[Banesto] Articulo publicado en la revista ReD 25 : Noviembre 1999 : Opini—n : Sociedad http://www.webred.com Copyright (c)1998-99 Info Technologies ----------------------------------------------------------------------------------Internet y globalizaci—n Antes del siglo XX lo material era la base del desarrollo socioindustrial. La manufactura de materiales para construir el mundo era el eje de la sociedad. Las aspiraciones intelectuales quedaban relegadas a unos pocos privilegiados. Por Antonio Montesisnos La aparici—n en escena de la electricidad y con ella los medios de comunicaci—n de masas a principios del s. XX, y su posterior desarrollo, introdujeron una nueva materia prima a la que se pod’a poner precio y as’ engrasar aœn m‡s la maquinaria socioecon—mica: la informaci—n. Esta materia prima no se puede coger con las manos, medir o cortar en trocitos para vender al peso. Se trata de material procesable por el cerebro, informaci—n, datos... material destinado a hacer funcionar la mente, no el cuerpo. "Un documento de 40 p‡ginas se puede enviar de Madagascar a Costa de Marfil, por ejemplo, por mensajer’a en cinco d’as a un coste de 75 d—lares, por fax en 30 minutos y a 45 d—lares o por correo electr—nico en 2 minutos y por menos de 20 centavos, pudiŽndose enviar al mismo tiempo a cientos de personas m‡s sin coste extra. La elecci—n es sencilla, y est‡ ah’".* Las posibilidades que existen hoy de comunicaci—n internacional a bajo coste, de conocer otras culturas y de manejo de la informaci—n en grandes cantidades, desde casa y con relativo control por parte del usuario es comparable a la revoluci—n industrial en su tiempo. Aunque bien es cierto que sobreabundancia de informaci—n no quiere decir ciudadanos mejor formados, las ventajas de poder acceder a un banco de informaci—n cada vez mayor y a un coste descendente son innegables. Pero ante tanto espect‡culo cegador y pirotecnia informativa estamos cayendo en una visi—n sesgada de este asunto. Tan interesante parece (y en realidad es) el espect‡culo, que s—lo estamos viendo la parte delantera del escenario cuando por detr‡s huele realmente a podrido. El andamiaje multicolor al que nos tiene acostumbrado la sociedad occidental no s—lo minimiza, sino que oculta la autŽntica realidad GLOBAL del planeta. Siendo ciertos todos los datos que hablan de una sociedad interconectada, algo falla. Falla que no estamos teniendo una visi—n de conjunto, falla que decimos que el mundo es UNO gracias a las comunicaciones cuando en realidad lo que es UNA es la sociedad occidental, mercantil y capitalizada hasta los dientes. El resto simplemente parece que no existe. Y son mayor’a. "Tailandia tiene m‡s telŽfonos m—viles que todo çfrica. Existen m‡s hosts de Internet en Bulgaria que en todo el çfrica Sub-Sahariana (excluyendo Sur‡frica). Los Estados Unidos tienen m‡s ordenadores que el resto del mundo junto, y m‡s ordenadores per c‡pita que cualquier otro pa’s. S—lo 55 pa’ses disfrutan del 99% del gasto global en tecnolog’as de la informaci—n. La mayor’a de los telŽfonos en los pa’ses en v’as de desarrollo se encuentran en las capitales mientras que la mayor’a de la gente vive en el campo. Las conexiones suelen ser deficientes en temporada de lluvias y el coste de las llamadas muy alto. En muchos pa’ses africanos el promedio del coste mensual de la conexi—n y uso de Internet sube hasta los 100 d—lares (15.000 ptas), en comparaci—n con los 10 d—lares (1.500 ptas) que cuesta en Estados Unidos".* El problema estriba en que las estructuras mercantilistas que sostienen el desarrollo de las tecnolog’as de la informaci—n est‡n montadas en base a un sistema que protege, por encima de todo, a los beneficios antes que a las personas, generando una espiral centrada œnicamente en aumentar los ingresos de los cada vez menos due–os del poder informativo. Una de las armas m‡s eficaces de la sociedad occidental para que la bola de nieve siga creciendo es su mecanismo de penetraci—n ideol—gica, en torno al cual se ha desarrollado una de las industrias m‡s poderosas del momento. As’ las cosas el panorama parece desalentador. La balanza del bienestar est‡ desequilibrada: tiene un plato grande, donde cada vez entra m‡s gente; y otro plato peque–o, donde cada vez hay menos individuos con m‡s dinero, poder y recursos, los mismos que controlan el plato peque–o, el plato grande y toda la balanza. No hace falta que la ONU lo venga advirtiendo cada a–o con sus informes; basta encender la tele, basta ir al cine, basta que te hagan un contrato en una gran empresa, basta salir a la calle para caer en la cuenta que la tierra prometida de la sociedad del bienestar materialista hace aguas por muchos sitios. Con estructura de comunicaciones o sin ella, con Internet o sin ella, con satŽlites o sin ellos, el gran dilema de la humanidad a comienzos del siglo XXI no s—lo es c—mo garantizar la cultura y el acceso al conocimiento, que tambiŽn es importante, sino generar en todos una conciencia global lo suficientemente integradora como para que seamos conscientes de la situaci—n TOTAL, y no s—lo de la parte que nos toca, de que esa situaci—n no es satisfactoria, de que los culpables del desequilibrio entre ESTA parte del mundo y la OTRA, somos precisamente los que vivimos en ESTA y que, de una vez por todas, caigamos en la cuenta de que quienes realmente importan en esta historia somos nosotros, los protagonistas, los seres humanos y todos por igual, de lo contrario tanto avance no sirve de nada. "La informaci—n es s—lo una m‡s de muchas necesidades. El correo electr— nico no sustituye a las vacunas y los satŽlites no proporcionan agua limpia. Los proyectos tecnol—gicos de altas pretensiones ponen en riesgo las prioridades b‡sicas porque les hacen sombra"* * Informe para el Desarrollo Humano de la ONU, 1999 ----------------------------------------------------------------------------------OFERTA ESPECIAL DE SUSCRIPCIîN: Recibe 1 a–o de ReD tan s—lo por 1.995 Ptas. ÁS—lo pagas los gastos de envio!ÁLa revista es gratis! Suscr’bete online en tan s—lo cinco minutos visitando: http://www.webred.com ----------------------------------------------------------------------------------Revista ReD 25 : Noviembre 1999 : Opini—n : Sociedad http://www.webred.com Copyright (c)1998-99 Info Technologies [Image] Convertimos la informaci—n en comunic@ci—n.