INFORME SOBRE CALIDAD DEL GAS A través de este informe, intentarán explicarse todas aquellas cuestiones relacionadas a la calidad del gas y de responder a más de una pregunta y mitos que suelen ser frecuentes entre el común de la gente. Es por ello que se comenzará explicando que el gas natural es, como su nombre lo indica, un combustible NATURAL. No se fabrica en ningún lugar sino que proviene de yacimientos, formados en distintos lugares y distintas épocas geológicas y tiene, por tanto, composiciones distintas según la cuenca que se explote. El único tratamiento que recibe el gas natural es, en general, en las cabeceras de los gasoductos. Allí se lo trata para la eliminación de componentes perjudiciales y la extracción de los hidrocarburos más pesados que podrían condensar dentro de la cañería y disminuir la capacidad de transporte de los gasoductos. En invierno, generalmente se tarda más en calentar líquidos o sólidos, teniendo la percepción de que hubiese menor cantidad de calorías en el gas. En realidad lo que ocurre es que, ambiente, fluidos, recipientes, etc., se encuentran a temperaturas más bajas y para calentarlos se necesita de mayor tiempo, ya que el gas es el mismo. Lo mismo se puede comprobar si se intenta calentar un litro de agua con un calentador eléctrico instantáneo, lo cual nos independiza del gas. Veremos que tarda menos en verano y más en invierno. También suele escucharse que al gas lo han diluído con aire. Esta es una hipótesis cuanto menos infundada. El gas natural NO CONTIENE AIRE, y si se le quisiera incorporar, se formarían productos altamente corrosivos para las cañerías, mezclas inflamables y la empresa prestadora se perjudicaría puesto que no cobra por volumen distribuido sino por cantidad de energía suministrada. No debe dudarse de la calidad del gas, la cual es controlada en varias instancias durante el manejo del fluído desde que sale del yacimiento hasta que llega a los lugares de consumo. La controla el productor que opera el yacimiento, la controla el transportista responsable de la operación de los grandes gasoductos, la controla el distribuidor que opera las redes y, finalmente, todos esos controles son AUDITADOS POR EL ENARGAS. Todos los desvíos de los valores permitidos por la normativa, en cualquiera de las instancias, son susceptibles de penalización. La normativa vigente establece, para el gas natural, un rango de calorías (un mínimo de 8.850 kcal/m3 y un máximo de 10.200 kcal/m3) que garantizan el funcionamiento adecuado de cualquier artefacto tanto doméstico como industrial, y asegura el correcto rendimiento calórico del fluído. El valor de 9.300 kcal/m3 es un valor adoptado como referencia a los efectos de uniformar la facturación de todos los usuarios del país los cuales reciben gas o mezclas de gases procedentes de diferentes cuencas productoras y por lo tanto con diferentes calidades, esto es diferentes poderes caloríficos. La forma de determinar el verdadero poder calorífico entregado a los usuarios es medirlo. Para ello, la Distribuidora tiene instalados en distintos puntos representativos de su red, muestreadores continuos que retienen y acumulan pequeñas porciones del gas que distribuyen a los clientes del área que abarca dicho muestreador. Esa muestra de gas es retirada periódicamente y analizada en un cromatógrafo de laboratorio, el cual entre otros parámetros calcula en forma indirecta el verdadero poder calorífico para ese período de muestreo. Los usuarios abonan energía y no volumen. La Distribuidora al facturar dicho consumo energético ajusta (refiere) el volumen medido con el poder calórico real del gas suministrado. La calidad del gas natural está reglamentada en todos sus aspectos por la Resolución ENARGAS N° 622/98, que puede consultarse a través de nuestro sitio web: www.enargas.gov.ar