Querido Dios: Te damos gracias y te alabamos por la alegría de Pascua cuando resucitaste de la muerte a la vida. Ayúdanos a recordar que la luz de tu amor está con nosotros incluso cuando todo parece estar oscuro. Acción Católica General Sector de Infancia www.accioncatolicageneral.es 15 DE ABRIL II DOMINGO DE PASCUA Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros En la tarde de aquel día, el primero de la semana, y estando los discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, llegó Jesús, se puso en medio y les dijo: «¡La paz esté con vosotros!». Y les enseñó las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Él repitió: «¡La paz esté con vosotros! Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros». Después sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retengáis, les serán retenidos». Tomás, uno de los doce, a quien llamaban «el Mellizo», no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: «Hemos visto al Señor». Él les dijo: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creo». Ocho días después, estaban nuevamente allí dentro los discípulos, y Tomás con ellos. Jesús llegó, estando cerradas las puertas, se puso en medio y les dijo: «¡La paz esté con vosotros!». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo aquí y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente». Tomás contestó: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús dijo: «Has creído porque has visto. Dichosos los que creen sin haber visto». Como enviados de Jesús y de Dios que somos, vamos a ver como podemos crecer un poquito más en ser sus seguidores. Unas preguntillas para pensar y comprometerse ... ¿Sentimos que somos enviados por Jesús para llegar a otras personas, para que los demás tengan la oportunidad de ser cristianos? Otros muchos milagros hizo Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritos en este libro. Éstos han sido escritos para que creáis que Jesús es el mesías, el hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre. Juan 20, 19-31 Jesús nos dice que Él nos envía a cada uno de nosotros a contar a los demás lo bueno que es ser amigo de Jesús. Y nos dice que nos envía como Dios le envió a Él. No dice que es parecido, sino que nos envía de la misma manera. Todo esto es una alegría y también una responsabilidad. Cada uno de nosotros somos cristianos y somo enviados por Dios mismo a través de Jesús. ¡Qué grande es Dios que no sólo está con nosotros, sino que comparte con nosotros lo que es y lo que tiene. Siempre que Jesús se aparece a los apóstoles, les dice: ¡Paz a vosotros! Son sus primeras palabras. La paz siempre por delante. Nosotros tenemos que llevar la paz por delante, la paz que propone Jesús. ¿Somos personas pacíficas? ¿Se nota en lo que hacemos, en lo que decimos, que llevamos un mensaje de paz a los demás? Piensa en un compromiso que tenga relación con las dos preguntas anteriores: o bien sobre como anunciar a Jesús a otras personas, o bien en crecer en ser una persona que es pacífica y que propone la paz a los demás.