Autorretrato de México despertando a su nación Por: Edgar Emicente Madre tierra ¿Dónde está el soldado?, ¿El que en cada hijo me diste? Ahora me siento solo y abandonado, no soy el que algún día conociste. Provengo de una casta de guerreros, de una legión que nunca se da por vencida. Ahora vivo rodeado de muchos traicioneros, que me han convertido en una patria vendida. Yo estaba lleno de cultura, folklore e historia, ahora soy una gran parafernalia de baratos artistas y solo lucho por no perderme en memoria, para renacer y mostrar nuevamente todas mis aristas. Vivo esperanzado en un gran mito: La clase media, la clase joven creciente que me salvará, esa clase perdida en su vida multimedia, que con el mínimo esfuerzo nada construirá. Mis jóvenes desorientados con ganas de expresarse, un pueblo que tiene por madre la descomposición social, que pocos han logrado reconstruir para superarse, y por padre un mal dirigido paternalismo institucional. ¡Hijos míos despierten! Este es un grito de guerra, guerra por regresar al edicto del cielo por tu eterno destino, trabaja por ti y por hacer grande tu tierra, no te estanques y corrige tu sendero a lo divino. Usa tu inigualable ingenio y tu reconocida creatividad, para poner el nombre y el de tu patria en alto. Prepárate y compite con el mundo en productividad, y regresemos a nuestra gloria dando el gran salto. Contra la corrupción y mediocridad no te rendirás, no te pierdas en la pequeña mente de tu casta gobernante, piensa en el país que a tus hijos dejarás, renuévense y en todas las batallas salgan avante. No busquen su propio beneficio, recuerden que forman parte de una nación, sean laureados por su esfuerzo y sacrificio de luchar con presteza al rugir de este cañón.