de sus traslados. Al tiempo que se crea o crean esos recorridos que intentamos valorar en relación a ciertos objetos materiales, se crea también y recíprocamente el contexto donde el ser humano hace real su experiencia para conocerse y re-conocer su entorno humanosocial. (Kosik, 1967:244) (…) como el famoso hombre que hace un poco de todo, formulado por Lévi-Strauss, utiliza fragmentos y trozos que han recibido su significación de una existencia anterior, para crear un objeto que funcione, o sea, que se venda, lo cual quiere decir, también, que sintetice objetivamente una relación entre categorías culturales, porque allí reside su vendibilidad. (Sahlins, 1997: 215) En cuanto a la economía como dimensión institucional dominante y su relación con el individuo, Sahlins muestra que la producción no es solamente de objetos para ciertos sujetos sino que además produce sujetos para ciertos objetos, cosa que es de especial interés para nuestro estudio. Se refiere a este tipo de relación como una clasificación que abarca toda la superestructura cultural de modo que existe un ordenamiento por oposición, es decir tomando como referencia el campo económico y a partir de allí comenzar con toda la clasificación cultural. Nos es muy útil para nuestra reflexión teórica y más aun si intentamos tener en cuenta el análisis de recorridos –trayectorias de elementos materiales de la cultura. Ese valor agregado a la cosa-objeto para nuestro caso o bien la ganancia adquirida en el proceso tomando los aportes de Sahlins, es sin duda significativo al indagar en las posibles fisuras o sutiles reinterpretaciones del sistema simbólico o –sinopsis simbólica- como menciona el autor refiriéndose a las “conjunciones de oposiciones provenientes de distintos planos culturales”. La idea de diferenciaciones homólogas que el propio sistema adopta y mantiene como trabajo-ocio, centro-suburbio, impersonalidad-familiaridad (Sahlins, 1997: 213-214), la tomamos hacia una actitud que en constante atención incluya alguno de los encuentro entre diversos usos y sentidos que el sujeto-persona le asigna. Y para terminar citamos un fragmento de las reflexiones de Rockwell en relación al contenido de la reproducción que pensamos reúne varias de las miradas expuestas en este trabajo: 29 El contenido de la reproducción se define, más que en términos de cosas, básicamente en términos de relaciones (sociales, de producción, de poder, etc.) (…) Si algo aprendimos de Marx fue precisamente esa tendencia a desconfiar de la identidad de las –cosas-, y de buscar su contenido social, no en ellas mismas, sino en las relaciones sociales que las constituyen; en el caso paradigmático de la mercancía, estas relaciones son de producción, pero no lo son necesariamente en todos los casos. La continuidad de relaciones básicas, estructurales, bajo realidades históricas cambiantes no es nada evidente en la investigación empírica. Aún más difícil, sin embargo, ha sido la contraparte: comprender cómo esas [realidades cambiantes], las alianzas de clase por ejemplo, que tienden a asegurar la reproducción de las relaciones constantes, han sido, a su vez, históricamente tan significativas como las estructuras mismas. (Rockwell, 1986: 115-116) Reflexión final Teniendo en cuenta las reflexiones en general podemos decir que el modo utilizado para vincular diferentes puntos de vista en la aplicación de la teoría está acorde con los ejemplos prácticos que analizamos, y en este sentido es sustancial para todo el desarrollo siendo que en nuestro intento por indagar en la teoría de la praxis, nos vemos comprometidos en reflexiones acordes a su implementación práctica. La disposición en el armado y montaje de los textos asimismo creemos es significativa hacia nuevas interrogantes en el quehacer de la teoría antropológica, siendo como en este caso que los ejemplos muchas veces fueron marcando de alguna manera la distribución de los textos en el trabajo según las características intrínsecas de los mismos. 30 Bibliografía AUGÉ, Marc El oficio de antropólogo, Barcelona, Gedisa, S. A., 2007. BÁRCENA, Fernando; El aprendizaje del comienzo. Variaciones sobre la educación, la creación y el acontecimiento, España, (Artículo) Universidad Complutense de Madrid, 2002. BARTHES, Roland, Mitologías, México. DF, SXXI, 1988. BAUDRILLARD, J.; Cultura y simulacro, Barcelona, Editorial Kairós, 1978. BEHARES (Director); et. al. Didáctica Mínima. Los Acontecimientos del saber, Montevideo, Psicolibros, Waslala, 2008 [1ª Ed., 2004]. 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