Tomás de Aquino “Pertenece a la ley natural todo aquello a lo cual el hombre se encuentra naturalmente inclinado, dentro de lo cual lo específico del hombre es que se siente inclinado a obrar conforme a la razón. Ahora bien, según consta en 1a Physica, es propio de la razón el proceder de lo común a lo particular. Aún que aunque diferente manera, según se trate de la razón especulativa o de la razón práctica. Porque la primera versa principalmente sobre cosas necesarias, que no pueden comportarse más que como lo hacen, y por eso tanto sus conclusiones particulares como sus principios comunes expresan verdad es que no admiten excepción. La razón práctica, en cambio, se ocupará de cosas contingentes, cuáles son las operaciones humanas, y por eso, aunque en sus principios comunes todavía se encuentra cierta necesidad, cuanto más se desciende a lo particular tanto más excepciones ocurren.” El texto nos habla de la ley natural, “aquello a lo cual el hombre se encuentra naturalmente inclinado”, pero dentro de esta ley natural el hombre tiene algo propio y específico que le diferencia de los demás seres, es la razón, por lo que el hombre se siente inclinado por naturaleza a “obrar conforme a la razón”. Esta razón tiene una función especulativa y otra función práctica. La razón especulativa trata acerca de las cosas necesarias, de las que no pueden comportarse de otra manera. Estas cosas necesarias “no admiten excepción” ni en sus principios generales, ni en sus conclusiones particulares. Sin embargo la razón en su función práctica trata de cosas contingentes, de las que pueden cambiar, por lo que pueden contener excepciones, sobre todo en las aplicaciones particulares de la misma. Como vemos le ley natural, que se encuentra inscrita dentro de cada uno, es el criterio de moralidad, quien nos dice cuando obramos bien o mal. Somos criaturas de Dios, con propiedades específicas que regulan sus acciones. En el ser humano la razón es la reguladora de estas acciones. Y el ser humano tiende por naturaleza a “obrar conforme a razón, que en las cosas necesarias y en los primeros principios “no admiten excepción Si uno de los principales temas de la filosofía de la Edad Media y de Santo Tomás, es la relación entre la fe y la razón, entre la teología y la filosofía, podríamos decir que el texto es otra muestra más de la coexistencia de ambos campos. Partimos de que Santo Tomás es cristiano, por lo que llega a la filosofía con unos presupuestos que la religión le ha proporcionado. Sabemos por la Biblia que Dios creó al hombre y a todo el universo. El nuevo concepto de creación de la nada. Sabemos porque creemos, tenemos fe en Dios, que se nos revela en las Sagradas Escrituras. La segunda fuente de la verdad es la Tradición. La teología que trata de Dios de lo sobrenatural, y se basa en la fe. Es la ciencia por excelencia de la que la filosofía es su sierva. La filosofía trata de las cosas naturales, “del orden natural” y se basa en la razón humana; ayuda a la teología a esclarecer las verdades de la fe, porque hay verdades de la fe que son alcanzables por la razón, mientras que la teología muestra a la filosofía el camino a seguir en sus investigaciones. Santo Tomás admite la legitimidad de las dos ciencias que tienen sus campos específicos. Hay verdades que solo pueden conocerse por la fe, otras pertenecen al campo de la razón, y unas terceras pueden ser alcanzadas tanto por medio de la fe, como por medio de la razón. La relación entre ambas ciencias es de colaboración mutua. La teología se apropia del lenguaje y de los métodos de indagación filosóficos, mientras que la filosofía tiene una guía a seguir para no equivocar el camino hacia la verdad, hacia Dios, sumo Bien. Todas las acciones humanas deben encaminarse a conseguir este objetivo. No seguirlo es pecado, mal moral. Para cumplir debe seguir la ley natural, presencia en el hombre de la ley eterna, divina, sobre las criaturas. Dios es el origen y el fin de toda criatura y por tanto de los seres humanos. La relación entre Dios creador de la ley natural en el hombre y la propia naturaleza está siempre presente. La ley natural manda hacer el bien y evitar el mal. La razón está capacitada para conocer los preceptos de la ley natural. Dios ha creado al hombre libre. La voluntad humana es libre y tiende por naturaleza al bien, por lo que es responsable de los actos que realiza conscientemente. Las leyes positivas decretadas por los gobiernos deben ser obedecidas siempre que no se opongan a la ley natural. Buscan el bien común, que solo debe buscarse en la paz. Al igual que en la ética en la ontología existe igualmente una concordancia entre razón y fe. Por la razón descubrimos que existen seres de todo tipo en el mundo. Son criaturas de Dios. Dios es el Ser por excelencia; las criaturas son seres que participan del ser de Dios. Por la razón sabemos que las criaturas son contingentes, compuestos de materia y forma, que pueden cambiar. En ellas podemos distinguir la esencia de la existencia, tienen un principio de individuación. Al tener estas características, no pueden ser causa absoluta de sí mismos, por lo que es necesario que exista una causa primera. Esta causa primera de todo es Dios, que es el ser; todo lo demás lo es por analogía. Dios es: necesario, sumamente perfecto, acto puro, inmutable, en él coinciden esencia y existencia. Además de por la fe, también se puede y se debe llegar a demostrar la existencia de Dios por medio de la razón. Rechazado el argumento ontológico de San Anselmo (demostrar la existencia de Dios a partir de la idea de Dios, como el ser más perfecto que el cual nada puede ser pensado, por lo que debe existir, para que no le falte nada), Santo Tomás parte de lo creado por Dios en este mundo para llegar a probar la existencia de Dios. Para ello propone sus famosas cinco vías para la demostración de la existencia de Dios. 1ª.- De la existencia del movimiento a la existencia de un motor inmóvil, Dios. 2ª.-Los seres deben ser causado por una primera causa, Dios. 3ª.- Los seres son contingentes, luego tiene que existir un ser necesario. Dios. 4ª.- Existen diversos grados de perfección en el mundo, luego tiene que existir un ser perfectísimo, Dios. 5ª.- Todos los seres tienden a un fin, que es el propio Dios.