INTRODUCCIà N En la escuela, no solamente se enseñan conocimientos, sino que se aprende a convivir, a respetar a los demás, a cooperar, a ser tolerante y buen ciudadano. La vieja idea de una escuela competitiva ligada al éxito académico va dando paso a otra donde los valores, las actividades y los comportamientos morales constituyen objetivos básicos en el proceso educativo. No es que la escuela antes no haya hecho nada de esto, valores y modelos morales de conducta se transmitÃ−an siempre, consciente o inconscientemente. Pero mientras antes no estaba presente en el currÃ−culo, ahora empieza a considerarse como elemento básico del mismo, y por tanto sujeto a programación. Uno de los signos que caracteriza a nuestra sociedad es su pluralidad, que se manifiesta en tradiciones, culturas y lenguas diversas. No existen en nuestro contexto socioeconómico, sociedades cerradas, porque existen corrientes migratorias, porque existe una internacionalización de la cultura y de la economÃ−a. Por tanto, la idea de una escuela estática hay que abandonarla. La sociedad actual se va configurando como un sistema plural. El mismo Consejo de Europa, en un documento de la Dirección de Instrucción, Cultura y Deporte, del 30 de agosto de 1989 “más que de conocimientos, la integración europea necesita de competencias y actitudes, por otra parte, la Comunidad es algo más que un Mercado Común. Debe estar fundada sobre el reconocimiento de los derechos del hombre, la democracia parlamentaria, la tolerancia, el respeto a las opiniones diversas, la solidaridad... La apertura a otras culturas y razas.”. Todo esto comporta un cambio profundo en los contenidos de la enseñanza, en las relaciones de los profesionales de la educación. Hay que superar la excesiva reglamentación escolar que ha anulado la iniciativa del profesorado y la posibilidad de dar respuestas diferentes a realidades educativas, también diferentes. LA DEMOCRACIA COMO FORMA DE VIDA No es posible una educación en el respeto a la diferencia, sino es en una organización democrática de la sociedad. Son muchas las definiciones que se han dado de democracia; nosotros la entendemos como una forma basada en el reconocimiento de la autonomÃ−a de los individuos y en la aceptación de que la dirección de una comunidad debe ser el resultado de la igual participación de todos sus miembros. No es posible la democracia si el individuo no es valorado en sÃ− mismo, es decir, cada sujeto debe ser considerado como fin y no como medio para otros fines distintos. La democracia la entendemos por tanto como una forma de vida social orientada por fines o valores morales en la que las decisiones polÃ−ticas están legitimadas a través del consenso, y abierto a la participación de sus miembros, a través de una efectiva representación. Una educación intercultural debe tener los siguientes aspectos: • Promoción y defensa de los valores democráticos. • Valoración y promoción del pluralismo cultural (entre ellos el lingüÃ−stico) • El cultivo del diálogo • Desarrollo del entendimiento y comprensión de la diversidad, de la semejanza e interdependencia para favorecer la convivencia social. En la educación intercultural, deben implicarse todos los miembros de la comunidad escolar, o sea, que los currÃ−culos no se deben formular atendiendo a las ideologÃ−as dominantes marginando las diferencias, sino que hay que tener en cuenta a los que son diferentes. MODELOS CURRICULARES DE LA EDUCACIà N INTERCULTURAL Al problema de cómo plantear un currÃ−culum en una sociedad plural, respetuosa de las minorÃ−as interculturales, se han dado diversas respuestas, casi todas se han producido en aquellos paÃ−ses de fuerte 1 inmigración, como el Reino Unido o Estados Unidos; en España la investigación multicultural es muy pobre, muy elemental. El no muy lejano reconocimiento de la identidad de algunas autonomÃ−as respecto a la lengua y la cultura es de hace muy poco tiempo; nuestra democracia es muy joven. MODELOS CURRICULARES QUE SE HAN APLICADO • La asimilación, por ejemplo en el Reino Unido, se permitÃ−a a los inmigrantes acceder a la cultura del paÃ−s sin que en la población receptora hubiera cambio alguno (que se integran en la cultura del paÃ−s “los inmigrantes”) • La amolgación , unión de distintos materiales, se intenta crear una unidad cultural de la diversidad de culturas existentes, en EE.UU. por ejemplo, en la realidad se da un trato discriminatorio hacia los negros, asiáticos e hispano. • La integración intenta ofrecer a todos los grupos culturales el conocimiento de los componentes culturales comunes y por otra parte, conservar y promocionar lo especÃ−fico en la práctica, el currÃ−culum central representa la cultura del paÃ−s mayoritario y la diversificación atenderÃ−a a las especialidades de las minorÃ−as. • Pluralidad de los currÃ−culos, esta postura es criticada por utopÃ−a, lejos de propiciar el respeto, comprensión y coloración de las respectivas culturas, genera recelos y automarginación de las minorÃ−as; si hay distintas culturas, se hace una programación para cada grupo, enseguida vienen los recelos (p.ej: ...a mÃ− me das la tajadita más pequeña...). Otros como VERNE (1987) señala tres niveles en la polÃ−tica de educación intercultural: • Nivel de interpretación, es decir, ser consciente de que están ahÃ−, de que hay otras culturas. • Aceptación de la especificidad de cada grupo • Reconocimiento; no solo acepto sino reconozco los valores culturales de esos grupos minoritarios. FORMACIà N DEL PROFESORADO La práctica de la educación multicultural supone un cambio profundo en la mentalidad del profesorado, una de las carencias más acusadas de los educadores radica en el desconocimiento de las estrategias técnicas de enseñanza, durante mucho tiempo, los contenidos, es decir, el qué se enseña, ha tenido prioridad el cómo se enseña, es decir, la didáctica. Esto que ha pasado, casi siempre, pensar que hasta hace poco el qué se enseña ha guardado prioridad al cómo se enseña, se hace más acusado todavÃ−a en educación intercultural. Prácticamente hasta los años 90 no se ha hablado de modelos de educación intercultural y en España, aún menos. Todo lo más que se ha hablado ha sido de actividades y valores, es decir, de respeto a la vida, libertad y autonomÃ−a de toda persona, igual dignidad de todos los hombres (cualquier que sea su lengua, religión, raza, sexo o cultura. ACTIVIDADES DEL PROFESORADO HACIA EL HECHO MULTICULTURAL Está claro que un profesor no va a llevar a cabo una educación multicultural si no percibe la diversidad cultural de la sociedad como un valor que hay que respetar y promover. De un estudio realizado por el profesor CALVO (1990) se desprende que el porcentaje de maestros que no querÃ−an tener niños gitanos, se elevaba a 49%, respecto de los niños árabes o negros, el porcentaje era del 41%. 2 Algunos consideran que el ilusorio conseguir una comunidad pacÃ−fica. Consideramos que no serÃ−a suficiente introducir en los contenidos curriculares la lengua, costumbre, etc. De los diversos grupos culturales. La educación intercultural exige un cambio de actitud de todos los que intervienen en el proceso educativo, es decir, respeto y valoración de la cultura de los distintos grupos. TEMA 11 LA EDUCACIà N INTERCULTURAL Y EN DEMOCRACIA 3