COMPETENCIAS COGNITIVAS Y LAS NUEVAS PRUEBAS DEL ESTADO (ICFES-ECES) Los resultados de las pruebas del ICFES en marzo del 2000, fueron determinantes para diagnosticar el estado actual de la Educación en Colombia. En estas pruebas ningún estudiante obtuvo más de 70 puntos, el 1,33% de los estudiantes obtuvo puntajes por encima de 50 puntos y el 80% de los alumnos no superó los 50 puntos en cada una de las pruebas. Lo anterior proporciona evidencias que demuestran que la mayoría de nuestros estudiantes se encuentran preparados bajo un modelo educativo de corte informativo- memorístico, que contribuye muy poco al desarrollo integral de los sujetos implicados en dicho proceso. Los nuevos exámenes del estado tienen como objeto de evaluación las competencias cognitivas de carácter lingüístico, comunicativo, matemático y científico, que tienen los estudiantes en los diferentes campos del saber; en lugar de la evaluación tradicional que se hacia antes, en las que el objeto de evaluación eran los conocimientos y las aptitudes de los estudiantes. La aptitud en este sentido es una predisposición para aprender, que no genera aprendizaje, mientras que las competencias cognitivas si tienen que ver con el desarrollo de las habilidades del pensamiento, en la que los procesos mentales que allí ocurren hacen posible el conocimiento y el pensamiento. En los exámenes de calidad para la Educación superior( ECES) y las pruebas formales del ICFES lo que el estado pretende evaluar es el “saber hacer contextualizado”, en las diferentes áreas del conocimiento. Para esto el gobierno recurre a una medición cuantitativa de acciones que tienen que ver con procesos interpretativos-argumentativos y propósitivos que requieren de estrategias didácticas y currículos diferentes a los que actualmente existen. Este nuevo reto, implica que tanto los profesores como los estudiantes deberán de comprender como funciona el cerebro humano y específicamente los procesos interiores que tienen que ver con la interpretación y la argumentación Esto requiere de una nueva reforma, pero al pensamiento, en la cual la misión de la nueva escuela del siglo XXI debe de ser la de propiciar un modelo de enseñanza basado en el paradigma de la comprensión. Desde esta óptica la comprensión significa intelectualmente aprehender en conjunto y no en forma fragmentaria como nos tiene acostumbrados la escuela tradicional. De otra parte comprender no es explicar ni describir, sino que es un acto que requiere de pasión, de asombro, de empatía, de identificación, de amor y de proyección por lo que hago. Educar para comprender un dominio experiencial, o cualquier disciplina es una cosa que aparentemente no es tan difícil como educar para comprender la complejidad humana. He ahí la gran paradoja que tendrá que resolver la nueva escuela. El estudio de las competencias en el horizonte educativo colombiano, lleva más de una década de discusión, como parte de una política educativa de tipo global que se ha venido consolidando en América Latina. Desde la ley general de la educación (1.994), se ha consolidado este proceso en forma operativa a través de los diferentes estamentos del estado. Esto se ha hecho tomando como referente algunos planteamientos hechos por la misión de ciencia, educación y desarrollo, que entre otras cosas propusieron la evaluación de competencias básicas en la lectura y la escritura y la producción de textos. A partir de esto el M.E.N. ha venido construyendo un paquete de pruebas del estado al finalizar el grado noveno de educación básica, las pruebas del ICFES para bachilleres y otra serie de pruebas a nivel universitario que se harán en Octubre y Noviembre de este año para los estudiantes de último año de ingeniería Mecánica y Medicina. Este enfoque de competencias también ha sido aplicado en varios países a nivel mundial entre los cuales se encuentran España; Francia, Inglaterra y Australia entre otros. En Colombia las áreas que inicialmente fueron objeto de este tipo de evaluación por competencias, fueron las áreas del Lenguaje, las Ciencias y las Matemáticas, posteriormente se concretaron pruebas no solamente en estas tres áreas, sino en las Ciencias Sociales y en problemáticas contextualizadas de la realidad nacional. Al respecto también conviene señalar la asociación o correlación estrecha existente entre la política estatal de evaluación por logros que actualmente rige a nivel educativo y la problemática de las competencias cognitivas. En este sentido un indicador de logro, es un desempeño en el hacer y estos no son más que la cristalización de las competencias. En síntesis la competencia cognitiva es un saber-hacer que todo ser humano adquiere por vía educativa en un determinado campo, que siempre es diferente en cada sujeto y que sólo es posible identificar y evaluar en la acción misma. Se trata de un dominio experiencial acumulado de experiencias cotidianas formales e informales de distinto tipo, que le ayudan al ser humano a desenvolverse en la vida práctica y a construir un horizonte social-cultural que le permitirá vivir en comunidad, para lo cual el mero saber cotidiano no basta, sino que es necesario el “saber hacer”, o inteligencia procedimental que le permitirá actuar con inteligencia en diferentes contextos, para solucionar problemas en especial relacionados con el conocimiento . Es necesario aclarar que la problemática de la competencia no tiene que ver con la competitividad en el ámbito de la calidad de la educación o de la calidad del mercado. En consecuencia, podríamos argumentar que las estructuras mentales, como procesos ligados al pensamiento humano permiten la formación de competencias cognitivas que hacen posible el conocimiento. Lo anterior con el propósito de producir una serie de comportamientos en el terreno “de pensar” y “del hacer”. De esta forma, estas competencias cognitivas tiene que ver con el funcionamiento del cerebro-menteconciencia, tríada esta que conduce a la solución de problemas dentro de un escenario cultural específico. La competencia desde esta perspectiva, es una condición necesaria para fortalecer el desarrollo social y cultural en términos de ética y equidad, en donde el desenvolvimiento en la vida práctica le permitirá al sujeto a través de la interacción social, entender el concepto de unidad y de interdependencia, para comprender la necesidad de una solidaridad intelectual y moral de la humanidad que elimine radicalmente el estado caótico actual de nuestra sociedad. En conclusión, es indispensable “apostarle” a una nueva visión de la educación, entendida como el acto más grande de cooperación que debe de existir, como un proceso de conmiseración recíproca de uno para el otro de todos para todos, en el cual si yo comprendo la complejidad del otro, lo ayudo en toda su magnitud, pues en últimas la educación debe crear ambientes de aceptación, para entender al otro en su singularidad y colectividad. Al mismo tiempo, es necesario mirar y comprender al otro sin evaluarlo, pues solo describiéndolo sin utilizar juicios de valor, podemos entender al otro como parte de una totalidad, como nos dice magistralmente Krinshnamurti “Yo soy el mundo”. CARLOS ALBERTO JIMÉNEZ V. Escritor e innovador de procesos Pedagógicos alternativos alrededor de la Neuropedagogía, la Creatividad y la Lúdica