TRANSICIONES PRECARIAS A LA ADULTEZ EN EL NEOLIBERALISMO: UN ESTUDIO SOBRE JÓVENES RURALES EN TLAXCALA, MÉXICO Autor de Contacto: Iñigo González-Fuente Autor: Hernán Salas Quintanal Resumen El objetivo principal de este artículo es describir e interpretar algunos de los procesos a través de los cuales las personas incorporan de forma naturalizada y legítima disposiciones laborales favorecedoras del proyecto neoliberal. Los autores consideran que un marco privilegiado para estudiar tales procesos es la etapa biográfica de transición a la adultez. La investigación se desarrolla en el municipio mexicano de Nativitas entre 2013 y 2015 bajo metodologías propias de las ciencias sociales. Se reflexiona acerca de la manera en que las propias personas son las que, a nivel local y bajo el impulso de ganarse la vida, protagonizan la implementación de los mecanismos laborales del neoliberalismo en cuanto a precariedad salarial, flexibilidad, movilidad espacial, temporalidad y rotación. Palabras clave Juventud, Transiciones a la adultez, Mercado de Trabajo, Neoliberalismo, México 1 Presentación de la cuestión y contextualización de la investigación El neoliberal es sin duda el proyecto económico, político e ideológico que mayor impacto ha tenido y sigue teniendo en la vida cotidiana de millones de personas. Destacando el hecho de que se trata de un proyecto contradictorio en su formulación, su éxito radica en que ha conseguido producir una cultura, impactar en el sentido común (Apple, 2001: 17; Peck, 2012: 13). Existen dos condiciones que destacar en el proyecto neoliberal en México: la tensión entre individuo-sociedad y las acciones encaminadas a aumentar la acumulación y la desigualdad social. Por un lado, el neoliberalismo ha convertido en hegemónico el discurso por el cual los problemas políticos y los derechos sociales son transformados en problemas individuales con soluciones de mercado (Macleavy, 2010: 137). Se valora el ciudadano empleable, emprendedor y consumidor, con iniciativa individual. El conseguir un empleo ya no depende de las decisiones macroeconómicas, sino que la responsabilidad del bienestar de las personas depende de que ellas mismas lleguen a ser empleables –adquieran las habilidades que necesitan las empresas- o emprendedoras –se doten a sí mismas de una fuente de ingreso a partir del aprovechamiento de las oportunidades que da el mercado- (Harvey, 2006: 151). Al mismo tiempo, el consumo como uso de recursos se convierte en el único ámbito de la cotidianidad en el que las personas toman decisiones “en libertad” (Macleavy, 2010: 145). Por otro lado, la concentración de recursos en manos de los grupos promotores del proceso neoliberal –accionistas, operadores financieros, empresarios, altos ejecutivos, políticos, etcéteraes un hecho ampliamente conocido. En el caso de México, las cifras sobre distribución de ingresos son extraordinariamente representativas de la desigualdad global. De acuerdo a los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), los niveles de pobreza en 2014 (53.2% de la población) son prácticamente los mismos que en 1992 y que en 2006, datos asociados a que el nivel de ingreso no ha logrado recuperar el nivel que tenía hace 22 años (Provencio, 2015). Además, la fortuna de los mexicanos más ricos se ha multiplicado por cinco: entre 2003 y 2014, la riqueza de los cuatro empresarios más acaudalados ha pasado de representar el 2 al 11% del Producto Interior Bruto (PIB) (Sánchez Jiménez, 2015). Lo más extraordinario de esta acumulación de capital es que los mecanismos para llevar a cabo tal concentración se han implementado y se implementan con un nivel de legitimación entre la población desconocido hasta la fecha. 2 Esta legitimidad deriva del control de los grupos dominantes, entre otros, sobre los medios de comunicación de masas y el sistema educativo a través del currículum escolar. Y en todo caso, como nos recuerda Harvey (2006: 146), los ideales políticos que el neoliberalismo ha logrado tomar como suyos –libertad, capacidad de elección, derechos individuales- son poderosos valores que fácilmente se pueden dar por sentado y, de esta forma, naturalizados como de sentido común. Principales objetivos e hipótesis de la investigación El objetivo principal de la investigación es describir e interpretar algunos de los procesos a través de los cuales las personas se convierten de manera más o menos razonada en agentes aplicadores de los postulados neoliberales. Específicamente, nos vamos a centrar en aquellas asociadas al campo laboral cuando incluyen venta de fuerza de trabajo –relaciones asalariadas y otro tipo de actividades que buscan algún tipo de remuneración-. Con tal objetivo, consideramos que un marco privilegiado para estudiar los procesos de incorporación de las disposiciones laborales a los esquemas de percepción, pensamiento y acción individuales es la etapa biográfica de transición a la adultez y, específicamente, los itinerarios de incorporación al mercado laboral. En otras palabras, estudiar a la población joven abre la posibilidad de revisar las diferentes características que asumen los procesos protagonizados por los propios jóvenes, sus familias y sus redes sociales, y que, a nuestra manera de ver, contribuyen de forma decisiva a implementar el proyecto neoliberal a nivel laboral, o lo que es lo mismo, a naturalizar disposiciones que incorporan relaciones de explotación de la propia población con el capital y que responden a unas determinadas exigencias por parte del último: precariedad salarial, pluriactividad, flexibilidad temporal, movilidad espacial, rotación entre sectores, etcétera. Para tales fines, vamos a centrarnos en tres elementos transicionales clave a través de los cuales las personas incorporan a su habitus disposiciones que se enmarcan en el presente neoliberal: 1. Las disposiciones laborales de origen aprendidas en el ámbito familiar; 2. Los procesos de apoyo a la colocación y continuidad en el primer empleo –y sucesivos- por parte de los familiares, redes de amigos y conocidos de la comunidad inmediata de los jóvenes; y 3. Las prácticas laborales –incluido el autoempleo- y de consumo personal por las que el nuevo trabajador ha completado su proceso de adquisición de disposiciones laborales precarizadas, garantizando de manera significativa la reproducción del sistema. 3 Fuentes de datos y metodología utilizadas Las reflexiones presentadas son resultado de una investigación que se desarrolla en Nativitas, Tlaxcala, México desde enero de 2010, la cual ha contribuido a entender la relación local-global desde la perspectiva de las transformaciones sociales, a partir de la experiencia de las poblaciones. Para ello, durante este tiempo, hemos podido establecer vínculos estrechos con varias familias cuyos miembros tienen la residencia en varias comunidades pertenecientes al municipio, y en cuyas viviendas hemos sido hospedados. Específicamente, los datos sobre jóvenes rurales recogidos en estas páginas corresponden a los años 2013, 2014 y 2015. A partir de redes familiares, realizamos entrevistas abiertas semiestructuradas 27 jóvenes residentes en el municipio, hombres y mujeres, pertenecientes a familias nucleares y extensas de diferentes niveles socioeconómicos. Esta labor nos permitió establecer de forma detallada los itinerarios formativos, laborales, residenciales y familiares de los jóvenes y de los miembros de sus familias. En este contexto, la presente propuesta entiende como prioritario el análisis de los eventos que han sido significativos para que los jóvenes hayan transitado (o superpuesto) del sistema escolar al mundo remunerado. Principales hallazgos El éxito del proyecto laboral del neoliberalismo reside en que, a nivel micro, opera con la “complicidad” de las personas, consecuencia de la inseguridad en todos los niveles de asalariados y de la amenaza permanente del desempleo (Bourdieu, 1998). Si algo llama poderosamente la atención del neoliberalismo es su capacidad para haber conseguido naturalizar su discurso entre la población empleable. Es más, como hemos intentado describir, las personas llegan a asumir como una responsabilidad propia la carencia de recursos o ingresos, optando en una mayoría de ocasiones por estrategias individualizadas –que el orden neoliberal define como emprendimientoque, entre otras cosas, destruyen las solidaridades de clase. En el caso de jóvenes que han crecido en este contexto, algunos aspectos que hemos observado son los siguientes. En primer lugar, los jóvenes ya tienen incorporado a su acervo cultural la denominada cultura del esfuerzo y del emprendimiento, ambas cuestiones ligadas a la influencia que las agencias de socialización ejercen sobre ellos: familia, grupo de pares, comunidad inmediata, escuela, medios de comunicación. Se observa que, como en el caso de Lucía con sus estudios universitarios, las expectativas de lo que les gustaría estudiar desaparecen 4 en el momento de la presencia de una oportunidad laboral –no tanto buscada como encontrada gracias a las redes familiares y comunitarias- que se traduzca en dinero. La mayoría de los jóvenes han conocido el mundo del trabajo a partir de la observación y experimentación de las prácticas laborales de sus progenitores-tutores. Con ellos han aprendido de primera mano lo relativo a la flexibilidad que es necesaria en sus respectivos trabajos: en la venta ambulante, en el comercio minorista o en el sector restaurantero por señalar tres de los sectores en los que ingresan los jóvenes nativitenses en su primer contacto con el mundo laboral. En segundo lugar, algunos jóvenes llegan a su primer empleo en un contexto de relaciones sociales precarizadas, esto es, consiguen sus trabajos en el contexto de una red de relaciones que involucra decididamente a su familia, a sus amigos y a otras redes sociales ligadas a la comunidad. En otras palabras, estos primeros empleos están significativamente asociados a la existencia de una oferta informal cuyas condiciones son puestas por personas –propietarios y/o arrendatarios de pequeños negocios, trabajadores asalariados, etc.- que implementan y desarrollan la precariedad y la flexibilidad hasta el límite. Así, esta investigación constata la existencia de un sentido común que naturaliza la búsqueda del máximo beneficio por encima de cualquier otra consideración, como el ejercicio de los derechos laborales. En tercer lugar, algunos jóvenes han transitado en pocos años al mundo laboral y ya son trabajadores precarizados y, “con suficiente suerte, con ingresos suficientes” (Barkin, 1999: 16), consumidores low-level, de baja intensidad. El trabajo no constituye un fin en sí mismo, sino un medio. El dinero, como en el caso de los jóvenes nativitenses, se convierte en un elemento de gran centralidad y atracción en el sentido de que se utiliza para expandir las posibilidades de consumir productos –como telefonía móvil, ropa y accesorios- asociados a “las connotaciones simbólicas que acompañan e intervienen en los procesos de construcción identitaria” (Saraví, 2009b: 100). Al mismo tiempo, el consumo es efímero: la mayoría de gastos que tienen los jóvenes entrevistados han sido realizados antes incluso de recibir los salarios, lo que provoca que las personas tengan que seguir trabajando. Finalmente, las entrevistas y la observación participante en las comunidades nos permiten señalar un haz de trayectorias laborales que oscilan entre lo posible y lo impredecible. No hablamos de categorías polarizadas sino de jóvenes que viven cotidianamente eventos sociolaborales que, en ocasiones, forman parte de decisiones programadas, planeadas sea por ellos 5 mismos o por otras personas, y que, en otras ocasiones, son decisiones que están modeladas por la irrupción del acontecimiento, el azar o la suerte (Saraví, 2009a: 28). Referencias Apple, M. W. (2001). Educating the “Right” Way. Markets, Standards, God, and Inequality. New York & London: RoutledgeFalmer. Barkin, D. (1999). Superando el paradigma neoliberal: desarrollo popular sustentable. Cuadernos de Desarrollo Rural, 43, 11-31. Bourdieu, P. (1998). L’essence du néolibéralisme. Le Monde Diplomatique, 13 de mayo. Harvey, D. (2006). Neo-liberalism as Creative Destruction. Geogr. Ann., 88B (2), 145-158. Macleavy, J. (2010). Remaking the Welfare State: from Safety Net to Trampoline. En K. Birch, V. Mykhnenko (Eds.), The Rise and Fall of Neoliberalism. The Collapse of an Economic Order? (pp. 133-150). London: Zed Books. Peck, J. (2012). Neoliberalismo y crisis actual. Documentos y aportes en administración pública y gestión estatal, 19, 7-27. Provencio, E. (2015). Pobreza 2014: ruda y persistente. La Jornada, 2 de agosto. Sánchez Jiménez, A. (2015). México, con más desigualdad que otros países: Oxfam. La Jornada, 2 de agosto. Saraví, G. A. (2009a). Transiciones vulnerables. Juventud, desigualdad y exclusión en México. Ciudad de México: CIESAS. Saraví, G. A. (2009b). Desigualdad en las experiencias y sentidos de la transición escuela-trabajo. Papeles de Población, 15 (59), 83-118. 6