REDES DE COMUNICACIÓN, COMO ESTRATEGIA DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EDUCATIVA, EN LA COMPETENCIA DE APRENDER Jesús Cuevas Salvador e-mail.: jesuscs@unizar.es Universidad de Zaragoza Facultad de Educación Departamento de Didáctica de las Lenguas y de las Ciencias Humanas y Sociales Abstract/resumen: El concepto de Responsabilidad Social Educativa se inspira, por extensión, en el fenómeno social de la Responsabilidad Social de las Empresas o también llamada Responsabilidad Social Corporativa (RSE/RSC). El sistema educativo debe afrontar sus problemas endémicos y adaptarse a las tendencias de la postmodernidad para seguir cumpliendo con la función de socializar y formar una sociedad cohesionada. Las Instituciones Internacionales proponen difundir el concepto de la Responsabilidad Social Educativa como estrategia para evaluar los impactos de las actividades educativas en los grupos de interés. En esta comunicación se expone el resultado de una investigación sociológica teórica sobre la justificación y el marco conceptual que fundamentan la relevancia del hecho social de la Responsabilidad Social Educativa. De forma paralela también se exponen los resultados de una investigación sociológica aplicada, sobre las cualidades que debe tener las redes de comunicación para conseguir mayor rendimiento en el “aprender” y el despertar del pensamiento reflexivo y crítico en grupos especializados que ejercerán en un futuro roles de liderazgo en la institución educativa. Palabras clave: Educación, aprender, pensamiento, Responsabilidad Social Educativa, postmodernidad. INTRODUCCIÓN El proceso de aprendizaje es una actividad necesaria a lo largo de toda la vida, el aprendizaje es un requisito necesario para la subsistencia de la vida humana y está ligado con el espíritu de superación y emprendedor. La existencia humana depende del aprendizaje para sobrevivir, para adaptarse a los contextos, al medio . Se asocia la idea de la educación con las sucesivas etapas del sistema educativo (primaria, secundaria, bachiller, formación profesional y universidad), siendo la escuela uno de los espacios más importantes en la socialización de la persona. Sin embargo, en el proceso de socialización y en proceso de aprendizaje individual, hay otros factores que influyen de manera relevante y trascendente: experiencias relacionadas con la interacción de personas, entornos, viajes, grupos sociales, internet, lectura de libros, artículos de opinión, ocio, deportes, etc. Son las experiencias que se suceden a lo largo de la vida, localizadas de forma ubicua, y paralelamente a los agentes de socialización como la familia y la escuela, modelan el carácter e influyen de forma determinante en la evolución de la persona. Si antropológicamente el aprendizaje es necesario para garantizar la supervivencia, la educación como institución debería ser imprescindible en la sociedad. Sin embargo, en Aragón el abandono escolar ronda el 26% del alumnado, y el paro asedia a más de la mitad de los recién licenciados, estos son síntomas que permiten cuestionar los modelos de aprendizaje de la sociedad actual. En los periódicos es habitual encontrarse con columnas de opinión que definen el modelo de educación en España como obsoleto, agotado e ineficaz, un modelo válido para la sociedad industrial, y que se ha quedado desfasado en la sociedad actual (Heraldo de Aragón, 8-11-2011). Después de incorporar la tecnología a las aulas, después de invertir grandes recursos económicos en tecnología como los ordenadores, Tablet y dispositivos digitales, después de experimentar con la escuela 2.0., las videoconferencias, el e-learning y las plataformas digitales, los problemas en el sector educativo persisten y los niveles académicos siguen bajando, es el comentario generalizado de la comunidad educativa, y así lo ratifican los resultados de los informe PISA de la OCDE (Instituto de Evaluación, 2009) Es de plena actualidad escuchar, tanto en los profesores como en los medios de comunicación, comentarios sobre la alarmante desmotivación en la aulas, los recortes financieros en educación, que sigue en vigor un modelo enseña a memorizar y no a pensar, o que la educación se ha estandarizado y que ha perdido su vocación: formar con excelencia a cada persona de forma personalizada y prepararlo para la vida. El sistema educativo reproduce o está al servicio de un modelo de sociedad basado en el credencialismo, burocracia, meritocracia y mercantilismo. Estamos ante patologías educativas sistémicas que hacen sonar las alarmas para reivindicar cambios en un sistema escolar caduco y anclado en la era industrial. Algunas de las tendencias del modelo de sociedad que se impone y que el sistema educativo tiene que integrar: Penetración, en todos los estratos de la sociedad, de las tecnologías de la información y de la comunicación. Expansión de una sociedad del conocimiento, que exige aprender a pensar y aprender a aprender a lo largo de toda la vida. Consolidar la democracia como modelo de gobernar en el que es imprescindible la participación de la ciudadanía en los asuntos públicos. Evolución de una economía capitalista, sincronizando el libre mercado y las políticas intervención, donde el éxito o la eficacia se alcanza través de la innovación, productividad y la competitividad. Despertar una conciencia sostenible sobre el uso de los recursos naturales como un bien no ilimitado y los efectos de la acción humana sobre el medio ambiente. Compromiso, con valores de responsabilidad social, que fomenten la cohesión social, la equidad, la empatía y la asertividad como normas en las en las relaciones sociales. Se abre el debate sobre el tipo de liderazgo que deben desarrollar los educadores en un mundo en el que, desde la perspectiva que aporta Erich Fromm (1970, p.47), el hombre se ha reducido a la acción de consumir, de tener más y usar más, donde el “homo consumens” se ha constituido en el referente del bienestar individual y social, sobre la forma en cómo debe influir en el proceso de enseñanza-aprendizaje la implacable presencia de las multinacionales de la telecomunicación y en el que las personas están cada vez más controladas por las redes electrónicas-sociales, las prioridades educativas ante una cultura dominada por la competitividad, productividad y estereotipos globalizados, o cómo afrontar, desde la educación, el modelo único basado en la oferta de un mundo feliz del capitalismo globalizado. Esta comunicación, desde la perspectiva sociológica, pretende buscar alternativas a una enseñanza basada en la transmisión de conocimientos recibidos por los alumnos de manera acrítica, a través de desarrollar redes o estructuras de comunicación que surgen desde la perspectiva que aporta la Responsabilidad Social Educativa. OBJETIVOS Los concepto de Responsabilidad Social Educativa se constituye como propuesta para afrontar los problemas latentes en el sistema educativo y en la sociedad. En un contexto de relativismo de la realidad y por consiguiente de una visión opaca de la verdad, los principios de la Responsabilidad Social Educativa establecen nuevas formas de comunicación para mejorar el rendimiento de aprender. La investigación sociológica teórica y aplicada seguirá una dirección marcada por los objetivos. Objetivo general: Aplicar los criterios de RSE, en la experiencia docente universitaria, como redes de comunicación para enseñar a aprender Objetivos específicos: Describir el entorno educativo en el que se justifica el sentido de la Responsabilidad Social Educativa. Definir el marco conceptual de la Responsabilidad Social Educativa. Exponer la RSE como un modelo de relaciones sociales, de red social. Difundir y formar el pensamiento de la Responsabilidad Social Educativo en la reflexión, la investigación y la innovación. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EDUCATIVA La educación como proceso de socialización ¿Podría funcionar una sociedad avanzada sin educación? En las sociedades avanzadas, la condición de ser ciudadano, es un derecho que se adquiere mediante el proceso de adaptación al entorno, socialización, un proceso de enseñanza-aprendizaje, que se convierte en un proceso que dura toda la vida. Durkheim relaciona la educación con adquirir la condición de ser humano, en un sistema de ideas, sentimientos y de costumbres, que expresan no tanto la personalidad individual como la del grupo o de los grupos diferentes de los que se es parte integrante, formando así un ser social dentro de una civilización: “La acción que ejerce la educación tiene por objeto convertirlo en un ser verdaderamente humano, es el medio a través del cual se prepara a las condiciones esenciales de su propia existencia. La educación tiene una función social”(Durkeim, 2000, p. 62). Es habitual pensar que los profesores deben de transmitir los conocimientos de una forma clara y ordenada, haciendo uso de la transmisión oral. Sin embargo, con frecuencia, se trasmiten los conocimientos de forma acrítica, sin estimular la reflexión y el proceso de aprendizaje de los alumnos a partir de sus propias experiencias ¿Por qué existe la tendencia a la transmisión de contenidos o de información? ¿Qué capacidad de memoria tiene el cerebro humano para conservar datos, referencias, citas que, frecuentemente no son de interés? ¿Qué queda de la información suministrada o de los cursos recibidos después de uno o tres años? El problema del aprendizaje verdadero se convierte en un tema nuclear. Ortega y Gasset decía “las misiones de la universidad eran construir, educar y formar a los estudiantes para el análisis crítico de la realidad social” (Ortega y Gasset, 2007). Dewey (1916) “la educación no es un asunto de narrar y ser narrado, sino un proceso activo y constructivo”, esto no implica desacreditar al buen profesor que da clases magistrales, se trata de valorar otras técnicas educativas, otro tipo de liderazgo del profesor. En la misma dirección Dewey expresa la idea de que pensar constituye el método de una experiencia educativa, diferenciando la inteligencia (la que organiza nuestra experiencia) del pensamiento (el medio de reflexionar sobre la experiencia para modificar nuestra inteligencia), sólo esforzándose de primera mano con las condiciones del problema, buscando y encontrando su propia solución, esa persona logrará pensar. Hay que explorar las opciones educativas, partiendo desde el contexto social, económico, político y cultural, Finkel (2000) expresa que es “a partir de nuestra propia experiencia, cuando nos enfrentamos a verdaderos problemas e intentamos resolverlos cobra sentido el aprendizaje, porque con el paso del tiempo, sólo permanece aquello que nos ha preocupado, nos ha hecho pensar y nos ha motivado para buscar respuestas razonables”. La utopía de la educación del siglo XXI En la década de los noventa, tras varios años de investigación, la Comisión Europea publicó el informe Delors (1996) que sienta las bases de cómo educar en la sociedad del siglo XXI. La Comisión afirma su convicción respecto a la función esencial de la educación en el desarrollo continuo de la persona y las sociedades, como una vía, ciertamente entre otras pero más que otras, al servicio de un desarrollo humano más armonioso, más genuino, para hacer retroceder la pobreza, la exclusión, las incomprensiones, las opresiones, las guerras, etc. Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social. La educación durante toda la vida se presenta como una de las llaves de acceso al siglo XXI. Esta noción va más allá de la distinción tradicional entre educación básica y educación permanente, y responde al reto de un mundo que cambia rápidamente. Pero esta afirmación no es nueva, esta necesidad persiste, incluso se ha acentuado, y la única forma de satisfacerla es que todos aprendamos a aprender. Pero además surge otra obligación que, tras el profundo cambio de los marcos tradicionales de la existencia, nos exige comprender mejor al otro, comprender mejor el mundo por medio del diálogo y la armonía. Para cumplir el conjunto de las misiones que le son propias, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: Aprender a conocer. Pero, teniendo en cuenta los rápidos cambios derivados de los avances de la ciencia y las nuevas formas de la actividad económica y social, conviene compaginar una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de estudiar a fondo un número reducido de materias. Aprender a hacer. Conviene no limitarse a conseguir el aprendizaje de un oficio y, en un sentido más amplio, adquirir una competencia que permita hacer frente a numerosas situaciones, algunas imprevisibles, y que facilite el trabajo en equipo, dimensión demasiado olvidada en los métodos de enseñanza actuales. Aprender a ser. El siglo XXI nos exigirá una mayor autonomía y capacidad de juicio junto con el fortalecimiento de la responsabilidad personal en la realización del destino colectivo. Aprender a vivir juntos conociendo mejor a los demás, gracias justamente a esta comprensión de que las relaciones de interdependencia son cada vez mayores, y a un análisis compartido de los riesgos y retos del futuro. En cierto sentido, la educación se ve obligada a proporcionar las cartas náuticas de un mundo complejo y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la brújula para poder navegar por él. Una utopía, pero una utopía necesaria, una utopía esencial para salir del peligroso ciclo alimentado por el cinismo o la resignación. Saberes multidisciplinares, interdisciplinares y transversales El proceso de una mirada ingenua a una mirada analítica, se ha convertido en una condición necesaria para el desarrollo de una sociedad democrática. Para alcanzar el nivel de capital social necesario, el sistema educativo debe tener el reto de afrontar algunos cambios pedagógicos y didácticos, contextualizando que el mundo en el que vivimos está permanentemente sometido al riesgo, al error, a la ilusión subjetiva, que el conocimiento en vez de proporcionarnos verdades absolutas se presenta como una fuente llena de incertidumbre, sometido a la duda constante. Con el objetivo de que el siglo XXI sea el siglo de la sostenibilidad, a finales del siglo pasado Edgar Morín, sociólogo francés, en su libro “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, define siete principios claves, o saberes, necesarios para la educación del futuro, perspectivas que deben incorporarse en las aulas por tratarse de unos saberes transversales en la educación para el desarrollo sostenible (Morín, 2001): 1. Fomentar una actitud despierta, estar abiertos a nuevas ideas, no aferrarnos a creer ciegamente en las ideas aceptadas o antiguas. 2. El aprendizaje por disciplinas impide ver lo esencial de forma global, diluye la responsabilidad individual en la resolución de los problemas. El conocimiento debe usarse de una manera multidimensional. 3. Tenemos un destino común como ciudadanos de la tierra, es necesario enseñar la condición humana. Somos individuo, especie y sociedad al mismo tiempo. 4. Interdependencia con la tierra. No entendemos la condición humana si no tenemos la conciencia de interdependencia con la tierra. 5. La ciencia proporciona certeza, el conocimiento es una idea de la realidad, a corto plazo… lo inesperado, la incertidumbre también debe formar parte del conocimiento. 6. La naturaleza humana es social, el vivir es un arte lleno de interacciones en un sistema de comunicación, los nexos de unión se convierten en nexos de comprensión. La comunicación sin comprensión se reduce a palabras. 7. La humanidad es un concepto ético, la comprensión en los nexos de comunicación se articula a través de unos códigos o leyes universales cuyo fin es el bien común a través de la cohesión social que proporciona la solidaridad y la equidad. El sistema educativo se ha esforzado en enseñar contenidos enfocados a la productividad y competitividad empresarial, inculcar a los alumnos conocimientos específicos orientados al mercado laboral, y no desarrollando la formación interdisciplinar y transversal acorde con la multidimensionalidad del ser humano (individuo, especie y sociedad). La educación estrategia del cambio El 23 y 24 de Marzo de 2000 se celebra el Consejo Europeo (2000) en Lisboa para acordar el camino que debe seguirse, fija un nuevo objetivo estratégico para la próxima década: “Convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social”. Obtener dicho objetivo requiere una estrategia global dirigida a: “preparar el paso a una economía y una sociedad basadas en el conocimiento mediante la mejora de las políticas relativas a la sociedad de la información y de I + D, así como mediante la aceleración del proceso de reforma estructural a favor de la competitividad y la innovación, y la culminación del mercado interior; modernizar el modelo social europeo mediante la inversión en capital humano y la lucha contra la exclusión social”. Es en el párrafo nº 39 de las Conclusiones de la Presidencia del Consejo Europeo de Lisboa, donde se hace mención específica a la Responsabilidad Social de las Empresas: “El Consejo Europeo hace un llamamiento especial al sentido de la responsabilidad social de las empresas con respecto a las prácticas idóneas en relación con la formación continua, la organización del trabajo, la igualdad de oportunidades, la integración social y el desarrollo sostenible”. En el año 2001, la Comisión Europea publica el Libro Verde (2001), “Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas”, el planteamiento es abrir un amplio debate sobre el modo en que la Unión Europea podría promover la responsabilidad social de las empresas, tanto a nivel europeo como internacional, definir un marco de comprensión que permita plantear la contribución empresarial al desarrollo sostenible a través de la RSE, sobre el modo de aprovechar al máximo las experiencias existentes, fomentar el desarrollo de prácticas innovadoras, aumentar la transparencia e incrementar la fiabilidad de la evaluación y de la validación de las diversas iniciativas realizadas en Europa. El Libro Verde invita a las autoridades públicas de todos los niveles, incluidas las organizaciones internacionales, las empresas (desde las PYME a las multinacionales), los interlocutores sociales, las ONG, así como cualquier otra parte o persona interesada, a expresar su opinión sobre el modo de establecer una cooperación dirigida a crear un nuevo marco que fomente la responsabilidad social de las empresas, teniendo en cuenta los intereses tanto de las empresas como de las diversas partes interesadas. Las empresas deben colaborar con las autoridades públicas para descubrir conjuntamente medios innovadores para mejorar su responsabilidad social. El debate sobre la Responsabilidad Social Corporativa había comenzado. La RSE se convertía en un concepto transversal que vinculaba el medio ambiente con aspectos económicos, sociales y culturales. Todos los medios de comunicación, radio, TV, prensa, cine, internet, incluso el cómic y los videojuegos, han construido una escala de valores tomando como referencia la ética de la sostenibilidad. En la opinión pública, en los negocios y en las organizaciones se establecen coordenadas en base a la sostenibilidad como horizonte al que se debe llegar. Marco conceptual de la Responsabilidad Social de la Empresa La Responsabilidad Social de las Empresas (RSE/RSC) es esencialmente un concepto que permite a las empresas, de forma voluntaria, contribuir a una sociedad cohesionada, unas relaciones comerciales éticas y un medio ambiente menos degradado, debe formar parte de su identidad (En el contexto en el que la Unión Europea intenta determinar sus valores comunes definiendo la Carta de los Derechos Fundamentales). En el año 2001, el Libro Verde define la RSE: “La integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores”. En el año 2011, la Comisión Europea (2011) presenta una nueva Comunicación sobre RSE “Responsabilidad Social de las Empresas: una nueva estrategia de la UE para el periodo 2011-2014”, proponiendo redefinir la RSE como “la responsabilidad de las empresas sobre los efectos que ejercen en la sociedad”, y es necesario que las empresas respeten la legislación vigente y las convenciones colectivas acordadas entre los diversos interlocutores sociales. El objetivo es la transformación de las empresas en la nueva sociedad cambiante, está en consonancia con el mensaje básico de la estrategia de desarrollo sostenible para Europa acordada en el Consejo Europeo de Gotemburgo de junio de 2001; que a largo plazo, el crecimiento económico, la cohesión social y la protección medioambiental avancen en paralelo. Los factores que impulsan el avance de la RSE: Las nuevas inquietudes y expectativas de los ciudadanos. Los criterios sociales influyen en los consumidores e inversores. Preocupación por el deterioro medioambiental Transparencia de las actividades empresariales propiciada por los medios de comunicación. La empresa puede integrar la responsabilidad social como inversión estratégica en el núcleo de su estrategia empresarial, en la gestión y en sus actividades. La responsabilidad social debe considerarse una inversión y no un gasto, al igual que la gestión de la calidad o la Prevención de Riesgos Laborales. Puede adoptar un enfoque financiero, comercial y social integrado, que desemboque en una estrategia a largo plazo que minimice los riesgos relacionados con la incertidumbre. Las empresas deben asumir su responsabilidad a lo largo de toda la cadena de producción. A nivel europeo, el reto es que la RSE puede contribuir al objetivo establecido en Lisboa. El Consejo Europeo de Lisboa hizo un llamamiento al sentido de la RSE con respecto a prácticas idóneas en relación con: la formación continua, la organización del trabajo, la igualdad de oportunidades, la integración social y el desarrollo sostenible. El enfoque europeo de la RSE debe reflejar y estar integrado en el contexto más amplio en el que se inscriben diversas iniciativas internacionales, tales como: El Pacto Mundial de las Naciones Unidas (Un Global Compact, 2000) La Declaración tripartita de la OIT sobre las empresas multinacionales y la política social. El cumplimiento de las normas fundamentales de la OIT (libertad de asociación, abolición del trabajo forzado, no discriminación y supresión del trabajo infantil) Las directrices de la OCDE para las empresas internacionales (el trabajo infantil y forzado, las relaciones sociales, la protección del medio ambiente, la protección de los consumidores, la transparencia, la lucha contra la corrupción, la competencia y la fiscalidad) Ser socialmente responsable no significa solamente cumplir plenamente las obligaciones jurídicas, sino también ir más allá de su cumplimiento invirtiendo “más” en el capital humano, el entorno y las relaciones con los interlocutores… puede aumentar la competitividad de las empresas: Capital humano: formación, condiciones laborales, relación entre dirección y trabajadores, mejor entorno del trabajador que genere mayor compromiso y que incremente la productividad. Entorno. Utilización eficaz de los recursos naturales. Relación con los stakeholders: mejor entorno de trabajo que genere mayor compromiso con los trabajadores e incremento de su productividad, ampliación de mercado consumidores, inversores, instituciones financieras. La RSE no se debe considerar sustitutiva de la reglamentación o legislación sobre derechos sociales, normas medioambientales, etc. Abre una vía para administrar el cambio y conciliar el desarrollo social con el aumento de la competitividad, la inversión en capital humano: Gestión de los recursos humanos. Atraer a trabajadores cualificados y lograr que permanezcan a su servicio: aprendizaje permanente, la mejora de la información en la empresa, un mayor equilibrio entre trabajo, familia y ocio, una mayor diversidad de recursos humanos, la igualdad de retribución y de perspectivas profesionales para mujeres, la participación en beneficios o en el accionariado de la empresa, la consideración de la capacidad de inserción profesional y seguridad en el lugar del trabajo. Las prácticas responsables de contratación: pertenecientes a minorías étnicas, trabajadores de mayor edad, mujeres, desempleados de larga duración y personas desfavorecidas. Dichas prácticas son fundamentales para conseguir los objetivos de reducción del desempleo, aumento de la tasa de empleo y lucha contra la exclusión social previstos en la estrategia europea de empleo. En un mundo caracterizado por las inversiones multinacionales y las cadenas de producción a escala mundial, la responsabilidad social de las empresas debe, asimismo, traspasar las fronteras europeas. Una de las dimensiones externas de la responsabilidad social de las empresas se refiere a los derechos humanos, principalmente en lo que respecta a las cadenas de producción a escala mundial. A pesar de la existencia de instrumentos internacionales (la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales), los derechos humanos continúan representando un asunto extremadamente complejo a nivel político, jurídico y ético. Responsabilidad Social Educativa Las organización empresarial se ha convertido en la institución dominante en la sociedad actual, de forma omnipresente tiene influencia determinante en todas esferas de a vida de las personas. Debido a su gran relevancia y a los efectos perniciosos que pueden ocasionar, y así son mostrados por la sociedad de la información los continuos casos de corrupción, las Naciones Unidas (2007) presentó los principios que deben estar involucrados en la educación de los actuales y futuros gestores de las organizaciones. El objetivo de esta iniciativa es que el contexto universitario no pueden limitarse sólo a ser transmisores de cultura empresarial, también han de interiorizar un pensamiento crítico. Durkheim (1975, p.54) al respecto definía el fin de la educación “Se puede decir que en cada uno de nosotros existen dos seres que, cuando inseparables a no ser por abstracción, no dejan de ser distintos. El uno está constituido por todos los estados mentales, el otro es un sistema de ideas, costumbres, sentimientos […] el formar ese ser en cada uno de nosotros, tal es el fin de la educación”. El fin de la educación es el formar el ser en cada persona. Los principios para la educación responsable en gestión: 1. Propósito: Desarrollaremos las capacidades de los estudiantes para que sean futuros generadores de valor sostenible para los negocios y la sociedad en su conjunto, y para trabajar por una economía global incluyente y sostenible 2. Valores: Incorporaremos a nuestras actividades académicas y programas de estudio los valores de la responsabilidad social global, tal y como han sido descritos en iniciativas internacionales, tales como el Global Compact de Naciones Unidas 3. Método: Crearemos marcos educativos, materiales, procesos y entornos pedagógicos que hagan posible experiencias efectivas de aprendizaje para un liderazgo responsable. 4. Investigación: Nos comprometeremos con una investigación conceptual y empírica que permita mejorar nuestra comprensión acerca del papel, la dinámica e el impacto de las corporaciones en la creación de valor sostenible social, ambiental y económico. 5. Partenariado: Interactuaremos con los gestores de las corporaciones empresariales para ampliar nuestro conocimiento de sus desafíos a la hora de cumplir con sus responsabilidades sociales y ambientales y para explorar conjuntamente los modos efectivos de enfrentar tales desafíos. 6. Diálogo: Facilitaremos y apoyaremos el diálogo y el debate entre educadores, empresas, el gobierno, consumidores, medios, de comunicación, organizaciones de la sociedad civil y los demás grupos interesados, en temas críticos relacionados con la responsabilidad social global y la sostenibilidad. La educación en la incertidumbre y la postmodernidad La incertidumbre domina el escenario de la sociedad postmoderna. Las ideas arraigadas desde siglos, las relaciones sociales, el mundo de los negocios o el comportamiento ético correcto, antes único e indivisible, comienza a evaluarse como “razonable desde la economía”, “estéticamente agradable” o “moralmente adecuado”. Las acciones adquieren un efecto relativo, dependiendo de los criterios utilizados en su evaluación y dependiendo del orden de prioridad utilizado de dichos criterios. Así, las acciones en la vida cotidiana, las acciones en los negocios o las acciones institucionales pueden ser correctas en un sentido o equivocadas en otro dependiendo del criterio utilizado. Bauman (2009) con la expresión “tiempo líquido” cuenta con precisión el tránsito de una sociedad sólida (segura, estable, repetitiva en valores) a una sociedad líquida (incertidumbre, flexible, voluble, relatividad de valores) en las que las estructuras sociales ya no perduran en el tiempo necesario para solidificarse y no sirven de marcos de referencia para las acciones humanas. En la postmodernidad la verdad es cuestión de perspectiva o de contexto más que algo universal, por considerar no tener acceso a la realidad, sino solamente una percepción subjetiva de dicha realidad a través de los sentidos o la razón. El postmodernismo argumenta que el lenguaje moldea nuestro pensamiento, que no puede haber ningún pensamiento sin lenguaje, así el lenguaje es una vía para aproximarse a la verdad. Los conceptos que constituyen la Responsabilidad Social Educativa, consiguen moldear el pensamiento, conforman un discurso lingüístico para afrontar la incertidumbre, el relativismo y crear unos ejes de coordenadas para las acciones humanas y de las organizaciones. La construcción de la realidad a través de las noticias de la agenda de los medios de comunicación, la necesidad de formar una opinión pública analítica y crítica, suponen un reto para la educación. Se trata de formar a profesores que no sólo resuelvan las situaciones educativas, sino de profesionales formados en la reflexión, en la resolución de problemas, en la investigación y en la innovación, que puedan contribuir a las futuras generaciones de alumnos a que estén mejor preparadas para afrontar los retos de una sociedad cambiante. La educación puede y debe ser un instrumento de cohesión social, desarrollo social y económico y de formación de ciudadanos activos y participativos que respeten la diversidad cultural y medioambiental, es decir, de ciudadanos que construyan un mundo mejor. Los profesores y el sistema educativo se convierten en auténticos eslabones de la cohesión social. En esta misma línea Durkheim (1975,p 13) describe e que la esencia de la obra de la educación consiste en que “el ser egoísta y asocial que acaba de nacer, superponga otro, capaz de llevar una vida moral y social”. DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN De los dos grandes estilos de reflexión, el positivista y el crítico, que se aplican en el desarrollo de la investigación “Redes de comunicación como estrategia de la, Responsabilidad Social Educativa, en la competencia de aprender”, el estilo positivista presta atención al orden y la estabilidad, el estilo crítico atiende a una realidad más profunda. La puesta en escena de la RSE tiene el fin de generar el debate y reflexionar sobre la conducta organizacional, la forma de pensar, sentir y actuar de las empresas y organizaciones se convierte en el camino para profundizar en lo manifiesto y evidente y sospechar de dichas apariencias para atender a una realidad más profunda. Este tipo de reflexión encaja con el tipo de información que producen las técnicas cualitativas, dentro del estilo de investigación estructural. En la investigación cualitativa, la población objeto de estudio serán los estudiantes del Máster en Profesorado, curso 2012/2013, impartido en la Facultad de Educación, en la Universidad de Zaragoza. La muestra no será probabilística sino estructural, y el trabajo de campo consistirá en el análisis del grupo de discusión formado por los alumnos/as de la especialidad de Administración, Comercio, Hostelería, Informática y FOL. El grupo de discusión estará formado por veinticuatro alumnos de ambos sexos, con edades comprendidas entre los veintidós y cincuenta años. Los estudios previos para acceder al Máster proceden de las especialidades de Derecho, Económicas, Empresariales, Turismo, Relaciones laborales, Trabajo Social y Marketing. Entre las expectativas, de la totalidad de los alumnos, se encuentra en búsqueda activa de un trabajo de profesor en Institutos de Formación Profesional, en el corto plazo de tiempo. Una de las actividades del grupo de discusión es despertar inquietudes sobre la relevancia que tiene la educación y la formación continua en la vida diaria de las personas, como una actividad ubicua. El “aprender a prender” es algo en constante movimiento y está influenciado por el contexto político económico, social, cultural y medioambiental. También Durkheim relacionó la dependencia de la educación de su contexto social “cuando se estudia históricamente la manera en que se han formado y desarrollado los sistemas educativos, se percata uno que dependen estrechamente de la religión, de la organización política, del nivel de desarrollo de las ciencias, del estado de la industria, etc.” (Durkheim, 1975, p. 48) En la tabla nº 1 se visualizan las variables, indicadores y cuestiones más relevantes que permiten diseñar el cuestionario estructurado para ser aplicado al grupo de discusión y su posterior recolección de la información y medición: Tabla Nº 1: Variables, indicadores y cuestiones Indicadores Cuestiones Motivación Reflexiona y define tus expectativas Autorregulación El aprendizaje es tiempo y esfuerzo individual Aprender a pensar Contextualizar los conocimientos Conciencia Elaboración de opiniones Responsabilidad Asumir las consecuencias de las decisiones tomadas y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento Potencial Susceptible de tener existencia Libertad Acción humana proactiva Rendimiento Capacidad de adquirir competencias Exterior Benchmarking, aprender de los demás, observar… Coercitivo Aprendizaje por descubrimiento, aprendizaje significativo, aprendizaje social… observar, estudiar y practicar Colectivo Adquirir, analizar y comprender la información exterior y aplicarla a la propia existencia Fuente: Elaboración propia (2013) Responsabilidad Social Educativa para crear redes de comunicación Proceso de enseñar a aprender Dependiente Independiente Variables Cuando se trabaja con las técnicas de perspectiva estructural, la muestra formada por personas generan un discursos e imaginarios que generan sentido al mundo y que serán diferentes. Los alumnos, a través de evaluaciones diagnósticas, a través de debates, a través de la confección de portafolios, expresan su forma de pensar, de sentir y sus expectativas. El trabajo de campo, permitirá obtener la información necesaria relacionada con los objetivos de la investigación, se realizará en el aula, la herramientas para la recolección de la información se estructura por medio de preguntas que invitarán al debate. En la sensibilización se utilizarán tráilers de películas y documentales, y se analizará en profundidad la película francesa “La clase” (Cantet, 2008), película que refleja como un profesor afrontar el enseñar a aprender, en un contexto multicultural, estableciendo redes de comunicación para la automotivación. Película donde, de una forma didáctica, se insertan las líneas de actuación del Informe Delors, se vislumbran “Los siete saberes para la educación del futuro” de Edgar Morín y la perspectiva de afrontar los impactos educativos y sus consecuencias desde la Responsabilidad Social Educativa. De forma paralela se seleccionarán columnas de opinión del periódico Heraldo de Aragón, que forman parte de la agenda mediática, relacionados con los problemas del sistema educativo y de cómo afrontarlos. CONCLUSIONES Investigar sobre la Responsabilidad Social Educativa es el esfuerzo de adaptar al sector educativo las inquietudes, deseos y expectativas que genera la Responsabilidad Social Empresarial o Corporativa en la organizaciones. En esta investigación no hay un interés en averiguar si la RSE/RSC aplicada a la educación, es un buen modelo de gestión, si se trata sólo marketing empresarial, si es una forma de limpiar la imagen corporativa o si finalmente se trata de una moda pasajera. El principal objetivo, ante los problemas endémicos del sistema educativo, es utilizar esta nueva visión del management (gestión de procesos) de las organizaciones, para generar nuevas redes de comunicación que mejoren la eficacia, eficiencia y efectividad en el “enseñar a aprender”. No es objeto de esta comunicación, aunque sean los ejes transversales de la Responsabilidad Social de las Empresas: el analizar la relación ética con los grupos de interés, el debate sobre la misión de la empresa para genera valor (riqueza), no solo para sus accionistas, sino también para la sociedad en la que está inserta, y el impacto de las actividades sin poner en riesgo el desarrollo sostenible de la sociedad en los aspectos económico, social y medioambiental. Se ha realizado una investigación sociológica aplicada, entre los alumnos del Máster en profesorado de la Universidad de Zaragoza, y se han obtenido unos resultados que evidencian una predisposición al cambio, la innovación y la mejora continua, ¿Cómo deben ser la redes de comunicación que permitan enseñar a aprender desde la perspectiva que aporta la Responsabilidad Social Educativa? Seguidamente, como conclusiones de la investigación, se enumeran los aspectos más relevantes: 1. La Responsabilidad Social Educativa, ayuda a diseñar estrategias de gestión para optimizar el potencial y el rendimiento de las personas. En relación con los roles del alumno, ayudan a mejorar su potencial rendimiento. Los esfuerzos de los docentes contrarrestan los efectos de la anestesia de la desmotivación que impiden liberar su potencial. 2. La esencia de una buena educación reside en fomentar la conciencia y responsabilidad en los alumnos (Whitmore, 2012). La conciencia consiste en saber lo que sucede alrededor permitiendo percibir con mayor claridad la realidad, los hechos relevantes, la información relevante, y poder determinar qué es importante. Fomentar la conciencia consiste en agudizar los receptores de información, desarrollar los sentidos para activar el cerebro. La conciencia también es retroalimentación que se obtiene con el entorno, con el cuerpo, las acciones y el material que utilizamos. La responsabilidad implica libertad y posibilidad de elección. Cuando se escoge o asumimos verdaderamente la responsabilidad sobre lo que pensamos y se hace, el compromiso que se adquiere aumenta y de forma proporcional también el rendimiento. 3. La RSE ayuda a ser mejores pensadores, animar a enfrentarse a asuntos de relevancia y comprender los conceptos de las especialidades. Ayuda a desafiarles a pensar de manera distinta a la que pensaban cuando comienzan las clases, a plantearse preguntas que saquen a la luz los problemas de las nociones imperfectas que traen a clase, crear situaciones donde deben cuestionar y reconstruir sus concepciones, considerando desde varias perspectivas los conceptos importantes, construyendo una concepción propia de la materia. Esto es lo que hacen los profesores que basan su actividad docente en la responsabilidad educativa, como ha descrito Ken Bain (2007, p.229) en su estudio de 15 años sobre más de 100 profesores universitarios de distintas Universidades norteamericanas. 4. Propuesta de cambio sobre las ideas básicas de la motivación. Para el mejor rendimiento, la motivación debe surgir de los propios alumnos, esto se puede conseguir creando un entrono idóneo para el aprendizaje dentro de las aulas: respetando las opiniones de los alumnos cuando se expresen, desafiándoles a pensar por sí mismos y transmitir sus ideas sobre la materia, promoviendo la confianza e infundiéndoles ánimo, pero proporcionándoles grandes desafíos y haciéndoles que se enfrentan a ellos con suficiente solvencia (motivación interna). Las buenas notas que reciban como recompensa a su esfuerzo, dedicación y aplicación, también constituye un mecanismo de motivación externa porque proviene de un agente externo que es el profesor. 5. Valora a las personas y su capacidad de autogestionarse. Se trata de ver no sólo su rendimiento sino además su potencial oculto o dormido. 6. Significa desarrollar una actitud que promueva el cambio y la innovación al replantear de forma continua la manera en que pensamos que los alumnos aprenden y la manera en que enseñamos o instruimos. Sin esfuerzo y dedicación resulta difícil cambiar los hábitos y los antiguos métodos persisten aunque se piense que son limitados. 7. Los beneficios de aplicar la Responsabilidad Social Educativa, potenciando la seguridad de los alumnos, serían los siguientes: Aumento del rendimiento y de la productividad de los alumnos. Aprendizaje profundo y satisfactorio. Mejora de las relaciones interpersonales entre los alumnos y profesores, y los estudiantes entre sí. Generación de nuevas y buenas ideas en un entorno propicio para el debate. Mayor flexibilidad y capacidad para adaptarse al cambio. Mayor motivación de los alumnos y del propio profesor. Desarrollo de la autoestima del alumno y aumento de su confianza. 8. Par lograr la conciencia y la responsabilidad en el alumno es necesario formular preguntas. Son las preguntas las que desempeñan un papel esencial en el proceso de aprendizaje y en la modificación de los modelos mentales. Preguntas que permitan transformar la compresión conceptual de los alumnos, fomentar destrezas de razonamiento y la habilidad de examinar el razonamiento propio de forma reflexiva. Para ello hay que crear un entrono crítico idóneo, provocando en los alumnos curiosidad, que les motive a examinar sus modelos mentales de la realidad. BIBLIOGRAFÍA Bain, Ken (2007) Lo que hacen los mejores profesores universitarios, Barcelona, Universitat de Valencia. Bauman, Zygmunt (2007) Tiempo líquido, Barcelona, Tusquets editores. Cantet, Laurent (2008) La clase, Francia, productora haut et court Comisión Europea (2001) “Libro Verde. Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas”. 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