TEMA MÉDICO Nº 104 PREVENCION DEL CANCER DE CUELLO DE UTERO. CANCER DE CUELLO DE UTERO El cáncer de cuello uterino (cáncer cervical o de cervix) es uno de los cánceres más comunes. Ocupa el segundo lugar entre los cánceres que afectan a la mujer, después del cáncer de mama, y es la segunda causa de muerte por cáncer. Afecta en mayor medida a las mujeres de bajo nivel socio-económico y es un indicador de las inequidades en salud. Se estima que anualmente se diagnostican 530.000 nuevos episodios de cáncer cervical en el mundo, de los cuales más del 85% ocurren en países en desarrollo. El Papiloma Virus Humano (HPV) está estrechamente relacionado con el desarrollo de cáncer de cérvix. Según datos epidemiológicos se estima que el HPV causa 100% de los casos de cáncer cervical, 90% de los casos de cáncer anal, 40% de los de órganos genitales externos (vulva, vagina y pene) y al menos 12% de las lesiones malignas de la boca y la faringe. Existen más de 100 subtipos de HPV, de los cuales alrededor de 40 infectan las mucosas, en particular del tracto anogenital y pueden subdividirse en dos grupos sobre la base a su potencial oncogénico (capacidad de desarrollar lesiones precancerosas): 1 Subtipos de HPV de bajo riesgo (principalmente HPV 6, 11, 40, 42, 43, 44, 61), comúnmente presentes en las lesiones benignas (condilomas-verrugas genitales y neoplasias intraepiteliales de bajo grado), con mínimo riesgo de progresión maligna. Subtipos de HPV de alto riesgo (HPV 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 68, 73 y 82), los cuales bajo la forma de infección persistente pueden conducir al cáncer. Entre éstos los dos subtipos más comúnmente asociados con cáncer cervical son los genotipos 16 y 18. Las infecciones por HPV son trasmitidas principalmente por contacto sexual. El HPV es altamente transmisible y la mayoría de mujeres y hombres sexualmente activos, adquirirán infección por HPV en alguna oportunidad en la vida. La transmisión del HPV es a través del simple contacto, no es exclusivamente a través de relaciones sexuales. Puede trasmitirse en el primer contacto sexual. La infección por HPV está ampliamente distribuida en la población. La mayoría de las infecciones por HPV, aún las producidas por los tipos de alto riesgo, son transitorias; es decir que se mantienen por un tiempo acotado (promedio: 8 meses), son autolimitadas y no dejan secuelas. El 90% de ellas pueden ser limitadas en 2 años. Sin embargo en una proporción minoritaria, aunque numéricamente impactante por la alta distribución en la población, los HPV pueden generar una infección persistente. 2 Se ha demostrado que la infección por HPV de alto riesgo que persiste por varios años, representa el principal factor para el desarrollo de lesiones preneoplásicas severas con progresión maligna. Se estima que el tiempo entre la infección inicial por HPV y el desarrollo del cáncer de cérvix es de décadas. PREVENCION Y DETECCION TEMPRANA DEL CANCER DE CUELLO UTERINO. VACUNA CONTRA EL HPV. La infección temprana causada por el HPV se acompaña de alteraciones leves de la mucosa genital y no induce una respuesta inmune vigorosa. Existen dos vacunas disponibles en el mundo (cuadrivalente y bivalente) y ambas demostraron ser seguras y altamente efectivas en prevenir lesiones precancerosas, asociadas a HPV de alto riesgo y tienen el potencial de reducir significativamente la incidencia de cáncer cervical. Estas vacunas permiten una respuesta inmunológica (generación de anticuerpos) alta (10 a 11 veces mayor a la otorgada por la infección natural) y sostenida a 8,4 años contra HPV 16 y 18. La vacuna alcanza su mayor eficacia cuando se aplica en mujeres que no han iniciado la actividad sexual. Recientemente, el Ministerio de Salud de la Nación, ha incorporado al calendario oficial la vacuna contra el HPV para todas las niñas que hayan cumplido 11 años de edad nacidas a partir del 1° de enero del año 2000. Si las niñas se presentan a vacunar tardíamente, con más de 11 años, pero pertenecen a las que han nacido en el año 2000, deberán ser inmunizadas. Se aplican 3 dosis de vacuna. PAPANICOLAU (PAP) PARA EL RASTREO DE HPV. La prueba de Papanicolau (PAP) constituye una parte importante del cuidado médico regular de la mujer, ya que con éste se puede prevenir el cáncer de cuello de útero. 3 A partir de los 18 años es importante realizarse un examen de PAP. Este se realiza anualmente al inicio, y luego cada tres años, aunque si se detectan señales de infección por HPV, los controles pueden ser más frecuentes. Todas las mujeres, estén o no vacunadas para el HPV deben realizar el control de PAP. Las personas mayores de 65 años, con pruebas de PAP tomadas regularmente, negativas, no necesitan seguir controlándose. Para tener en cuenta El cáncer de cuello de útero es prevenible. El PAP es la forma más importante de detección del cáncer de cérvix y insustituible. es La educación sexual y la actividad sexual responsable, también son métodos de prevención insustituibles. La introducción de la vacuna contra el HPV es una herramienta preventiva que complementa al resto de las medidas contra el cáncer cervical. Su efectividad real, radica en la utilización de la misma, en personas que no han iniciado su actividad sexual y no han tenido contacto con el HPV. 4