AMIGOS Y SERVIDORES DE LA PALABRA 21 noviembre 2009. Presentación de la Santísima Virgen DE LA PALABRA DEL DIA “Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”. (Mc 3,34-35). ¿Cómo vivir esta Palabra? Hoy el evangelio nos plantea veladamente una pregunta: ¿qué quiere decir formar parte de la familia de Jesús? La respuesta la encontramos en la vida de su madre. María era una joven sencilla cuando el ángel Gabriel le comunicó la noticia que iba a cambiar toda su existencia: “El Señor está contigo…has encontrado gracia ante Dios…concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús…Hijo del Altísimo… su Reino no tendrá fin”. Desde el comienzo de su vida, María había gozado de una amistad especial con Dios, porque estaba abierta y deseaba de todo corazón hacer su voluntad. No obstante la gravedad del momento y la grandeza de la propuesta, que ciertamente superaba sus propios proyectos humanos, respondió “Sí” y acogió en su seno al Emmanuel, ‘Dios con nosotros’. A partir de aquel instante, María, como toda madre, siguió los acontecimientos de la vida de su hijo, frecuentemente en la oscuridad y en la incomprensión Una vida de espera que la llevaba siempre más allá de las propias fuerzas, hacia un futuro desconocido pero plenamente aceptado en la fe y en el amor. Desde el nacimiento hasta la muerte en cruz estuvo con Él, gustando los momentos de alegría y sufriendo los momentos trágicos de la pasión, como sólo una madre puede padecer; pero siempre con la confianza de estar en manos de Dios Amor. Para formar parte de la familia de Jesús todo discípulo debería ser como fue María, En mi pausa contemplativa confrontaré mi vida de fe con la de María. ¿Soy capaz de acoger a Dios y de comunicarme con Él en mi interior?¿Creo hacer su voluntad incluso sin comprender totalmente sus consecuencias, también cuando ello requiere la renuncia a mis proyectos o lleva a la incomprensión? ¡Oh, María, el Señor está contigo! Ayúdame a acoger a tu Hijo y a hacer la voluntad del Padre día a día por el bien de toda la familia de Jesús. Palabras de un testigo de hoy ¿Quién es mi madre, quienes son mis hermanos? Jesús intentaba extender a todos sus discípulos las relaciones de familia, de confianza, de ternura, de reciprocidad, no engendradas por sangre ni por carne, sino por Dios. Principio de la Iglesia, primera célula en el don de la recíproca hospitalidad. Ermes Ronchi