07.29.12

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LECTURAS DE HOY
Primera lectura — Eliseo da de comer a cien hombres con veinte
panes de cebada, los primeros frutos de la última
cosecha y quedan sobras (2 Reyes 4:42-44).
Salmo — Bendeciré al Señor eternamente (Salmo 145 [144]).
Segunda lectura — Pablo exhorta a los efesios a que se muestren
dignos de la vocación que han recibido; siendo comunidad unida,
llena de fe y esperanza (Efesios 4:1-6).
Evangelio — Jesús da de comer a un enorme gentío que
incluye cinco mil hombres con cinco panes de cebada y dos
pescados (Juan 6:1-15).
LECTURAS DE LA SEMANA
Lunes: Jer 13:1-11; Mt 13:31-35
Martes: Jer 14:17-22; Mt 13:36-43
Miércoles: Jer 15:10, 16-21; Mt 13:44-46
Jueves: Jer 18:1-6; Mt 13:47-53
Viernes: Jer 26:1-9; Mt 13:54-58
Sábado: Jer 26:11-16, 24; Mt 14:1-12
Lectura del santo Evangelio según
San Juan 6: 1-15
Después de esto, Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran
multitud, al ver los signos que hacía curando a
los enfermos. Jesús subió a la montaña y se
sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la
Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar los
ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él
y dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para
darles de comer?". El decía esto para ponerlo a
prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.
Felipe le respondió: "Doscientos denarios no
bastarían para que cada uno pudiera comer un
pedazo de pan". Uno de sus discípulos, Andrés,
el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay
un niño que tiene cinco panes de cebada y dos
pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?".
Jesús le respondió: "Háganlos sentar". Había
mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y
eran uno cinco mil hombres. Jesús tomó los
panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados,
dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos
quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: "Recojan los
DIRECTORIO
pedazos que soPARROQUIA NUESTRA
bran, para que no
SEÑORA DE GUADALUPE
Párroco:
Rev. Vicente H. Finnerty, C.M.
Vicario:
Rev. Abel Osorio, C.M.
Residente:
Rev. José A. Elzi, C.M.
Coordinadores:
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Adilia Rodríguez. Ext. 2
Rigoberto Trejo. Ext 7
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Juan M. Cajero. Ext. 3
Administradora finanzas:
Karina Romero. Ext. 4
Director de comunicaciones:
Richard Sierra. Ext. 3
Mantenimiento:
Esteban Chávez
se pierda nada". Los recogieron y llenaron doce
canastas con los pedazos que sobraron de los
cinco panes de cebada. Al ver el signo que
Jesús acababa de hacer, la gente decía: "Este
es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al
mundo". Jesús, sabiendo que querían
apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra
vez solo a la montaña.
Palabra del Señor.
UN SEÑOR, UNA FE
¿Crees que los cuatro evangelistas estaban
conscientes de la primera lectura de hoy, tomada del
Segundo Libro de los Reyes? Por supuesto que lo
estaban. El profeta Eliseo alimentó a 100 hombres
con veinte panes de cebada a fin de demostrar el poder de Dios. Este mismo milagro, ahora multiplicado por más personas alimentadas con menos
panes, se le atribuye a Jesús en los cuatro Evangelios. En el pasaje de hoy, tomado de Juan, incluso
tenemos el detalle de que los panes eran de cebada,
recordando a cada judío devoto de aquel milagro
que hizo Eliseo. Sin embargo, Jesús se escondió
cuando querían hacerlo rey. Es el pasaje de la Carta
de Pablo a los Efesios que nos explica por qué. El
poder de Jesús viene de Dios. No es simplemente
para darnos de comer, o para proporcionarle un rey
a un grupo. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo
Dios y Padre de todos quien obra por medio de Jesucristo y por todos nosotros.
BAUTIZOS
ADORACION NOCTURNA
Debe estar inscrito en la Parroquia por un míniEl primer sábado de cada mes se lleva a cabo la
mo de seis meses. Se requiere acta de nacimienAdoración Nocturna de 11 p.m. a 6 a.m. en
to. Inscripciones los domingos, luego de la misa.
nuestra capilla de la parroquia.
MATRIMONIOS
El próximo curso prematrimonial dará inicio el
domingo 5 de agosto. El curso dura cuatro meses. Inscripción previa requerida.
CATEQUESIS ADULTOS
Las clases de la catequesis para adultos interesados en tomar cualquier sacramento, son todos
los miércoles a las 8 p.m.
GRUPOS JUVENILES
12 a 17 años: Reuniones los viernes, 7:30 pm.
18 a 25 años: Reuniones los jueves, 7:30 pm.
26 a 35 años: Reuniones los jueves, 7:30 pm.
GRUPO A.A.
El grupo de alcohólicos anónimos sostiene las
reuniones los martes, jueves y viernes a las
7:30 p.m. en la casa blanca de la entrada.
SESIONES DE RITMOS LATINOS
Sesiones de zumba para toda la comunidad en
general aqui en la parroquia. Lunes y miércoles
desde las 6 de la noche.
PEREGRINOS EN PAREJA
RENOVACION CARISMATICA
La asamblea de la renovación carismática es
cada sábado a las 8:00 p.m. Asiste,
alaba, ora y predica a Dios.
UNCION DE LOS ENFERMOS
Misa de Unción de los enfermos cada primer
domingo del mes, en la misa de las 2 p.m.
Para enfermos y mayores de 55.
CONFESIONES
Las confesiones se llevan a cabo durante cada
una de las misas que están programadas para el
fin de semana.
CORO INFANTIL
El ensayo del coro de los niños de 9 a 12 años
de edad es todos los miércoles de 6 a 7:30 p.m.
Niños y niñas estan invitados.
MEDICINA GENERAL
Doctor general: 19 de agosto 10 am a 12 pm
Examen básico de ojos: 21 de agosto 6pm
TAEKWONDO
La próxima estación de los peregrinos será el día Clases de taekwondo los lunes y miércoles a las
viernes 3 de agosto, desde las 7:30 p.m.
7:00 pm para niños y adultos. Informes con Juan
Parejas casadas y no casadas, bienvenidas.
en el 980.722.6423 ó durante las clases.
CRUCERO DE SALUD
El crucero de salud que atenderá la comunidad
de 0 a 17 años sin seguro médico, nos visitará
jueves 2 y 16 de agosto, de 9:00 am a 3:00 pm.
CONSULTAS PSICOLOGICAS
Para toda la comunidad, se ofrece el servicio de
consultoría psicológica. Favor, hacer citas
previas en el 704-649-2963
NEUROTICOS ANONIMOS
Si necesita apoyo y ayuda emocional, las
reuniones del grupo son los viernes y sábados
de 11 am a 1 pm.
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FIRME
En tiempo de desolación nunca hacer mudanza, mas estar firme y constante en los propósitos y determinación en que estaba el día antecedente a la tal desolación.—San Ignacio de Loyola
31 de Julio. Año 1556
San Ignacio: ruégale a Dios por todos los que como tí
deseamos extender el Reino de Cristo,
y hacer amar más a nuestro Divino Salvador.
"Todo para mayor Gloria de Dios"
San Ignacio nació en 1491 en el castillo de Loyola, en
Guipúzcoa, cerca de los montes Pirineos que están
en el límite con Francia. Su padre Bertrán De Loyola
y su madre Marina Sáenz, de familias muy distinguidas, tuvieron once hijos: ocho varones y tres mujeres.
El más joven de todos fue Ignacio. El nombre que le
pusieron en el bautismo fue Iñigo. Entró a la carrera
militar, pero en 1521, a la edad de 30 años, siendo ya
capitán, fue gravemente herido. Lo enviaron a su
Castillo a que fuera tratado de su herida. Le hicieron
tres operaciones en la rodilla, dolorosísimas, y sin
anestesia; pero no permitió que lo atasen ni que nadie lo sostuviera. Para que la pierna operada no le
quedara más corta le amarraron unas pesas al pie y
así estuvo por semanas con el pie en alto, soportando semejante peso. Sin embargo quedó cojo para
toda la vida. A pesar de esto Ignacio tuvo durante
toda su vida un modo muy elegante y fino para tratar
a toda clase de personas. Lo había aprendido en la
Corte en su niñez. Mientras estaba en convalecencia
pidió que le llevaran novelas de caballería, llenas de
narraciones inventadas e imaginarias. Pero su hermana le dijo que no tenía más libros que "La vida de
Cristo" y el "Año Cristiano", o sea la historia del santo
de cada día. Y le sucedió un caso muy especial. Antes, mientras leía novelas y narraciones inventadas,
en el momento sentía satisfacción pero después
quedaba con un sentimiento horrible de tristeza y
frustración. En cambio ahora al leer la vida de Cristo
y las Vidas de los santos sentía una alegría inmensa
que le duraba por días y días. Esto lo fue impresionando profundamente. Y mientras leía las historias de los grandes santos pensaba: "¿Y por qué no
tratar de imitarlos? Si ellos pudieron llegar a ese
grado de espiritualidad, ¿por qué no lo voy a lograr
yo? ¿Por qué no tratar de ser como San Francisco,
Santo Domingo, etc.? Estos hombres estaban hechos
del mismo barro que yo. ¿Por qué no esforzarme por
llegar al grado que ellos alcanzaron?". Y después se
iba a cumplir en él aquello que decía Jesús:
"Dichosos los que tienen un gran deseo de ser santos, porque su deseo se cumplirá" (Mt. 5,6), y aquella
sentencia de los psicólogos: "Cuidado con lo que deseas, porque lo conseguirás". Mientras se proponía
seriamente convertirse, una noche se le apareció
Nuestra Señora con su Hijo Santísimo. La visión lo
consoló inmensamente. Desde entonces se propuso
no dedicarse a servir a gobernantes de la tierra sino
al Rey del cielo. Apenas terminó su convalecencia se
fue en peregrinación al famoso Santuario de la Virgen
de Monserrat. Allí tomó el serio propósito de
dedicarse a hacer penitencia por sus pecados. Cambió sus lujosos vestidos por los de un pordiosero, se
consagró a la Virgen Santísima e hizo confesión
general de toda su vida. Y se fue a un pueblecito
llamado Manresa, a 15 kilómetros de Monserrat a
orar y hacer penitencia, allí estuvo un año. Cerca de
Manresa había una cueva y en ella se encerraba a
dedicarse a la oración y a la meditación. Allá se le
ocurrió la idea de los Ejercicios Espiritales, que tanto
bien iban a hacer a la humanidad. Después de unos
días en los cuales sentía mucho gozo y consuelo en
la oración, empezó a sentir aburrimiento y cansancio
por todo lo que fuera espiritual. A esta crisis de desgano la llaman los sabios "la noche oscura del alma".
Es un estado dificultoso que cada uno tiene que
pasar para que se convenza de que los consuelos
que siente en la oración no se los merece, sino que
son un regalo gratuito de Dios. Luego le llegó otra
enfermedad espiritual muy fastidiosa: los escrúpulos.
O sea el imaginarse que todo es pecado. Esto casi lo
lleva a la desesperación. Pero iba anotando lo que le
sucedía y lo que sentía y estos datos le
proporcionaron después mucha habildad para poder
dirigir espiritualmente a otros convertidos y según sus
propias experiencias poderles enseñar el camino de
la santidad. Allí orando en Manresa adquirió lo que
se llama "Discreción de espíritus", que consiste en
saber determinar qué es lo que le sucede a cada
alma y cuáles son los consejos que más necesita, y
saber distinguir lo bueno de lo malo. A un amigo suyo
le decía después: "En una hora de oración en
Manresa aprendí más a dirigir almas, que todo lo que
hubiera podido aprender asistiendo a universidades".
En 1523 se fue en peregrinación a Jerusalén,
pidiendo limosna por el camino. Todavía era muy impulsivo y un día casi ataca a espada a uno que
hablaba mal de la religión. Por eso le aconsejaron
que no se quedara en Tierra Santa donde había
muchos enemigos del catolicismo. Después fue adquiriendo gran bondad y paciencia. A los 33 años
empezó como estudiante de colegio en Barcelona,
España. Sus compañeros de estudio eran mucho
más jóvenes que él y se burlaban mucho. El toleraba
todo con admirable paciencia. De todo lo que
estudiaba tomaba pretexto para elevar su alma a
Dios y adorarlo. Después pasó a la Universidad de
Alcalá. Vestía muy pobremente y vivía de limosna.
Reunía niños para enseñarles religión; hacía
reuniones de gente sencilla para tratar temas de
espiritualidad, y convertía pecadores hablandoles
amablemente de lo importante que es salvar el alma.
Lo acusaron injustamente ante la autoridad religiosa y
estuvo dos meses en la cárcel. Después lo declararon inocente, pero había gente que lo perseguía.
El consideraba todos estos sufrimientos como un medio que Dios le proporcionaba para que fuera pagando sus pecados. Y exclamaba: "No hay en la ciudad tantas cárceles ni tantos tormentos como los que
yo deseo sufrir por amor a Jesucristo". Se fue a Paris
a estudiar en su famosa Universidad de La Sorbona.
Allá formó un grupo con seis compañeros que se han
hecho famosos porque con ellos fundó la Compañía
de Jesús. Ellos son: Pedro Fabro, Francisco Javier,
Laínez, Salnerón, Simón Rodríguez y Nicolás Bobadilla. Recibieron doctorado en aquella universidad
y daban muy buen ejemplo a todos. Los siete
hicieron votos o juramentos de ser puros, obedientes
y pobres, el día 15 de Agosto de 1534, fiesta de la
Asunción de María. Se comprometieron a estar siempre a las órdenes del Sumo Pontífice para que él los
emplease en lo que mejor le pareciera para la gloria
de Dios. Se fueron a Roma y el Papa Pablo III les
recibió muy bien y les dio permiso de ser ordenados
sacerdotes. Ignacio, que se había cambiado por ese
nombre su nombre antiguo de Íñigo, esperó un año
desde el día de su ordenación hasta el día de la celebración de su primera misa, para prepararse lo mejor
posible a celebrarla con todo fervor. San Ignacio se
dedicó en Roma a predicar Ejercicios Espirituales y a
catequizar al pueblo. Sus compañeros se dedicaron a
dictar clases en universidades y colegios y a dar conferencias espirituales a toda clase de personas. Se
propusieron como principal oficio enseñar la religión a
la gente. En 1540 el Papa Pablo III aprobó su comunidad llamada "Compañía de Jesús" o "Jesuitas". El
Superior General de la nueva comunidad fue San
Ignacio hasta su muerte. En Roma pasó todo el resto
de su vida. Era tanto el deseo que tenía de salvar
almas que exclamaba: "Estaría dispuesto a perder
todo lo que tengo, y hasta que se acabara mi comunidad, con tal de salvar el alma de un pecador".
Fundó casas de su congregación en España y Portugal. Envió a San Francisco Javier a evangelizar el
Asia. De los jesuitas que envió a Inglaterra, 22 murieron martirizados por los protestantes. Sus dos
grandes amigos Laínez y Salmerón fueron famosos
sabios que dirigieron el Concilio de Trento. A San
Pedro Canisio lo envió a Alemania y este santo llegó
a ser el más célebre catequista de aquél país. Recibió como religioso jesuita a San Francisco de Borja
que era rico político, gobernador, en España. San
Ignacio escribió más de 6 mil cartas dando consejos
espirituales. El Colegio que San Ignacio fundó en
Roma llegó a ser modelo en el cual se inspiraron
muchísimos colegios más y ahora se ha convertido
en la célebre Universidad Gregoriana. Los jesuitas
fundados por San Ignacio llegaron a ser los más
sabios adversarios de los protestantes y combatieron
y detuvieron en todas partes al protestantismo. Les
recomendaba que tuvieran mansedumbre y gran
respeto hacia el adversario pero que se presentaran
muy instruidos para combatirlos. El deseaba que el
apóstol católico fuera muy instruido. El libro más famoso de San Ignacio se titula: "Ejercicios Espirituales" y es lo mejor que se ha escrito acerca de
como hacer bien los santos ejercicios. En todo el
mundo es leído y practicado este maravilloso libro.
Duró 15 años escribiéndolo. Su lema era: "Todo para
mayor gloria de Dios". Y a ello dirigía todas sus
acciones, palabras y pensamientos: A que Dios fuera
más conocido, más amado y mejor obedecido.
En los 15 años que San Ignacio dirigió a la Compañía
de Jesús, esta pasó de siete socios a más de mil. A
todos y cada uno trataba de formarlos muy bien
espiritualmente. Como casi cada año se enfermaba y
después volvía a obtener la curación, cuando le vino
la última enfermedad nadie se imaginó que se iba a
morir, y murió
subitamente el
31 de julio de
1556 a la edad
de 65 años. En
1622 el Papa lo
declaró Santo y
después Pío XI
lo declaró Patrono de los Ejercicios Espirituales en todo el
mundo. Su
comunidad de
Jesuitas es la
más numerosa
en la Iglesia
Católica.
A los miembros
de la parroquia
se les informa
que ya pueden
recoger sus sobres.
Las charlas pre-bautismales y los
bautizos solamente se harán en las
siguientes fechas.
DOMINGOS QUE SI SABADOS QUE SI
HABRA CHARLAS
HABRA BAUTIZO
PARA BAUTIZO.
AGOSTO
12 Y 26
4 Y 18
SEPTIEMBRE
9 Y 23
1, 15 Y 29
OCTUBRE
7 Y 21
13 Y 27
NOVIEMBRE
4 Y 18
10 Y 24
DICIEMBRE
2 Y 16
8 Y 22
CLASES DE ALFABETIZACION
INICIARON EN LA PARROQUIA
EL DIA MARTES 17 DE JULIO
A LAS 7:30 PM.
Y CONTINUARAN TODOS LOS
MARTES.
Por favor, invite o déjele
saber a alguien; puesto
que ellos no pueden
leer este anuncio.
La parroquia agradece a los
jovenes por el arduo trabajo
que realizaron al pintar las
lineas de nuestro parqueo.
Gracias por tan buena labor.
Oficialmente, en libros litúrgicos, aparece su verdadero nombre: San Juan Bautista María Vianney.
Pero en todo el universo es conocido con el título de
Cura de Ars. Nacido en Dardilly, en las cercanías de
Lyón, el 8 de mayo de 1786, tras una infancia normal
y corriente en un pueblecillo, inicia sus estudios sacerdotales, que se vio obligado a interrumpir por el único
episodio humanamente novelesco que encontramos en
su vida: su deserción del servicio militar. Terminado
este período, vuelve al seminario, logra tras muchas
dificultades ordenarse sacerdote y, después de un
breve período de coadjutor en Ecully, es nombrado,
para atender al pueblecillo de Ars. Puede decirse que
ya no se mueve para nada del pueblecillo hasta la hora
de la muerte. Y sin moverse de allí logró adquirir una
resonante celebridad. Recientemente se ha editado,
con motivo del centenario de su muerte, una obra en la
que se recogen testimonios curiosísimos de esta impresionante celebridad. No le faltaron, sin embargo,
calumnias y persecuciones. Se empleó a fondo en una
labor de moralización del pueblo: la guerra a las tabernas, la lucha contra el trabajo de los domingos, la sostenida actividad para conseguir desterrar la ignorancia
religiosa y, sobre todo, su dramática oposición al
baile, le ocasionaron sinsabores y disgustos. No faltaron acusaciones ante sus propios superiores religiosos. Sin embargo, su virtud consiguió triunfar, y años
después podía decirse con toda verdad que «Ars ya no
es Ars». Los peregrinos que iban a empezar a llegar,
venidos de todas partes, recogerían con edificación el
ejemplo de aquel pueblecillo donde florecían las vocaciones religiosas, se practicaba la caridad, se habían
desterrado los vicios, se hacía oración en las casas y se
santificaba el trabajo. La lucha tuvo en algunas ocasiones un carácter más dramático aún. Ya hemos dicho que el Santo solía ayudar, con fraternal caridad, a
sus compañeros en las misiones parroquiales que se
organizaban en los pueblos de los alrededores. En todos ellos dejaba el Santo un gran renombre por su
oración, su penitencia y su ejemplaridad. Era lógico
que aquellos buenos campesinos recurrieran luego a
él, al presentarse dificultades, o simplemente para confesarse y volver a recibir los buenos consejos que de
sus labios habían escuchado. Éste fue el comienzo de
la célebre peregrinación a Ars. Lo que al principio
sólo era un fenómeno local, circunscrito casi a las
diócesis de Lyón y Belley, luego fue tomando un
vuelo cada vez mayor, de tal manera que llegó a
hacerse célebre el cura de Ars en toda Francia y aun
en Europa entera. De todas partes empezaron a afluir
peregrinos, se editaron libros para servir de guía, y es
conocido el hecho de que en la estación de Lyón se
llegó a establecer una taquilla especial para despachar
billetes de ida y vuelta a Ars. Aquel pobre sacerdote,
que trabajosamente había hecho sus estudios, y a
quien la autoridad diocesana había relegado en uno de
los peores pueblos de la diócesis, iba a convertirse en
consejero buscadísimo por millares y millares de almas. Y entre ellas se contarían gentes de toda
condición, desde prelados insignes e intelectuales famosos, hasta humildísimos enfermos y pobres gentes
atribuladas que irían a buscar en él algún consuelo.
Aquella afluencia de gentes iba a alterar por completo
su vida. Día llegará en que el Santo Cura desconocerá
su propio pueblo, encerrado como se pasará el día entre las míseras tablas de su confesonario. Entonces se
producirá el milagro más impresionante de toda su
vida: el simple hecho de que pudiera subsistir con
aquel género de vida. Porque aquel hombre, por el
que van pasando ya los años, sostendrá como habitual
la siguiente distribución de tiempo: levantarse a la una
de la madrugada e ir a la iglesia a hacer oración. Antes
de la aurora, se inician las confesiones de las mujeres.
A las seis de la madrugada en verano y a las siete en
invierno, celebración de la misa y acción de gracias.
Después queda un rato a disposición de los peregrinos.
A eso de las diez, reza una parte de su breviario y
vuelve al confesonario. Sale de él a las once para hacer la célebre explicación del catecismo, predicación
sencillísima, pero llena de una unción tan penetrante
que produce abundantes conversiones. Al mediodía,
toma su frugalísima comida, con frecuencia de pie, y
sin dejar de atender a las personas que solicitan algo
de él. Al ir y al venir a la casa parroquial, pasa por entre la multitud, y ocasiones hay en que aquellos metros
tardan media hora en ser recorridos. Dichas las
vísperas y completas, vuelve al confesonario hasta la
noche. Rezadas las oraciones de la tarde, se retira para
terminar el Breviario. Y después toma unas breves
horas de descanso sobre el duro lecho. Sólo un prodigio sobrenatural podía permitir al Santo subsistir físicamente.
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