X - 13 LIBRO II 10a Parte

Anuncio
UNA COMUNIDAD AL SERVICIO DE LA MISIÓN UNIVERSAL
LIBRO II – 10a PARTE
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS,
3
MANIFESTACIÓN VISIBLE DE COMUNIÓN EN LA IGLESIA
3
COMUNIDAD EVANGELIZADORA, UNA ESCUELA DE VIDA
6
EN COMUNIDAD, NOS ACOMPAÑAMOS Y
APOYAMOS MUTUAMENTE EN NUESTRO CAMINAR
7
COMUNIDAD EVANGELIZADORA,
LUGAR DE MUTUA CONVERSIÓN
7
COMUNIDAD INTERNACIONAL E INTERCULTURAL
AL SERVICIO DE LA MISIÓN UNIVERSAL
8
MARÍA DE LA PASIÓN DESCUBRE EN
LA ORACIÓN EL PERFIL DE UNA COMUNIDAD FMM
8
LA UNIDAD DE LA COMUNIDAD
TIENE SU FUENTE EN LA CONTEMPLACIÓN TRINITARIA
9
VISIÓN DE MARÍA DE LA PASIÓN SOBRE
LA RELACIÓN ENTRE EL CARISMA Y LA COMUNIDAD
11
NUEVO ENFOQUE APORTADO POR EL VATICANO II
12
NOTAS AL FINAL
16
2
UNA COMUNIDAD AL SERVICIO DE LA MISIÓN UNIVERSAL
INTRODUCCIÓN
La comunidad es el crisol donde damos nuestra respuesta a la
llamada, y permitimos al Divino alfarero moldear y formar nuestro
ser misionero.
La comunidad es el lugar donde descubrimos con respeto
profundo la riqueza de nuestro carisma FMM que forma nuestras
actitudes y nos unifica.
La comunidad es el lugar donde aprendemos a vivir
fraternalmente en la búsqueda de la voluntad de Dios.
La comunidad es el lugar donde estamos llamadas a descubrir su
significado mediante la contemplación. María de la Pasión
descubrió su perfil a través de la oración.
Este estudio presenta ante todo la realidad de la comunidad tal
cual se ve hoy, en la Iglesia y desde nuestra comprensión FMM
de esa misma realidad. Después dejamos a María de la Pasión
que comparta con nosotras brevemente sus intuiciones, las que
nos introdujeron confiadamente en la renovación llevada por el
Vaticano II.
LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS, MANIFESTACIÓN VISIBLE DE LA
COMUNIÓN EN LA IGLESIA
La internacionalidad es un don y una responsabilidad. Nos llama
a ahondar incesantemente en la comprensión de nuestro carisma
FMM para vivirlo con una fuerte convicción. 1 Hoy, somos
testigos del fenómeno, fascinante y al mismo tiempo ambivalente,
de la globalización. La Globalización es un proceso irreversible
que apunta a hacer nuestro mundo más humano, más unido, más
3
correlativo, y más consciente de los problemas comunes que
afectan a toda la humanidad. Sin embargo somos también
testigos de su poder destructivo, que afecta la dignidad de la
persona humana2. Necesitamos continuar reconstruyendo
nuestras comunidades evangelizadoras con los valores sólidos
que fluyen de nuestro carisma FMM. Esto nos permite vivir el
impulso a la misión universal con convicción y con una fidelidad
dinámica y creativa.
Las comunidades religiosas están llamadas a ser, dentro de la
Iglesia, una manifestación visible de la comunión, que es el
fundamento de la Iglesia; y al mismo tiempo, ser signos proféticos
de la íntima unión con Dios, a quien amamos sobre todas las
cosas. Están iluminadas por la luz del Evangelio, nutridas por la
palabra de Dios y la Eucaristía; sensibles a los signos de los
tiempos… En un mundo profundamente dividido, dan testimonio
de la comunión de bienes, del amor fraternal, de igualdad y de
reconciliación. Se dedican a ser fieles a las enseñanza de los
Apóstoles y de sus sucesores, y se consagran al servicio de los
pobres; viven en acción de gracias, alabanza, gozo, unión de
corazones y estímulo mutuo, siguiendo el ejemplo de la primera
comunidad cristiana después de Pentecostés. 3
La comunidad religiosa, "en su realidad teológica es un objeto de
contemplación", un misterio de comunión. Su inspiración deriva
de la contemplación del misterio de la Trinidad que nos habita y
de la que debemos ser capaces de ver la luz que brilla en los
rostros de nuestros hermanos y hermanas a nuestro alrededor.4
La comunidad religiosa es animada por el carisma de fundación;
sus miembros están ligados por la llamada común de Dios en
continuidad con el carisma de fundación. La comunidad religiosa
es el lugar donde mujeres y hombres consagrados celebran el
don de su vocación común. Llamados a dar un testimonio
profético de comunión que es la fuente y el fruto de la misión, las
comunidades religiosas animadas por el Espíritu del Señor
4
Resucitado, son enviadas en misión a todo el mundo según sus
respectivos carismas.
Para nosotras, franciscanas, la comunidad evangelizadora tiene
valor intrínseco, es una comunidad de fe, una realidad dada por
Dios y cuya inspiración deriva de la experiencia de la Trinidad, de
un “Dios-comunión” donde cada una se recibe a sí misma como
un regalo del Señor para los demás. Reunidas en su Nombre
para vivir juntas nuestra pasión por la misión, estamos sostenidas
por un mismo espíritu una misma identidad para “ser enviadas” 5
Es un lugar en el que escuchamos atentamente la Palabra de
Dios, donde celebramos la Eucaristía que es "la fuente y
expresión principal del amor y unión que buscamos y deseamos
para nuestra comunidad y nuestro mundo. En la Eucaristía, nos
unimos fuertemente a las relaciones amorosas de Cristo con el
Padre en el Espíritu Santo. Somos atraídas de nuevo al
anonadamiento de Cristo, su misterio de redención permanente.
La Eucaristía nos impulsa a entregar nuestras vidas, llevándose a
cabo una comunión más profunda entre nosotras y entre toda la
humanidad.”6 De la celebración y adoración eucarísticas brota el
dinamismo contemplativo y misionero de toda nuestra vida.
(Const. 3)
Nuestra comunidad evangelizadora es signo y realización de la
fraternidad del Reino.7 Es un camino de fe vivido juntas en la
realidad de las limitaciones humanas, modelada en la Sagrada
Familia en su vida interior y virtudes sólidas. Éstas son la fuerza
de nuestro apostolado. 8 También tiene como modelo María en el
Cenáculo con los apóstoles, que esperan la irrupción del Espíritu
en vista de la misión.9 Un corazón y una alma: a este respecto,
María la Pasión explica : “un corazón y un alma… enraizado en la
humildad." 10 La comunidad lleva el sello de los valores
franciscanos de pobreza y minoridad, basada en la verdad y la
transparencia de las relaciones humanas, una vida totalmente
5
orientada hacia la llamada a la Misión universal. Nuestra
comunidad evangelizadora encarna los diferentes aspectos del
carisma que le da su forma.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
 ¿De qué manera he descubierto el íntimo lazo entre
comunidad y misión?
 ¿Cuáles podrían ser las implicaciones en mi vida y
apostolado?
 ¿He percibido de qué manera la comunidad hace visibles los
aspectos diferentes del carisma? ¿Cuál será mí desafío en el
futuro?
LA COMUNIDAD EVANGELIZADORA, UNA ESCUELA DE VIDA
La comunidad está compuesta de personas reales, que están en
diferentes etapas de su caminar en la vida, con sus dones y
límites; por consiguiente, una comunidad no está completamente
construida y tampoco es un regalo ya preparado, por ello hay que
hacerla nacer y renacer. 11Estamos llamadas a continuar
ahondando nuestras relaciones en comunidad. Como no hemos
escogido a las hermanas con quienes vivimos, nos acogemos
mutuamente como un regalo de Dios. “La internacionalidad de
nuestras comunidades, la diversidad de su estilo de vida y la
inculturación del mensaje evangélico nos invitan a continuas
superaciones; estamos siempre en marcha hacia un amor más
grande y es un largo camino de conversión. Cada miembro de la
comunidad tiene su lugar y su rol”. Para ejercer su rol cada una
está llamada a ejercer sus dones y talentos para la edificación de
todo el cuerpo. 12
6
EN COMUNIDAD, NOS ACOMPAÑAMOS Y APOYAMOS MUTUAMENTE EN
NUESTRO CAMINAR
“Estamos reunidas en comunidad para sacar lo mejor de este
maravilloso caminar y facilitar sus progresos. Nos apoyamos
mutuamente con nuestras palabras, oraciones, y presencia y nos
concedemos el silencio y la soledad que todas necesitamos.
Cada hermana necesita el espacio que le permita ser y crecer en
comunidad de acuerdo con el plan de Dios; esto llama a los
valores de respeto, de acogida y de confianza. Y cuando nos
sentimos desmoralizadas como Elías que se sentó bajo la retama,
mutuamente tomamos el rol del ángel que nos dice: "Levántate y
come, que el camino es superior a tus fuerzas” (1R. 19,7, ) 13
LA COMUNIDAD EVANGELIZADORA , LUGAR DE CONVERSIÓN MUTUA:
Estamos llamadas a entregarnos completamente a Dios,
siguiendo un camino de unión transformadora en el amor. Este
camino no sólo nos da la felicidad del amor y del perdón, sino que
exige mucho de nosotras. Requiere la oración. Tenemos la
oportunidad y el deber de aprender la compasión, de amarnos
unas a otras tiernamente. Aprendemos a ver el encanto de la otra.
Reconocemos nuestra propia maldad, nuestra impotencia,
nuestra incapacidad para comprendernos a nosotras mismas o al
Dios que nos ama y a cuya imagen fuimos hechas. En nuestro
caminar, cada vez más asumimos la mente de Cristo que se vació
de sí mismo. Aprendemos a no aferrarnos a nada, a no retomar
nada. 14
La vida de comunidad, vivida en su plenitud, es una auténtica
escuela de vida donde aprendemos a ser “verdaderas expertas
en comunión y a vivir la respectiva espiritualidad como testigos y
artífices de aquél ‘proyecto de comunión’ que constituye la cima
de la historia del hombre según Dios” 15
7
COMUNIDAD INTERNACIONAL E INTERCULTURAL AL SERVICIO DE LA
MISIÓN UNIVERSAL
María de la Pasión, siendo de su tiempo, no empleó el concepto
de comunidad intercultural, sin embargo prestó gran atención en
promover la calidad de las relaciones entre sus hermanas, debido
a la diversidad de su raíces culturales. La internacionalidad era
para ella un aspecto importante del carisma fmm como lo es hoy;
esto significaba la integración de todas las nacionalidades en una
auténtica fraternidad. María de la Pasión destacó el valor de la
internacionalidad y del respeto debido a cada cultura. “En las
partidas para las fundaciones, busca en la medida de lo posible
integrar el grupo con religiosas de diversos países." 16
MARÍA DE LA PASIÓN DESCUBRIÓ EN LA ORACIÓN EL PERFIL DE UNA
COMUNIDAD FMM.
María de la Pasión no buscó definir o analizar teóricamente el
concepto de vida comunitaria, vivió esta vida en medio de sus
hermanas. No obstante la rápida expansión de las comunidades
del Instituto y sobre todo la amplitud de sus horizontes, la han
llevado a trazar en sus escritos legislativos y espirituales así como
también a través de su correspondencia, el perfil de una
comunidad evangelizadora, tal como la descubre en la oración y
en su la amplia experiencia.17
Como hermanas, tenemos que construir la unidad de la
comunidad aceptando las tensiones y mediante el perdón mutuo:
"Que nunca guardemos en nuestro corazón algo contra nuestras
hermanas o contra cualquiera. Aunque nosotras hayamos sido
heridas ¿qué importa si damos el primer paso? " 18El espíritu de
familia y la caridad eran valores indiscutibles para María de la
Pasión: “Nos hemos extendido increíblemente en estos últimos
siete años, y puedo testificar que, incluso en las misiones más
8
alejadas de mí, el espíritu de familia y la caridad, tesoro sin
precio, están más que nunca entre nosotras. Rezad
ardientemente para que no se escape de nosotras”.19
Llamada a discernir juntas la voluntad de Dios, la vida de
comunidad es un camino de fe; un largo camino en el que
caminamos juntas como hermanas; cada una lleva la riqueza de
su ser, sus talentos, su historia y también sus límites: “cada una
tiene un lugar especial en el designio de la Verdad que es la
Sabiduría de Dios, encarnada por nosotros…
Sería una comunidad muy feliz si cada una buscara renovar su
mente… para corresponder al proyecto particular que Dios tiene
para ella.” 20 En la búsqueda de la voluntad de Dios María de la
Pasión insistió en salvaguardar la armonía de los espíritus y
corazones; manteniéndose en comunión con la autoridad.
Exhorta a cada hermana a una participación activa y a hacer su
trabajo completamente y bien, aportando sus dones y talentos, y
el resultado será magnífico: “Daremos fruto abundante, no sólo
para nuestras propias almas, sino para las de otros muchos. La
unión es la fuerza. Cada una en comunidad tiene algún don
particular; si todas trabajamos juntas, se podrán utilizar los
diferentes talentos de cada una y nuestro trabajo será perfecto.
Una siembra, otra riega, mientras otras sufren y oran para obtener
las bendiciones de Dios" 21
LA UNIDAD DE LA COMUNIDAD TIENE SU FUENTE EN LA
CONTEMPLACIÓN TRINITARIA.
La internacionalidad de las comunidades es parte integrante de la
misión evangelizadora. Es un signo de universalidad en la unidad
que transciende los lazos naturales, forja la unidad partiendo de la
base espiritual: llama a vivir el mismo carisma y el envío a la
misma misión. María de la Pasión subraya su riqueza, y su
testimonio de caridad sin fronteras. El concepto de unidad está en
9
el centro de la espiritualidad de María de la Pasión, que está
profundamente arraigada en la unidad Trinitaria, y que impregnó
su acción como Fundadora, y enseñó a sus hijas cómo
pertenecer y adherirse al Cuerpo.
La unidad del Instituto tiene una dimensión teológica y mística.
María de la Pasión la ve en la imagen del Cuerpo cuyos
miembros son animados por el Espíritu Santo. El Padre es fuente
de toda unidad, el Ser “de quien todo procede”, todo el amor y por
consiguiente toda la unidad, porque no hay unidad excepto en el
amor. Este amor desciende hacia nosotras a través de la misión
del Hijo que se une a la Iglesia, y por la efusión del Espíritu…
"Todo lo que proviene de la unidad amor, todo vuelve a la unidad
amor, que se fusiona a la unidad, amor" (NS 180). “No olvidemos
nunca que hemos sido llamadas a formar un solo cuerpo y
sepamos agradecerlo" (MD 724) - Pidamos al Espíritu Santo que
nos mantenga en la unidad, para que pueda gobernarnos como a
miembros dóciles… " (MD 813). En su visión contemplativa
desarrolló la sed de la unidad, su deseo era hacer del Instituto el
cuerpo donde se refleja la comunión Trinitaria.22
Con el fin de construir la unidad, se da importancia a la
comprensión y respeto mutuos, a la verdad en las relaciones, al
sacrificio de sí misma y al olvido de sí para purificarse del
egoísmo humano. La unión de corazones y de almas es para ella
la actitud más importante en un Instituto dedicado a la misión
universal. María de la Pasión recomendaba incesantemente a sus
hermanas que intentaran vivir la pobreza según el espíritu de
intendencia tan querido por San Francisco. La pobreza también
se expresa en “un gran respeto por el bien de la comunidad”
velando para no dejar que “se pierda o deteriore”, porque es “el
bien de Nuestro Señor mismo” 23 La Sagrada Familia de Nazaret
es el modelo de la vida interior y también de vivir la pobreza día a
día con el trabajo de sus manos.
10
VISIÓN DE MARÍA DE LA PASIÓN SOBRE LA RELACIÓN ENTRE CARISMA
Y COMUNIDAD
María de la Pasión percibe profundamente la relación entre el
carisma y la comunidad. La comunidad religiosa es, por
excelencia, el marco donde se vive y se transmite el carisma. Es
primeramente en comunidad donde el carisma tiene que florecer y
dar frutos. Nuestra responsabilidad es la de asimilar e integrar
sus valores y diferentes aspectos; por ello somos enviadas para
cumplir nuestra misión en la Iglesia y en el mundo conforme a
nuestra característica.
María de la Pasión se mostró solícita en formar, adiestrar, y
cultivar el pequeño grupo de las primeras comunidades, porque
ellas eran la semilla de las comunidades futuras del Instituto.
Quiso infundir en ellas el espíritu del Instituto que se caracteriza
por “una regularidad, caridad, obediencia, humildad, un fervor y
un espíritu de oración que de vosotras pase a todas las que os
seguirán”24 Recordaba a las hermanas de una nueva comunidad
que tenían una gracia especial y también la responsabilidad de
crear fervor y fidelidad en esta casa, que después sería como
ellas la habían formado.
Estas primeras comunidades se impregnaron de su carisma y
ellas lo transmitieron a las generaciones futuras. En una de sus
conferencias a las religiosas de Lisboa, el 17 de septiembre de
1902 dijo: “Las comunidades que viven en tiempo de la
Fundadora, decía ella, son también fundadoras, puesto que el
Instituto recibirá de ellas el espíritu que tendrán más tarde.” 25
Madre Fundadora era el corazón de la comunidad: “Allí donde
está, “se da, se hace toda a todos íntegramente en el instante
presente”, reservando a cada una, desde la joven postulante
hasta las superioras, el tiempo necesario”. Los Diarios de las
casas más antiguas del Instituto, nos dejan entrever el ambiente
11
de gozo familiar que envuelve estas permanencias. Desde la
llegada expresa el deseo de que su permanencia sea “fuente de
gracia y de recogimiento y no de disipación. Sobre todo busca
“comunicar este fuego” que arde en ella, en las conferencias o en
esas “preparaciones de la tarde” que “se hubieran quedado
escuchando toda la noche”.26
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN
La vida de comunidad ¿cómo es fuente de impulso para realizar
mi vocación FMM?
¿Cómo puedo responsabilizarme de transmitir el carisma a las
futuras generaciones FMM?
¿Cuál es mi comprensión de: vivir la pobreza en espíritu de
intendencia?
NUEVO ENFOQUE QUE APORTA EL VATICANO II
La visión de María de la Pasión sobre la vida de comunidad
estaba en armonía con la teología de su tiempo; muchas
generaciones de Franciscanas Misioneras de María
han
compartido fielmente su visión; y a su vez nos han transmitido
esta tradición. Cuando empezamos a dar la respuesta a la
llamada del Vaticano II, las FMM extendidas por todo el mundo,
echando una mirada retrospectiva a nuestros orígenes, hemos
comprendido que “nos hallamos ante una larga y viva tradición de
gracia y fidelidad de Dios para con nuestro Instituto; sobre los
cimientos colocados por una multitud de mujeres santas que han
seguido esta llamada específica de nuestro Dios, nuestras
hermanas, que nos han conducido hasta donde estamos hoy. Nos
sentimos favorecidas y amadas por nuestro Dios, enriquecidas
por el pasado, y sin duda, desafiadas tanto por el pasado como
por el futuro.”27 Favorecidas como éramos con una tradición rica,
12
entramos progresivamente en la renovación lanzada por el
Vaticano II, siguiendo el carisma.
Antes del Vaticano II, el estilo de vida de la mayoría de las
comunidades era monástica. Las hermanas vivían en
comunidades grandes consagradas a las obras del Instituto. El
paso del estilo de vida monacal al nacimiento de fraternidades o
comunidades pequeñas se hizo gradualmente, sin embargo el
proceso fue generador de vida con sus altos y bajos. Hemos
pasado por un período de transición y de estudio profundo del
carisma para responder a los requisitos de Vaticano II. El Capítulo
General de 1984 amplió la visión de las comunidades pequeñas ,
que hoy son consideradas como comunidades evangelizadoras al
servicio de la misión universal.
El proceso que lleva al nacimiento de una comunidad
evangelizadora parte de finales de 1960, cuando el Instituto dio su
aprobación para comenzar las primeras comunidades o pequeñas
fraternidades insertadas entre la gente.
Capítulo general de 1972-73
El cambio del estilo de vida monacal a una comunidad fraternidad evangélica fue sorprendente. Muchas provincias
adoptaron el estilo de comunidades o pequeñas fraternidades.
Consejo General Plenario de 1976: El Dinamismo del Amor; pág.
75-78
La vida de comunidad se vuelve más exigente porque pide
construir relaciones interpersonales, lo que implica el compromiso
a una participación activa en la construcción de la comunidad.
Capítulo general de 1978
13
Informe de Alma Dufault, fmm referente a la comunidad: pág. 168
- 176 La comunidad como signo de unidad en un mundo dividido
La multiplicación de fraternidades – pequeñas comunidades,
impulsa a los miembros de la comunidad a una llamada a crecer
en corresponsabilidad.
Consejo General Plenario de 1982
Alma hace unas preguntas concretas que interpelan:
¿Qué hago yo, junto con las hermanas que Dios me ha dado,
para construir una comunidad de fe, una comunidad edificada en
torno a Cristo, Palabra y Eucaristía – Se realiza una conversión
mutua? - pág. 300
Capítulo general de 1984
El tema del Capítulo: Nuestra Misión FMM hoy y mañana: Como
comunidad evangelizadora, ¿cómo podemos dar una respuesta
profética al grito del pobre y a los desafíos del mundo de hoy? La
comunidad auténtica es, en sí misma evangelizadora. - pág. 351
La importancia de elaborar y evaluar el proyecto comunitario y su
impacto en la vida de la comunidad. p. 352 - 353
Maura O Connor, FMM,:
Carta general nº 22. 2 de agosto de 1989, p.130
Carta general nº 24. 3 de junio de 1990; p. 143
Capítulo general de 1990: Nuestra presencia profética en el
mundo - 1984-1990
La Comunidad. - pág. 284 – 287 Construir la comunidad es un
proceso que dura toda la vida
Nuestras comunidades se
vuelven más sanas y lugares más agradables de vivir; hay una
mejora en nuestra capacidad de dialogar (5.1).
14
Sin embargo la calidad de vida en nuestras comunidades locales
sigue siendo una de las mayores debilidades; (5.2)
La calidad de nuestra vida comunitaria y nuestra convicción y
compromiso en ella, a menudo influencian a otras en su decisión
para entrar en el Instituto. (5. 6)
Consejo general plenario 1994
Puso el acento en el equilibrio entre la vida de Comunidad y la
Misión.
Capítulo general de 1996
Leer: 1. 3.; 3. 3. 3.
LECTURAS
Alma Dufault, FMM, Superiora general: En la dinámica del amor, Cartas
generales 1972 -1984
Juan Pablo II, Vita Consecrata: Capítulo II ‘Signum fraternitatis’ en
comunidades fraternas “Congregavit nos in unum Christi amor.”
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de
Vida Apostólica. 1994
Para una lectura de… capacidad de hacer comunión en el Espíritu: NS
207: MD,650; CR/1, 109; MD 813; P 101
La Eucaristía vínculo de la vida comunitaria: MD 724; NS 180, p.101102.
A la escucha de la Palabra: NS 68, p.103
Relaciones marcadas por el respeto y la atención fraternal: MD 616;
CR/2, 262,; CT/1, 42,; pág. 108.
El perdón mutuo: MD, 724,; MD 277, MD, 11,; MD,835; CR/1,42; p.113114.
Apertura a lo universal: CR/1, 76,; JO, 651,; p.118-119 etc.
15
NOTAS
1 Maura O'Connor, FMM. Un Pentecostés Permanente – Cartas- Escritos Generales 1984-1996; pág. 407.
2 Cf. Christiane Mégarbané, FMM, Sup.Gen. “… Si conociéras el don de Dios…” 1. 1.5; 1. 2.3
3 Cf. El Amor fraternal en la Comunidad. “Congregavit nos in unum Christi amor”. Congregación para los Institutos de
Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. 1994. Art.10;11 y Actas 2, 42-47; 4, 37.
4 Cf. Caminar desde Cristo: Un renovado compromiso de la Vida Consagrada en el Tercer Milenio. CIVCSVA. Roma,
Mayo 2002.Art.28
5 Christiane Mégarbané, FMM. Del mundo a este mundo. Encuentro de Maestras de Novicias. Grottaferrata; septiembre
1997. Sección:… En comunidades de fe…
6 Maura O’Connor, FMM. Un Pentecostés permanente; p.459, 8.5; 8.6
7 Franciscanas Misioneras de María. Un Servicio en corresponsabilidad. La responsable local; Grottaferrata 1989, p.9
8 cf. CT/1,129; JO,237
9 cf.NS, 68; Actas 1,14.
10 cf. Actas 4: 32; CS 11; MD 616;JO,420
11 Cf. Christiane Mégarbané, FMM Op. cit… en Comunidades de fe
12 Un servicio en corresponsabilidad, La responsable local. Grottaferrata, 1989; p.10
13 Cf. Rose Hoover, RC. “Why do we gather? A journey Together. Review for Religious. Quarterly 66.1 2007; p.62
14 Cf. Rose Hoover, RC: Op. cit. p.16
15 Vita Consecrata nº 46
16 El Instituto, Un apóstol enviado de Dios… p. 46
17 Idem p. 39
18 MD, 835
19 JO, 720
20 MD, 96
21 MD, 245
22 Carta al P. Rafael, 28 Marzo 1893
23 El Instituto, un apóstol enviado de Dios… p. 53
24 Carta de María de la Pasión a las Misioneras de María en Saint-Brieuc y Châtelets, 5 de Septiembre 1880. El
Instituto, un apóstol enviado de Dios. La Sorgente 1986, p.15
25 El Instituto, un apóstol enviado de Dios… p. 27
26 Idem p.20
27 Maura O’Connor FMM, Un Pentecostés permanente, p.407 - 408
16
Descargar