El 25 de mayo de 1810, es una fecha que marca un antes y después en nuestra vida como Nación. Un antes… Me refiero a las invasiones inglesas de los años 1806-1807. En ella se forman la manera intempestiva los cuadros militares de: Regimiento de Patricios, liderado por Cornelio Saavedra y con Manuel Belgrano como Sargento Mayor; Cuerpo de Arribeños, Cuerpo de Indios, Pardos y Morenos, el Primer Escuadrón de Húsares de Pueyrredón, el escuadrón de Quinteros y Labradores, Regimiento de Blandengues y Dragones. El Virrey Rafael de Sobremonte se retira al interior a formar un ejército, Santiago de Liniers pasaba a Montevideo y organizaba un ejército. Los vecinos de Buenos Aires preparaban planes de sabotaje contra el invasor. Cuenta la historia que: “Los Húsares de Pueyrredón no tenían uniforme en común y el cura párroco de la Villa de San Isidro, Vicente Montes Carballo, les proveyó de cintas celestes y blancas de 38 cm de largo (colores y alturas de la Virgen, la medida de la Virgen) que desde entonces les servirían como elemento de identificación. Podemos intuir de donde pudieron salir los colores de la bandera. Del relato se depende que “la Madre Patria, España, no nos defendía y descubrimos que nosotros lo podíamos hacer por nuestro medios, entonces ¿para qué seguir dependiendo de España?” Esto significó en América un grito más dentro de los muchos gritos que se dieron por aquella época en diversos países: Venezuela, México, Chile, Uruguay, Paraguay, Ecuador. Así sucedía en la jabonería de Hipólito Vieytes, en la casa de Rodríguez Peña y en la quinta de Mariano Orma. Se reunían los revolucionarios para comenzar el movimiento independentista. Estaban Manuel Belgrano, Cornelio Saavedra, Rodríguez Peña, Alberdi, Paso, Mariano Moreno. El Después… El quiebre lo marcan las invasiones inglesas donde surgen la percepción de que el pueblo predominantemente criollo había logrado rechazar los ejércitos más aguerridos del mundo. Buenos Aires fue, pese a su pequeñez y su medianía, un motor para mantener la integridad de la región. ¿Que nos produce hoy pensar en el 25 de Mayo de 1810? Allí comenzó el experimento que, como resultado, daría la República Argentina. El 25 de mayo fue desarrollado un gobierno, el de la corona española en estas tierras, para formar otro de extracción local: el de la primera junta. ¿Por qué el quiebre fue en ese momento? ¿Cuál era la idea de esa gente? ¿Había una idea de país? En ese momento convergieron una serie de procesos: El desencanto respecto de la ventajas que podría seguir ofreciendo la vinculación de estas tierras con España El monopolio español totalmente desbordado por el contrabando La forma en que Buenos Aires había rechazado las invitaciones y la demostración de que España no podía defender estas tierras Las noticias que los franceses habían ocupado casi toda España Que la clase dirigente surgida en el virreinato no podía acceder a determinados cargos de poder por el hecho de ser criollos Cuando se le pregunta al historiador Félix Luna: ¿Ustedes dirían que la revolución de mayo de 1810 no fue una revolución popular? Contesta: “No lo fue, por lo menos al principio. Inicialmente fue de los sectores dirigentes criollos con cierto poder económico y político. Y en el Interior, se demoró un poco más. Fue una cuestión práctica y de autodefensa. La idea de patria se fue elaborando después, aunque los criollos tenían identidad desde antes. Podemos decir con tranquilidad que la idea de Patria en consecuencia de mayo de 1810 -¿Cuál fue el pensamiento que predomino en nuestros patriotas? Hubo fluctuaciones, por luego, cuando se disolvió la Junta Grande y se creó el Triunvirato, se dio una dinámica nueva. Ya en 1813 aparece el Himno Nacional, La Bandera, la escarapela…. Una serie de signos distintivos de un país Independiente. ¿Hubo otro quiebre en la historia Argentina comparable a 1810? No. Los sucesos de mayo tienen que ver con nuestro destino de país independiente. Ninguno tuvo su trascendencia. En el Cabildo Abierto del 22 de mayo, para algunos historiadores la fecha más importante de la Semana de Mayo, luego de discursos memorables de patriotas como Castelli, Paso y de exposiciones en la que abundaban las ideas de libertad y federalismo, llegó la hora de la votación que marco el deseo mayoritario de separar de su cargo al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. Quiero concluir con un pensamiento de otro de los Padres de la Patria: Don Manuel Belgrano, le preguntaron si se consideraba un Padre de la Patria y respondió: “Mucho me falta para ser un verdadero Padre de la Patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella” ¡¡¡¡¡VIVA LA PATRIA!!!!! Muchas Gracias