LEGUMBRES QUE SE NUTREN DE AGUA MARINA La salicornia se vende a unos 20 euros el kilo en los supermercados estadounidenses de comida biológica y un moderno restaurante de Las Vegas cuenta entre sus especiales con un plato de vieras con puré de salicornia a US$ 9. Pero lo que puede que los comensales no sepan es que en la península de Baja California, en México, la salicornia juega un papel esencial en un ambicioso experimento con el objetivo de preservar el precioso suministro de agua dulce del planeta. Aquí, estas rizadas legumbres cubren hectáreas de hileras verdes en las que Dan Murphy recupera terrenos considerados infértiles hasta su llegada. La salicornia es el primer producto alimenticio comercial cultivado enteramente en suelo irrigado con agua de mar, Murphy lo está utilizando como una plataforma para subvencionar la propagación de otros cultivos tolerantes al agua salada. Ya ha cosechado algunos éxitos, como un áster marino (una verdura comestible), verdolaga y algo denominado "cristalina", una especie de lechuga que se encuentra en la costa de Sudáfrica y cuyas hojas brillan debido a las motas de cristal salino. Queda pendiente triunfar con el plan de cultivar hierba tolerante al agua marina para los campos de golf. "Todas las plantas de la tierra tienen antepasados que vivieron únicamente en agua de mar", dice Murphy, estadounidense cofundador de Saline seed México en 1999. "El truco está en descubrir cuáles podemos cultivar comercialmente". La irrigación de cultivos comerciales con agua del mar ha sido el Santo Grial de los agrofuturistas. Se puede forzar la tolerancia a la sal en plantas que crecen en agua dulce a través de ingeniería genética o como en el caso de Saline Seed - seleccionando especies que pueden ser "entrenadas" a vivir con agua salada durante muchas generaciones. La salicornia tradicionalmente se cosecha sólo durante una corta temporada. Sus raíces crecen en suelos secos de estuarios costeros. La idea de su cultivo es simple: toda vida derivó del agua marina; por tanto, toda vida, animal o vegetal, retiene un "subconsciente" genético que puede ser despertado. Después de tres años, Saline Seed es rentable, con ventas anuales de cerca de medio millón de dólares. La compañía envía hasta tres toneladas de salicornia semanales a Los Angeles, en donde son distribuidas por un mayorista local o enviadas por avión a Europa. La competencia, bien de recolectores tradicionales en Europa o pequeñas cooperativas de acuicultura en lugares como Portugal y Chile, ha tenido poco impacto en las ventas de Murphy. "Nadie puede comprometerse a ofrecer un producto consistente durante todo el año", insiste, y eso le da a restaurantes y supermercados la confianza de promocionar un producto especializado al que, a decir de todos, se le va tomando gusto con el tiempo. "tiene un sabor tan intenso que la gente lo prueba y se le salen los ojos de las órbitas", dice Milo Radoja, que trabaja en el departamento de verduras del establecimiento de la cadena de supermercados ecológicos Whole Foods en Tempe, Arizona. Los compradores lo utilizan como sustituto de la sal, afirma, espolvoreando sobre la ensalada o troceado con arroz. Saline Seed está buscando sus nuevos cultivos en la flora salvaje. José Ramón Noriega, socio de Murphy en Saline Seed, es un ávido observador en busca de candidatos. Al igual que las frutas y vegetales actuales han evolucionado desde sus antepasados tolerantes al agua marina, también han esparcido variedades "bastardas" salvajes. "Los pájaros, aquí, en Baja California, ingieren las semillas de tomates domésticos y luego dejan sus excrementos en estuarios en la costa", explica Noriega. El resultado es un tomate salvaje capaz de vivir de agua marina. En sus investigaciones por la Costa de Baja, Noriega ha encontrado variedades "marinas" de guayaba, apio y remolacha que debería ser posible adaptar, como la salicornia, a los cultivos de terrenos secos. A largo plazo, Saline Seed espera que sus verdaderos beneficiarios no sean los comensales de alimentos ecológicos, si no las comunidades que ahora presupuestan miles de millones de dólares cada año para irrigar terrenos públicos con agua dulce. Saline Seed tiene, además, una segunda explotación donde cultiva plantas para paisajismos y hierbas tolerantes al agua salada para los promotores de Laguna del Mar, un complejo de golf en Puerto Peñasco, en la Bahía de Cortés. Algún día, la alfalfa y las plantas forrajeras pueden ser el gran golpe en la irrigación con agua marina. Además de Salicornia, Saline Seed cultiva una docena de variedades en parcelas experimentales. "A las vacas a las que se lo damos les gusta", dice Noriega. A los ganaderos también les gusta, añade. "No tienen que comprar suplementos de sodio para añadir a la alimentación (del ganado)".