Factoría Colombina

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LA FACTORIA COLOMBINA
A1 llegar Colón a La Española por segunda vez, en noviembre de 1493, encontró el Fuerte La Navidad
destruido. Muchos de los españoles dejados allí fueron al cacicazgo de Maguana, donde Caonabo y los indios
bajo su mando los mataron. Luego, Caonabo y sus combatientes se dirigieron al cacicazgo de Maguá, donde
eliminaron a los restantes españoles. Ante esta situación inesperada, Colón ordeno seguir navegando a vista de
costa hasta que debido a la fatiga de los que le acompañaban ordenó desembarcar y fundó la primera ciudad
del Nuevo Mundo a la que llamó La Isabela.
Colón continuó con la práctica que había iniciado durante su primera estadía, de intercambiar baratijas por
oro.
Los nativos no se sentían engañados por dicho canje, porque el sistema económico−social en que vivían no le
atribuía valor económico al oro, ni a ningún otro objeto.
El intercambio funcionó mientras los nativos estuvieron deseosos de conocer y tener los mencionados
artículos extranjeros. Pero una vez satisfecha su curiosidad se negaron a seguir buscando oro.
Esa negativa hizo fracasar el ensayo de comercialización intentado por Colón con los indios de Haití y de
otras islas antillanas. El mismo ha sido denominado por los historiadores la Factoría Colombina, y se basaba
en el trueque de mercancías.
CAUSAS DEL FRACASO DE LA FACTORÍA COLOMBINA
En 1497, los obreros españoles que habían venido en el segundo viaje al Nuevo Mundo, se insurreccionaron, e
instaron a los indígenas a no seguir pagando el mencionado tributo; lo que así hicieron.
La negativa de los indios a seguir canjeando oro por chucherías traídas por los españoles, la prohibición de la
venta de indios como esclavos, la rebelión de los asalariados traídos para colonizar la isla y el negarse los
nativos a continuar pagando el tributo, pusieron fin a las cuatro importantes fuentes de ingresos que Colón
había tenido.
Algunos historiadores consideran que la Factoría Colombina estaba destinada al fracaso desde su inicio,
porque fue concebida para países que, como China, La India y Persia, tenían muchas joyas, perfumes,
especias, porcelana, seda y otros artículos que los nobles europeos estaban deseosos de comprar, mediante el
oro como medio de pago.
No podía funcionar en la isla llamada Haití por los indígenas y La Española por los europeos, porque la
misma no tenía mercancías valiosas que ofrecer en venta, y lo único que producía en grandes cantidades era
yuca.
Muchos de los mil trabajadores que vinieron con Colón en su segundo viaje al Nuevo Mundo, murieron al
poco tiempo de su llegada, debido a la falta de aclimatación, al hambre y a las enfermedades tropicales.
Los sobrevivientes sufrieron grandes penurias, sobre todo en La Isabela, ciudad en la que el 6 de enero de
1494 el padre Boyl ofició la primera misa en suelo americano.
También tuvo lugar allí la primera conspiración, encabezada por el contador Bernal Díaz de Pisa, la que fue
descubierta en febrero de dicho año por Colón, quien apresó a los implicados y ahorcó a uno de ellos, Gaspar
Ferriz.
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Los artesanos y labradores contratados por la Corona española estaban disgustados porque no se les pagaba
sus salarios, pese a que trabajaban en labores agrícolas y de minería, y en la construcción de fortalezas y
ciudades, y por la prohibición de tener relaciones sexuales con las indígenas.
El almirante genovés obligó a los doscientos nobles que habían venido en el segundo viaje a trabajar en las
edificaciones de La Isabela, a pesar de la protesta de éstos, quienes consideraban que el trabajo manual los
denigraba.
Encabezados por Mosén Pedro Margarite, los nobles se embarcaron hacia España, donde acusaron al
gobernador de La Española de cometer abusos.
Los Reyes Católicos enviaron a investigar las acusaciones a Juan de Aguado, quien tomó posición en favor de
los enemigos de Colón, por lo que este último regresó a España, para defenderse de los cargos que le hacían,
el 10 de marzo de 1496.
Antes de su partida hacia Europa, ordenó a su hermano Bartolomé fundar una ciudad en el sur de la isla, cerca
del lugar de Haina donde una indígena había informado al español Miguel Díaz la existencia de una mina de
oro.
Esta urbe, fundada el 5 de agosto de 1497 en la margen oriental del río Qzama, fue denominada Santo
Domingo.
Bartolomé Colón se dirigió al cacicazgo de Jaragua, para obligar al cacique Bohechío y a su hermana
Anacaona a reconocer el mando español sobre la isla. Ante esta imposición, empezaron a tributar a las nuevas
autoridades entregando cazabe, algodón y cáñamo como tributo.
En la única nave disponible en la isla desde allí se enviaron alimentos a La Isabela, porque escaseaban.
Cuando el barco arribó a La Isabela, los asalariados trataron de apoderarse de él para regresar a la metrópoli.
Para evitar la materialización de este propósito, Diego Colón, el hermano del almirante genovés, lo hizo
encallar.
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