Título: El futuro de la planificación estratégica de Recursos Humanos. Autor: Alfonso Garrido-Lestache González (DNI: 04181247-P) Resumen: A pesar de la importancia que se atribuye actualmente a la gestión del capital humano y de la creciente cantidad de recursos económicos que a ello se destinan, no ha existido tradicionalmente una utilización significativa de los sistemas o herramientas disponibles ni suficiente desarrollo de otras nuevas para la toma de decisiones. Se propone una metodología que permita conjugar cuatro planos: la ejecución de la estrategia, la gestión del cambio como mejora continua de la organización, la gestión administrativa de los aspectos referentes a las personas y la promoción de la capacitación y la motivación de los empleados. Al tiempo, el método aporta la capacidad de ordenar información dispersa y heterogénea, clasificarla en categorías universales (inductores) relacionadas entre sí y reflejar, en un modelo simplificado, la complejidad de las fuerzas que interactúan en los aspectos de satisfacción en la organización y de eficiencia en los procesos y sus mediciones (indicadores). EL FUTURO DE LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA DE RECURSOS HUMANOS En la era de la gestión empresarial, es frecuente que el área de Recursos Humanos tenga tendencia a sufrir un complejo de inferioridad frente a otras (por ejemplo, el área financiera o la comercial) para realizar la planificación de sus actividades. Este complejo de inferioridad tendría su plasmación en las dificultades a la hora de tener influencia positiva en la toma de decisiones estratégicas por parte de la Dirección de la Compañía en el ejercicio de sus responsabilidades e, incluso, en su propio ámbito de gestión, en el momento de priorizar unos planes de acción sobre otros. La razón más evidente es que, al contrario de lo que ocurre en aquellas áreas, es difícil y laborioso plasmar numéricamente la eficiencia de las iniciativas, tanto en el aspecto de “inversión” –dineraria: gastos directos e indirectos; de tiempo y esfuerzo; de imagen; de riesgo; incluso de coste de oportunidad o de lucro cesante- como en lo que respecta a los “ingresos” obtenidos, que son de naturaleza intangible y valorables en el medio o largo plazo. Este fenómeno se repite frecuentemente en la generalidad de las organizaciones, con independencia de su tamaño, sector y características. Sin embargo, esta situación produce una paradoja reseñable: a pesar de la importancia que se atribuye actualmente a la gestión del capital humano y de la creciente cantidad de recursos económicos que a ello se destinan, no ha existido tradicionalmente una utilización significativa de los sistemas o herramientas disponibles ni suficiente desarrollo de otras nuevas para la toma de decisiones que día a día ganan en importancia por su contribución a los objetivos estratégicos y por el desembolso que suponen sobre el porcentaje de gastos totales de una compañía. Hagamos un breve análisis sin ánimo de exhaustividad - probablemente, excluyendo de manera injusta a muchos- de varios de estos sistemas o herramientas sobre una clasificación “ad hoc” para enmarcarlos en la reflexión que propone este artículo. El futuro de la planificación estratégica de Recursos Humanos 1/11 A. Los indicadores de medida individual basados en ratios financieros: Ejemplos serían el ROI (return on investment), el VAN (Valor Añadido Neto), el TIR (Tasa de Interés Resultante), el “Pay-back”, etc. El empleo de estos indicadores se ve mermado por la dificultad de valorar el “retorno” del gasto e identificar sus elementos, así como aislarlo de otros factores (ingresos extraordinarios, disminución de gastos, mejora de la eficacia, etc). En el ámbito de la medición de la eficacia de la inversión en la formación se han desarrollado diversos modelos, sin que ninguno de los cuales, a día de hoy, se haya generalizado y estandarizado. Como sugerencia de consulta, destacaría el desarrollo del “ROI of Management Training and Development” de la European Foundation for Management Development (2002). B. Los sistemas de medición global de la función: balances de intangibles (Intellectual Assets Monitor de Sveiby), medición del capital intelectual o intangible (Navigator de Skandia Company, de Edvinson y Malone; Modelo Intelect (Euroforum); memorias sociales o de capital intelectual , modelo Global Reporting Initiative, etc. Si bien la génesis y la naturaleza de estos modelos no es la misma, sí comparten la visión de reflejar de manera sistematizada un cúmulo de elementos reales pero intangibles, que son capaces de general valor pero cuya “liquidez” es difícil de justificar, que cobran importancia creciente en nuestra economía cada vez más basada en investigación, desarrollo e innovación y en la excelencia en el servicio al cliente, en la que el análisis fundamental demanda información más amplia y transparente de las capacidades internas y de la gestión de las organizaciones, como indicadores adelantados del desempeño futuro de las mismas. C. Los instrumentos y sistemas de alineación con la estrategia: Cuadro de Mando Integral, de Kaplan, R. S. y Norton, D. P. y modelos de excelencia o calidad empresarial. Representan modelos y directrices de valor indiscutible, sobre las que otras herramientas y metodologías pueden contribuir a la puesta en práctica de las propuestas más generales realizadas en estos modelos. Lo que se propondrá en las líneas que siguen es una metodología para la planificación estratégica en el ámbito de la gestión del Capital Humano basada en muchos de los principios inspiradores de las formulaciones antes mencionadas y complementaria de éstas. PROPUESTA PARA LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA DE RECURSOS HUMANOS Para la propuesta que se va a realizar en estas líneas, vamos a considerar un caso práctico: El futuro de la planificación estratégica de Recursos Humanos 2/11 La Compañía A ha formulado sus planes estratégicos plurianuales y anuales y los ha desplegado en objetivos para las distintas áreas y niveles de la organización. Se encuentra en un sector estable y no existen nuevos acontecimientos externos o internos reseñables. Es una empresa consolidada, por lo que su misión, valores y cultura empresarial están perfilados, alineados entre sí y son generalmente compartidos por todos los integrantes de la organización. El Director de (el área de) Capital Humano debe presentar la planificación de acciones del área para el corto y medio plazo teniendo en cuenta los objetivos que se han determinado. Adicionalmente a los requerimientos derivados de estos objetivos, desea hacer un análisis de otras necesidades existentes, partiendo de la información obtenida por las siguientes vías: Estudio bianual de satisfacción de empleados. Círculos de Calidad que se desarrollan periódicamente en la organización en el ámbito del Sistema de Gestión de la Calidad. Entrevistas personales y reuniones grupales realizadas con distintas personas y niveles de la organización por una consultora especializada que aportan información cualitativa. Los objetivos están formulados en términos de eficacia: índices numéricos y porcentuales y logro/no logro de resultados. Los datos obtenidos por el resto de vías señaladas son menos concretos: expresan tendencias, ideas y sugerencias, quejas, ejemplos, aspiraciones, etc. Siguiendo a Ulrich, consideremos que la función de Recursos Humanos tiene que ser capaz de conjugar cuatro planos: la ejecución de la estrategia, la gestión del cambio como mejora continua de la organización, la gestión administrativa de los aspectos referentes a las personas y la promoción de la capacitación y la motivación de los empleados. Por ello, el dilema al que se enfrenta el directivo a la hora de formular los planes a emprender y las prioridades entre los mismos es que debe sumar, restar, multiplicar y dividir unidades de distinta naturaleza; convertir elementos heterogéneos en homogéneos; desbrozar lo accesorio de lo principal; separar las causas de los efectos; dilucidar las múltiples conexiones entre los elementos con los que opera. Y no sólo debe hacerlo, sino que además debe ser capaz de convencer a los demás una vez lo haya logrado. Hemos llegado al planteamiento de la necesidad: el directivo se hace la siguientes preguntas: ¿cómo puedo hacerlo?; ¿es posible crear una metodología específica?; ¿podría ser la misma aplicable a todas las organizaciones? También se ha planteado una segunda necesidad relacionada con la primera. Para ello – para convencer-, el directivo deberá evitar la tentación de que el proceso se realice con la utilización abusiva de un sistema similar al de la “caja negra”: los datos entran por un lado de la habitación y salen por el otro convertidos en resultados, pero nadie tiene acceso a la habitación ni conoce cuáles son los procedimientos científicos y técnicos que se han aplicado para la obtención de los mismos. Como consecuencia, el El futuro de la planificación estratégica de Recursos Humanos 3/11 sentimiento de identificación con dichos resultados y la motivación hacia el logro de los mismos y a la puesta en marcha de las acciones propuestas no será el óptimo. A continuación se propone la metodología a seguir: metodología TRUST para la planificación estratégica (gráfico 1). Continuando con los acontecimientos narrados en nuestro ejemplo, el directivo deberá: 1. Identificar los conceptos mediante un diccionario de inductores. 2. Establecer las prioridades de los objetivos de actuación mediante un mapa de interrelación de inductores. 3. Definir las acciones a emprender. 4. Emplear herramientas complementarias para la redefinición de prioridades 5. Medir: cuadro de mando integral o cuadro de mando del área 6. Comparar frente a organizaciones líderes: benchmarking de RRHH. Identificación de los conceptos mediante un diccionario de inductores. Definamos un inductor: es un concepto organizativo relevante desde el punto de vista de la gestión empresarial que puede ser medido total o parcialmente mediante indicadores Deberán definirse tantos inductores como elementos relevantes, es decir, significativos, se considere que existen en la organización. Existirán en nuestro modelo dos inductores llave que estarán relacionados con el resto por una relación de causalidad. Son los inductores “satisfacción de empleados” y “eficiencia de los procesos de gestión de Recursos Humanos” Una vez definidos todos los inductores, el directivo separará la información con la que opera y asignará cada elemento de la misma al inductor que considere más adecuado, en un proceso similar al de la traducción de un idioma a otro, de manera que, al final, habrá agrupado la información en torno a los inductores preestablecidos. El valor que aporta la metodología en este punto es la capacidad de ordenar información dispersa y heterogénea y clasificarla en categorías universales (inductores) relacionadas entre sí. Establecimiento de las prioridades de los objetivos de actuación mediante un modelo de interrelación de inductores. Sigamos definiendo conceptos y atrevámonos con la “interrelación de inductores”: los inductores se relacionan entre sí de manera compleja, predominando entre ellos relaciones multilaterales de causa-efecto. Ahora bien, definir estas relaciones multilaterales de causa-efecto en el seno de una organización puede ser un esfuerzo ímprobo y extremadamente complejo. Lo idóneo El futuro de la planificación estratégica de Recursos Humanos 4/11 sería disponer de un modelo de referencia elaborado con bases científicas y soportado con evidencias estadísticas que fuera: 1. aplicable universalmente y, con carácter complementario, 2. adaptable fácilmente a distintos sectores o tipologías de empresa. Este modelo, denominado mapa de interrelación de inductores, plasma las mencionadas relaciones multilaterales de causa-efecto y el grado en el que éstas operan, trasladándolas a valores numéricos. Así, por ejemplo, el inductor “posibilidad de desarrollo profesional” podría considerarse consecuencia de los inductores: Delegación Estilo de dirección Flexibilidad Estabilidad A su vez, el primero de los inductores mencionados, consecuencia de los siguientes inductores: “delegación”, sería Estilo de dirección Comunicación Flexibilidad Potencial Auto-motivación Obviamente, la importancia de todos los inductores no es la misma, por lo que el orden tiene un peso específico. A cada una de las posiciones en el orden establecido se le da un valor numérico que representa el nivel de intensidad de la interrelación. No existen valores negativos, puesto que el modelo se orienta a la planificación de actividades futuras. De esta manera, la influencia del primer inductor sobre la “posibilidad de desarrollo profesional” tendrá el índice 10; la influencia del segundo, el índice 9, y así sucesivamente. Como hemos comprobado, el inductor “delegación” tiene otros inductores causa, algunos de ellos compartidos con los de “posibilidad de desarrollo profesional” y otros nuevos. La relación de causalidad entre los inductores causa de “delegación” y el inductor “posibilidad de desarrollo profesional” no es directa, sino indirecta –a excepción de los compartidos-. El reflejo numérico de esa relación será la mitad del valor que proceda por la posición ocupada según la explicación anterior. Así, la influencia del indicador causa “Potencial” tendrá un reflejo numérico menor que el que, lógicamente, habrá de tener “Estilo de dirección”, que cuenta con un doble valor: el de causalidad directa y el de causalidad indirecta. El futuro de la planificación estratégica de Recursos Humanos 5/11 Como resultado, se habrá logrado reflejar, en un modelo simplificado, la complejidad de las fuerzas que interactúan en los aspectos de satisfacción en la organización y de eficiencia en los procesos y se habrán definido las prioridades en los objetivos de actuación. Definición de las acciones a emprender. Hasta este punto podría pensarse que la metodología, en la medida en que tiene vocación de universalidad y aporta un grado de, llamémoslo así, automatismo al proceso de toma de decisiones, pudiera suponer una amenaza para la especie de Director de Recursos Humanos. Nada más lejos de la realidad: en este punto veremos cómo su aportación queda perfectamente definida y enmarcada. Una vez definidas las prioridades en los objetivos de actuación, el directivo de nuestro ejemplo deberá definir las acciones idóneas para el logro de los mismos. Como el lector supone, esta es parte esencial de sus responsabilidades y en su óptimo desarrollo pondrá en práctica su conocimiento y experiencia. Podrá emplear una o diversas técnicas simultáneamente. Por ejemplo, podrá adaptar las mejores prácticas presentes en otras organizaciones. O podrá basarse en la experiencias históricas de la Organización. Y, por supuesto, podrá apostar por la innovación en el seno de la propia organización. Utilización de herramientas complementarias para la redefinición de prioridades. Nuestro directivo considerará que, una vez definidas las acciones, cabe establecer una prelación entre las mismas. Para ello se utilizarán herramientas específicas como las que mencionábamos en el apartado B anterior, o bien otros tipos de análisis coste-beneficio o el diagrama de acciones de alto impacto versus acciones de alto coste. Medición Ha llegado la hora de medir. Si la metodología tiene claramente una vocación generalizadora o universal en las fases anteriores, no renuncia a tenerla también en ésta. Ya habíamos dicho que un inductor puede ser medido total o parcialmente con indicadores. Detallemos cómo: Cada inductor puede tener uno o varios indicadores asociados, cuya suma puede proporcionar la medida total de su ámbito o, en cambio, hacerlo parcialmente. Como nos han enseñado los múltiples y espléndidos trabajos precedentes en este área, algunos de los indicadores son datos numéricos y objetivos, mientras que otros son de naturaleza más cualitativa y suelen reflejar tendencias. El futuro de la planificación estratégica de Recursos Humanos 6/11 Puede estimarse qué porcentaje sobre el total representa cada indicador, representando la suma de los porcentajes la dimensión de la medida resultante. Así, el inductor “Comunicación” puede medirse mediante los siguientes indicadores y métodos de medición, que aportan el porcentaje de medición que se detalla: INDICADOR Tipo de comunicación predominante: agresiva frente a asertiva Número de reuniones internas/número de empleados Número y frecuencia de herramientas de comunicación interna empleadas Cantidad y calidad de la información sobre objetivos y resultados Número medio de colaboradores directos por mando Número de empleados con los que un empleado se interrelaciona para propósitos operativos o de gestión Número y ubicación de los lugares de descanso colectivos MÉTODO DE MEDICIÓN Focus group Estudio externo ÍNDICE MEDICIÓN 25 % Índice interno 20% Índice interno 20% Índice interno Encuesta de satisfacción Índice interno 10% Índice interno 10% Índice interno 5% 10% Los indicadores sobre los inductores objeto de atención prioritaria en la planificación de Recursos Humanos se convertirían automáticamente en los “key performance indicators” de la organización. La eficacia de las acciones a desarrollar será medida en algunos de los indicadores del cuadro de mando integral de la Compañía. En el caso de haberlo desarrollado, y nuestra Empresa sí lo ha hecho, además aparecerán con mucho mayor grado de detalle y sensibilidad en el cuadro de mando del área de Recursos Humanos. Comparación Por último, el directivo compartirá su información con la de otras organizaciones para evaluar la eficacia de las acciones en otros contextos sectoriales y culturas organizativas. El futuro de la planificación estratégica de Recursos Humanos 7/11 Hemos llegado al fin de la historia de nuestro ejemplo, habiendo compartido con el directivo protagonista el proceso de reflexión y trabajo y felicitándonos por su satisfacción. Ahora retornemos al mundo real... MANOS A LA OBRA En la realidad de nuestras organizaciones y del estado del arte actual, debemos contestas sí abiertamente a las siguientes preguntas: ¿es posible generalizar la metodología?; ¿cómo podría llevarse a cabo?; ¿justifica el esfuerzo a realizar? La metodología TRUST es, como se indica en el título de este artículo, una propuesta para el futuro de la planificación estratégica de los Recursos Humanos. Para su efectiva implantación deberá trabajarse a nivel general y/o sectorial en la fijación de inductores y la elaboración de mapas estratégicos basados en la espléndida literatura científica existente. Deberán desarrollarse nuevas hipótesis y procederse a su verificación mediante la correlación y regresión, entre otras técnicas estadísticas, u otras metodologías experimentales. Podrán existir un modelo general y otros sectoriales o especializados. El modelo general podrá ser más sencillo o más sofisticado, en este último caso incorporando las variables como estructura de la plantilla, número de empleados, dispersión geográfica, naturaleza de la Compañía (multinacional, pyme, empresa familiar, etc.) o ciclo evolutivo en el que se encuentra (crecimiento, estabilidad, crisis...). Claro es que, al basarse la metodología en un modelo preestablecido, serán predicables del mismo las mismas críticas que pueden hacerse de todo modelo genérico o de indicadores integrados, principalmente la de la complejidad del desarrollo y la de que no se recogen todos los matices de la realidad; sin embargo, las ventajas que aporta en cuanto a la capacidad de análisis y la praxis empresarial son sustancialmente mayores que los inconvenientes. El proceso a seguir sería el siguiente: Definición de inductores. Desarrollon del modelo de interrelación. Verificación mediante distintas técnicas estadísticas: correlación y regresión. Resumiendo el reto, estas líneas le proponen a la función de Recursos Humanos o, más bien a todos los que nos desempeñamos (no confundir con “despeñamos”) profesionalmente en ella, afrontar la planificación estratégica con un nuevo enfoque, desarrollando un modelo sólido que represente de manera simplificada los múltiples agentes involucrados y que permita objetivar los aspectos intangibles que cobran un valor creciente en la moderna gestión de las organizaciones. El futuro de la planificación estratégica de Recursos Humanos 8/11 Gráfico 1: Metodología TRUST ENTRADAS Planificación estratégica Auditoría externa Encuestas satisfacción Autodiagnóstico Focus group Etc. MODELO RESULTADOS Inductor Mapa de interrelaciones Planes de Acción Indicadores Sistemas y herramientas de Gestión y Planificación MEDICIÓN Bibliografía: Amat Salas, O. (2002): EVA Valor Añadido Neto. Barcelona. Ed. Gestión 2000. Amat Salas, O.; Hernández, J. M.; Fontrodona, J. 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