Àrea General Servicio de Endocrinología ¿Qué es el bocio? La palabra bocio se refiere a un tiroides con una medida superior a la habitual. El tiroides es una glándula localizada en la parte anterior del cuello. No tiene relación con la función del tiroides. De hecho, la mayoría de bocios se dan en personas con una función de tiroides normal. De todas maneras, hay casos que tienen hipertiroidismo o hipotiroidismo. Las hormonas tiroideas se producen en la glándula tiroidea y controlan múltiples aspectos metabólicos, como por ejemplo la manera de utilizar y almacenar la energía que se obtiene de los alimentos. Estos procesos determinan de qué manera y rapidez funcionan los músculos, corazón cerebro, etc. La causa más frecuente del bocio es la deficiencia de yodo en la dieta. De todas maneras este hecho es menos importante ya que el yodo se añade la sal y otros alimentos. Hay otras causas de bocio, como son las enfermedades autoinmunes, el embarazo y la patología nodular tiroidea. La sintomatología dependerá de que la función tiroidea sea normal o no y de los síntomas de compresión sobre estructuras vecinas como la tráquea el esófago, les venas yugulares y las cuerdas vocales. ¿Cuáles son los factores de riesgo de tener bocio? El bocio es mas frecuente en mujeres de por encima de los 40 años, embarazadas o menopáusicas, historia familiar de bocio o enfermedad autoinmune. También lo es la irradiación del cuello, la dieta baja en yodo y algunos medicamentos. ¿Qué pruebas se realizan para el estudio del bocio? El bocio se detecta durante la exploración física del cuello. La mayoría de veces se puede caracterizar si se trata de un bocio difuso si toda la glándula esta uniformemente engrandecida, o bien si se trata de un bocio único o multinodular, según tenga uno o más nódulos. Después de esto, se realiza un estudio de la función tiroidea y en los casos que se sospeche un tiroidopatía autoinmune, una determinación de los anticuerpos antitiroideos. La prueba de imagen más útil para el estudio del bocio es la ecografía tiroidea en manos de un médico ecografista experimentado. En algunos casos, sobre todo si se quiere evaluar la afectación de las vías aéreas, se puede hacer una tomografía computada (TC). Si se sospecha que uno de los nódulos puede ser causa de hipertiroidismo, puede ser útil hacer una gammagrafía tiroidea. Si los nódulos son más grandes de 15mm o bien las características de la ecografía lo aconsejan, el médico le pedirá una citología por punción de uno o más nódulos, que la mayoría de las veces se hará dirigida por la misma ecografía. ¿Cuál es el tratamiento? Siempre dependerá de la causa y de la sintomatología que produzca. Lo primero que hay que decidir es si es necesario hacer una extirpación del bocio o no. Este punto depende, en primer lugar del estudio citológico. Si hay indicios de que se trata de un cáncer de tiroides, convendrá una extirpación completa del tiroides (tiroidectomía total) y entrar en un protocolo de tratamiento y seguimiento de esta neoplasia. Pero la gran mayoría de bocios corresponden a condiciones de la enfermedad benigna y la posibilidad de la intervención dependerá de las molestias (actuales o futuras) que provoque. Como norma general, los nódulos más grandes de 3 cm son susceptibles de tratamiento quirúrgico. La edad del paciente es un factor importante a tener en cuenta, así como las condiciones físicas determinadas por otras posibles enfermedades que aumentan el riesgo quirúrgico. La intervención consiste en la extirpación total del tiroides. Si se trata de un nódulo solitario benigno, puede ser suficiente la extirpación de media glándula. La consecuencia de la ausencia de tiroides será la del hipotiroidismo permanente y convendrá un tratamiento sustitutivo con tiroxina para toda la vida. Esta medicación no presenta problemas importantes y se puede hacer vida totalmente normal. En casos especiales que el riesgo quirúrgico sea elevado, se puede hacer un tratamiento con yodo radioactivo, que frena el crecimiento del bocio y también puede hacer que disminuya del tamaño. De la misma manera que con la cirugía, también con yodo radiactivo puede haber un hipotiroidismo permanente. Un gran número de casos no necesitan tratamiento y solo hace falta revisarlos periódicamente. En caso que haya un hipertiroidismo, primero habrá que hacer un tratamiento con medicación oral que ponga el tiroides en funcionalismo normal. Después se decidirá si hay que hacer un tratamiento definitivo, ya sea cirugía o yodo radioactivo. Si se trata de una enfermedad autoinmune con hipertiroidismo, en general se trata primero de forma oral y si estas no son útiles o bien se presenta una recaída después de retirarlas se plantea tratamiento definitivo. A diferencia de los bocios nodulares, en la mayoría de casos se utiliza el yodo radiactivo como tratamiento definitivo. Los bocios con hipotiroidismo, o sea cuando la función tiroidea es insuficiente, suelen corresponder a tiroiditis autoinmunes y no necesitan su extirpación. Solo en casos pocos frecuentes, cuando el tamaño provoca síntomas importantes, se podría considerar el tratamiento quirúrgico. ¿Qué conviene preguntar al médico? ¿Cuál es la causa de mi bocio? ¿Cuáles son las opciones del tratamiento? ¿Cuáles son los riesgos y los beneficios de estas opciones? ¿Cuál será la duración del tratamiento? 2