La hipersensibilidad o alergia La hipersensibilidad es una sensibilidad excesiva o una respuesta exagerada a la reacción Ag−Ac. En estos casos la respuesta inmune tiene efectos nocivos, puede originar daños más o menos graves. Esta reacción también se conoce como alergia Hay dos tipos de hipersensibilidad: • Hipersensibilidad inmediata: es la reacción alérgica que se presenta a los pocos minutos de la inyección del antígeno. Ejemplo: las ortigas • Hipersensibilidad retardada: aparece pasado un tiempo, horas o días después del ataque del antígeno. Ejemplo: rechazo a un órgano transplantado El organismo que es sometido por primera vez a un antígeno de este tipo de llama individuo hipersensible o alérgico y el antígeno que causa esta reacción se llama alérgeno o sensibilizante (Ag) y va a provocar una alergia. La segunda vez que se expone un individuo a un antígeno se producirá una reacción alérgica. El estado de hipersensibilidad provocado por la inoculación de sustancias extrañas de forma que una segunda inoculación desencadene una alergia se conoce como anafilaxis y las reacciones que se originan se llaman reacciones anafilácticas. Hipersensibilidad inmediata El antígeno (alergeno) reacciona con anticuerpos, es por lo tanto un tipo de hipersensibilidad humoral (Ag−Ac) o mediada por anticuerpos. Esta reacción hace que determinadas células, mastocitos (células del tejido conjuntivo) o los basófilos van a liberar unas sustancias químicas que funcionan como mediadores químicos y estas sustancias van a provocar una reacción anafiláctica o alergia. Los anticuerpos que intervienen en estas reacciones son las inmunoglobulinas E (Ig E). La primera inoculación del alérgeno o sensibilizante induce la liberación o formación de Ig E que se fijan a las pareces de los mastocitos o de los basófilos de la sangre, de tal manera que el individuo queda sensibilizado. La segunda inoculación del alérgeno provoca la reacción desencadenante debido a que el antígeno se une a las inmunoglobulinas formando un puente entre ellas. La reacción Ag− Ac provoca la liberación por parte de los mastocitos o basófilos de mediadores químicos que son sobretodo histamina y serotonina. La histamina, por ejemplo, produce una reacción anafiláctica. La histamina puede producir la contracción de los bronquios. Esto origina dificultades respiratorias. Otro efecto es que estimula la secreción de la mucosa respiratoria. Produce vasodilatación y esto origina hinchazón y enrojecimiento de ciertas zonas e incluso una bajada grave de tensión. También puede provocar una estimulación de las terminaciones nerviosas y esto provocar dolor y picor. Si el alérgeno se introduce de forma subcutánea y localizada se origina simplemente un picor y la aparición de una roncha irregular, sin embargo, si la inyección es intravenosa y generalizada, provoca todas las otras reacciones, e incluso puede producir la muerte. Es lo que se llama shock anafiláctico. 1 histamina Mediadores químicos serotonina Hipersensibilidad retardada Los trastornos aparecen al cabo de unas horas o días después de la segunda inoculación del antígeno. Esta inmunidad está mediada por células, linfocitos T (Ag−Linfocito T). Los linfocitos T que están activados por haber estado expuestos al antígeno, ante un segundo contacto con el antígeno liberan unas sustancias del tipo de las interleucinas, interferón que tienen efectos quimiotácticos o quimiotáxicos, es decir que atraen a los macrófagos que fagocitan o destruyen a las células que llevan esos antígenos. Ejemplo: rechazo de transplantes. La célula del tejido transplantado actúa como un antígeno que atrae a linfocitos T. La autoinmunidad En condiciones normales el sistema inmunológico es capaz de reconocer las moléculas propias y distinguirlas de las moléculas extrañas, produciendo el ataque sólo de esas moléculas extrañas. A veces el sistema inmunológico está alterado de manera que reconoce como extrañas moléculas propias y las ataca. Esto puede producir enfermedades e incluso la muerte. Es la autoinmunidad. Las moléculas que provocan autoinmunidad se llaman autoantígenos. Estas moléculas se encuentran reducidas, en zonas alejadas del sistema inmunológico, lo que hace que éste no las reconozca cuando por alguna lesión estas sustancias pasan a la circulación sanguínea, se origina la respuesta autoinmune. Estas moléculas se encuentran en el ojo, muchas proteínas que se encuentran en el tejido cerebral. Durante el desarrollo del sistema inmunológico puede ocurrir que se desarrollen linfocitos anómalos. En condiciones normales estos linfocitos se destruyen, pero excepcionalmente pueden pasar al torrente circulatorio. Puede ocurrir también que los linfocitos B produzcan anticuerpos que ataquen a moléculas del propio organismo. Esto se debe a la presencia en algunas células de un determinado tipo de proteína, que se llama MHC (complejo principal de histocompatibilidad). Estas proteínas se encuentran en la membrana de las células llamadas células presentadoras de antígenos. Estas células son capaces de activar a los linfocitos T para que intervengan en la respuesta inmunológica o para que activen a los linfocitos B. En algunas ocasiones esas células están alteradas de manera que los linfocitos T son incapaces de distinguir las células propias de las células extrañas. Enfermedades que pueden producir: −Soriasis −Algunos tipos de anemia: anemia perniciosa que por alguna causa impide la absorción de la vitamina B12, imprescindible para formar a los glóbulos rojos y anemia hemolítica que destruye los glóbulos rojos. −Esclerosis múltiple: alteración del sistema nervioso por un proceso de desmielinización (se destruyen las vainas de mielina). Los anticuerpos B reconocen como autoantígenos moléculas de las vainas de mielina y las 2 destruye. La inmunodeficiencia La incapacidad del sistema inmunológico de combatir las enfermedades infecciosas. Puede ser debida a trastornos genéticos(hereditario) o bien a fallos en el desarrollo de los órganos linfoides o debido a infecciones víricas (SIDA). Las inmunodeficiencias hacen que las personas sean extremadamente sensibles a las infecciones de microorganismos, incluso a aquellos microbios que son poco patógenos. Sufren un síndrome de inmunodeficiencia que puede ser de dos tipos: −I. Congénica: alteración de tipo genético que aparece al poco de nacer. Se debe a un defecto de los linfocitos T. Esta inmunodeficiencia se puede tratar con agentes antimicrobianos específicos, como antibióticos y antimicóticos o transplante de médula ósea. Ejemplo: niños burbuja. −I. Adquirida: aquella que se adquiere por algún agente externo o interno. Ejemplo: SIDA y leucemias (no funcionan bien los órganos linfoides) 3