Intenciones en arquitectura Intenciones en arquitectura es uno de los primeros esbozos de una estructura sistemática y completa para la descripción de la Arquitectura. Su estructura intercala orgánicamente la psicología de la Gestalt, la mecánica de la percepción, la teoría de la información, la filosofía analítica moderna y la teoría general de los signos y símbolos, articulándose de manera que cada material tiene su lugar y propósito dentro de un plan articulado, en una brillante construcción hacia una teoría de la arquitectura. Una teoría capaz de tratar, no sólo la arquitectura como arte, sino de ampliar sus efectos sociales, psicológicos y culturales, integrando las divergentes procedencias de materiales en una construcción teórica basada en la ciencia moderna y la doctrina de la forma simbólica. La critica funcional, estética o económica del cliente sobre los arquitectos y sus proyectos, sea imprecisa o subjetiva, no debemos considerarla irrelevante; Ya que se ha desarrollado a partir de situaciones concretas, y nos muestra mejor que cualquier otro síntoma que la arquitectura actual no participa de forma natural de un ambiente unitario y ordenado. Desarrollo Usamos la palabra”objeto” en el sentido mas amplio posible de acuerdo con Carnap que lo define como: todo lo que es posible hacer sobre la afirmación. Generalmente juzgamos y actuamos en base a unos cuantos fenómenos representativos, es decir, tenemos una idea incompleta y superficial del mundo de los objetos. Existe un método que pretende la reconstrucción del objeto artístico y arquitectónico en condiciones tales que pongan de manifiesto sus leyes internas, ininteligibles para toda visión superficial o externa: hay que descomponer el objeto y componerlo posteriormente para llegar a descubrir aquello que lo explica y lo sustenta. Norberg-Schulz, en fin, habría añadido a este principio general diversas categorías extraídas, fundamentalmente, de la teoría de la percepción de la Gestaltpsychologie y de otras disciplinas como la lingüística, la teoría de la información, la semiología, el ‘existencialismo’ heideggeriano o la filosofía analítica, con el propósito inmediato de superar las teorías reductivas orientadas según líneas de trabajo y perspectivas formalistas y las interpretaciones espaciales —polemiza especialmente, a tal respecto, con la idea de la arquitectura como «arte del espacio» popularizada por Zevi— enunciadas en términos exclusivistas. En el consiguiente planteamiento del análisis de la arquitectura, la forma aparece como sistema o estructura de carácter integrado, con un evidente valor y alcance de totalidad y una serie de elementos, dimensiones o aspectos parciales interdependientes. Los principios analíticos de Seldmayr contribuyen a la teoría de Norberg-Schulz con la identificación de diversos niveles en la estructura formal, niveles en los cuales reinarían principios formativos diferentes: así, la composición espacial y el sistema de sus límites pueden obedecer a lógicas específicas y a niveles distintos dentro de la estructura formal de la obra. Y, en último extremo, los significados o valores de cada obra de arquitectura resultarían justo de la compleja estratificación de niveles de formalización que subyace bajo su aspecto o presencia figurativa externa. Pero estos significados sólo se desvelan atendiendo a su contexto, al anillo de relaciones que se establece en torno a ellos y los enmarca y define. Habrá que atender aún, por tanto, al significado profundo de este dato, sin obviar todo el alcance que posee: no sólo de cara a una interpretación cabal de las realizaciones arquitectónicas sino sobre todo, precisamente, en orden a una comprensión de las condiciones de posibilidad de su génesis y creación. En realidad, señala Norberg-Schulz, la distinción entre esos tales elementos y relaciones es eminentemente táctica: siempre es posible descomponer un elemento en una serie de elementos y relaciones subordinados, o bien unificar un conjunto de elementos y relaciones para formar un elemento de orden superior. Dada la flexibilidad que su diferenciación parece asumir en su propia enunciación, tales elementos se acercan sensiblemente a los establecidos por Norberg-Schulz. En cualquier caso, éste señala tres tipos de relaciones posibles entre los tres tipos de elementos que distingue: topológicas, de similaridad y geométricas. La teoría de ha distinguido habitualmente, a partir de la célebre tríada vitruviana de utilitas, firmitas y venustas, lo que vendrían a ser las tres dimensiones básicas de la consideración global de la arquitectura: Christian Norberg-Schulz las traduce casi literalmente —en el marco de su análisis estructural— como sus aspectos pragmático, formal y técnico, o como la dimensión formal —que atiende al ‘cometido’—, la dimensión funcional y la dimensión técnica de la arquitectura. Bibliografía NORBERG-SCHULZ, Intenciones en arquitectura, Barcelona 1979 José Luis Villar Blanco Universidad Iberoamericana 3° Semestre Arquitectura Intenciones en arquitectura 21 de Agosto del 2003