LA FORMACIÓN PARA LA VIDA Y EL TRABAJO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD Diplomado “Necesidades Educativas Especiales” Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho” Uno de los principales propósitos principales de la educación especial, es decir la educación dirigida a las personas con discapacidades físicas, sensoriales o intelectuales es el de promover aprendizajes significativos para la vida diaria cotidiana potenciando y desarrollando al máximo las potencialidades cognitivas, sociales y afectivas y fomentar una mejora en la calidad de vida, pretendiendo que la persona con discapacidad adquiera la autonomía suficiente para de satisfacer por si mismo sus necesidades básicas. Sin embargo aun en la actualidad es frecuente encontrar personas de edad adulta con discapacidades que se encuentran confinadas y dependientes de los Centros de Atención Múltiple o mejor conocidos como Escuelas de Educación Especial, ya que en muchas ocasiones la escuela no ha podido integrar plenamente a las personas con discapacidades en la sociedad, y en este sentido la integración en la sociedad no se refiere exclusivamente a integrar a estas personas en el mundo laboral, si no también a la participación en otros ámbitos de la vida cotidiana como la recreación, la cultura, el deporte, etc. Quizá ahora nos pudiésemos preguntar ¿porqué las Escuelas de Educación Especial no han logrado este propósito fundamental de integración de sus estudiantes? Las respuestas pueden ser múltiples, es común escuchar frases como: “la sociedad no esta preparada” “la mayoría de los empresarios no se interesan en contratar a personas con discapacidades”, “los puestos de trabajo son pocos y los aspirantes muchos, hay que seleccionar los mas competentes”, etc. Pudiésemos seguir mencionando numerosas justificaciones hacia el porque no logramos esta integración, pero pocas veces reflexionamos sobre la formación que se le brinda a estos alumnos ¿Se esta preparando realmente a las personas con discapacidad para la vida y para el trabajo? ¿Qué concebimos como calidad de vida, será suficiente integrarlo en un trabajo? ¿Qué tipo de valores fomentamos? Sin duda es gran reto el formar personas para la vida y para el trabajo, pero aun más cuando se trata de personas que presentan algún tipo de discapacidad. Una función importante del maestro de Educación Especial deberá ser el de orientador vocacional, de forma que se ofrezcan a los alumnos con discapacidades las oportunidades de desarrollar y potencializar sus actitudes y competencias, además de favorecer en ellos el descubrimiento de sus intereses y aptitudes (es notoria la necesidad de un programa especifico basando en competencias para la vida y para el trabajo, sirva de instrumento para guiar el proceso enseñanza-aprendizaje). No olvidando que el objetivo principal del trabajo deberá ser la satisfacción personal y autonomía, que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, dejando a un lado las actitudes lastimeras y de sobreprotección que no hacen mas que entorpecer el desarrollo integral de la personas con discapacidad.