ENTREVISTA CONCEDIDA A LOS PERIODISTAS AL REGRESO DEL VIAJE A EUROPA, LA UNIÓN SOVIÉTICA Y CHINA. MÉXICO D. F. 23 DE MARZO DE 1959 —¿Cuál es el panorama, nacional que ha observado a su regreso al país? —Cuando regresamos al país lo encontramos con una gran esperanza y una gran fe en el actual gobierno presidido por el licenciado López Mateos; esperanza que le demostró el mismo pueblo durante su gira por toda la República, al ofrecimiento que le hizo de estudiar los problemas esenciales del país y buscar la mejor forma de darles solución durante su gobierno. Esta misma fe siguió teniendo el pueblo en el gobierno de la Revolución que preside el propio señor licenciado. Hoy que tuve la oportunidad de platicar con él, satisfacción me causó ver el conocimiento que tiene de los problemas del país y su interés por resolverlos; entre ellos, se expresó con mucho optimismo del caso de Yucatán que, indicó, lo están estudiando la Secretaría de Agricultura y el Banco Nacional de Crédito Ejidal. para resolver el problema de la producción henequenera y el del aumento de la población excedente en los centros ejidales, manifestando que tiene la esperanza de resolver por lo menos parte de ellos, dentro de su gobierno, con obras de irrigación que, según expresión de él, se intensificarán en los años venideros. Afortunadamente nuestro país hace ya varios años que está viviendo un régimen de instituciones, sin caudillos, y ajustado a las normas que señala la Constitución del 17, emanada del movimiento revolucionario de México. Ya nuestro país no es campo de rencillas, no recurre a las armas para resolver sus problemas. —¿Se ha concertado1 alguna operación con la casa Knipp en Alemania? —Mi visita a la casa Krupp obedeció a una invitación para ver sus instalaciones, propiamente los altos hornos que se mueven con carbón y los hornos eléctricos, y tuve ocasión de ver también las instalaciones de otros países como Bélgica e Italia. Con la casa Krupp no fuimos a concertar ninguna operación. El gobierno de la República, por conducto de la Nacional Financiera, celebró en la pasada administración un convenio para que aquélla hiciera el estudio de un proyecto para instalar una planta siderúrgica en la costa del Pacífico, en la cuenca del Balsas, aprovechando los yacimientos de fierro que hay en las márgenes del río, en terrenos de Michoacán y de Guerrero, creando energía eléctrica que se puede generar con las aguas del río Balsas. El proyecto comprende dos presas abajo del Cañón del Infiernillo para almacenar el escurrimiento de toda la cuenca, cuyos volúmenes son necesarios para las obras en proyecto en el alto y medio Balsas. La casa Krupp, dentro de cuatro o cinco meses habrá terminado su proyecto y lo presentará al gobierno federal, para que éste resuelva la forma de desarrollarlo. En estas obras ha habido coordinación entre las dependencias federales, por ejemplo: la Secretaría de Recursos Hidráulicos ha formulado el proyecto de las presas; la Comisión Federal de Electricidad el de las plantas hidráulicas; la Secretaría de Obras Públicas está abriendo el camino para construir el ferrocarril de Nueva Italia a los yacimientos, tramo este que forma parte del proyecto de vía hasta Zihua-tanejo; la Secretaría de Marina ha realizado ya el anteproyecto y tiene en estudio el proyecto definitivo para la construcción de un pequeño puerto en la desembocadura del Balsas. —¿Qué opina usted sobre el ejido ganadero de Cananea? —Lo hecho con el latifundio de Cananea es muy importante porque quedó en manos de muchos mexicanos que hace años venían insistiendo en obtener la tierra de aquel latifundio. La gente de aquella zona se ha dedicado siempre a la cría del ganado porque las condiciones propias de la región no permiten obras de irrigación. El ejido ganadero está considerado dentro de la ley. —¿Cuál es su opinión sobre el caso de Berlín? —En pláticas con habitantes de las dos Alemanias y de las observaciones que hice no considero que pueda llegar a una conflagración mundial el litigio que tienen actualmente. Seguro que encontrarán la forma de resolver pacíficamente su problema. Me baso en el interés que las propias Alemanias tienen para resolverlo. Si los responsables de los estados de oriente y occidente se reuniesen, como se ha anunciado, seguramente las pláticas harán mucho bien a todos los países de la tierra y en particular a los nuestros, a los latinoamericanos, porque tratarán asuntos trascendentales en materia económica. El punto clave que yo considero existe en estos momentos y que será el problema del futuro, es la competencia en cuanto a la producción industrial de los países desarrollados. Si Occidente y los países socialistas le encuentran una solución, se habrá dado un gran paso para resolver los problemas económicos mundiales, los nuestros también, que están pasando ahora por momentos muy difíciles, como lo han expresado con toda claridad los gobiernos de algunas naciones de Latinoamérica. Yo considero que el problema de Alemania, como el problema de Formosa, son cosas secundarias que se arreglarán entre los propios nacionales. Consideramos que en la reunión que se ha anunciado se encontrarán caminos para la convivencia de los sistemas económicos que siguen Occidente y el Oriente. Guando nosotros pasamos por Europa, la tensión tanto de un lado como del otro, era más aguda. Actualmente se ha suavizado con el anuncio de que los responsables de los estados van a descender al nivel de los problemas, no van a esperar que los problemas asciendan hasta ellos. Y es necesario que hablen porque queda un punto por aclarar. ¿En qué consiste el problema para que no pueda haber amistad entre todos los pueblos, si los hombres responsables de los Estados Unidos están diciendo que sólo se están armando para su defensa y asegurar la paz y no para agredir, y si a la vez los países del régimen socialista están manifestando lo mismo? Interesa a todos los países, y particularmente a los nuestros de la América Latina, que se aclare qué impide el entendimiento para que se acabe con la psicosis de temor que constantemente se está tratando de infundir en el ánimo de los pueblos, psicosis que es consecuencia de la llamada guerra fría; guerra fría que tiene vigencia en los países de Latinoamérica y que en los últimos años ha causado serios trastornos para las libertades ciudadanas, para el progreso económico y el desarrollo integral de nuestros propios países.