Nació en la hacienda de Longaví, provincia de Linares, el 20 de diciembre de 1868. Hijo de Pedro Alessandri y de Susana Palma Guzmán. Estudió en los Padres Franceses siguiendo luego la carrera de Derecho en la Universidad de Chile, titulándose de abogado. Mientras estudiaba entró a trabajar en la Biblioteca Nacional y más tarde en la Biblioteca del Congreso. Al estallar la Revolución de 1891 se inclinó por el partido del Congreso y desde un diario clandestino llamado “La Justicia” escribió contra el régimen de Balmaceda. Triunfante la revolución, volvió a las aulas y en 1893 obtuvo su título de abogado. Político liberal, fue Diputado en 1897 y Ministro de Obras Públicas ese mismo año. Sucesivamente fue reelecto diputado, ejerciendo a la vez con notoriedad su profesión. En 1913 ocupó la cartera de Hacienda, y en 1915 fue candidato a Senador por Tarapacá, alcanzando una alta figuración nacional. La dura lucha que libró en el norte contra el cacique local, Arturo del Río, su defensa de los trabajadores y los cambios que propuso a favor de ellos, lo convirtieron en el líder. Llevó al Senado su oratoria brillante y en 1918 asumió el Ministerio del Interior, cartera que usó como una plataforma electoral. Candidato a Presidente de la República por la Alianza Liberal, encendió al país en su campaña. Superó por escaso margen de votos a Luis Barros Borgoño y debió un tribunal de honor decidir sobre el resultado final. Terminado su mandato volvió a la política activa. Siempre desde el Senado y en ocasiones desde los cuarteles, figuró en el primer plano de la vida nacional. Nuevamente electo Presidente de la República, a su retiro fue presidente del Senado, condición en la que lo sorprendió la muerte el 24 de agosto de 1950. Su Gobierno: Durante los tres primeros años de su Gobierno se dictaron leyes destinadas a proteger a las industrias y a la clase trabajadora. Entre éstas figuran la de Empleados Particulares, la Ley sobre la Vivienda, la de Empleados Públicos y Periodistas, y la Ley sobre Derechos Civiles de las Mujeres. Además, se creó el Banco Central. El parlamentarismo de ese tiempo dio ocasión a enconadas luchas. El Presidente fue apoyado por la mayoría de la Cámara de Diputados, pero en la de Senadores existió una mayoría en su contra, la que derribó Ministerios con suma frecuencia. En marzo de 1924 se convocó a elecciones de senadores y diputados, correspondiendo el triunfo a la Alianza Liberal. Cuando se reunieron las dos Cámaras, lo primero que preocupó a los congresales fue la dieta parlamentaria. Dejando a un lado asuntos de alto interés público, presentaron una ley que concedía 2 mil pesos mensuales a cada uno. Al votar la ley, un grupo de oficiales protestó desde las tribunas. Se organizó un Comité Militar que hizo presión sobre el Gobierno y lo obligó a firmar varias leyes urgentes y vetar la dieta parlamentaria. Alessandri se resistió a estar bajo la autoridad del Comité Militar y presentó al Congreso la renuncia a su cargo, pero éste la rechazó y le concedió licencia por seis meses para ausentarse del país. Fue reemplazado por una Junta de Gobierno presidida por el Ministro del Interior, general Altamirano, e integrada por el almirante Neff y el general Bennett. Esta Junta disolvió el Congreso y aceptó la renuncia de Alessandri. El 23 de enero de 1925 un grupo de oficiales jóvenes, dando un audaz golpe de Estado, apresó a los miembros de la Junta y organizó una nueva Junta de Gobierno, presidida por un civil, Emilio Bello, e integrada por el general Dartnell y el almirante Ward. Así como en la primera Junta predominaron los elementos colisionistas, en la segunda les correspondió el turno a los aliancistas. Este Gobierno, en el carácter de provisional, llamó al Presidente Alessandri, que se hallaba en Roma, para que reasumiera su cargo. Éste regresó a Santiago el 20 de marzo de 1925, siendo recibido con verdadera apoteosis. Alessandri abdica el 1 de octubre de 1925, siendo reemplazado por el Vicepresidente Luis Barros Borgoño.