Seis sombreros para pensar Edward de Bono Cuando se está pensando, se suele tratar de hacer mucho al mismo tiempo y se termina siendo confuso e ineficaz. Aquí el autor describe un camino sencillo pero efectivo para convertirse en mejor pensador. Dice que se puede separar el pensamiento en seis modos distintos que se identifican como “seis sombreros para pensar”: Afirma que al “ponernos un sombrero”, podemos enfocar el pensamiento. Si “cambiamos” de sombrero podemos redirigir el pensamiento. Un estado mental tranquilo y despreocupado es necesario para que cualquier pensamiento implique algo más que meras reacciones frente a una situación. En lugar de ser un pensamiento rutinario o reactivo, ponernos un determinado sombrero provoca un pensamiento deliberado: uno se lo pone de un modo deliberado. El pensamiento crítico vale para reaccionar ante lo que se pone enfrente pero no hace nada para producir propuestas. La costumbre occidental de la argumentación y la dialéctica es defectuosa. Todos nos preocupamos mucho de reaccionar frente a lo que se nos presenta; material bibliográfico, comentarios de los profesores, series de TV, etc. Pero tan pronto como terminamos la escuela, debemos hacer muchos más que sólo reaccionar. Necesitamos iniciativa, planes y acción. Y no obtendremos esto a partir del pensamiento reactivo. En este escrito, los seis sombreros para pensar corresponden a los diferentes colores que se usan para imprimir un mapa. Este es el método que intenta usar el autor para dirigir la atención. No sólo se trata, por lo tanto, de ponerse un sombrero para pensar, sino también de escoger de qué color será el sombrero que se va a utilizar. Ser un pensador implica querer conscientemente serlo, es decir, tener la intención de serlo y poner todo su empeño en ello. Por lo tanto, la intención es el primer paso; y no no implica tener razón constantemente. En realidad, quien siempre cree tener la razón es muy posible que sea un pobre pensador (arrogante, sin interés por la investigación, incapaz de ver otras alternativas, etc.).Tampoco ser un pensador implica que sea inteligente, ni que pueda resolver todos los problemas que la gente tiene. Los seis sombreros para pensar ofrecen una forma de traducir la intención en desempeño efectivo. Al elegir un sombrero para pensar en un momento determinado. Al ponernos dicho sombrero representamos el papel que define ese sombrero, estamos desempeñando ese rol y lo representaremos lo mejor que podamos; de esta forma, nuestro ego queda protegido por ese rol, porque nuestro ego nos compromete a representarlo bien. Al cambiar de sombrero para pensar, cambiamos de rol. Cada rol debe ser distinto, nos convertimos en un montón de pensadores diferentes, todos con la misma cabeza. Todo esto forma parte del tipo de pensamiento constructor de mapas. Cada sombrero de color representa un color distinto que puede utilizarse en la impresión de un mapa. Finalmente los colores se fusionan para dar el mapa completo. El pensamiento comienza ahora a fluir de los papeles representados y no de nuestro ego. De este modo se trazan los mapas. Así, finalmente, nuestro ego puede elegir la ruta que prefiere. Habían creencias entre los griegos de que los diferentes fluidos del cuerpo afectaban los estados de ánimo, y era lo que hacía que los pensamientos estuvieran influenciados por éstos, hoy se sabe que el equilibrio de los productos químicos (neuro-transmisores) que actúan sobre el hipotálamo pueden afectar intensamente el comportamiento. Las soluciones químicas alteran mucho los umbrales y sensibilidades de las unidades nerviosas como consecuencia de un cambio en estos productos químicos se da la estabilización de una estructura distinta. En cierto modo tenemos un cerebro diferente para cada trasfondo químico diferente. Esto sugiere que las emociones son parte esencial de nuestra capacidad de pensar y no solo algo extra que nos confunde el pensamiento. La gente que tiene dificultades para tomar decisiones debería meditar el hecho de que distintos productos químicos del cerebro ya han tomado determinaciones que son acertadas para cada caso particular. Por lo tanto las opciones son correctas – pero para diferentes cerebros. De allí la indecisión. La gente en momentos de pánico o furia tiende a comportarse de un modo primitivo. El Pensar con los seis sombreros tiene su propósito… El primer valor de los seis "sombreros para pensar" es el de la representación de un papel definido. La principal restricción del pensamiento son las defensas del ego responsables de la mayoría de los errores prácticos del pensar. Los sombreros nos permiten pensar y decir cosas que de otro modo no podríamos pensar ni decir sin arriesgar el ego. El segundo valor es el de dirigir la atención. Si pretendemos que nuestro pensamiento no sólo sea reactivo, debemos hallar un modo de dirigir la atención a un aspecto después de otro. Los seis sombreros son un medio para dirigir la atención a seis aspectos diferentes de un asunto. El tercer valor es el de la conveniencia. El simbolismo de los seis distintos sombreros ofrece un modo conveniente de pedir a alguien (incluso a ti mismo) que cambie de modo. Puedes pedir a alguien que sea o que deje de ser negativo. Puedes pedir a alguien que dé una respuesta puramente emocional. El cuarto valor es la posible base en química cerebral. El quinto valor surge de establecer las reglas del juego. La gente es muy buena para aprender las reglas del juego. Uno de los medios más eficaces para enseñar a los niños, es el aprendizaje de las reglas del Juego. Por esta razón, a ellos les gusta tanto usar computadoras. SEIS SOMBREROS, SEIS COLORES Sombrero Blanco: El blanco es neutro y objetivo, se ocupa de hechos objetivos y de cifras Sombrero Rojo: El rojo sugiere ira, furia y emociones, da el punto de vista emocional. Sombrero Negro: El negro es triste y negativo, cubre los aspectos negativos: por qué algo no se puede hacer. Sombrero Amarillo: El amarillo es alegre y positivo, es optimista y cubre la esperanza y el pensamiento positivo. También del uso de los otros sombreros. Sombrero Verde: El verde es césped, vegetación y crecimiento fértil, abundante, indica creatividad e ideas nuevas. Sombrero Azul: El azul es frío y es también el color del cielo que está por encima de todo, se ocupa del control y la organización del proceso del pensamiento. SOMBRERO BLANCO Las computadoras no tienen emociones, esperamos que nos muestre los hechos y las cifras cuando los pedimos. Pero no esperamos que discuta con nosotros ni que utilice los hechos y las cifras sólo para sostener su posición. La computadora es neutral y objetiva. No hace interpretaciones ni da opiniones. Cuando usa el sombrero blanco el pensador debería imitar a la computadora. El pensamiento del sombrero blanco es una manera conveniente de pedir que las cifras y los hechos se expongan objetiva y neutralmente. La persona que pide información debe enmarcar y precisar las preguntas a fin de obtener información o para completar vacíos de la información existente.