[PDF] Desarrollo de la Comunicación

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Lw..17.- EL DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN
“El desarrollo humano se produce siguiendo una serie de etapas vinculadas con la
edad, en las cuales se llevan a cabo resultados característicos e interrelacionados en el
crecimiento físico, en el aspecto social y de la personalidad”. Weiner y Elkind, 1985.
Tal como nos dice este parágrafo el desarrollo del hombre puede subdividirse en
diferentes etapas. Quizás una de las más importantes y donde el desarrollo se da con una
velocidad más alta es la PRIMERA INFANCIA. La palabra infancia proviene del latín
“INFANS” que significa sin lenguaje. Pero además de las primeras palabras en la primera
infancia se adquieren otras habilidades como: primera sonrisa, primeros pasos, la primera
reacción de angustia ante un extraño,... A través del lenguaje el niño será capaz de
relacionarse con sus semejantes y exponer sus deseos y necesidades de forma más precisa.
Los estadios del desarrollo del lenguaje no son necesariamente escalas discontinuas
marcadas por claras transiciones y divisiones, sino que éstos sólo representan un método
fácil para su conceptualización.
Los períodos del desarrollo del lenguaje giran alrededor de las siguientes dimensiones:
comprensión del lenguaje, adquisición de los sonidos de las palabras, expresión de
palabras y frases, y contextualización de la comunicación.
El registro normal del desarrollo del lenguaje es relativamente amplio y especialmente durante
las edades tempranas.
Generalmente el orden de adquisición de las estructuras particulares, su significado y
utilización es similar en casi todos los niños (con algunas excepciones), siendo la
velocidad de adquisición la que puede ser diferente.
Esto significa que un retraso específico, en uno o varios aspectos, no es necesariamente
indicativo de desórdenes de adquisición, a menos que el retraso persista más allá de las
primeras edades o que haya un patrón general de sucesivos retrasos durante las
diferentes áreas del desarrollo.
Al igual que en otras áreas del desarrollo humano, en las teorías sobre el desarrollo del
lenguaje también se ha dado el debate sobre la importancia de los factores externos y los
internos para la consecución del mismo. Entre las influencias intrínsecas encontramos las
características físicas de cada niño, del estado del mismo y otros atributos determinados
genéticamente. Las influencias extrínsecas durante la infancia están vehiculadas
principalmente por la familia: las personalidades y estilos de cuidado de los padres y
hermanos, el estatus socio-económico de la familia y la cultura donde el niño ha nacido.
Cada autor o teoría le ha dado mayor importancia a uno u otro polo (Mazet & Stoleru,
1990; Palacios, 1992; Plauche, 1997).
Los inicios serios de realizar investigación sobre el lenguaje se dan a mediados del
siglo pasado. Los autores precursores en la misma se circunscriben dentro de la
Neurología. Tal como recogen Love & Webb (1994), en 1861 Broca estudia los cerebros
de dos pacientes que presentaban pérdida de lenguaje y perturbación motora del habla.
Tras estos
1
estudios concluyó que los hemisferios del cerebro eran asimétricos, y que el hemisferio
izquierdo contenía el centro del lenguaje en la mayoría de los hombres. El otro gran autor
es
Carl Wernicke que en 1874 identifica el centro auditivo del habla en el lóbulo temporal.
Con este hallazgo diferencia el centro, encontrado por él, encargado de la comprensión del
habla , de la zona de su homólogo que se encargaba del habla expresiva.
A lo largo del s. XIX se continuó con el esfuerzo de realizar un modelo de los
procesos y zonas que estaban relacionados con la producción del lenguaje. El
advenimiento de las dos grandes guerras será un campo muy importante para la evaluación
de los pacientes que han sufrido pérdida del lenguaje o diferentes trastornos del habla. Con
todo ello se avanzará en la localización de las diferentes conductas humanas.
Osgood en 1953 convoca un simposio de psicólogos y lingüistas , ya que creía que
los psicólogos debían decir la suya en el tema del lenguaje. Es tras este congreso y con la
ayuda de otros autores que crea la Psicolingüística. En 1959, Skinner hace el primer
intento de abordar el lenguaje desde una perspectiva conductual. Desde esta óptica, el
proceso e aprendizaje del lenguaje consiste esencialmente en determinar las condiciones
ambientales que posibilitan los mecanismos responsables de dicho proceso. El habla
dirigida al niño constituiría un punto esencial dentro de dichas condiciones ambientales.
(Siguan, 1993; Rivero, 1993).
Tras la publicación que realiza Skinner, aparece Chomsky con una crítica
contundente (Vila, 1992; Siguan,1993; Cortés,1993; Serrat y Serra,1993; Rivero,1993;
Love & Webb,1994) . Para Chomsky la capacidad del habla está determinada
genéticamente. Las propuestas innatistas atribuyen al niño un conocimiento innato de las
propiedades universales de las reglas lingüísticas y de sus variaciones paramétricas; así
como un conocimiento innato de los procedimientos que le permitirá las reglas de su
lengua. Para él, el habla adulta no constituiría un modelo lingüístico adecuado por su alta
frecuencia de errores y frases inacabadas. Propuso que el niño genera sus propias reglas
lingüísticas a partir del análisis del habla que escucha a su alrededor.
Mientras, Piaget pensaba que el desarrollo del lenguaje constituía un subproducto
del desarrollo de otras capacidades cognitivas (Bruner,1984), por lo tanto hasta que no se
hubiese adquirido la simbolización no podría aparecer el lenguaje.
Desde el
interaccionismo social y siguiendo a Vigotsky, Bruner se interpone entre los dos
pensamientos extremos. Para él, en el desarrollo del lenguaje serán necesarios mecanismos
innatos que predispongan al niño a la interacción social, pero serán precisos los soportes y
ayudas ofrecidas por el adulto en la interacción con el niño (Bruner, 1984; Rivero, 1993).
¿De qué conceptos básicos vamos a hablar?
En este apartado nos gustaría recoger una serie de conceptos que nos parecen importantes
para la comprensión de qué es el lenguaje y cómo se desarrolla. A menudo hay
confusiones entre tres conceptos que la gente suele usar de forma inadecuada. Estos son:
Comunicación: Richards (1974) la define como algo que va más allá de la simple
interacción. Implica la idea de mutualidad, reciprocidad e intersubjetividad (Fdez. Viader,
2
1992). Sería el intercambio de información con éxito adaptativo. La comunicación tiene
diferentes formas de expresión, entre ellas: el lenguaje, la comunicación gestual,...
Habla: Es la realización física y perceptiva del lenguaje. Es la ejecución del lenguaje.
Lenguaje: “Lenguaje es un sistema de códigos con la ayuda de los cuales se designan los
objetos del mundo exterior, sus acciones, cualidades y relaciones entre los mismos.”
Luria, 1977.
Los elementos que componen un lenguaje basado en sonido son (Damasio & Damasio,
1992):
- FONEMAS: Unidades de sonido cuya concatenación en un determinado orden produce
fonemas.
- MORFEMAS: Las menores unidades significativas cuya combinación crea una palabra.
- SINTAXIS: Las combinaciones admisibles de las palabras en las frases y las oraciones
para que estas tengan sentido.
- LÉXICO: El conjunto de todas las palabras de un lenguaje dado. Cada entrada de su lista
incluye toda la información con ramificaciones morfológicas o sintácticas, pero incluye el
conocimiento conceptual.
- SEMÁNTICA: Los significados que corresponden a todos los elementos léxicos y a
todas las oraciones posibles.
- PROSODIA: La entonación que puede modificar el significado literal de las palabras y
de las frases.
- DISCURSO: El encadenamiento de las frases para que constituyan una narración.
¿Qué pasa a nivel neurofisiológico?
En el lenguaje actúan tal como podemos ver en el gráfico 1 toda una serie de componentes
neurofisiológicos que permiten la descodificación y elaboración del mismo. Entre los
principales, a grandes rasgos, podemos destacar:
- el sentido de la audición que permite escuchar lo que se nos dice.
- el cerebro y la corteza cerebral que permiten por una parte decodificar lo oído y mandar
órdenes a los órganos fonatorios para producir el lenguaje.
- órganos fonatorios que son los que permiten la producción sonora del lenguaje: es decir
el habla.
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Gráfico 1: Componentes neurofisiológicos del lenguaje.
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La emisión de sonidos requiere, al espirar, de una vibración particular de las
cuerdas vocales acompañada de una ubicación adecuada de las diferentes piezas del
aparato bucofaríngeo. Como es de imaginar estos músculos y cavidades son controladas a
nivel cerebral, a través de los nervios que provienen del encéfalo.
La orden motriz parte, por lo tanto, del córtex cerebral a nivel del área motriz primaria
(ÁREA DE BROCA). Una vez dada la orden, el sonido emitido por las cuerdas vocales
tras la exhalación del aire se caracteriza por la intensidad, el timbre y la altura. Boca y
faringe actúan de cajas de resonancia y permiten la formación de los fonemas. Esto sería lo
que formaría lo que conocemos por LENGUAJE EXPRESIVO, es decir la producción del
lenguaje o el habla. La conducta de expresión oral es constantemente reajustada en función
de informaciones auditivas (Rondal & Sheron, 1991; Sataloff, 1993; Love & Webb,
1994).
En cuanto al LENGUAJE RECEPTIVO se refiere a como captamos y
comprendemos la señal hablada. El habla como hemos podido comprobar anteriormente
consiste en una vibración del aire ambiental. Este produce una movilización del tímpano
(oído) que al provocar la movilización de los huesecillos del oído medio, transforma el
mensaje al oído interno e inducen en el la movilización de los líquidos. Esta señal supone
un desplazamiento de diferentes membranas, así como de las células ciliadas, Es en este
estadio que la información deviene neuronal. Posteriormente, tras el paso por el área de
Wernicke habrá una comprensión del mensaje emitido por el interlocutor (Rondal &
Sheron, 1991; Love & Webb, 1994).
Entre los componentes cerebrales, según Damasio & Damasio (1992), algunos
autores creen que el cerebro procesa el lenguaje por medio de tres grupos de estructuras
que actúan influyéndose recíprocamente:
1.- Un amplio conjunto de sistemas neuronales que hay en los dos hemisferios
representa las interacciones no lingüísticas entre el cuerpo y su entorno, mediadas por
sistemas sensoriales y motores.
2.- Un número menor de sistemas neuronales localizados en el hemisferio
izquierdo que representa los fonemas y las reglas sintácticas para combinar las palabras. Si
se les ha estimulado desde el interior crean las formas verbales y generan frases que se han
de decir o escribir. Si por el contrario, el estímulo proviene del exterior efectúan el
procesamiento inicial de las señales del lenguaje auditivo o visual.
3.- Este grupo de sistemas situado en buena parte en el hemisferio izquierdo sirve
de interconexión entre los dos anteriores. Puede tomar un concepto y estimular la
producción de formas verbales o puede recibir palabras y hacer que el cerebro evoque los
conceptos correspondientes.
Período prelingüístico:
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Este período iría desde el nacimiento hasta los 18-24 meses, en que la mayoría de
autores consideran que se da el paso hacia el lenguaje tal como lo conocemos. En este
período de dos años el crecimiento físico, que sigue cierto calendario madurativo, es
espectacular (Palacios y Mora,1992; Colson, 1997) . El desarrollo del cerebro en cuanto a
masa cerebral será rápido, pero no así las interconexiones que requerirán más tiempo y que
necesitarán de la estimulación externa para su total evolución (Shatz,1992).
La interconexión neuronal es el punto central de todo el desarrollo, ya que esta
correlaciona altamente con el desarrollo conductual que va apareciendo en el niño. Así
podemos ver que tras el nacimiento, en las primeras semanas e incluso meses, la conducta
del
recién nacido está plagada de automatismos y movimientos incontrolados. Sólo a medida
que vaya produciéndose el desarrollo madurativo que va del centro a la periferia del
cerebro, lo automático se va convirtiendo en voluntario y lo incontrolado en controlado.
Aquí cobran importancia dos leyes que se refieren al desarrollo psicomotor, estas son
(Weiner y Elkind, 1985):
- Ley céfalo-caudal del desarrollo, se controlan antes las partes del cuerpo que
están más próximas a la cabeza. Posteriormente se extenderá el control hacia abajo.
- Ley próximo-distal, se controlan antes las partes que están más cercanas a dicho
eje, que las más alejadas. Esta ley es la que permite explicar el porqué el desarrollo de la
motricidad fina es posterior al de la motricidad gruesa.
Entre los aspectos más automáticos e incontrolados, más dependientes del nivel cerebral
nos encontramos con los reflejos, que son las primeras "armas" del recién nacido para
enfrentarse (sobrevivir en) con el mundo exterior. Estos reflejos están presentes en todos
los niños normales en el momento de su nacimiento. A partir del nacimiento, estos reflejos
van a tener un destino variado: algunos desaparecerán muy pronto (reflejo de Moro), otros
desaparecerán algo más tarde (hociqueo) y otros pasarán a ser conductas voluntarias (la
succión). La mayoría de los reflejos desaparecen como tales en el curso de los primeros
cuatro meses, como consecuencia de procesos madurativos del cerebro (Gassier, 1983).
A nivel cognitivo y según Piaget (en Luque y Palacios, 1992; Johnston &
Johnston, 1993), el recién nacido estaría en el período sensoriomotor. Este primer período
es un estadio preverbal donde el niño comienza a formar sus propios esquemas
sensoriomotores. Debe aprender operaciones básicas con las cuales relacionarse con el
mundo exterior. La primera tarea de los lactantes es comenzar a establecer sus propios
límites del ego (donde acaba él y empieza el mundo externo). Por medio de la interacción
con los objetos y personas y en relación a ellos empizan a organizar el tiempo y el espacio.
A medida que progresan, empiezan a demostrar signos de intencionalidad, este es el paso
inicial de la aparición de la inteligencia. Con este comienzo, los niños están en camino
hacia el desarrollo sensoriomotor, lo que van a conseguir mediante la elaboración de cuatro
entendimientos: constancia de objetos, espacio coordinado, causalidad y temporalidad.
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De las adaptaciones innatas (reflejos), el niño irá a través del contacto con su medio
ejercitando una serie de movimientos que le permitirán hacia el final de la 1ª infancia
realizar
una serie de movimientos controlados y voluntarios. Podrá controlar la posición de su
cuerpo y de los segmentos corporales más importantes (brazos, manos, tronco). Por lo
tanto, el movimiento del niño va integrando y controlando cada vez un mayor número de
grupos musculares, con lo cual estos se van haciendo cada vez más precisos. Como pasaba
en el resto del desarrollo físico, estas habilidades tendrán una evolución muy rápida entre
el primer y el tercer año. Esta mejoría en los movimientos hará que la actuación y
percepción hacia el entorno sea diferente, a la vez que permite incorporar repertorios
psicomotores muy especializados (primeros pasos hacia el final del año, coordinación
visuo-motriz,...).
Pero, además de las habilidades motrices hacia los 3 meses ya hay otros
indicadores físicos y emocionales importantes. Así, el niño tiene a su disposición todos los
sentidos para recibir información del exterior. La significación que le de el niño todavía
estará en el placer/displacer pero esta irá evolucionando.
A los 3 meses también aparece la sonrisa social, este es uno de los organizadores de la vida
psíquica del niño (Spitz, 1958). El niño es capaz de reconocer la cara humana a través de
una gestalt de los componentes de la misma. Es el primer paso hacia la individualización.
En el octavo mes coincidiendo con una mayor independencia en el ámbito motor,
aparece el miedo hacia el extraño. Con la sonrisa social y acompañado de otros factores
como es la alimentación, cuidados en general, el niño es capaz de reconocer a la madre y
cuidadores más habituales. Hacia los 8 meses la presencia de un extraño produce en el niño
una ansiedad que hace que reclame la atención de la madre.
Por último, citando a Spitz, tras la adquisición de las principales habilidades
motoras gruesas y con la aparición de las primeros rasgos de la psicomotricidad fina
aparece hacia los dos años la NEGACIÓN. La negación consiste en el período en que el
niño se siente totalmente dominador de la situación y es capaz de decir no ante cosas que
no le gustan. Es el primer concepto que el niño asimila. Ahora es capaz de contralar su
medio a través de la palabra y no como lo hacía anteriormente mediante gritos, llantos o
pataletas.
¿ Qué es la Comunicación Pre-lingüística?
Aunque muchos padres consideran la producción de la “primera palabra” como la
primera etapa en el desarrollo de la comunicación, los niños abordan la comunicación
mucho antes de producir la primera palabra.
Los niños presentan un equipamiento perceptivo para procesar el lenguaje, son
habilidades innatamente programadas y que economizan la tarea de aprendizaje del
lenguaje.
Aunque los bebes no entiendan el sentido literal del lenguaje dirigido a ellos, muestran
preferencias atencionales para la interacción lingüística y los comportamientos sociales
que pueden provocar esta estimulación.
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Durante los primeros días de vida, los bebes muestran preferencia por los sonidos de
frecuencia similares a la voz humana y por las palabras. Buscan la fuente de las voces
que oyen, registran placer con su expresión facial cuando la identifican y permanecen
quietos, inhibiendo sus movimientos, hasta que la voz cesa.
Los bebes con tres días de vida pueden reconocer las voces de sus madres entre las
voces de otras madres, probablemente como resultado de la experiencia prenatal con la
voz de su madre oída a través de la bolsa amniótica.
Los recién nacidos también muestran preferencia por mirar las caras, y los padres suelen
interpretar estas preferencias como un signo de buena voluntad para la interacción.
El bebe está genéticamente organizado para facilitar la aparición de la socialización del
lenguaje.
Los niños poseen la capacidad de discriminar entre sonidos los que son importantes para
el habla.
Algunas de estas distinciones programadas genéticamente son mantenidas para la
experiencia del niño y se adaptan a las particularidades del sonido que existe en su
ambiente, pero hay otras que se extinguen hacia finales del primer año de vida,
indicando un cambio de foco del lenguaje aprendido por discriminación de sonidos
hacia el proyecto de la comprensión del sonido.
Alrededor de los 4 meses de vida, los niños responden a diferentes tonos de voz y a los
6 meses presentan pruebas de escucha selectiva. Hacia el final del primer año, los niños
modifican sus conductas según el tono emocional del discurso (ej. : se inhiben si les
dicen “no” en un tono fuerte, pero hacen lo mismo si ellos oyen “si” con el mismo
tono).
Los niños también son capaces de coordinar la información acústica del habla con la información
visual de postura y actitud, favoreciendo una excelente base para aprender los movimientos
articulatorios asociados con el habla, que ellos deberán aprender a producir.
Aunque los niños no entiendan el significado de las palabras hasta su primer año de
vida, antes ya empiezan a desarrollar las bases de las categorías gramaticales y
semánticas. Poseen la habilidad para dividir en grupos de sonidos las estructuras
abstractas de una variedad de entradas acústicas, ayudándoles a identificar las palabras
de los otros sonidos que ellos pueden oír en su medio ambiente.
La verdadera comprensión léxica del lenguaje no surge hasta cerca de los 8 meses de
edad, en que los niños empiezan a responder a ciertas palabras que han oído en sus
rutinas familiares
Cuando el niño responde apropiadamente experimenta el placer de una interacción
social positiva y a la vez, conoce una nueva vía del lenguaje para poder codificar lo que
ellos ya conocen del mundo que les rodea.
¿Cómo se desarrolla la producción del sonido en los niños?
El lloro es la principal forma de conducta vocal del recién nacido.
Durante su primer mes, el niño aprende la habilidad de producir lloros que muestran
diferentes estados afectivos, y son los padres quienes atribuyen intencionalidad a estos
sonidos reflexivos producidos tempranamente por los niños.
Entre los 2 y 5 meses de edad, los bebes empiezan a desarrollar sonidos que producen
primariamente en respuesta a una interacción social.
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Aparece la risa acompañada por una sonrisa social que el niño produce en respuesta a
una interacción que percibe como placentera, a menudo porque es una rutina conocida,
cuyos componentes son previsibles.
Según Vila (1992), durante los tres primeros meses de vida las rutinas ligadas a las
necesidades del bebé y el adulto comparten unos significados que permiten regular
conjuntamente algunos de sus comportamientos. En esta relación específica que hay entre
el cuidador (madre u otro miembro) y el niño, la madre empieza a enseñar
inconscientemente el lenguaje. Esto ocurre mediante el habla de estilo materno, baby-talk
o madresía (Johnston,1993, Rivero, 1993). La madresía tal como la llama Johnston parece
seguir el desarrollo básico, comenzando en el nivel más fundamental y haciéndose
gradualmente más complejo a medida que el niño crece. La madresía se caracteriza por ser
simple estructuralmente (usa frases cortas, no subordinadas, no modificadores), hay un alto
grado de redundancia, el tono es alto, la prosodia exagerada, el léxico (palabras utilizadas)
son aquellas que están presentes en el entorno del niño, hay preguntas y explicaciones
sobre lo que la madre va diciendo o lo que el niño hace.
La madresía suele aparecer hacia el tercer o cuarto mes, aunque puede aparecer con
anterioridad. Hasta entonces el niño captaba los ruidos que había a su alrededor y lloraba o
gritaba para dar a conocer su estado. La madre en esta época es capaz de diferenciar los
lloros y saber si se trata de hambre, sueño, ganas de jugar, molestia,...
De los 4 a los 8 meses el niño empieza a pronunciar sonidos como sílabas o vocales.
Los niños utilizan juegos vocales para responder o iniciar el contacto con los adultos,
pero también se dedican estos juegos cuando están a solas, practicando sus habilidades
en la producción de nuevos sonidos que están adquiriendo.
Hacia los 6 meses el niño empieza a explorar los parámetros de su aparato vocal para ver
que puede hacer. Aprenden a producir vocales abiertas y las primeras consonantes. Con el
balbuceo y el laleo, el niño va experimentando los sonidos. También aparece una ecolalia,
el niño parece un “loro” ante cualquier cosa que diga la madre, repite como si estuviera
jugando. Hacia el final de este primer período el niño será capaz de decir las primeras
palabras. En la tabla 2 podemos ver más claramente los estadios del desarrollo vocal.
Es en este estadio en el que el balbuceo del niño sordo empieza a ser diferente al del
niño que oye sin dificultades.
El aprendizaje vocal empieza a tomar forma a mediados del primer año de vida por
imitación del sonido del lenguaje de los padres, y hacia el final del primer año de vida,
muchos niños empiezan a usar formas fonéticas consistentes. Son producciones únicas
de los niños y que pueden parecerse a alguna palabra del adulto, pero que son usadas
con intención, fidedignamente, en ciertas situaciones, se las llama “protopalabras”.
Estas vocalizaciones tempranas de los niños constituyen “protoconversaciones” con los
padres.
EDAD EN MESES
1-6 MESES
7-12 MESES
LENGUAJE RECEPTIVO
Alerta al sonido, se va orientado
hacia la fuente que lo emite.
Comprende NO, se orienta hacia
su nombre, asocia palabras con
significados, comprende los
gestos que acompañan a las
LENGUAJE EXPRESIVO
Lloros, gritos, sonrisa social,
inicio balbuceo.
Combinaciones de sílabas que se
asemejan a las palabras,
primeras palabras.
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vocalizaciones.
13-18 MESES
Cuando se le demanda que diga El
vocabulario
se
va
o señale algo lo realiza.
incrementando
de
forma
gradual.
Tabla nº1: Desarrollo del lenguaje en la etapa prelingüística (adaptada de Johnson, 1997).
Estadio Edad
1
0-8
semanas
2
8-20
Comportamiento vocal
Sonidos vegetativos, reflejos, llanto y agitación.
Arrullos y risas. Sonidos consonantes nasales. Sonidos producidos
en la parte posterior de la boca. Disminuye la frecuencia del llanto.
Mayor control de los sonidos producidos.
3
16-30
Juego vocal y comportamiento lingüístico exploratorio. Sonidos
consonánticos realizados hacia la parte anterior de la boca.
Creciente control sobre los mecanismos del habla. Inicio de la
secuenciación y resecuenciación de sonidos.
4
25-50
Balbuceo reduplicado (producción de sílabas consonante-vocal en
las que la consonante es la misma que en cada sílaba). Ritualizado
y estereotipado. Vocalización más probable en la interacción con
un adulto que en el juego con un objeto.
5
9-18 meses Balbuceo no reduplicado, variado. Mayor control sobre el acento y
la entonación. Superposición con la producción de las primeras
palabras.
Tabla nº2: Estadio del desarrollo vocal (a partir de Stark, 1986 en Garton y Pratt,1991).
¿Cómo interacciona el niño para favorecer la comunicación?
Otras formas tempranas de interacción incluyen el contacto visual con los padres
(primer mes), sonriendo y riendo en respuesta al habla (hacia los 3 meses) y
vocalizando en respuesta a los sonidos (a los 4 meses).
Los niños también empiezan a imitar algunos de los patrones de entonación paternos y
hacia los 3 meses de edad muestran más vocalizaciones a sus madres que a otros
adultos.
A medida que el niño mejora en coordinación motora más formas de interacción
presenta. Durante los estadios prelinguísticos, los niños utilizan la mirada para regular
las interacciones, mirando a los padres cuando quieren interactuar, y desviando la
mirada cuando empiezan a estar cansados o sobreestimulados.
También empiezan a dirigir la atención de los padres mirando ellos mismos los objetos,
los padres les siguen la línea de mira y miran lo que miran los niños. Estas interacciones
son importantes para la formación de las estructuras básicas del lenguaje temático, en
las que el orador dirige la atención del otro hacia un foco de interés sobre el cual se
elaborará una conversación
Los niños menores de 11 meses de edad, se expresan principalmente con gestos que
utilizan establemente, que parecen signos manuales y que utilizan para posicionar
objetos y acciones con el propósito de comunicarse.
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¿Cuándo aparecen las primeras palabras?
Alrededor del primer cumpleaños suelen aparecer las primeras
palabras, y desde entonces y hasta que terminan el periodo
preescolar, la comunicación del niño se desarrolla a una gran
velocidad.
La sofisticación de sus técnicas pragmáticas, con frecuencia asombra a los adultos que los
rodean.
Las técnicas de comprensión empiezan con el entendimiento de palabras simples.
Se sugiere que los niños utilizan un “mapa rápido” como estrategia para adquirir una incompleta noción
del significado de una palabra que les permite usar esa palabra y que van refinando su definición a
través de la respuesta que reciben (Carey, 1978).
Los niños están influenciados por las respuestas maternales, la orientación y la focalización.
Destacar que los niños con dificultades para seguir el foco de atención del emisor y la asociación de
nuevas palabras con el objeto que focalizan, como es el caso de los niños con autismo, presentaran
menos éxito en el aprendizaje de vocabulario nuevo.
En principio, la comprensión está limitada por el contexto, el niño entiende solo las palabras dentro de
su rutina familiar.
La comprensión empieza a estar libre de contexto alrededor de los 18 meses de edad, cuando los
niños responden a palabras que tienen relación con objetos que no son inmediatamente visibles.
A los 15 o 16 meses, los niños pueden señalar sus partes del cuerpo y hacia los 20 meses pueden
señalar estas mismas partes del cuerpo en una muñeca o en otra persona.
Son capaces de diferenciar el nombre de los animales representados en muñecos o cuentos y también
el nombre de los miembros de la familia.
Con 2 años el niño entiende el significado de varias preposiciones y acciones de verbo, aunque la
comprensión de los verbos empieza un poco más tarde que la comprensión de los sustantivos.
Entre los 12 y los 24 meses, la producción de frases en los niños está limitada en una o dos palabras.
Los niños consiguen convencer a los adultos de que entienden más de lo que pueden, utilizando una
serie de estrategias para responder al lenguaje que ellos pueden oír.
Después del primer año, las estrategias integran conocimientos lingüísticos emergentes con el
entendimiento contextual y las interacciones.
A los 18 meses, los niños empiezan a combinar 2 palabras en su propio discurso y también emerge la
habilidad para entender la combinación de dos palabras, pero la comprensión está probablemente
limitada a no más de dos palabras por frase.
En la etapa que va desde los 2 a los 5-7 años el niño adquiere en su totalidad el lenguaje. A
nivel físico el desarrollo se va desacelerando. El niño va adquiriendo cada vez mayor
número de habilidades motoras finas, hay un mayor contacto y adaptación con su entorno
más próximo. A nivel cognitivo el niño se sitúa, según Piaget en el estadio preoperacional.
Este período se caracteriza por el acceso progresivo a la inteligencia representativa; cada
objeto se representará por una imagen mental que lo substituirá en su ausencia. En esta
etapa se desarrollarán el lenguaje, el dibujo, el juego simbólico. Los niños a partir de ahora
podrán pensar de una forma ordenada, aunque en un principio ciertos componentes puedan
obstaculizar esta tarea como son:
- Egocentrismo: incapacidad de observar un punto de vista que no sea el suyo.
- Centración: incapacidad para separar lo propio del medio ambiente.
- Dificultad de transformación: una operación que cambia las reglas de algo.
- Reversibilidad: una acción que puede hacerse puede deshacerse.
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Según Vila (1992), hacia los tres años han desaparecido las dificultades para pronunciar
diftongos y se produce un significativo progreso en las consonantes; aunque se presentan
errores con algunos grupos consonánticos, normalmente en torno a los 4 años el repertorio
fonético está casi completo.
Alrededor de los 3 años de edad, hay una considerable expansión en la cantidad de vocabulario y de
ítems lingüísticos que ellos entienden.
Durante este periodo de rápido crecimiento del lenguaje expresivo, se produce también un rápido
crecimiento de la habilidad para entender el lenguaje.
Hacia los 4 años, los niños han aprendido muchas de las reglas gramaticales básicas del lenguaje.
Después de los 5 años de edad, los niños adquieren la habilidad de descifrar estructuras sintácticas
que constituyen excepciones en las normas del lenguaje.
Los niños empiezan a entender las discrepancias entre significado y forma de las palabras.
Con 7 u 8 años los niños comprenden las estrategias para procesar las frases y también son capaces
de descifrar el significado deseado de las frases.
Desarrollan la habilidad de reconocer las estructuras profundas del lenguaje que permiten el
reconocimiento de diferentes niveles de significado y la comprensión de frases ambiguas (con más de
un significado).
Este es un proceso lento, aunque la comprensión básica del lenguaje figurativo no aparece hasta los 9
años de edad, el mayor progreso en el entendimiento de idiomas, metáforas y proverbios continua
después de esta edad; y no es hasta los 10 años que las discrepancias entre voz y mensaje están
plenamente entendidas, y en adición, la comprensión del desarrollo de conceptos de relación
temporal, espacial, expresiones emocionales e ideas abstractas.
Este desarrollo implica más que una simple suma de vocabulario nuevo, sino que incluye refinar por
entero la red léxica de significado interrelacionado de los niños.
Este refinamiento en la comprensión es también un proceso lento que continua hasta la edad escolar.
El léxico crece a un ritmo notable, duplicándose el vocabulario cada año. Empieza a usarse el pronombre
de tercera persona, aunque su dominio y usos no estarán completos del todo hasta los 7 años. Los
posesivos son comprendidos. Hacia los 2 años aparecen las primeras combinaciones de 3 o 4 elementos, no
siempre respetando el orden. Las primeras interrogativas son preguntas de sí o no marcadas únicamente
por la entonación; luego aparecen con qué o dónde. A los 4 años dominan las construcciones sintácticas
simples. En los pronombres, la distinción del género es clara y consistente a los 5 años; desde los 6 o 7,
también lo es la de número. Mejora el uso de los tiempos y modos verbales, aunque siguen siendo
frecuentes las incorrecciones en los condicionales o sunjuntivos. La sintaxis se hace cada vez más
compleja con la adquisición de los primeros usos de las subordinadas, las yuxtapuestas y las coordinadas,
si bien los verbos no siempre se ajustan correctamente. Hacia el final de este período, la lectoescritura
introduce al niño en una nueva dimensión de uso del lenguaje y de acceso a los conocimientos elaborados
culturalmente.
Edad
2-4 años
4-7 años
Etapas lingüísticas
Etapa telegráfica. El niño empieza a
usar combinaciones de palabras. Esto
va en aumento hasta que entre los 3 y
4 años la mayoría de las frases se
asemejan a frases simples bien
construidas.
Etapas fonológicas
Fonología de morfemas simples.
Expansión del repertorio de sonidos
del habla. Procesos fonológicos que
determinan
las
producciones
incorrectas hasta los 4 años
aproximadamente, momento en el que
la mayoría de palabras de estructura
morfológica simple son correctas.
Primeras frases complejas. Uso de Culminación del repertorio fonético.
de
los
sonidos
complementos del verbo y algunas Adquisición
frases de relativo. Sin embargo, estas problemáticos a nivel productivo a los
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estructuras complejas son el resultado 7 años. Producciones correctas de
de una mera yuxtaposición.
palabras simples. Empieza el uso de
palabras más largas.
¿Cómo se producen los sonidos del habla?
Aunque los niños empiezan a usar palabras correctas alrededor de su primer año, el balbuceo o sonido
no significativo continua coexistiendo con el habla durante más tiempo.
Esta jerga del balbuceo toma la entonación del lenguaje de su entorno, por eso, el sonido de la
vocalización del niño es como si estuviera hablando, pero el oyente es incapaz de entender las
palabras.
Las primeras palabras que los niños producen son generadas de una limitada batería de consonantes
que son similares a las usadas en el balbuceo, fenómeno conocido como selectividad fonológica.
Aunque hay algunas variaciones individuales en el orden preciso de adquisición de los sonidos del
habla, estos siguen ciertos patrones generales en todos los niños (Bernthal and Backson, 1998).
El repertorio de las vocales es aprendido rápidamente (a los 18 meses), mientras que la adquisición de
todo el inventario del sonido consonántico continua durante años.
El primer sonido consonántico que es articulado correctamente son las consonantes nasales (/m/,
/n/), las oclusivas (/p/, /b/, /t/, /d/, /k/, /g/) y las no fricativas continuas (/h/, /w/, /y/); seguido de
algunas fricativas (/s/, /v/, /f/) y de los grupos consonánticos que son los últimos sonidos
articulados correctamente.
Hacia los 2 años de edad, los niños tienen una correcta pronunciación de los sonidos del habla, aunque
tienden a hacer algunos cambios característicos de sus pronunciaciones que les sirven para simplificar
la tarea de la articulación; cambios que desaparecen entre los 2 y los 4 años.
Los niños con más de 4 años que mantienen el uso de un número significativo de estos procesos,
afectando la comprensión de su habla, puede considerarse que tiene un trastorno fonológico de la
articulación.
A partir de los 5 años, los niños añaden destreza y sutileza al conocimiento de su sistema de sonidos.
¿Cómo desarrollan el vocabulario Expresivo?
Las primeras palabras que el niño aprende a decir tienen propiedades en común.
Tienden a ser palabras para denominar nombres de personas u objetos y actividades con las que el
niño tiene contacto y que se usan frecuentemente en sus rutinas sociales interactivas (ej. : adiós).
Los niños utilizan las palabras erróneamente haciendo sobreextensiones, usando una palabra para
significar más de lo que realmente significa (ej.: “perro” para nombrar animales), y subextensiones,
usando una palabra para significar solo parte de su significado real (ej.: “coche” para nombrar un
coche que está en movimiento).
Estas primeras frases de los niños que consisten en una sola palabra, son llamadas “holofrases”
porque funcionan como frases y pueden expresar significados que son más complejos que simples
etiquetas (ej: un niño dice “mama” pero está intentando expresar un mensaje más complejo “mama ven
aquí”).
Las primeras oraciones de los niños tienden a expresar las mismas intenciones protoimperativas y
declarativas que los niños expresaban durante su primer año con gestos y vocalizaciones.
Aunque existen muchas variaciones individuales en el desarrollo del lenguaje expresivo, estudios
recientes sugieren que los niños de 24 meses de edad que producen menos de 50 palabras, pueden ser
considerados representativos por debajo del registro normal del lenguaje expresivo y tienen riesgo
de tener desventajas lingüísticas crónicas (Paul, 1996).
La adquisición de vocabulario expresivo y receptivo continua creciendo rápidamente durante el tercer
año de vida.
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A medida que el niño incrementa su vocabulario, desarrolla maestría sobre un registro de categorías
semánticas, términos espaciales, adjetivos, colores y también aprende a producir y entender palabras
interrogativas (qué, dónde) y pronombres personales.
Durante la edad preescolar los niños aprenden a usar y entender un gran número de clases de
palabras, dominan el uso de muchos pronombres, a excepción de los reflexivos (me, te, se…) que no
son aprendidos hasta la edad escolar.
Muchos de los términos que se usan para denominar la extensión de los miembros de la familia (ej.
hermano), no son finalmente entendidos hasta los 5 años.
Los términos temporales (antes, después, desde, hasta) se introducen en el vocabulario a esta edad,
aunque son usadas primero como preposiciones y solo después como conjunciones subordinadas.
A los 5 años, también aprenden a refinar el uso de los adjetivos, añadiendo términos más precisos en
su vocabulario.
¿Cómo construyen las frases?
Un primer aspecto del desarrollo sintáctico aparece alrededor de los 18 meses de edad, cuando los
niños empiezan a combinar palabras formando frases de tipo telegráfico. Son frases
estructuralmente formadas por la combinación de palabras que no siguen ningún orden, pero que
incluyen las palabras más importantes de las oraciones de los adultos, omitiendo las palabras
funcionales y las palabras finales.
Hacia finales del segundo año de vida, muchos niños empiezan a producir algunas frases de 3 o 4
palabras.
Estas expresiones más largas tienden a incluir los elementos más significativos que no estaban
incluidos en las expresiones anteriores, aumentando el desarrollo de las producciones de sintaxis en
los niños entre 2 y 5 años de edad.
Durante este período, los niños aprenden a elaborar palabras a través del uso de morfemas
gramaticales, unidades de significado que son expresados como inflexiones de nombres i verbos, o
como palabras funcionales como artículos y verbos.
Las diferencias encontradas entre los lenguajes se basan en el orden de adquisición de morfemas
gramaticales que reflejan el hecho de que algunos lenguajes tienen más dificultades o complicaciones
de codificación de los morfemas que otros.
Entre los 3 y 5 años de edad, los niños aprenden la forma de los verbos y también de los plurales.
Otros morfemas gramaticales que son aprendidos durante este período preescolar incluyen el
comparativo y el superlativo.
Un segundo aspecto del desarrollo sintáctico incluye la expansión de las dos unidades básicas de
frases simples: la frase nominal (uso del sujeto u objeto como verbo) y la frase verbal o predicativa
(Miller, 1981).
Durante el período telegráfico, la frase nominal y verbal es un segmento de las frases
que generalmente contienen una sola palabra.
En el tercer año de vida, el niño aprende a elaborar estos elementos añadiéndoles
palabras adicionales.
Los niños continúan incrementando la elaboración de oraciones básicas de nombres y
verbos, también como la complejidad de las frases tipo producidas durante los años
preescolares.
Las frases nominales empiezan a ser más elaboradas y flexibles durante los años
preescolares adquiriendo la habilidad de marcar cada sujeto u objeto de las frases
nominales con un amplio registro y un gran numero de modificaciones.
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Una tercera área del desarrollo sintáctico es la producción de varias frases tipo
disponibles en el lenguaje, que muestran un significativo desarrollo entre los 2 o 3 años
cuando adquieren las frases negativas y interrogativas.
El conocimiento básico de las normas del lenguaje en los niños se completa a los 5 años y el desarrollo
expresivo de los niños coge forma o mayor sutileza y da refinamiento a este conocimiento esencial.
Los errores gramaticales llegan a ser menos comunes, aunque todavía pueden encontrarse en: las
formas verbales, distinciones de plurales, la forma de los pronombres y en la formación de verbos
irregulares.
Muchos aprendizajes acerca de otros registros morfológicos, particularmente en los prefijos y
sufijos, los cuales aumentan el significado o lo modifican la parte del habla de una palabra, se realizan
durante la edad escolar.
Estos progresos así como la adquisición de un lenguaje más formal, lenguaje tipo literario con modelos
de estructuras sintácticas, depende profundamente de la exposición al lenguaje literario y de las
formas usadas en la expresión escrita.
Los niños que no adquieran una buena lectura se verán limitados en su acceso a esa mayor maduración
de la forma de expresión, y el desarrollo de su lenguaje quedará atrasado comparándolo con sus
iguales.
Las formaciones y los conceptos que deben aprenderse a los 6 años, no consisten en nuevas
estructuras, sino en la habilidad de combinar un gran numero de estructuras complejas más comunes
en las formas literarias del lenguaje que en su comunicación diaria, pero estos cambios son más
fáciles de aprender con la escritura que hablando.
¿Cómo aprenden a conversar los niños?
Aunque con un año de edad, las conversaciones sean poco variables y inconexas, el niño
normalmente usa palabras que no van dirigidas directamente hacia el oyente.
En el estadio de las dos palabras, el lenguaje egocéntrico se mezcla con el lenguaje que
empieza a usarse para preguntar por necesidades y hacer observaciones acerca del
mundo que le rodea.
Los niños pequeños pueden responder al habla de los adultos con las formas
comunicativas que ellos disponen –gestos, vocalizaciones o palabras-, pero no están
muy seguros respecto a su uso y a menudo necesitan su confirmación mientras están
hablando.
Los niños muestran su acuerdo con la obligación conversativa para hablar cuando
prestan reconocimiento a los comentarios de sus compañeros, a menudo con la
imitación de una porción de las declaraciones del compañero.
Una nueva función comunicativa emerge en la segunda mitad del segundo año.
Los niños de 12 a 18 meses de edad, normalmente hablan del aquí y ahora, haciendo
comentarios sobre objetos y eventos que son obvios en el contexto inmediato y que
añaden poca información al conocimiento del oyente; los niños más mayores empiezan
a usar un lenguaje que les sirve para aprender acerca del mundo y para proporcionar
nueva información al oyente.
El uso de las preguntas es una manifestación del desarrollo de los niños entendiendo
que el lenguaje puede ser usado para aprender acerca del mundo que les rodea.
A los 2 años de edad, son los padres los que deben ayudar al niño en el desarrollo de la
cortesía como sistema obligatorio para hacer sus peticiones; uno de los pocos aspectos
del desarrollo del lenguaje que debe ser explícitamente enseñado.
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Un adelanto en la destreza de la comunicación en el tercer año de vida, es la expansión
de los propósitos en que el lenguaje puede ser usado.
Hacia los tres años, el desarrollo pragmático empieza a ser más sofisticado e interactivo.
El discurso egocéntrico y la ecolalia desaparecen gradualmente, mientras que el registro
de funciones del lenguaje se incrementa. El lenguaje del niño es ahora utilizado para
anunciar intenciones y describir acontecimientos.
Hay un creciente conocimiento de las funciones conversacionales del lenguaje, siendo
más probable en los niños el esperar respuestas y menos probable el ignorar
interrupciones (Garvey and Berniger, 1981).
Existe un desarrollo rápido de la técnica pragmática entre los 3 y 5 años de edad. El
lenguaje es más usado para anunciar intenciones y describir sucesos continuos, pero hay
también un aumento del uso del lenguaje para describir sucesos e incidentes del pasado
y relatar incidentes del pasado hacia sucesos presentes.
Durante el periodo preescolar, el lenguaje empieza a ser utilizado con el propósito de:
razonar, solucionar problemas, controlar pensamientos y acciones, relatar sucesos y
construir juegos imaginativos complejos (Tough, 1977).
El lenguaje llega a ser un instrumento del pensamiento más que un sistema mediante el
que uno hace con las palabras, como los niños lo usaban primariamente.
Esta función del lenguaje contribuye a la intelectualización de los niños, por eso al
crecimiento del lenguaje y la cognición se les presta mucha atención durante los años
preescolares.
Alrededor de los 3 o 4 años, los niños empiezan a usar estrategias lingüísticas para
proporcionar conexiones entre las ideas que ellos hablan en sus conversaciones y
también son más expertos en la interrupción de conversaciones.
Sin embargo, raramente solicitan clarificaciones cuando no entienden algo mal y no
pueden reformular su lenguaje o proporcionar bases ausentes de información cuando el
oyente parece confuso.
En la edad preescolar, cuando se incrementa la competencia lingüística, el niño puede
participar en muchas más situaciones comunicativas, pudiendo establecer
conversaciones con sus familiares pero también con otros niños y adultos que no sean
de la familia.
Aunque a esta edad necesitan menos ayuda de los familiares para tener éxito al hablar,
la conversación entre padres e hijos sigue teniendo un papel importante en la
construcción del mundo social del niño. Los padres les enseñan que hacer en las
diferentes situaciones, como comportarse, que esperar y les ayudan a interpretar
situaciones verbalmente, proporcionándoles razones y explicaciones.
El lenguaje por sí mismo llega a ser parte de la experiencia de las relaciones sociales y
los preescolares son socializados lingüísticamente tanto como comportalmente en la
comunidad en la cual están esperando dirigir.
Hablando con sus iguales en el contexto del juego, el niño aprende como puede usar el lenguaje para
iniciar y construir relaciones sociales. Muchos preescolares en su juego interactivo dan mucha
importancia al lenguaje como medio y aprenden a explotar su flexibilidad en el uso del lenguaje de
forma interactiva.
¿Cómo se desarrolla la narrativa?
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La narrativa se basa en prolongados monólogos que implican el informar de las acciones de la gente,
animales u objetos. Es un lenguaje que se refiere a eventos externos dentro del contexto inmediato.
Los niños menores de 2 años pueden contar historias, aunque sus narraciones no son fieles a las
estructuras gramaticales.
Cuando los niños progresan en la edad preescolar, sus historias gradualmente se van pareciendo más a
las formas convencionales usadas por los adultos.
Hacia los 6 años muchos niños pueden relatar de manera más o menos coherente, siguiendo el formato
gramatical, y continúan desarrollando sus habilidades narrativas, incrementando maneras cada vez
más sofisticadas de creación narrativa cohesión.
El desarrollo pragmático del lenguaje, continua durante los años escolares, empieza a usarse en muy
diversas series de interacciones sociales, que incluyen contar historias, divertidos/simpáticos
rituales de juego, compartir ideas, proporcionar ejemplos, hablas de perspectivas, discutir problemas
y valoración de alternativas.
Gradualmente, la habilidad de los chicos para narrar historias llega a ser más sofisticada,
proponiendo de una cadena temporal para acercarse hasta la habilidad de conectar elementos
lógicamente y desarrollar un tema central.
Las habilidades metalingüísticas continúan mejorándose a través de los años escolares, sirviéndose
para hacer de ambos causa y consecuencia de la adquisición de la capacidad de leer y escribir.
La habilidad de usar el lenguaje para hablar de lenguaje también se manifiesta en el juego de los
niños. Empiezan a usar palabras para divertirse con ellas.
Los niños muestran que ellos entienden no solamente el significado de la palabra, sino también otras
propiedades independientes del significado, como el sonido de la palabra y su similitud de sonido con
otras palabras.
Empiezan a entender palabras con múltiples significados, por lo que tienen que pensar acerca de que
representan y como está representadas. El uso del lenguaje en el role-playing también demuestra la
destreza metalingüística del niño.
La emergencia de estas habilidades metalingüísticas sirven de base para la adquisición de la
capacidad de leer y escribir durante los años de escolares.
Una importante forma metalingüistica que emerge en el principio de la escuela es la habilidad de
echar abajo palabras en unidades de sonido y asociar ese sonido con letras. Este conocimiento
fonológico, ha sido demostrado en un largo numero de investigaciones por facilitar más tarde la
habilidad para la lectura.
El niño también aprende que una “palabra” puede ser pensada como parte de un concepto que ella
significa, y que puede ser identificada como un símbolo escrito.
Los niños aprenden que las palabras pueden ser echadas abajo en unidades más pequeñas de sonidos y
que estos sonidos pueden ser representados como letras que pueden ser descifradas en las palabras
habladas.
Otra adquisición metalingüístico adquirida durante los años escolares implica la habilidad para definir
palabras usando sinónimos o categorías términos en lugar de simples estados una función o para darle
asociación personal.
La habilidad de discutir la estructura del lenguaje esta también incluida como forma metalingüística.
En la edad escolar los niños aprenden a identificar las partes de una palabras (como sílabas primero y
al final sonidos) y parte del habla.
Ellos aprenden a discutir similitudes y diferencias en el significado entre palabras y a hablar acerca
de las ambigüedades en significado y figurativamente uso del lenguaje.
A diferencia de otras áreas la adquisición del lenguaje que nosotros hemos estado discutiendo, sin
embargo aunque la adquisición de este metalenguaje es altamente dependiente de las instrucciones.
No son parte del progreso “natural” del lenguaje y los niños no “aprenden” estos tipos profundamente
exponiéndose en instrucciones directas, no necesariamente las aprenden en su propio.
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