CULTOS AFRO SON DIVERSIDAD CULTURAL Y CONVIVENCIA Los llamados genéricamente cultos de matriz africana, son aporte potente y originalísimo a la diversidad cultural de Latinoamérica, el Caribe, y de nuestro país concretamente, factor que ha contribuido en gran medida a resignificar el concepto de cultura, hoy en franca evolución hacia la expresión “multiculturalismo”. Creo que hemos coadyuvado en mucho desde nuestra cosmovisión afroindígena, al crecimiento de esa multiculturalidad en Uruguay. Hemos incidido como colectivo religioso, en la necesidad sociológica y antropológica de evaluar los fenómenos comunitarios desde una perspectiva abierta y ya no centrada únicamente en la visión hegemónica occidental y cristiana, o de consuetudinaria invisibilización de las manifestaciones originarias. Los umbandistas y africanistas somos partícipes destacados en estos procesos de apertura hacia lo diverso que la sociedad viene viéndose en la necesidad de reconocer o al menos hacer esfuerzos por comprender, hacia la existencia de otras raíces del ser uruguayos, ya no solo las derivadas del europeísmo dominante. Las creencias son rasgo destacado de identidad de los pueblos. La presencia de Umbanda y los cultos Afro han sido y son un gran valor desde el punto de vista social como afirmación del ítem étnico, y dentro de esta variable la espiritualidad, las convicciones sobre lo trascendente, tan peculiares aún con sus inevitables sincretismos, son sustanciales en estos avances de enriquecimiento cultural que pintan el paisaje de la macro identidad uruguaya. Esto es importante pues nos enseña convivencia, elemento determinante en la inclusión social y en la búsqueda de la equidad. Las variadas raíces culturales no solo se aprecian en los orígenes de nuestra población donde coexistieron indígenas, africanos y europeos, sino que se acrecentó después y aumenta incesantemente con los flujos migratorios presentes en todo el planeta y en nuestra región marcadamente. Eso hace imperioso promover el respeto a la diversidad cultural para conocernos, apreciarnos, lograr la paz y el desarrollo solidario en comunidades. La gimnasia de convivir no se practica en una sociedad uniforme o análoga culturalmente hablando sino con enfoques diferentes, de historias geográficas y fundacionales comunes aunque de variados perfiles, lo cual pone a prueba su capacidad de respeto, tolerancia y discernimiento de la alteridad, del “otro”. Distintos e iguales en el disfrute de los derechos cívicos es el paradigma al que, desde mi punto de vista, favorecemos en mucho los creyentes afro. Tenemos dificultades de inserción social sin dudas, somos diferentes entre los diferentes por el racismo estructural instaurado y las hegemonías culturales consecuentes que atraviesan con ferocidad las manifestaciones religiosas diversas, sobre todo la nuestra contra la que pesan estereotipos y estigmas de brujería y otros epítetos denostativos. Una persecución que va más allá de la línea de color. Dicho acicate nos ha obligado a construir mecanismos de entendimiento. Es así que la práctica de nuestros cultos tan incomparable, tan interpelante, tan fuera del establishment, es un legado invalorable e invalorado aún en su plenitud, a esa pluriculturalidad, por los rasgos notablemente típicos que conlleva. Creo que por designio de la Naturaleza acribillada por el coloniaje y la trata esclavista, la balanza se inclina hacia una revalorización de las costumbres y creencias de las etnias originarias y de las religiones de origen ancestral, tan combatidas por ser poderoso elemento de resistencia cultural. Y VOY CON ALGUNOS EJEMPLOS PARA NO EXTENDERME DEMASIADO 1-El monumento a Iemanjá subraya la necesidad de tener un símbolo representativo de la Umbanda en el Uruguay y señala los otros 364 días del año la existencia de los afroumbandistas como un sector más de la población uruguaya y no solamente los dos de febrero día de la Orixá africana. 2-En lo personal, la inclusión de nuestra federación IFA del Uruguay a través de mi persona en la Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y todo tipo de Discriminación del Ministerio de Educación y Cultura, Área Derecho Humanos, según ley 17817 Art. 6, que dice que además de 4 referentes estatales la integrarán por la socidad civil; “…representantes designados por el Presidente de la República, entre las personas propuestas por organizaciones no gubernamentales que cuenten con conocida trayectoria en la lucha contra el racismo, la xenofobia y toda otra forma de discriminación.” Reconociendo con este hecho la discriminación religiosa, intensa y endémica y a su vez la necesidad de defensa de los cultos afro frente a prejuicios históricos y a noveles y televisivos fundamentalismos neopentecostales. Si bien son temas no superados muchos de ellos, cada intervención o descargo, hace cambiar la concepción de lo que somos frente a “los otros”, y rediseña la dimensión de la sociedad en sí misma. 3-El propio acontecimiento espontáneo de Iemanjá los dos de febrero, multitudinario y de público variado por cierto, es un evento originado en una celebración religiosa de cuño netamente africano, que ha trascendido los parámetros afroumbandistas para instalarse como fiesta popular tradicional. 4-Ultimamente y para finalizar mi intervención, hemos tenido que salir a defender la ley 18471, lograda en el año 2009, legalizante de la faena ritual, que ha sido atacada por sectores reaccionarios defensores de animales con detonante el pasado dos de febrero. Esto continúa, ya que están juntando firmas para ir al Parlamento con la solicitud de derogación de dicha norma, pidiendo que se PROHÍBA EL SACRIFICIO DE ANIMALES EN RITOS RELIGIOSOS. Eso determinó que lleváramos el tema al seno del Diálogo Interreligioso uruguayo, emitiendo una declaración refrendada por representantes de distintas religiones entre ellas la musulmana y la judía que también practican sacrificios rituales en la ingesta de carnes, Desde allí elevamos una solicitud de reunión que recientemente mantuvimos con la INDH a la cual aportamos además una declaración del Consorcio Latinoamericano de Iglesias con sede en Uruguay. Dicho texto hace alusión al derecho de cultos protegido por normativa local e internacional. Y pone énfasis en el amparo constitucional que tales prácticas sagradas tendrían preexistente a la legislación referida (ley 18471) dato que no es menor. La INDH si bien adelantó una expresión a favor de la libertad de cultos, anunció que solo podría actuar en caso de que el Poder Legislativo pusiera nuevamente a revisación parlamentaria esos temas, por el eventual derecho de culto lesionado. Entonces estaremos alerta. -Como podrán apreciar, es un desafío nuevo a cada momento que obliga a dialogar y comunicarnos. Es muy difícil ser afroumbandista en el Uruguay y en la región, pero tal vez sea más llevadero si pensamos que nuestra misión además de ser eminentemente espiritual, contribuye a lograr un mayor entendimiento entre las personas del mundo creyentes y no creyentes. -El reto constante nos impone explicar lo que somos, cosa que no se le pide a otras religiones y podría ser un ataque a nuestros derechos humanos, sin embargo, pensemos que son oportunidades para generar convivencia. Sin malversar el legado afro y afroindígena en el caso de Umbanda, hagamos que sobrevivan nuestras prácticas dentro de las realidades del entorno. -La memoria ancestral y sensibilidad afroumbandista, ayuda a promover el reconocimiento de la diversidad cultural, componente esencial para el desarrollo y el diálogo entre culturas. Eso es un mérito de solidaridad. -El sincretismo obligado, implica acuerdos de subsistencia material e intangible. Basta ver nuestros altares o congales donde conviven imágenes católicas, africanas e indígenas. Entonces, sin resignar identidad afroespiritual; aportar a la identidad uruguaya que para bien de todas y todos, nos necesita más que nunca integrados. Gracias. Susana Andrade