^Madrid, ^capital cultural ADOLFO CASIANO orno primeros-visitantes, han venido los; griegos. Han llepckr desde su momento, más alejado, desde ;su momento Micénico. Y kan liepdo inva-, díéndonos de nuevode la manera más eficaz, con unamvasión do méstica, mostrándonos todo jcuantoi adornaba y «stableeía su vida cotidiana, lo que daba y si-! gue-dando fe=de cómo vivían sus momentos públicos p privados, lo1 que utilizaban para mostrar o mostrarse ante los demás, -lo quej usaban en lo .secreto de^sus resi dencias. = \ También -peco eso no lo han or ganizado ellos, sino eí devenir de; li historii^muestraíi su poder ex- _ pansivo, tanto colonizador como^ diplomático; i la constitución y^ forma de sus ciudades, su culto»! ritos funerario^ _$d manera de .contar1 y medir, lo certerq de su^ escritura lineal, trabada en jaues,tro sentido acostumbrado, ÚQ, arriba abajo y de izquierda aJejecha. ! Alrededor de cuatrocientas piezas de aju^r componen la exposición : <<El muadoL Micénico», entre lasL que sobresalen las realizadas en oro: anillos, tazas» diademas^ copas, collares, que acompañan a los objetos más de uso, como vasijas de cerámica, tablillas de bario dejeseritiíra lineal B, tallas en marfil, etc., llegados todos desde una lejanía que_cuenta más de^, 'treinta siglos, distancia temporal r|ljj|¡|||»«gg;¡«g!J MIC IC que acentúa con su poso rqal y sentimental la belleza iecadif artículo, haciéndonos evidente la 'eficacia artístic% y cultural de una ép'oca considerada arcaica por su ^escasaTécnica,1ftdpQr su imaginación y su capacidad creativa.* Inevitablemente, a lo/huéspedés dd calidad hay que rendirles yisila, demostrarles con ella el respeto1 que merece su presencia, agradecerles la lección de arte que aún pervive en sus formas e imágenes y éTejémplo"de que sus trabajos y suís días no han sido olvidados. Ciertamente la vida humana" está tejida de memorias, incluso lo ac- <l€omo primeros visitantes ¡ han liegado los griegos, invadiéndonos de la \ manera más eficaz, ™ r^ostr4ndonm todo cuanto adornaba y establecía su vida cotidiana, lo que daba y sigue dando fe de cómo \ vivían sus momentos públicos o privados, lo qué usaban en lo secreto de sus residencias,» J tualjJo que sucede ahora mismo, lo vivo, es;memoria^del pasado inmediato. Memoria sotíre la que se asientan bl ayer y el hoy, y, con toda certeza, se alzará el ^mañana. scribimos esto como entrada a la siguiente exposición que vamos a tratait la expo- ¡ sicíón «Otra realidad. Compañe-" ros ¿n Madrid», que reúne obras \ "déHiez artistas vivos bajó una advocación insólita:1 el compañeris-i "MO qué~se fundé en amistad y, en algunos casos, en amor, tos artis-i tas son Amaíia~Avía, Enrique Gran, Antonio López»García,. Francisco tópez Hernández, Ju-1 lio López Hernández, María Moreno, Lucio Muñoz, Esperanza1 Parada, Isabel Quintanifla y Joaquín Ramoi Los hemos citado pof^ orden alfabético en amistad ; y compañeriámo, ahora los vamos! a citar en orden al arnoij: AmaHa Avía y Lucio Muñoz, María Mo-1 reno y Antonio López García, Esperanza Parada y Julio López* Hernández» Isabel Quintanilla: y Francisco ^ópez Hernández. ! Este triple vínculo, Gompañerismo-amístad-amoi1; vínculo fuerte? y poderoso; ¿cómo ha funcionado en el seno del grupo, desque mm ñera se reáeja en la obra indiviPor de pronto, el grupo de forma' natural se escindf en dos de tes llamadas tendencias pictóricas: 1 abstracción y realismo^ Enrique Gran, Lucio Mupoz ^¡Joaquín, Ramo desémbocan-en^la abstracción, el resto de la nómina se| mantiene fiel a su formación en el realismo. (Un dato anecdótico:: el matrimonio Amalia Avía-Lucid Muftoz, realista ella, abstracto él, compañeras, amigos* no han.roto nunca su Camaradería por cuestiones estéticas. Resultando de esta teaftad^que ella, Amalia Avía, es un tanto-abstracta^ mientras Lucio Muñoz es, a todas luces, un realistapeculiar, i La escisión natural abstraceión-realismo j»1 aparta a unos de otros» sino quelos aproxima,^ esto nos parece consecuencia de ia amistad en primer 4ugar? inmediatamente después de la formación homogénea que recibieron en la Esquela de BB. AA, y en otros.lugares; y, desde luego, de la actitud fumaria coincidente, abierta hacia la esperanza de su futuro* Porque ellos se veían al principio tomo se ven hoy: atentos frentra la circunstancia,'activos, siempre cercanos. Sus distintas maneras de mirar al mundo coinciden en un mismo objetivo: desentrañar el misterio de su presencia en4as manifestaciones deisu estar. Ya sea a través del perfil más exacto de las cosas, como hacen los realistas, o transformándolas en signos, situaciones, evodacipnes,r que Muden _a~ ese mundo sin reproducirle '(abstractos), comunicando4odos,eiíos su experiencia humana, sus vivencias personales, por medio de las formas del arte. •< ' '¡ , J , „ . • , : : . ' , . : : : «Qtrarealidad* ma» reúne obras de diez artistas insólita: el .compañerismo qm se funde en amistad y, en algunos casóse m amor^ Los artistas son, entre oíros, Antonio López?: Lucio Muñoz o Isabel - ; Quifitanitta,» ' - " , ' ' • . speranzá Parada, para ém-"~. pezltr, dejó la pintura como profesión hace tiempo, pero su pincel sigue tocando la realidad, acensuando el calor humano que se deposita cada=díá al convivir con los objetos, calor que los objetos la devuelven^agradeeidos. Así, su pintura se hace coloquio, eonversaeiófe» descanso. Gomo coloquio es la pintura de Joaquín Ramq, que en-París, Adonde reside, percibe distintamente las fracturas existeneiales, las encrespa en la arquitectura del cuadro -casi lápida, casi tumba- y dice vida, muerte, permanencia* en la densidad dramática del color, DramaJismo que Enrique Guau transforma eii magia» alusión, clima eso- térico; clima pictórico nunca igual a sí mismo» por una luz, una 'disposición insólita de sus paisajes abstractos., Antonio López García lucha contra el tiempo <fue 'da cobijo a la realidad, quiere a toda cosía que se detenga^para el, que luzca en sppatura, Y toda su sabiduría, toda ¡su vida van detíás át eüoj Mientras María Moreno ,86 queda adlmirada por el resplán;dorde te realidad que le lle§ft a los ¡ojos» resplandor que ella transcríjfcNg» prepcup^JÁ para^iio romper, 'su encanto. Lucio Muftoz, visionario y profefa de la madera, quiere ^y"|o coasipe- atraparnos en sus, suelos^ introducirnos en retios, en ese muftdo de situaciones y seres cambiantes que son, .situaciones y seresjjue te duejen profunciamenté en un parto continuo» irreal y real a un tiempo. Amalia Avía se detiene siempre ante la;reaiídad gastada, usada, a punto rde -desaparecen Percibe i cuantos aios, cuantos seres pasaron por ¿Ua y, con la fortaleza ^ue te da áu existir» traza^ las líneas i justas,' deja constancia del eáar rquétu vieron éñ su abstracta pt-' tura r4lista, Isabel Qúíntánilla es 1 la exactitud éellímite, jaiirista» el filo; se^podría calificar de despiadadajureal eiactitu<l|i noja-redimiera una palpitación callada \ que puede verse en el calor de1 su ", mano, en un atiplo de iu pintura; . Francisco López Hernández", no i tonsipí B» él,'escultura, pínturar • medalla, se aprecia netamente la diferencia entre el estar vivo y el yacer. .No se permite ^vacilación alpna> muestra. Su hermano, Ju-, lio Wpeií Hernández, tambiénje&" cultor,= extraordinarioi dibujaáite» medallísta, se escapa por latan^ gente de la tercera dimensión, de-