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TEMA 3
SAN AGUSTIN
GUION
0. DATOS Y OBRAS
- Formación, conversión, obras. (Ciudad de Dios, Confesiones)
1. MARCOS
1.1
HISTORICO
1.2
- Caída del Imperio Romano
- Oficialización del cristianismo
- Invasiones de los bárbaros.
SOCIOCULTURAL
-
1.3
Social:
Decadencia, ruralización, esclavismo
Cultural:
Supervivencia cultura latina
Impregnación cristiana de la cultura
Nuevos centros culturales
FILOSOFICO
-
Escuelas griegas
Componentes orientales
Ideas relevantes de la Biblia: monoteísmo, creacionismo,
providencia, Ética religiosa, inmortalidad, sentido de la
historia.
Apologistas y Santos Padres (Patrística)
2. IDEAS FUNDAMENTALES
2.1.
DIOS
-
2.2.
Existencia: verdad de fe, demostraciones externas e
internas.
Naturaleza: atributos, ejemplarismo
Relación universo: el mal, la libertad
Creación. Razones seminales
SER HUMANO:
-
Origen: Creacionismo. Traducianismo
Constitución: dualismo
Destino
Conocimiento: Razón y Fe, procesos, iluminación
1
-
Ética: Cristianismo, origen divino de normas,
antiintelectualismo.
Sociedad. La ciudad de Dios
0.- DATOS Y OBRAS
Nace Agustín en Tagaste (354), al norte de África, en la actual Argelia. De
padre pagano y madre cristiana, se inició desde niño en el estudio de la literatura y
ciencia griegas y latinas. Abrió su propia escuela de retórica en Cartago, recorrió
intensa y apasionadamente un camino que le condujo desde el escepticismo y
maniqueísmo hasta el cristianismo.
Emigró a Roma y Milán con su escuela y allí se convierte al cristianismo,
religión de la que es nombrado obispo. La descripción de sus avatares personales, de
su curiosidad intelectual y de su lucha por conseguir la verdad está magníficamente
recogida en su obra autobiográfica “Confesiones”. Otra de sus obras “La ciudad de
Dios”.
1. MARCOS:
1.1.
HISTÓRICO:
El marco histórico de San Agustín hace referencia a dos hechos fundamentales
en la historia de Occidente: el nacimiento de la religión cristiana y el fin del imperio
romano de occidente ante las invasiones de pueblos del Norte (hunos, vándalos,
suevos, visigodos….). Agustín muere (430) mientras los vándalos ponen cerco a su
ciudad
Fechas de Referencia:
- 0 Nacimiento de Cristo
- Siglos I al III avance y persecuciones del cristianismo
- 313: Edicto de Milán: El cristianismo, religión oficial
- 376: Inicio de las invasiones de los bárbaros
- 354 a 430: SAN AGUSTIN
- 476: Fin oficial del Imperio Romano Occidental.
Políticamente la guerra civil dentro del imperio, con la sucesión de
emperadores cada vez más ineptos, va a ir dando a paso a los sistemas políticos,
básicamente monárquicos hereditarios, de los pueblos invasores
Un fenómeno político importante y de trascendentes consecuencias históricas y
culturales se inicia con el edicto de Milán, en el que Constantino convierte la
religión cristiana en religión oficial del imperio: los problemas teológicos se
convirtieron en problemas políticos y los cristianos de perseguidos, pasan a
perseguidores (herejías). El cristianismo impone en la sociedad civil sus propias
modelos morales frente a otras religiones.
Las relaciones entre la iglesia cristiana y el poder político iniciarán un período
de debates, conflictos, imposiciones mutuas e incluso guerras que perduran toda la
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Edad Media, y que no se superará hasta la moderna separación entre iglesia y estado.
San Agustín, como veremos, también toma partido.
Los pueblos invasores aportan sus propias leyes que plasman en códigos legales
hasta que en el Fuero Juzgo se armonizan con las leyes romanas
1.2. SOCIOCULTURAL:
Social:
La sociedad de esos siglos viene marcada por la decadencia del Imperio
Romano y las invasiones bárbaras. La decadencia y la destrucción degradaron las
ciudades, empobrecieron la economía y produjeron un desconcertante anomia social.
Ante ello la sociedad se refugió en el mundo rural y la agricultura pasó a ser la
actividad económica dominante. Los grandes propietarios se enriquecieron a costa
de colonos o simplemente esclavos ligados a la tierra, que prepararían el terreno a la
estructura feudal característica de la época medieval.
La familia patriarcal romana en decadencia se fue mezclando con otras
estructuras sociales y familiares (clanes), costumbres y leyes importadas por los
pueblos invasores, rápidamente convertidos al cristianismo.
Cultural:
La destrucción de la cultura romana, incluidas sus construcciones, produce una
época oscura, de escasa creatividad cultural, salvo algunas excepciones. Las grandes
construcciones del imperio: las termas, el Coliseo, los teatros y circos así como los
monumentos conmemorativos alrededor del foro acompañaron en su decadencia al
sistema político. Otras ciudades, como Ravena y, sobre todo, Constantinopla las
sustituyeron como centros culturales. La impresionante red de vías, puentes y
acueductos sirvieron como caminos internacionales hasta el siglo XIX. La rica cultura
griega y latina se conserva y transmiten en la parte oriental del imperio, que sobrevive
casi otros mil años. La lengua latina se impone como vehículo cultural hasta el
nacimiento posterior de las lenguas nacionales.
La cultura se solapa con la religión cristiana y sus obras más importantes
tienen como objeto motivos religiosos: Himnos de culto, obras de polémica contra las
herejías, sermones, el arte primitivo de las catacumbas, el inicio de las pequeñas
basílicas cristianas, monumentos funerarios con relieves religiosos. A todo ello se
añade el arte básicamente militar, funerario y de adorno exportado por los pueblos
invasores.
La afirmación del monoteísmo frente a la degenerada religión imperial
romana; la creencia en la igualdad básica de los seres humanos y el sentido de
comunidad propio de los primeros cristianos contribuyeron al progreso espectacular
de esta creencia y propició un nuevo sistema de valores y una cohesión sociopolítica
en el conglomerado de sociedades tan heterogéneas.
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1.3 FILOSÓFICO:
Durante estos siglos continúan activas las escuelas griegas: Academia, Liceo,
estoicos, epicúreos, escépticos. Destacan autores paganos dentro de ellas: Séneca y
Marco Aurelio en el estoicismo, Filón y Plotino en el neoplatonismo.
Conviven estas escuelas con movimientos originarios de Oriente como el
gnosticismo, mezcla de ideas filosóficas, creencias místicas y religiosas. Esta mezcla
da lugar a unas actitudes intelectuales de sincretismo y eclecticismo (seleccionar
tesis de diferentes corrientes culturales sin o con algún criterio) y a una obsesión por la
salvación personal.
Biblia y su mensaje
Los pensadores cristianos (no se podrían denominar propiamente filósofos) son
teólogos que utilizan ampliamente la Biblia y también retazos del pensamiento
Griego, sobre todo Platón, cuyas tesis se acercan mas al pensamiento cristiano. Esta
heterogeneidad de fuentes llevará a una constante discusión sobre la relaciones entre
la razón (la filosofía) y la fe (la Biblia) no siempre acordes en sus contenidos.
El punto de partida y la referencia constante de los autores cristianos son los
textos del Nuevo Testamento: los evangelios, las cartas de los apóstoles y, sobre
todo, las de San Pablo, que da una forma culta y sistematizada al sencillo y elemental
mensaje de los Evangelios.
Los filósofos cristianos hacen referencia constantemente a la Biblia, Sagradas
Escrituras o Libros revelados. A pesar de ser filósofos, estas pretendidas revelaciones
sagradas de la Biblia ejercen una gran influencia en su pensamiento, son una
referencia constante en sus escritos y marcan el pensamiento de toda una época. Por
ello conviene conocer lo más importante de sus contenidos
Biblia en griego significa “libros”. Los libros de la Biblia se dividen en dos
grandes grupos: a) los del Antiguo Testamento, redactados desde alrededor el 1.300
hasta el 100 a.C.; b) los del Nuevo Testamento, que se remontan todos ellos al siglo I
d.C. y están centrados exclusivamente en el nuevo mensaje de Cristo.
Los libros del Antiguo Testamento que la iglesia católica reconoce son 46. Entre ellos
destaca el Génesis, primer libro, que describe la creación del Universo
Los libros del Nuevo testamento, escritos después de Cristo, son 27. Destacan
los 4 Evangelios y, sobre todo, las cartas de San Pablo, que fijaron claramente el
mensaje cristiano utilizando una terminología propia del pensamiento griego.
A partir del s. II d.C. la Biblia se tradujo también al latín. La traducción realizada por
San Jerónimo entre 390 y 406 fue la que se impuso de manera estable, hasta el punto
de ser adoptada oficialmente por la iglesia, y es conocida con el nombre de VULGATA.
La Biblia se presenta como palabra de Dios y, como tal, su mensaje es objeto
de la fe. La visión general de la realidad y del hombre que la Biblia nos presenta -en la
medida en que se refiere a algunos de los contenidos esenciales de los que también
se ocupa la Filosofía- implica una serie de ideas fundamentales que poseen una
importancia de `primer orden, no sólo para los creyentes sino también para los no
creyentes, hasta tal punto que la difusión del mensaje bíblico modificó se manera
irreversible el rostro espiritual de occidente. Las principales ideas bíblicas que poseen
relevancia filosófica:
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1º Monoteísmo: La filosofía griega no había llegado a concebir la unicidad de Dios. El
monoteísmo no es una noción espontánea, con la noción de Dios único, personal, con
poder infinito, radicalmente distinto a todo lo demás, nace de una nueva y radical
concepción de trascendencia.
2º Creacionismo: Dios no se sirvió de algo preexistente, como el demiurgo platónico.
Todo se produjo de la nada. De la nada se originan todas las cosas, sin distinción
alguna. Dios crea libremente, mediante un acto de su voluntad, por causa del bien.
3º Antropocentrismo: El pensamiento griego era cosmocéntrico. El hombre y el
cosmos se hallan estrechamente vinculado y jamás se contraponen radicalmente. En
la Biblia el hombre es considerado como una criatura privilegiada, hecha a imagen del
mismo Dios y, por lo tanto, dominadora y señora de todas las demás cosas creadas.
Asemejarse a Dios, santificarse, significa hacer la voluntad de Dios.
4º Dios legislador y la ley como mandato divino: Los griegos consideraron la ley
moral como la ley de la Phycis, una ley que se impone a los dioses y a los hombres.
La noción de un Dios que prescribe una ley moral es algo ajeno a todos los griegos
.Dios entrega la ley como mandato a Adán y Eva y a Moisés. L a virtud será obedecer
los mandamientos. El intelectualismo griego se transforma en “voluntarismo”.L a ley
moral es el “querer de Dios “y la virtud del hombre consiste en querer lo que quiere
Dios.
5º.-Providencia personal: Esta noción es prácticamente desconocida para el
pensamiento griego. En los estoicos coincide con el hado y no es más que el aspecto
racional de la necesidad con la que el logos produce y gobierna todas las cosas. La
Providencia bíblica se dirige en particular a cada hombre individual.
6º El pecado original: El pecado constituye una desobediencia a Dios. La raíz de
esta desobediencia fue la soberbia del hombre, el no tolerar ninguna limitación, querer
ser como Dios. Los filósofos griegos habían mencionado la culpa originaria de los
misterios órficos, y había enlazado el mal que padece el hombre con esta culpa, pero
no explican la naturaleza de la culpa, y creían que el ciclo de los nacimientos anularía
la culpa. Además los filósofos podían liberarse de dicha culpa en virtud del
conocimiento. El mensaje bíblico muestra una realidad más perturbadora de la
culpa, que constituye una rebelión contra Dios, predispone a la naturaleza humana al
mal desde el nacimiento y hace necesaria la intervención de Dios, hecho hombre.
7º La Fe: Los pensadores griegos consideraban que el conocimiento era la virtud por
excelencia del hombre y la realización de la esencia misma del hombre. El mensaje
cristiano exige que el hombre trascienda esta dimensión, invirtiendo los términos:
coloca la fe por encima de la ciencia. El hombre es concebido como cuerpo, alma y
espíritu. El espíritu consiste en la participación en lo divino a través de la fe, la apertura
del hombre a la palabra divina y a la sabiduría divina, que le colman de una nueva
fuerza y le otorgan una nueva dimensión ontológica.
8º Amor cristiano y la gracia: el amor cristiano no es un ascenso del hombre, sino un
descenso de Dios hasta los hombres. El mandato del amor se convierte en la síntesis
del cristianismo.
9º La inmortalidad del alma en los griegos y la resurrección de los muertos
cristianos: la noción de alma es una creación griega, y ésta es inmortal. El
cristianismo plantea el problema en otros términos: insiste en la resurrección de los
muertos. Éste es uno de los signos distintivos de la nueva fe, la resurrección implica
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que también el cuerpo vuelve a la vida.
10º El nuevo sentido de la Historia y de la vida del hombre: los griegos no
poseyeron un sentido preciso de la historia, por lo que su pensamiento resulta
sustancialmente ahistórico. Los estoicos introdujeron la teoría de la destrucción cíclica,
todo se repite tal y como ha sido en el pasado, indefinidamente. Por el contrario, la
concepción de la historia cristiana posee un carácter rectilíneo. En el transcurso del
tiempo tiene lugar acontecimientos decisivos e irrepetibles. El final de los tiempos es
también el fin para el que han sido creados
En el siglo II aparecen los Apologistas que, como su nombre indica, tratan de
defender el cristianismo frente a los ataques intelectuales de los politeístas paganos.
En los siglos siguientes se desarrolla la Patrística. Tanto en Oriente como en
Occidente, aparecen autores, formados en la filosofía griega, con una vida acorde con
sus creencias, que tratan de traducir el sencillo mensaje religioso a un lenguaje más
intelectual y dotarlo de un andamiaje intelectual formado por conceptos filosóficos
tomados de los textos griegos. Son los llamados Santos padres. No hay que olvidar
que la sencilla fe cristiana se desarrolla inicialmente en las capas más pobres e
intelectualmente menos dotadas de la sociedad.
Al grupo de los Santos Padres (Patrística) pertenecen nombres como San
Ambrosio, San Jerónimo, San Gregorio y SAN AGUSTIN.
Es precisamente San Agustín quien inicia en la Iglesia la vida monástica. Esta
vida en común será determinante en los años posteriores para la conservación y
transmisión del pensamiento griego y romano así como para vertebrar una cultura
cristiana en la sociedad medieval.
2. IDEAS PRINCIPALES
2.1. DIOS
Existencia:
S. Agustín es cristiano y, por tanto, la existencia de un Dios personal, tal como
lo revela su creencia, es indiscutible y central en su pensamiento, es una verdad de
fe, que acepta fundamentalmente porque así lo establece la Biblia. Pero, como
filósofo, considera que también puede y debe demostrarse racionalmente.
No desarrolla sistemáticamente pruebas de su existencia (como lo hará Tomás
de Aquino). En “Confesiones”, aprendiendo de su propia experiencia de conversión,
describe un itinerario hacia Dios que comienza en el orden maravilloso y el
funcionamiento exacto de los seres del universo, pasa por el interior de uno mismo
con la admiración de las complejas facultades humanas (inteligencia, sentimientos,
memoria) y termina en la convicción interior de la existencia de un Ser que haya hecho
posible tanta perfección y tanta belleza. Desde lo exterior hacia lo interior, desde lo
interior hacia Dios. Se ha calificado a la filosofía agustiniana de interiorista, por el
acento que pone en el análisis de nuestro interior como una fuente de conocimiento
privilegiada.
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Se ha interpretado también la frase agustiniana “ama y haz lo que quieras”
como exponente de una filosofía sentimental que, en este caso, apostaría por el amor,
el sentimiento como un camino adecuado para acercarse a la divinidad
Alude en muchas ocasiones, como prueba de la existencia divina, al orden del
Universo, que exige un supremo ordenador y también, como hará Descartes, parte de
la existencia en nuestra mente de Ideas universales y necesarias que no han podido
ser elaboradas por una mente limitada y temporal como la nuestra sino por alguien de
existencia necesaria y dimensión universal, Dios.
En el texto comentado alude a otro argumento: la autoridad de pensadores
creyentes y el consentimiento Universal sobre la existencia de un ser supremo.
Naturaleza de Dios
Describe con detalle los atributos de Dios, tomados de los textos bíblicos y
también trasladando a Dios algunas características que Platón había atribuido a la
idea de Bien. Dios es infinito, omnipotente, omnisciente, Providente, espíritu puro,
eterno, totalmente perfecto, inmutable. En la mente divina residen desde siempre las
Ideas ejemplares, modelos previos, proyectos eternos de cada una de las cosas, que
Dios ha convertido en realidad al crearlas. Hace una interpretación cristiana del mundo
de las Ideas platónico
Relación con el Universo y el ser humano:
En cuanto a la relación continua sobre el universo se plantea el problema del
mal, que le llevó en su juventud al maniqueísmo (doctrina que afirma la existencia de
dos seres supremos: el Bien y el Mal). Dios es infinitamente bueno, poderoso y sabio,
además es Providente: interviene en cada uno de los hechos que se producen. Ahora
bien, en el universo existe el mal no producido por la libertad del hombre (terremotos,
muerte, enfermedad, dolor,…) ¿Cómo se compatibiliza con al existencia de un Dios
que no puede (es omnipotente), no sabe(es omnisciente) o no quiere(es bueno)
evitarlo? San Agustín, como muchos creyentes inteligentes a lo largo de la historia,
intenta resolverlo de forma no maniquea.
En la solución, muy difícil de establecer y de comprender se habla unas veces
de que esos males pueden producir bienes, con lo que estarían legitimados. Otras
veces se afirma que el mal realmente no existe, es una pura carencia de bien y una
pura carencia no puede tener responsable porque no tiene entidad.
También se plantea el problema más concreto de la incompatibilidad entre la
intervención de un Dios providente y la libertad humana para decidir. Ver Ser humano
Acepta las creencias cristianas (Génesis) sobre la creación del Universo y del
ser humano, pero hace una interpretación original sobre el proceso, las razones
seminales. La narración del Génesis describiendo la creación sería una alegoría de
ese proceso. Dios creó una materia caótica e informe y depositó en ella los gérmenes
(razones seminales) de los que, bajo su control, irían saliendo los seres a través del
tiempo.
Agustín no plantea expresamente el tema del Universo, el centro de su
filosofía son Dios y el ser humano, en este orden. Acepta la imagen del Universo
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ptolemaico / aristotélica del momento sin entrar en detalles. El universo es una
entidad creada por Dios y dirigida constantemente por él. Su orden marca un camino
para llegar a la existencia de Dios.
2.2. SER HUMANO
Origen:
Creacionismo.
Dios ha creado la primera pareja humana, tal como describe la Biblia en el
Génesis. En cuanto el origen del alma individual, Agustín vacila: la incompatibilidad de
la creación directa por Dios de cada alma humana con el dogma cristiano del pecado
original que defiende la transmisión por generación de ese pecado, le lleva a defender
el “traducianismo: el alma de cada ser humano procede por “traducción” (como una
luz de vela encendida a otra apagada) del alma de los padres. Sólo así podría
mantenerse el dogma de la transmisión de padres a hijos del pecado de Adam y Eva a
toda la humanidad. El cristianismo siempre ha defendido que el alma de cada ser
humano es creada directamente por Dios.
Constitución del ser humano.
Como Platón y Aristóteles es dualista: el hombre es alma y cuerpo. Más cerca
de Platón en cuanto a la naturaleza del alma, su superioridad sobre el cuerpo y el
papel negativo de éste. Contradiciendo la tesis platónica de las tres almas, afirma la
existencia de una sola que asume las funciones propias: memoria, entendimiento y
voluntad (recordar, pensar, querer) y la dirección de las funciones corporales.
Destino:
También como Platón, pero completando con las creencias cristianas del Cielo,
purgatorio e infierno y juicio final, Agustín piensa que el alma es inmortal. Niega las
tesis platónicas de la preexistencia y reencarnación, pero introduce la idea cristiana de
la resurrección de los cuerpos al final de los tiempos.
Conocimiento
La base del conocimiento son las sensaciones, producidas por objetos sobre
los sentidos corporales (ojo, oído,…), pero es el alma directamente que, con ocasión
de esas sensaciones, forma la representación de los objetos. Agustín insiste, como la
hará la moderna teoría de la percepción, en el papel del sujeto en la conformación
activa de la sensación, no se limita a ser un órgano puramente receptivo. El resultado
de las sensaciones se conserva en la memoria y se utilizan por la imaginación. Todo
este proceso pertenece al conocimiento sensible, común con los animales.
En cuanto al conocimiento intelectual, la razón, exclusivo del hombre,
Agustín distingue entre la “razón inferior”, que es la base de la ciencia y del manejo
de los asuntos prácticos de la vida, y la “sabiduría “que versa sobre las ideas
inmutables, las esencias de las cosas. Sobre esta razón mantiene Agustín una tesis
de difícil interpretación: la tesis de la iluminación. En resumen: Esas ideas
inmutables, incluida la idea de Dios, exceden de tal modo la capacidad mudable y
limitada del hombre que exigen una “iluminación” divina (un ser inmutable, superior)
para que puedan producirse. Los autores siguen discutiendo sobre la naturaleza de
esta iluminación.
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Agustín plantea otra cuestión del conocimiento que es común a filósofos que
son al tiempo creyentes. ¿Qué sucede cuando el filósofo utilizando su razón llega a
una conclusión contraria a su fe? Agustín había percibido esa contradicción en su
misma experiencia: durante un tiempo el problema del mal le había conducido al
maniqueísmo (dos dioses) cuando la Biblia es monoteísta.
La solución agustiniana parte del supuesto de que ambas fuentes no pueden
contradecirse realmente puesto que ambas proceden de Dios, deben actuar en
profunda colaboración.
La verdad definitiva está siempre del lado de la fe (la Biblia en el caso
cristiano); si hay contradicción es que la razón ha actuado erróneamente, hay que
revisar esa contradicción aparente. La alternativa de que la fe pudo ser mal
interpretada no aparecerá hasta Tomás de Aquino.
La fe y la razón deben colaborar sin anularse ni excluirse. La fórmula de
colaboración: “Intellige ut credas; crede ut intelligas”. Primero la inteligencia prepara
el camino para la fe: la reflexión racional prepara la inteligencia para que acepte mejor
las afirmaciones de la fe. Los escolásticos llamarán a estas reflexiones, preámbulos de
la fe. Ej.: si el filósofo platónico, razonando, ha llegado a afirmar la inmortalidad del
alma, le será más fácil aceptar esa inmortalidad revelada en el libro sagrado. (Los
ateos modernos afirman lo contrario: la ignorancia facilita la fe).
En segundo lugar, conseguida la verdad de la fe, ésta dirige e ilumina a la
inteligencia y evita los errores de ésta.
El proceso completo será: del entender al creer, del creer al entender y de
ambos al amor. La frase agustiniana “ama y haz lo que quieras” ha sido interpretada
como símbolo de una filosofía sentimental, que coloca la voluntad y el sentimiento
sobre la inteligencia.
Como hemos visto en el caso de Dios, Agustín intentó llevar a la práctica esta
colaboración. Pero la historia ha demostrado que las interferencias entre ambas
producen problemas (Galileo, Bruno, Darwin). Por eso el pensamiento moderno parte
del postulado de la separación radical entre ambas.
Ética:
Agustín acepta los principios y las conclusiones de la moral cristiana
expresada en la Biblia:
. Origen divino de las normas morales: el Decálogo.
. Universalidad e inmutabilidad de estas normas.
. Impresión de las normas en la naturaleza creada.
. Conceptos de bien y mal, de origen divino y, por tanto, universales.
. Sentimientos de pecado y culpa, de premio y castigo en relación con la
actitud moral. (Desconocidos para los griegos)
. Contra el intelectualismo moral griego: la naturaleza humana tiene una
tendencia al mal provocada por el pecado original innato. (Los griegos
pensaban que el mal era producto de la ignorancia del bien)
. Ideas de hermandad universal, comunidad de bienes, igualdad de los
hombres, (creencias primitivas del cristianismo).
El único problema ético que se plantea expresamente es el de la libertad
humana. Más exactamente: cómo se compatibiliza la idea de un Dios providente,
omnisciente con la capacidad humana de decidir por sí mismo, de la libertad o libre
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albedrío, que es el fundamento de la vida moral. Si Dios conoce de antemano nuestra
decisión y tiene que intervenir (providencia) para que la realicemos ¿en qué queda
nuestra capacidad de decisión?
Bajo esta cuestión teológica están presentes las
herejías de Pelagio y el maniqueísmo. Los maniqueos afirmaban que el hombre no es
libre ni para pecar ni para hacer el bien por su inclinación al mal producto del pecado
original, por tanto no tiene culpa ni mérito pues ambas cosas dependen de la ayuda
divina. Pelagio, por el contrario, exaltaba la absoluta libertad del ser humano sin ayuda
divina. Este problema está presente en todo el pensamiento religioso hasta la edad
moderna (predestinación). Agustín sigue una línea media: no existe libertad total (dada
la inclinación al mal), pero sí una libertad suficiente para que el hombre asuma la
responsabilidad de sus actos. Ver Comentario de texto. Apartado 3.
Independientemente de lo anterior, la obra de Agustín, contiene innumerables
contenidos éticos tomados de los filósofos estoicos, de Cicerón, de Séneca y de su
propia, rica y arriesgada experiencia vital. Los temas dominantes eran propios del
angustioso momento que vivía la sociedad del Imperio en decadencia: la virtud, la
paz, la vida tranquila, la felicidad, el odio, la guerra, la clemencia, el perdón, la riqueza,
el placer……
Política
Agustín vive el final del Imperio romano en primera línea, participa como
ciudadano de la angustia, la desesperación y de la perplejidad del momento. ¿Cómo
un imperio tan poderoso se desmoronaba inexorablemente? Escuchó las acusaciones
de quienes atribuían a los cristianos la culpa.
Para responder a todo ello escribe una de las obras de mayor influencia
medieval “La ciudad de Dios”. Aunque esta obra fue interpretada, con desacierto,
como una obra política en la que defiende la supremacía de la Iglesia sobre el estado,
fuente de continuos conflictos en la Edad Media, tiene otros valores.
La obra habla del enfrentamiento histórico entre dos “ciudades”. Una es la
ciudad del Dios, del bien, representa una forma de vida en la que predomina el amor,
la paz, la creencia religiosa, el respeto a las normas, la generosidad,… La otra es la
ciudad del mal, del diablo, representa una forma de vida en la domina el odio, el
paganismo, el pecado, la guerra, el egoísmo.
En la primera parte de la obra rechaza las acusaciones paganas sobre el cristianismo
al tiempo que acusa al paganismo de no haber sido capaz de asegurar la paz y la
seguridad del Imperio. En este contexto dedica el libro VIII a exponer y criticar las
doctrinas filosóficas de griegos y romanos, elaborando así un material indispensable
para la historia del pensamiento antiguo.
En la segunda representa el enfrentamiento histórico de ambas ciudades en
un escenario temporal de siete días, con sus aciertos (mañanas) y sus errores
(tardes). El juicio final terminará con ese enfrentamiento, manteniéndose para siempre
únicamente la ciudad del bien.
El libro representa una llamada a la esperanza de los cristianos en los malos
momentos de final del imperio, pero al tiempo contiene materiales filosóficos e
históricos de valor incalculable.
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3.- RESUMEN
0.- DATOS Y OBRAS:
Nace en 354 (finales del imperio Romano) en Tagaste de padre pagano y
madre cristiana. Se convierte al cristianismo y es nombrado obispo. Conoce el
pensamiento contemporáneo: escepticismo, maniqueísmo, cristianismo. Su peripecia
vital se refleja en Las Confesiones.
1.- MARCOS
1.1. Histórico:
El afianzamiento de la religión cristiana como oficial, la caída del Imperio
Romano y la invasión de los bárbaros son su marco histórico. La Iglesia, ya no
perseguida, iniciará una serie de conflictos y debates sobre sus relaciones con el
poder civil.
Las guerras civiles ye fin del Imperio marca la política del tiempo.
1.2. SOCIOCULTURAL:
Social: Decadencia de las ciudades y vuelta a una agricultura de supervivencia
y un régimen social de semiesclavitud. La familia patriarcal romana se superpone con
otras formas familiares importadas de los invasores.
Cultural: La decadencia política afecta también a la cultura. Se detienen las
grandes construcciones romanas y otras ciudades como Ravena y Constantinopla
sustituyen el liderazgo cultural de Roma. La lengua latina continúa como vínculo
común. La religión cristiana dirige la actividad cultural: himnos, basílicas, monumentos.
Los valores iniciales del cristianismo se imponen en la sociedad
1.3. FILOSOFICO:
Continúan en actividad todas las escuelas griegas: Academia, Liceo,
estoicismo, epicureismo. Autores: Séneca, Marco Aurelio, Plotino. Todo ello mezclado
con ideas procedentes de oriente que dan lugar a fenómenos de sincretismo y
eclecticismo.
Aunque la Biblia no es un libro filosófico comparte planteamientos que han tenido
enorme vigencia en el mundo occidental: monoteísmo, creacionismo,
antropocentrismo, origen divino de las leyes morales, providencia, la fe como forma
de acceder a la realidad, el amor como ley, la inmortalidad del alma y el nuevo sentido
de la historia y del hombre.
En los siglos anteriores aparecen los Apologistas, defensores del cristianismo y
los Santos Padres que dotan a la sencilla doctrina cristiana del andamiaje intelectual
de la filosofía griega... A estos pertenece Agustín, también iniciador de la vida
monástica, tan decisiva en la vida cultural de la Edad Media.
2. IDEAS PRINCIPALES
2.1 DIOS:
Existencia: La creencia en Dios es la parte fundamental de su fe, pero piensa
que puede demostrarse racionalmente a través de un camino que él mismo recorrió:
del exterior a lo interior y de ahí a lo superior. El maravilloso orden del universo y las
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ideas universales en nuestra mente serían pruebas de la existencia de un ordenador
inteligente, que la mayor parte de autores han reforzado con su autoridad.
Naturaleza: Omnipotente, omnisciente, eterno, providente, espiritual. En su
mente residen las Ideas que después se trasladarán al mundo de las cosas.
Relación con el Universo y ser humano: Frente a las tesis maniqueístas de
su etapa juvenil, Agustín afirma la existencia de un único Dios personal. Ello le
conduce aun problema que le obsesiona: cómo compatibilizar la existencia de un ser
providente y bueno con la existencia del mal. La solución la encuentra en la negación
de realidad a los males o la suposición que son camino para bienes superiores.
Acepta las tesis creacionistas del Génesis sobre el origen del Universo interpretando
alegóricamente su narración e introduciendo el concepto de las razones seminales
para explicar el despliegue de la creación en el tiempo.
2.2. SER HUMANO
Origen: Es también, por sus creencias, creacionista, aunque introduce el
traducianismo para explicar la transmisión específica del pecado original
Constitución: Dualista, al estilo platónico, pero negando la triplicidad del alma.
Destino: Inmortalidad personal con premio o castigo eternos. Introduce la idea
cristiana de la resurrección de los cuerpos.
Conocimiento: El conocimiento se inicia con las sensaciones y su elaboración
perceptiva por el ser humano. La memoria conserva esa información y la imaginación
la elabora. Es el conocimiento sensible.
En cuanto al conocimiento estrictamente humano distingue entre la razón inferior,
encargada de los asuntos vitales y científicos y la sabiduría, que llega a la esencia de
las cosas. Para explicar la universalidad e inmutabilidad de las ideas en una
inteligencia limitada, elabora la teoría de la iluminación.
Como creyente se plantea el problema de la relación entre los conocimientos de la
razón y las creencias de la fe, que entran en conflicto. Parte del supuesto de que el
conflicto no es posible y en caso de conflicto aparente, la verdad siempre está al lado
de la fe. Entre ellas solo cabe la colaboración que resume en la frase: Intellige ut
credas;crede un intelligas. El mismo, en las pruebas sobre la existencia de Dios, lleva
a la práctica esta norma.
Ética:
Acepta las ideas éticas recogidas en la Biblia:
- Origen divino de las normas y del bien y el mal.
- Universalidad de estas normas inscritas en la naturaleza
- Contra el intelectualismo moral, concepto de pecado y culpa.
- Ideas de hermandad universal
Un problema ético que aborda es el de la libertad humana y su compatibilidad
con la presciencia y providencia divinas. El piensa que son compatibles. Dios
nos ha dado la libertad que podemos usar mal. Es un problema que se repite
en todo el pensamiento religioso medieval y moderno (predestinación). Sus
discusiones sobre la libertad tiene como fondo las herejías del pelagianismo y
maniqueísmo y el concepto de gracia y pecado original, que inclina al hombre a
hacer el mal, por lo que no es absolutamente libre por sí mismo.
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En sus obras introduce valores recogidos del pensamiento estoico, sobre todo
de Cicerón, Séneca y Marco Aurelio.
Política:
Vive la decadencia del imperio con la perplejidad de sus contemporáneos y
escucha las acusaciones de culpabilidad achacada a los cristianos. Para
responder escribe “la ciudad de Dios”, interpretada erróneamente como
fundamentación de la superioridad de la Iglesia sobre el estado. En realidad se
trata de una interpretación del desarrollo histórico como la lucha entre el bien y
el mal, que finalizará con el triunfo del bien.
4.- OBSERVACIONES PARA SELECTIVIDAD
4.1. Textos en autores posteriores (cuestión 4ª)
Los tres temas fundamentales del texto de San Agustín son: La libertad
personal, la existencia de Dios y el conocimiento. Casi todos los autores de
otras épocas han tratado
sobre estos temas.
Ver cuadro inicio de
Comentarios.
Libertad personal: Kant, Rousseau
Dios: Tomás, Descartes, Kant, Hume, Marx, Nietzsche
Conocimiento: Tomás, Platón, Aristóteles, Descartes, Hume, Wittgenstein,
Ortega
4.2. Estructura argumentativa del texto (cuestión 1ª PAU)
La estructura fundamental de los argumentos del texto se incluyen en el
método dialógico, ya usado por Sócrates y Platón. En este caso dos personajes
conversan sobre diversos temas dando lugar a preguntas y respuestas, a
objeciones y conclusiones compartidas.
También es importante insistir en que, en muchos textos, la argumentación
racional se mezcla con citas o razonamientos basados en textos bíblicos.
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