ROBLE Nombre científico: Quercus robur L. (= Q. fustigiata Ehrh.) (ROBLE DEL PAIS, ROBLE CARBALLO) Familia y especies relacionadas: Junto con las hayas, Fagus sylvatica, y castaños, Castanea sativa, constituyen la Familia Fagáceas, una de las más importantes Familias de árboles de las regiones templadas de todo el hemisferio norte. Prácticamente todos sus componentes son muy dominantes y llegan a constituir bosques caducifolios en Norteamérica, Europa y Asia, y bosques esclerófitos en las regiones más térmicas, zonas mediterráneas y sur de China y Japón, fundamentalmente. Descripción: Los robles, en sentido amplio, constituyen desde el punto de vista morfológico una gran serie de especies e híbridos, que van desde las zonas húmedas y frías de la montaña hasta las zonas templadas y secas del mediterráneo. En las zonas de montaña nos encontramos con los verdaderos robles, árboles majestuosos, de gran porte, que alcanzan fácilmente los 20 – 30 metros de altura, con troncos gruesos, generalmente retorcidos y ramas extendidas e igualmente tortuosas, que dan lugar a unas copas anchas y ovoideas. Conforme descendemos hacia lugares más cálidos y secos, el porte se va haciendo más “carrasqueño”, troncos más cortos y amplias copas globulares y muy compactas, que conservan mejor la humedad y que apenas levantan un metro del suelo. Así se va pasando progresivamente de los robles a los quejigos y a las encinas. De igual manera la corteza de todos los Quercus es grisácea y fuertemente agrietada o cuarteada, generalmente colonizada por numerosas colonias de musgos, líquenes y algas; sin embargo los robles verdaderos de la montaña presentan una corteza muy gruesa y marcada con profundos caballones, mientras que los quejigos, carrascas y encinas la presentan mucho menos pronunciada o simplemente cuarteada. Los robles verdaderos presentan unas hojas caducas, alargadas y más o menos lobuladas. Suelen medir de 7 a 11 x 3’5 a 7 cm. con lóbulos redondeados que, en general, carecen de pelos o son muy escasos. Las flores son unisexuales monoicas, aparecen en Mayo agrupadas en inflorescencias unisexuales bastante parecidas en todas las especies. Las masculinas se agrupan en amentos colgantes, de 3 a 6 cm de largo, que salen en grupos de los extremos de los brotes. Se componen de numerosas flores constituidas por un cáliz irregular con sépalos desgarrados y pelosos que envuelven un número variable de anteras amarillas. En los extremos de algunos brotes aparecen las flores femeninas, también agrupadas en amentos colgantes, mucho más cortos, de 1 a 3 cm, aislados o en pequeños grupos de dos o tres, con entre 3 a 5 flores moradas. Cada flor se compone de unas brácteas libres, ciliadas y rojizas en el borde, que envuelven un ovario con estigma trilobulado. Las flores femeninas dan lugar a bellotas, aisladas o en grupos de dos a tres, soportadas por largos pedúnculos en algunas especies. Origen y hábitat: A excepción del roble americano, que como su nombre indica es originario de los robledales del este de Canadá y Estados Unidos, el resto de las especies que encontramos en los jardines y calles constituyen robledales, quejigales o encinares en Europa, España e incluso en la propia Navarra. Cultivo, crecimiento y cuidados: Los robles verdaderos son árboles de crecimiento lento, en comparación con otras especies de jardines, pero rápido en comparación con otras especies de su medio. Resisten bien las heladas y prefieren suelos arcillosos con abundante humedad, incluso encharcados. Distribución en Navarra: El roble del país y roble comun constituye bosques en la Navarra húmeda y en los fondos de valle de la Zona Media y valles pirenaicos. Como ornamentales el Q robar lo podemos encontrar en diversas calles y jardines como Taconera, Vuelta del Castillo, Ciudadela, Carlos V de Tudela, etc;