XXII Congreso de la SECOM El autotransplante de músculo permite recuperar la sonrisa a pacientes con parálisis Dos de los mayores expertos internacionales en cirugía reconstructiva de la parálisis facial, los doctores Takushima y Biglioli, estarán presentes en SECOM El grado de incomodidad que la población general siente ante un paciente con parálisis facial sólo es comparable al de un enfermo psiquiátrico, según los expertos Córdoba, 7 de junio de 2013. Una nueva técnica de autotrasplante de músculo permite a los pacientes con parálisis facial recuperar la sonrisa, según los expertos reunidos en el XXII Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), que se celebra estos días en Córdoba. “Los últimos avances en reconstrucción microquirúrgica nos permiten tratar las parálisis faciales de larga evolución y conseguir que los pacientes recuperen la sonrisa perdida”, explica la doctora Susana Heredero, del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. La técnica consiste en “trasladar un músculo inervado y vascularizado desde una zona del cuerpo del propio paciente, como puede ser la espalda o el muslo, a la cara, en uno o dos tiempos quirúrgicos”, indica la doctora Heredero. El principal objetivo de esta reconstrucción es sustituir la función perdida “y sobre todo recuperar la capacidad de sonreír, así como la simetría, el parpadeo o el movimiento de los músculos de la cara”, añade. Un estudio realizado por uno de los mayores expertos en estas técnicas, el doctor japonés Akihiko Takushima (presente en SECOM), ha permitido comprobar como “el trasplante del músculo consigue un movimiento sincronizado de las mejillas al sonreir”. La investigación será publicada en el mes de julio en la revista Journal of Plastic, Reconstructive and Aesthetic Surgery. Los principales síntomas de una parálisis facial son “la asimetría facial, pérdida de la sonrisa y de la movilidad de la musculatura de la cara, pérdida de la protección corneal, intolerancia a los ruidos fuertes y la alteración del lagrimeo, la salivación y la comunicación no verbal”, resume la doctora Heredero. Técnicas como el autotrasplante de músculo, permiten su tratamiento consiguiendo mejoras en “la simetría, la sonrisa, la función muscular, la calidad de movimiento, y, en definitiva, la calidad de vida de los pacientes”, explica Este y otro tipo de técnicas deben ser llevadas a cabo “por equipos multidisciplinares especializados, entre los que se incluyen cirujanos orales y maxilofaciales o cirujanos plásticos, otorrinolaringólogos, oftalmólogos y médicos rehabilitadores, entre otros especialistas, para poder ofrecer las mejores opciones terapéuticas al paciente”, explica la doctora Teresa González Otero, cirujana maxilofacial del Hospital Universitario La Paz de Madrid y miembro de la Unidad de parálisis facial de dicho centro. Consecuencias sociales y psicológicas La parálisis facial puede tener “importantes consecuencias sociales y psicológicas para el paciente. El grado de incomodidad que la población general siente ante un paciente con parálisis en la cara sólo es comparable al que sienten con un enfermo psiquiátrico y mucho mayor que el que reflejan en casos de sordera, ceguera o de personas que circulan en silla de ruedas”, indica la doctora González Otero. La parálisis facial más frecuente es la de Bell o Idiopática, sin origen detectable, que representa entre el 50 y el 70% de todas las parálisis faciales. “La segunda causa son los traumatismos y la tercera el herpes zoster, aunque también puede deberse a enfermedades congénitas, tumores o enfermedades cardiovasculares”, apunta la doctora González Otero. Es importante que las lesiones quirúrgicas, traumáticas o infecciosas del nervio facial “se sometan a una intervención quirúrgica a tiempo, pues cuanto antes se traten mejores serán los resultados obtenidos". Para más información: Carlos Mateos/Rocío Jiménez. COM SALUD Tels.: 91 223 66 78/ 685 53 68 16