EDAD MEDIA CARACTERÍSTICAS GENERALES A nivel filosófico la Edad Media se caracteriza por el predominio del cristianismo. La Iglesia es la protagonista fundamental a nivel artístico, político, científico, cultural y filosófico. De ahí que no sea casual que todos los filósofos medievales sean obispos, monjes,... La religión cristiana, supuso en su momento muchas novedades, e incluso discrepancias, con la religión y la filosofía griega. Estas son algunas: - Monoteísmo. Frente a las religiones politeístas griega y romana, aparece por primera vez una religión que habla de un único Dios (aunque recordemos que ya Platón y Aristóteles lo habían hecho, aunque desde el ámbito de la filosofía) - Creacionismo. Dios crea el mundo de la nada. (Para los griegos era imposible que de la nada surja algo) - Dios omnipotente. Los dioses griegos, a pesar de tener poderes mayores que los del hombre, no eran omnipotentes. Sin embargo el Dios del cristianismo todo lo puede y todo lo sabe (omnisciente), de ahí que pueda realizar milagros, que son fenómenos que están en contra de las leyes de la naturaleza. - Dios padre y por tanto los hombres hermanos. - Dios hecho hombre, muerto y resucitado - El pecado y su castigo en el infierno. Frente a la idea socrática de que el que se equivoca lo hace por ignorancia, y por tanto hay que enseñarlo, el cristianismo defiende que el hombre nace ya con el pecado original, y que por tanto es malo por naturaleza y tiende a caer en la tentación. - Posee un libro sagrado (la Biblia) y una casta de sacerdotes encargados de mantener la interpretación correcta del mismo, y, por tanto, castigar a aquel que se aparte de ella. Dado que la Biblia es palabra de Dios, y en consecuencia es la Verdad Absoluta, todo aquel que piense distinto (hereje) está equivocado. Este es el motivo por el que la Santa Inquisición castigó con tanto ahínco a los herejes. TEMAS FUNDAMENTALES EN LA EDAD MEDIA Estos son algunos de los temas fundamentales que tratarán los filósofos medievales: RELACIÓN ENTRE RAZÓN Y FE Este es, sin duda, el tema central de la Edad Media: la relación entre: a) la filosofía y la ciencia, es decir, los conocimientos que se adquieren a través de la razón y b) la religión y la fe cristiana. El pensamiento filosófico en la Edad Media se toma de los griegos, especialmente de Platón y Aristóteles. Los filósofos medievales intentarán compaginar las teorías de éstos con las ideas del cristianismo, cosa que no siempre resultará sencillo. Así S. Agustín fusionó las ideas platónicas con el cristianismo, mientras Santo Tomás lo hizo con las de Aristóteles. Son tres las posturas fundamentales que vamos a estudiar al respecto: 1. S. Agustín no distinguía entre filosofía y teología, y apelaba a la fe en medio de una argumentación racional. Esta postura, que no separa razón de fe será retomada por S. Anselmo. 2. S. Tomás ya distinguía entre filosofía y teología, razón y fe, pero aún así pensaba que había temas comunes a ambas, verdades que podían conocerse racionalmente y también por fe. 3. Ockham no sólo distinguió razón de fe, sino que además separó estos ámbitos, afirmando que los temas religiosos son exclusivamente de fe y no pueden conocerse racionalmente. En cada uno de los autores encontrarás más detalladamente su postura. RELACIÓN ENTRE ESTADO E IGLESIA La Edad Media se caracterizó entre otras cosas por la estrecha unión entre el poder político y el poder religioso. El tema de la relación Estado-Iglesia puedes verlo en San Agustín. LAS DEMOSTRACIONES DE LA EXISTENCIA DE DIOS Aunque hoy nos resulte extraño, los filósofos medievales pensaron que era posible demostrar la existencia de Dios. De hecho fueron muchas las demostraciones que se hicieron, nosotros vamos a estudiar las de S. Anselmo y S. Tomás. Ambos pensaron que “Dios existe” es una verdad que aceptaban por fe, pero que también podía demostrarse racionalmente. (Recuerda que uno no distinguió entre razón y fe, y el otro pensaba que tenían temas comunes y éste era uno de ellos) Ockham será el primer autor que niegue la posibilidad de demostrar la existencia de Dios; para él este será un tema exclusivamente de fe. EL PROBLEMA DE LOS UNIVERSALES Este problema ontológico (determinar la forma de existencia de los universales) tiene repercusiones epistemológicas. Se plantea a partir de la traducción de Boecio de un texto de Porfirio, “Isagoge”. En un fragmento decía: “No intentaré pronunciarme sobre si los géneros y las especies existen por sí mismos o en la inteligencia, ni en el caso de subsistir si son corporales o incorporales, ni si existen separados de los objetos sensibles o en estos objetos formando parte de los mismos”. Plantea, por tanto, las posibles posturas que pueden darse frente al tema; aquí las vamos en resumir en cuatro: 1. Realismo extremo o ultrarrealismo Afirman que los universales son reales y existen extramentalmente. Su existencia es previa a la de las cosas: “Universalia ante rem”. La existencia de las cosas particulares se basa en los universales. Los universales son una realidad subsistente de la que participan los individuos concretos y particulares. Esta teoría tiene una clara influencia platónica. 2. Realismo moderado Defienden que los universales son reales, existen, pero sólo en tanto que formas de las cosas particulares. Los universales sólo existen en las cosas: “Universalia in re”. Esta teoría, mantenido por S. Tomás por ejemplo, tiene una clara influencia aristotélica. 3. Conceptualismo y Nominalismo Los universales sólo existen después de las cosas particulares: “Universales post rem”. El hombre crea los universales en su mente, abstrayendo las características que las cosas particulares tienen en común. Los conceptualistas, como Pedro Abelardo, considerarán que son conceptos; los nominalistas como Ockham defenderán que no son más que nombres, palabras. ALGUNOS AUTORES IMPORTANTES SAN AGUSTÍN DE HIPONA (s. IV) Nació en la ciudad de Tagaste (África). Hijo de padre pagano y madre cristiana fue educado en el cristianismo, pero ya de joven se le plantean dos problemas: a)cómo explicar la existencia de un mundo inmaterial y perfecto, y b) el problema de la existencia del mal –cómo explicar la existencia del mal en el mundo si éste ha sido creado por Dios que es todo bondad. Estos problemas hicieron que se uniera a una de las herejías de la época, el maniqueísmo. Los maniqueos consideraban que existen dos principios, el del bien y el del mal, que están en constante pugna. Estudió gramática y literatura latina en Cartago y posteriormente se dedicó a impartir clases en varias ciudades. Fue en Milán donde se produjo su conversión al cristianismo: al escuchar los sermones de S. Ambrosio decide abandonar su vida licenciosa, y la lectura de obras platónicas hizo que encontrara la solución a los dos problemas que el cristianismo le había planteado. Platón defendía la existencia de un mundo inmaterial y perfecto (M.I.) y explicaba el mal como ausencia del bien (recordemos que según el platonismo, si algo es malo es debido a que no participa de la Idea de Bien; para Platón no existía la Idea de mal). Relación entre razón y fe San Agustín encontró en la filosofía platónica, es decir, en la razón, la respuesta a los interrogantes que le planteaba el cristianismo, la fe. No separará los temas de fe y religión de los temas filosóficos o racionales; así va a defender que la fe ilumina la razón, para que ésta esclarezca los contenidos de la fe. (Esta teoría será retomada por S. Anselmo). Tras su conversión acabó siendo obispo de Hipona, puesto desde el que persiguió a los herejes. Se considera uno de los Padres de la Iglesia, ya que fue uno de los primeros cristianos que se dedicaron a teorizar y filosofar acerca del cristianismo. Entre sus obras destacan: “Contra Académicos”, “Confesiones”, “La ciudad de Dios”. S. Agustín fue un autor platónico, lo cual no es extraño, ya que el platonismo es la filosofía que mejor encaja con el cristianismo. Ambos defienden ideas comunes: existe un mundo inmaterial y perfecto, el mal es la ausencia de bien, el dualismo antropológico, el cuerpo como cárcel del alma, el conocimiento como purificador de ésta, la verdad es absoluta y eterna. Escribía S. Agustín: “Las Ideas son ciertas formas arquetípicas, o esencias estables e inmutables de las cosas, que no han sido creadas, sino que existiendo eternamente y sin cambios están contenidas en la Inteligencia Divina” Las Ideas están, por tanto, en la mente divina (no en el M.I. como decía Platón), y el hombre es capaz de conocerlas gracias a la iluminación divina. (Recordemos la Idea de Bien representada en el mito de la caverna por el Sol) Filosofía de la Historia Parte de la filosofía que pretende encontrar el sentido de la historia. San Agustín se considera el primer filósofo de la historia, ya que pretende interpretar los hechos de la historia y encontrarles un sentido. Pero como ya vimos no separa los temas de fe de los filosóficos, y cuando interpreta la historia lo hace desde el cristianismo, de ahí que podamos decir que hace a la vez filosofía de la historia y teología de la historia. San Agustín interpretaba la libertad como la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, entre acercarse a Dios y amarle por encima de todas las cosas –es en esto en lo que consiste la felicidad -, y alejarse de él y amarse a uno mismo llegando al desprecio de Dios. Los hombres que eligen el bien forman la ciudad celestial, los que eligen el mal la ciudad terrenal. Ambas ciudades se hallan mezcladas en la sociedad (los ciudadanos de una y otra serán separados el día del juicio final), sin embargo S. Agustín relaciona, aunque no identifica, la ciudad celestial con la Iglesia , y la ciudad terrenal con el Estado. Relación Estado – Iglesia Si bien considera que el Estado es una institución necesaria para organizar la convivencia (ya que el hombre tiende a buscar su propio beneficio y a pecar, son necesarias unas leyes y unas sanciones para mantener la paz), un Estado sólo será justo si se rige por los principios del cristianismo. San Agustín defiende, por tanto, la primacía de la Iglesia sobre el Estado. La Iglesia es la heredera de la Palabra de Dios, de la Verdad Absoluta y, por tanto, superior al Estado. Esta teoría de la subordinación del Estado a la Iglesia, de la subordinación del poder político al poder religioso, de la defensa de los estados confesionales, marcará toda la Edad Media. SAN ANSELMO DE CANTERBURY (s. XI) Relación entre razón y fe Al igual que S. Agustín, no separaba filosofía y teología, y por tanto no separaba razón y fe. La fe ilumina la razón, y ésta ayuda a comprender los contenidos de la fe. Esta frase resume su pensamiento: “No busco entender para creer, sino creer para entender, porque si no creyera no entendería” Demostración de la existencia de Dios En su obra “Proslogium” realiza una demostración de la existencia de Dios, que se conoce como Argumento ontológico; en él pretendía, partiendo de la idea o concepto de Dios demostrar su existencia en la realidad. San Anselmo distingue dos tipos de seres: aquellos que sólo existen en el entendimiento pero no en la realidad (ej.: un unicornio; ya que puedo pensar en él y tengo en mi mente la idea de qué es existe en mi mente, pero no existe en la realidad), y aquellos que existen en el entendimiento y en la realidad. Estos últimos son más perfectos que los que sólo existen en el entendimiento. Todos los hombres, incluso el ateo, tiene una idea de Dios: “El ser mayor que lo cual nada puede pensarse”, es decir, un ser tal que es imposible pensar un ser mayor que él. Por tanto, Dios existe en el entendimiento; ahora hay que demostrar que además existe en la realidad. Si Dios no existiera en la realidad sería posible pensar un ser mayor que él (todos aquellos que existen realmente), y por tanto caeríamos en una contradicción: definimos a Dios como el ser más perfecto a la vez que afirmamos que existen seres más perfectos que él. Es imposible, por tanto, que Dios no exista en la realidad. El mayor de los seres no puede no existir, ya que entonces habría seres mayores que él. Así pues, Dios existe no sólo en el entendimiento sino también en la realidad. Dios existe necesariamente, ya que de su esencia se sigue su existencia. Esta demostración de S. Anselmo es la más conocida y controvertida. Fue criticada, entre otros, por S. Tomás o Kant, y retomado, entre otros, por Descartes. SANTO TOMÁS DE AQUINO (s. XIII) Nacido en Nápoles, fue un monje dominico que dedicó su vida a la labor docente. Entre sus obras destacan la “Suma teológica” y la “Suma contra los gentiles” Relación entre razón y fe A diferencia de S. Agustín, que fue un autor platónico, Santo Tomás fue aristotélico y, por tanto, su obra es un intento por armonizar las teorías de Aristóteles con las enseñanzas del cristianismo. Otra diferencia con S. Agustín es que, mientras éste no separaba ni distinguía razón y fe, filosofía y teología, Santo Tomás será el primer autor que distingue el conocimiento racional de las verdades de la fe. Eso no significa, sin embargo, que no tengan contenidos comunes. Existen verdades que son asequibles exclusivamente por la razón (es decir, sólo puedes llegar a ellas por medio del pensamiento, razonando); existen otras verdades que son exclusivas de la fe (es decir, sólo puedes conocerlas porque han sido reveladas por Dios, y las crees). Pero existen algunas verdades que son a la vez de fe y de razón, es decir, verdades que han sido reveladas por Dios y que los cristianos creen, pero que pueden llegar a conocerse también por medio del pensamiento y la razón. Entre estas verdades que son a la vez de fe y razón están: la existencia de Dios, el decálogo y la inmortalidad del alma. Éstas son verdades que han sido reveladas por Dios y que los cristianos creen, pero además podría llegarse a ellas por la razón. Este es el motivo por el que Santo Tomás intentará demostrar racionalmente la existencia de Dios. Demostraciones de la existencia de Dios Las demostraciones tomistas se fundamentan en la relación causa-efecto. (Puedo deducir la existencia de una causa a partir de la existencia de un efecto si éste sólo ha podido ser producido por dicha causa) Parte de los seres de este mundo, e intenta demostrar que sólo han podido ser producidos por Dios, por tanto Dios existe, ya que si no existiera esos seres no existirían. Santo Tomás realizará cinco demostraciones, conocidas como las vías tomistas. Cada una de ellas demuestra de forma independiente la existencia de Dios, y tienen todas la misma estructura: 1) Parte de un hecho real de la experiencia. 2) Aplica el “principio de causalidad”, y se pregunta cuál es la causa de dicho hecho. 3) Afirma que es imposible una serie infinita de causas 4) Ha de haber una causa primera, Dios. Por tanto, Dios existe. El nombre de la vía indica el hecho del que parte la demostración: 1) Vía del movimiento. Esta demostración es la más conocida, y también la más aristotélica. 1. Parte del hecho del movimiento, que define, al igual que Aristóteles, como actualización de las potencias. 2) 3) 4) 5) 2. Todo lo que se mueve es movido por otra cosa que a su vez está en movimiento, y por tanto ha sido movida por otra... 3. Es imposible remontarse al infinito buscando causas del movimiento 4. Por tanto, “es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, y éste es el que todos entienden por Dios” Vía de las causas eficientes Parte del hecho de que todas las cosas dependen de una causa para existir, y concluye con la existencia de una causa no causada, que es Dios. Vía de lo contingente y lo necesario Parte de que los seres de la naturaleza son contingentes (pueden existir o no existir) y llega a la existencia de un ser necesario (no puede no existir), que es Dios. Vía de los grados de perfección Parte de que en la naturaleza hay seres más o menos perfectos, para concluir la existencia de un ser sumamente perfecto. Vía por la causa final Parte de que existe un orden en la naturaleza, para demostrar la existencia de una inteligencia ordenadora, Dios. GUILLERMO DE OCKHAM (s. XIV) Relación entre razón y fe Para Ockham, razón y fe no sólo son dos fuentes distintas de conocimiento (como ya había afirmado S. Tomás), sino que además no existe ninguna verdad común a ambas. Las verdades de fe son indemostrables racionalmente. Así, las verdades que para Santo Tomás eran de fe y razón: la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y el decálogo, son para Ockham temas exclusivamente de fe. En el ámbito de la ética defendió el voluntarismo. Esta teoría afirma que las normas morales y el decálogo podrían haber sido de otro modo, no son necesarios sino contingentes, ya que dependen de la voluntad de Dios. Algo es bueno o malo porque así lo ha querido Dios, que es libre y omnipotente. Afirmó que sólo podemos conocer que algo es la causa de un efecto por medio de la experiencia. Criticaba así las demostraciones tomistas que pretendían demostrar la existencia de Dios partiendo de un hecho del que era causa. Con Guillermo de Ockham se abre paso a la filosofía y la ciencia moderna.