CIRUGÍA ANAL AMBULATORIA Dr. José M. Devesa 1. Justificación. Importante reducción de los costes sanitarios. Multiplica los recursos de los hospitales. 2. Requisitos indispensables. Área del hospital específica acondicionada para cirugía ambulatoria. Cirujano especialista en cirugía anal. Visita y selección previa de los candidatos por los anestesistas. Posibilidad de atención en el domicilio y acceso al hospital y cirujano tras el alta. Entendimiento y aceptación por parte del paciente. Información completa al paciente, previa al tratamiento y tras el alta. 3. Indicaciones Fisura anal. Hemorroides en las que la técnica empleada no conlleve un grado de dolor postoperatorio que se estime importante. Fístulas sencillas. Sinus pilonidal con heridas abiertas pequeñas o cerradas sin drenaje. Hidrosadenitis limitada. Abscesos anales. Lesiones anales benignas. Biopsias. 4. Previo al alta. Estado de conciencia normal. Movilidad de miembros inferiores como es habitual. Dolor soportable. Ausencia de hemorragia. No fiebre. No vómitos tras la reanudación de la ingesta oral. Haber sido capaz de orinar espontáneamente tras las anestesias regionales o vaciar la vejiga mediante sondaje que se retira. Informe de alta completo, en donde se especifiquen el tratamiento y los teléfonos de contacto urgente advirtiendo de los signos o síntomas que pueden ser indicativos de complicaciones inminentes o ya establecidas. 5. Tras el alta. Capacidad de reingreso si es necesario. Contacto telefónico en los días siguientes a la operación. Revisiones periódicas en consulta externa para controlar la evolución hasta el alta definitiva. 6. Las complicaciones más frecuentes son: Dolor. Problemas urinarios. Para reducir la incidencia de retención urinaria son útiles las siguientes normas: 1. Comenzar la intervención con la vejiga vacía; 2. Durante la intervención reducir al mínimo el uso de fluidos i. v.; 3. Evitar el taponamiento y empaquetado anal; 4. Control del dolor postoperatorio con analgésicos no esteroideos; 5. Deambulación precoz. Hemorragia. Impactación fecal. El paciente no debe estar más de 48 horas sin defecar prescribiendo los analgésicos, dieta y laxantes que sean necesarios para conseguirlo. 7. Las dudas y controversias más frecuentes hacen referencia a: ¿Laxantes o astringentes?. En general, tras una cirugía anal de escasa complejidad, es adecuado intentar una evacuación precoz. Curas de la herida: ¿seca o pomadas?. La mejor limpieza es con agua y jabón aplicando a continuación povidona yodada, aunque ocasionalmente pueden estar indicadas pomadas antiinflamatorias, anestésicas o con antibióticos. Si existen suturas es mejor que estén secas para evitar la maceración y dehiscencias. En ningún caso debe usarse taponamientos para evitar una hemorragia si hay dudas acerca de que pueda producirse porque la hemostasia fue incorrecta. Si el paciente sangra antes del alta debe quedarse ingresado en observación durante un tiempo, hasta comprobar que al retirar el apósito ya no sangra o ser llevado de nuevo al quirófano para realizar la hemostasia en condiciones de iluminación y con los medios instrumentales adecuados Dolor postoperatorio: Mórficos ¿si o no?. Por principio, si se cree que el paciente puede necesitar mórficos no debe ser dado de alta o no debía haber sido candidato a este tipo de programación. El dolor en cirugía anal, sólo es difícilmente controlable en determinados pacientes operados de hemorroides, sea cual sea el método o instrumental quirúrgico que se hayan utilizado. Hasta el momento actual no se conoce el analgésico o combinación de fármacos ideal que permitan un postoperatorio feliz a este determinado grupo de pacientes.