Los adolescentes y el Bicentenario Alumnos

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Los adolescentes y el Bicentenario
Alumnos secundarios y profesores de Historia analizan la Revolución de Mayo.
Explican sus causas; hablan de sus ideales y se involucran en lo que aún falta
construir.
“El deseo de libertad y de igualdad que durante siglos persiguió el hombre, se hizo posible
gracias a la Revolución, lo que nos permitió sentirnos una Nación”. Alejandro Quiroz cursa
segundo año del Polimodal en la Escuela de Educación Media Nº33 de La Plata y pide la
palabra para opinar sobre lo que dejó la Revolución de Mayo de 1810. Para él, como para
miles de adolescentes, el nuevo aniversario del nacimiento de la Patria tuvo este año un
condimento particular y se convirtió en una instancia de reflexión para descubrir, detrás de
un acontecimiento histórico ya conocido, los ideales que movilizaron las acciones de esos
hombres, 200 años atrás.
Es un día de clase más en las instalaciones del ex Normal 2 de La Plata y un grupo de
alumnos y cuatro profesores de Historia se convocan en un aula para analizar, junto a la
Revista ABC, el Bicentenario de la Patria. Los chicos opinan, analizan, preguntan y hasta
se emocionan cuando repasan lo aprendido sobre el altruismo de los hombres y mujeres
que construyeron la Nación. Repasan los acontecimientos y tratan de comprender el
proceso histórico que antecedió a ese día clave en la historia nacional: el 25 de Mayo de
1810. Unos y otros coinciden en que la Revolución fue un hecho inevitable en el contexto
local e internacional que la había gestado desde hacía varios años antes, pero remarcan
que todavía hay mucho por hacer si se quiere cumplir con los principios que dirigieron las
acciones de los protagonistas de esta historia.
Cecilia Alincastro, de segundo año del Polimodal de la Media Nº33, dice que fue “el 25 de
Mayo cuando se rompieron los vínculos que teníamos con España. Con la formación de la
Primera Junta de Gobierno, nació el primer sentimiento de Patria”. Pero para Johana
Eyler, que cursa cuarto año en el Colegio Nuestra Señora de Fátima, ese sentimiento de
Patria se estaba gestando desde hacía tiempo. “La Revolución Francesa y las invasiones
de los ingleses fueron antecedentes que permitieron ir formando ese sentimiento de
libertad”, opina.
Las invasiones inglesas se convirtieron, según Julieta Ariza Spinedi de la EEM Nº33, en
un momento de inflexión porque sirvieron para que “el pueblo se diera cuenta, en la
resistencia, que tenía fuerza política ante los invasores”.
Pero los acontecimientos de Mayo se precipitaron, como explica Gastón Blanco, de la
misma escuela, cuando los criollos se enteraron que el Rey Fernando VII estaba en
manos de Napoleón. “El poder debía regresar al pueblo”, afirma, y la conformación de la
Primera Junta de Gobierno fue la puesta en práctica de esta concepción.
El cambio inevitable. Para la profesora Marta Hernández, el contexto internacional había
gestado un cambio que era ineludible. “El proceso revolucionario quizás se podría haber
llevado a cabo un poco antes o un poco después, pero la decisión de Mayo de 1810 fue
condicionante. Quizás la causa más importante fue la captura del Rey Fernando VII; si no
hubiera pasado eso, tal vez la Revolución no hubiera podido ser en mayo de 1810”,
detalla la docente, al tiempo que aclara que fueron importantes todas las ideas de la
Revolución Francesa, del Iluminismo y el hecho que los patriotas habían ido a estudiar a
Francia y venían con ese bagaje de ideas. Pero más allá de la fecha, para Marta, “la
Revolución se hubiera hecho igual”.
En el mismo sentido, su colega Susana Jalo detalla: “Cuando enseño procesos siempre
hago con la figura de un vaso y les explico a los chicos que se va llenando con tensiones
o con condicionantes, con determinados factores y decisiones. En este caso, todo se
precipitó cuando Napoleón provocó la caída de la Junta Central de Sevilla; en ese
momento se habla de la retroversión del poder: ante la ausencia de un poder legítimo, el
poder vuelve al pueblo, que eso es lo que defienden los criollos en el proceso de la
Semana de Mayo. Pero, en realidad, ésa es la gota que rebalsa el vaso. Las tensiones
sociales y el recelo que sienten los propios criollos de no poder ocupar los cargos más
importantes constituyen también un momento interesante para analizar, porque ellos
sienten que los están marginando aunque se capaces de ocupar esos cargos que los
españoles no les permiten ocupar”.
La docente destaca también otras causas: “Lo económico es un factor importante porque
el monopolio español impedía el libre comercio. Es decir, hay un conjunto de factores que
fue alimentando esa decisión política que se dio justamente cuando cae la Junta Central
de Sevilla, por eso hablamos de proceso. Se produjo el 25 de Mayo, pero fue un proceso
que desde finales del siglo XVIII venía madurando. Inclusive cuando Tupac Amarú se
subleva para oponerse a los impuestos elevados que cobraban los Borbones, también es
un factor determinante”.
Los protagonistas del cambio. La Revolución fue posible gracias al accionar de patriotas,
algunos reconocidos por la historia y otros que cayeron en el olvido, quienes aportaron
ideas y lucharon para la causa de la emancipación. Para el profesor Ramiro García
Torres, uno de los hombres clave para el surgimiento de una Patria soberana fue
Belgrano. “Por todo lo que significó no sólo como creador de la bandera, sino por su cargo
de gobierno en el Consulado. Él fue uno de los primeros que se opuso al monopolio
español, con todas las reformas borbónicas, esa segunda conquista de América que
intentan realizar los Borbones”. También destaca la autoridad máxima militar de Saavedra
y la figura política de Moreno.
Para la docente María Elena Angione, la figura más destacada en la Revolución fue
Mariano Moreno. “Para mí es el alma de la Revolución porque aporta sus ideas, y una
revolución sin ideas nunca se puede dar en la medida en que las ideas representan todo
un sentimiento. Cuando el sentimiento del pueblo de liberarse y las ideas se expresan –a
través de Moreno y otros personajes de la época-, ahí se produce verdaderamente el
cambio, que nosotros llamamos la Revolución de Mayo. Fue un cambio sumamente
importante porque hubo una ruptura de todo ese orden colonial muy bien aprovechada de
acuerdo a las contingencias que en el orden local e internacional se estaban dando”.
Para la docente es importante mencionar también a Juan José Castelli. Angione remarca
que “Castelli, durante el Cabildo Abierto del 22 de mayo, desarrolla toda una teoría con
respecto a ese principio de retroversión de la soberanía al no estar ya el Rey, aprovechar
muy bien esa circunstancia para poder iniciar un nuevo camino que es lo que posibilita,
luego, 1816 con la declaración de la Independencia y que, además, le sirvió a San Martín
para justificar su guerra por la independencia”.
Aclara que “hay que rescatar también a los que fueron protagonistas sin nombre, porque
la historia no son solamente los próceres, sino también los pueblos”.
“Hoy hablamos del pueblo, pero con una connotación que es totalmente distinta a la de
1810; el pueblo no éramos todos, era mucho más reducida la participación. La historia la
hicieron todos, la Revolución la hicieron todos: los que tenían nombre y apellido y han
pasado a la historia producto de una historiografía oficial y los que a lo mejor sin tener
apellido ilustre también estuvieron, apoyaron y lucharon”, enfatiza la profesora.
De vuelta, Alejandro Quiroz, del segundo año del Polimodal en la EEM Nº33, menciona a
otro sector social que luchó en forma anónima por la Revolución: “Los negros, que eran
esclavos de criollos, que se alistaron para ir a luchar contra las invasiones inglesas,
también se alistaron para defender a su patria junto a sus amos. También los aborígenes,
que reclamaban desde hacía años más libertad y mejor trato por parte de los
conquistadores, tuvieron una activa participación cuando fue la revolución”.
Francisco Guglino, también alumno de esa escuela, resalta la participación de los grupos
sociales más relegados: “A los negros y a los indios les convenía también la revolución
porque los criollos querían un sistema más igualitario”.
Un motivo para reflexionar. El festejo del Bicentenario se convirtió, en el interior de las
aulas, en la oportunidad para reflexionar sobre la historia, analizar el presente y proyectar
el futuro. En su repaso por los acontecimientos pasados, la profesora Jalo considera que
se logró el surgimiento de una Nación soberana, pero hubo que relegar la unidad
latinoamericana y la plena independencia económica. “1810 nos permite pensar cuán
libres fuimos, porque quizás políticamente fuimos libres porque cortamos un lazo con
España, pero económicamente comenzamos a girar nada más ni nada menos que en
torno a Inglaterra, a la que le convenía la fragmentación política de este espacio y creo
que lo logró”.
Además, la docente asegura que fue precisamente esa política económica la que
“favoreció a determinados sectores y relegó a otros” porque dentro de lo que luego será el
territorio argentino surgieron las diferencias”. En ese sentido, explica: “Debimos enfrentar
no solamente esta fragmentación de América Latina en distintas repúblicas, sino también
dentro de Argentina”.
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