Formación y empresa on cierta frecuencia se argumenta desde el mundo de la empresa, y desde el mundo de la escuela y de la educación en general, que ambas realidades se ignoran mutuamente, y que a este hecho debe atribuírsele la escasa eficacia de la formación profesional. Las acusaciones hacia la escuela se basan en que ignora qué demandan las empresas y, por tanto, no suministra las cualificaciones requeridas en el mercado de trabajo. Las empresas, por su parte, comprueban diariamente la insuficiente o, en algunos casos, excesiva pero no afortunada, formación recibida por las personas que, procedentes del sistema educativo, pretenden insertarse en el mercado de trabajo. La sociedad en general cuestiona si el sistema educativo prepara o no para el mundo del trabajo, y los jóvenes, por último, se preguntan si el mundo del empleo responde a las expectativas que han alimentado durante su etapa escolar. Todo lo anterior ha motivado el que últimamente se hayan incrementado los análisis y reflexiones acerca de las relaciones entre la escuela y. la empresa, motivados por el convencimiento general de que una adecuada educa- C JOSÉ MARÍA CUEVAS «La sociedad en general cuestiona si el sistema educativo prepara o no para el mundo del trabajo, y los jóvenes, por último, se preguntan si el mundo del empleo responde a las expectativas que han alimentado durante su etapa escolar.» ción y una formación profesional moderna no solamente son el principal bagaje del individuo para su desarrollo personal y profesional, sino también un elemento estratégico de primer orden para favorecer el desarrollo de la economía en su conjunto. Sin embargo, a pesar de que este objetivo es comúnmente aceptado por todos, existen dificultades de diverso orden para su consecución. No somos, con todo, el único país que, dentro de la Comunidad Europea, tiene problemas en este terreno. Parece incuestionable que en un momento como el que atraviesa nuestro país, en el que la competitividad de las empresas es un punto de referencia obligado, se hace preciso afrontar con decisión las deficiencias de la formación profesional para situarla en su verdadera dimensión. La empresa conoce directamente sus necesidades, especialmente aquellas que se sitúan en el corto y medio plazo. Hay que recordar que en la estructura empresarial española predominan las pequeñas y medianas empresas, en las que no es frecuente encontrar un área o departamento dedicado a la formación o a los recursos humanos. Las acusaciones hacia la escuela, aunque se han dado pasos importantes para superarlas, vienen determinadas por el hecho de que algunos alumnos se asoman al mundo exterior desde la perspectiva escolar. Lo exterior no penetra directamente en la escuela, dando lugar a lo que algunos especialistas han denominado la «subcultura escolar». En cuanto al colectivo de los jóvenes, sus circunstancias varían mucho, pero puede señalarse que los jóvenes que no poseen un certificado de estudios no tienen acceso a la formación, acusando, en consecuencia, una inestabilidad laboral mucho mayor que aquellos más cualificados. Es habitual, asimismo, que un gran porcentaje de jóvenes con formación inicial tiendan a elegir una limitada gama de opciones profesionales. Sería, pues, necesario instituir un sistema que racionalizara demandas existentes en el mercado de trabajo, las situara en el tiempo y en el espacio y suministrara dicha información a quienes conforman el sistema educativo, escuelas y alumnos, y a la sociedad en general. En eso ha de consistir precisamente la política de orientación profesional, de la que en este momento carece nuestro país. Hasta tal punto es cierto lo anterior, que el propio Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP) ha reflejado en diversos informes el hecho de que la colaboración europea en la orientación profesional no es ya un tema exclusivo de expertos. Padres, maestros y formadores se encuentran cada vez con mayor frecuencia ante la situación de aquellos jóvenes que se plantean la opción de llevar a cabo una formación o iniciar un trabajo en el extranjero. Ya empieza a hablarse de la figura del «Euro-orientador». El Observatorio de Ocupaciones del INEM supone, junto a otras experiencias, una vía en la dirección que antes apuntaba. Sin embargo, nuestra incorporación a un mercado de trabajo de ámbito europeo ha de conllevar una mayor amplitud en las investigaciones. En este sentido, según un estudio elaborado por el Comité Consultivo de Investigación y Desarrollo Industrial de la Comunidad Europea (IRDAC), las necesidades de cualificación, para los próximos años, globalmente consideradas, se moverían en los siguientes parámetros. Será precisa una reducción sumamente importante de los trabajadores no cualificados y una mano de obra mucho más cualificada. Señalaré tres ejemplos significativos: En Alemania han previsto que en el período 1980-2000 se produzca una reducción de más de tres millones de personas no cualificadas, compensadas por un millón y medio de titulados superiores y otro millón y medio de trabajadores cualificados. En el Reino Unido, para el período 1988-2000, se ha previsto un incremento del 30 por 100 en el empleo de directores y administradores, un 20 por 100 para los puestos profesionales y un 15 por 100 para servicios personales y de protección. En Francia se prevé para el período 1982-2000 una modificación de las bases educativas en favor de las cualificaciones superiores. El segundo fenómeno que se aprecia, según el citado estudio del IRDAC, es la creciente importancia de los servicios comparado con el sector de fabricación. En tercer lugar, la tecnología está cambiando la naturaleza de la demanda de cualificaciones y competencias, lo que repercute tanto en el contenido del empleo como en la manera de cumplir las tareas y su correspondiente impacto en la organización del trabajo. Junto a todo lo anterior, se afirma que en el futuro cualquier persona tendrá que cambiar de carrera al menos tres veces durante su vida laboral, y que necesitará someterse a procesos frecuentes de reconversión profesional y de educación complementaria. La pregunta que todos debemos formularnos es si los sistemas educativos reglados pueden responder de forma suficiente, en las circunstancias actuales, ante estos retos. La experiencia ha demostrado que las instituciones escolares y muchas universitarias mantienen aún un elevado grado de rigidez. Se hace necesario, pues, un mundo «Sería precisa una reducción educacional que sepa adaptarse a las necesidades de la empresa y el mundo del trabajo y logre una flexibilidad y sumamente importante de los pragmatismo en la formación. La empresa, por su parte, debe trabajadores no cualificados y reclamar un mayor protagonismo en la formación: es ella una mano de obra mucho más quien puede dar certera respuesta, bien directamente, bien a través de Centros de Formación, a los demandantes cualificada. Como en Alemania, donde han previsto que en el provenientes de un mercado competitivo. período 1980-2000 se produzca Concluiré con algunas afirmaciones a modo de síntesis: - La Formación Profesional a todos los niveles ha tomado una reducción de más de tres carta de naturaleza en nuestra sociedad. Para las empresas millones de personas no ello debe significar su toma en consideración dentro de las cualificadas.» estrategias de desarrollo. - Ha de reconocerse el papel que las instituciones de ense- «La tecnología está cambiando la naturaleza de la demanda de cualificaciones y competencias, lo que repercute tanto en el contenido del empleo como en la manera de cumplir las tareas y su correspondiente impacto en la oganización del trabajo.» fianza, tanto las públicas como las privadas, desempeñan y deben desempeñar en el campo de la formación continua y de la inicial, cooperando más estrechamente con las empresas. - Los Gobiernos, tanto los nacionales como a nivel comu nitario, habrán de cambiar sus prioridades dando mayor importancia a la elevación del nivel básico de la enseñanza y preparar a la mano de obra para mejorarse continua mente. - Los individuos, por su parte, habrán de darse cuenta de que un título de base ya no es una garantía ni una llave para el éxito del desarrollo profesional. Habrán de desarro llar actitudes ante la necesidad de actualizarse profesionalInente de una forma más estructurada, porque la mera experiencia profesional resultará insuficiente para estar al día.