CUARESMA 2013: Pequeñas Comunidades: Semana 7 (máximo 2 horas... pero puede ser menos) 1. Bienvenidos........ y comencemos 2. Tres minutes de silencio...... Permanezcamos en quietud y respiremos la presencia de Jesús Resucitado. ¡Qué gozo sentir Su presencia! 3. Conversación: ¿Dónde he encontrado al Señor Resucitado durante la semana? ¿Puedo percibir su presencia? ¿Reconozco su presencia como Resucitado en la Muerte y la Resurrección de la vida? ¿En el partir el pan? ¿En la reunión de sus discípulos? ¿En la santidad de vida? (Por favor ser breve) 4. Lectio Divina: a) Juan 20, 19 – 31 b) )Hechos de los Apóstoles 2, 42- 47. 4, 32- 35 Si tuvieran tiempo intenten leer ambos textos. El primero nos habla de un maravilloso encuentro con Jesús Resucitado. El segundo nos habla de la vida de las pequeñas comunidades que viven en Su presencia. Comparten su vida y buscan vivir en unidad con Él. a. Releer la guía de la lectio Divina antes de leer el texto bíblico. b. Comenzar la Lectio Divina 5. Cuando la Lectio ha terminado, poner un interludio musical de algún CD inspirador, y pensar cuán similar ha sido esta experiencia de 7 semanas a la de los primeros cristianos que leemos en Hechos 2 y Hechos 4. Les es permitido tomar un café con galletas ahora... ¡Finalmente!! 6. Tiempo de compartir mi experiencia a lo largo de estas siete semanas. ¿Las he disfrutado? ¿Qué he aprendido? ¿Es que mi fe ha crecido o se ha fortalecido? ¿Ha sido éste un buen tiempo de cuaresma para mí? ¿Quisiera volver a vivir otra experiencia en pequeñas comunidades? Animadores: ¿Alguno de los miembros de su grupo quisiera compartir brevemente su experiencia hablando en misa dominical? 7. Antes de partir, tomen un tiempo para orar juntos... bajo la inspiración del Espíritu Santo. Contemplación Semana 7 Jesucristo ha resucitado de la muerte. Desde el día que naciste y a lo largo de toda tu vida, Él ha estado siempre presente. Él ha caminado contigo, te ha hablado y ha permitido a la comunidad de discípulos enseñarte acerca de sí mismo. (¿Quién te ha enseñado?) Es por esto que, lentamente a través de los años, tus ojos se han abierto para ver su presencia. Esto ha sido un don sanante que permitió llenar tu vida de esperanza, guía y propósito. ¡Intenta imaginar, por un momento una vida sin conocerlo y sin saber para qué tu vives, ni adonde irás después de la muerte! Es inimaginable. La vida sin un propósito ni esperanza es oscura y vacía. Como estamos terminando nuestras contemplaciones sobre la Pasión de Cristo y la pasión de aquellos que amamos, ahora meditamos en la victoria que Jesús tiene reservada para todos nosotros, pero especialmente para quienes amamos y han retornado al Padre por medio de la Cruz y la muerte. En el instante de su muerte han visto a Jesús cara a cara, (tal como tú lo verás un día). Han visto su bella y amante presencia corpórea (Él aún tiene su Cuerpo Resucitado… y tú puedes poner tu dedo en las llagas de sus manos) y fueron recibidos en casa. Ahora están en su Verdadera Casa. Todas las batallas y sufrimientos de esta vida, todas las heridas de la muerte y el dolor serán muchas coronas de victoria. Veremos claramente que el cáncer ha sido uno de los medios de nuestra santificación. Seremos capaces de agradecer al Señor por el privilegio de haber participado en su victoria por medio de la cruz. Las otras enfermedades o sufrimientos que nuestros amigos experimenten, serán muchas herramientas usadas por el Señor para acercarlos a Él en esta vida. Ellos serán nuestra fuente de gloria tal como lo fue para Jesús su propia cruz. El cielo será un lugar maravilloso. El Padre que ha hecho la vida tan hermosa y llena de desafíos no permitirá que quienes vivieron esta aventura de la vida siendo fieles a Él queden sin recompensa. El gozo del encuentro celestial es algo que el ojo no puede imaginar ni el corazón especular. Será el primero de todos los [encuentros] de una gigantesca, pacífica y gozosa reunión familiar. A pesar de la cantidad de gente que encontraremos y volveremos a ver, no nos cansaremos de interminables conversaciones y de [permanecer en] comunión. Entenderemos las pruebas en las vidas de los demás y nos alegraremos en el coraje de cada uno. El cielo será un eterno e infinito descubrimiento del mundo que el Padre ha creado para nosotros. Conoceremos y entenderemos todos los misterios que ahora nos intrigan. Nuestro hogar celestial también será un sumergirse en la belleza de Dios con sus infinitas e interminables experiencias de “maravilla y asombro” ante la belleza de Dios. Contemplaré magníficos panoramas de belleza una y otra vez y el corazón nunca se cansará. Con tales meditaciones, démonos coraje unos a otros [para entrar y permanecer] en la Verdad de la plenitud del plan del Padre para nosotros. Caminemos en esperanza y gozo en su servicio. Ofrezcamos todos nuestros dolores y penas con fe y confianza porque “el ojo no ha visto, ni el oído ha escuchado lo que Dios tiene preparado para aquellos que lo aman” (Rom. 8,18) ¡Jesús está vivo! Alegrémonos y caminemos con valentía en Su presencia.