El mito de que sudar abundantemente es bueno para perder peso Son muchas las personas que recurren a fajas, plásticos, saunas, o simplemente utilizan ropa en gruesa en ambientes calurosos, para aumentar su nivel de sudoración pensando que de esta forma podrán eliminar grasa corporal. Pero nada más lejos de la realidad, ya que así lo único que se pierde es agua, y como todos sabemos, ésta es necesaria para realizar todas las funciones vitales. Por tanto se está corriendo el riesgo de sufrir una deshidratación. Además, cuando realizamos ejercicio a altas temperaturas (por ejemplo, las horas centrales del verano) estamos corriendo el riesgo de sufrir una lipotimia, o lo que es peor, el temido golpe de calor que puede conducir, incluso a la muerte. Disminución del volumen plasmático y aumento frecuencia cardíaca. El mito de que las agujetas desaparecen tomando bicarbonato o agua con azúcar: Hasta hace unos años se pensaba que las agujetas se producían por la cristalización del ácido láctico en el músculo. En cambio, hoy en día se ha demostrado que son pequeños microtraumatismos o microrroturas en las fibras musculares, que aparecen como consecuencia de la contracción excéntrica del músculo, y los síntomas se manifiestan entre 24 y 48 horas después del ejercicio, pudiendo perdurar hasta una semana. En consecuencia, el agua con azúcar y el bicarbonato no guardan ninguna relación con el alivio de las agujetas, El mito de que el flato es provocado por la ingestión antes de o durante la práctica de ejercicio físico: Aún no se conoce el origen exacto del flato; las teorías son diversas: contracción del bazo, contractura diafragmática, vasoconstricción abdominal o acumulación de aire. Lo que sí está demostrado es que el beber agua no produce éste dolor en el costado. Al contrario, el agua jamás debe ser restringido. Debemos beber antes de que aparezca la sensación de sed, puesto que ésta es una señal de alarma de que nos estamos deshidratando. Se recomienda beber agua abundante antes y durante la práctica de ejercicio físico, más aún si cabe, cuando la temperatura ambiente es elevada. El mito de la pérdida localizada de tejido adiposo, centrado en la pérdida de grasa abdominal con la realización de ejerc. Abdominales: Los ejercicios abdominales bien ejecutados (sin hiperlordosis ni intervención del psoas iliaco) son indispensables para el mantenimiento de la postura adecuada y para descargar la espalda de presiones. Pero hay que tener en cuenta que no sirven para quemar la grasa de la zona abdominal. Para poder llevar a cabo esta reducción del panículo adiposo subcutáneo es necesario realizar ejercicio aeróbico contínuo de duración prolongada e intensidad moderada (por ejemplo, carrera contínua, ciclismo, natación, aeróbic, etc...). El metabolismo de las grasas no se activa hasta los 30´después de haber iniciado el ejercicio, mientras tanto, sólo utilizaremos hidratos de carbono. El mito de que consumir azúcar antes del ejercicio aumenta el rendimiento: Muchos deportistas consumen productos azucarados (dulces, coca-cola, chocolate...) antes de realizar actividad física pensando que su rendimiento va a ser superior. Están cometiendo un error. Los hidratos de carbono simples (monosacáridos y disacáridos) elevan repentinamente el nivel de glucosa en sangre. Ante esta situación, nuestro organismo reacciona liberando insulina, la cual es responsable de un “efecto rebote” para compensar la situación anterior, encontrándonos ahora en el extremo contrario. Pasamos de una hiperglucemia a una hipoglucemia en poco tiempo. Por tanto, los niveles de azúcar en sangre tras consumir estos productos dulces van a estar por debajo que antes de ingerirlos. En cambio, los HC complejos (pasta, arroz, pan, cereales, se liberan en la sangre más lentamente y no producen ese “efecto rebote” de la insulina por lo que consumidos 3 ó 4 horas antes del ejercicio favorecerán el rendimiento.m