Traumatismos de órbita La órbita es una cavidad ósea entre el cráneo y la cara que contiene al ojo, los músculos que la mueven, el nervio óptico y otros nervios para el ojo, sus músculos y la cara. Los traumatismos pueden ser contusos o penetrantes y lesionar las paredes de la órbita o su contenido. La principal causa de trauma contusos son los accidentes automovilísticos y las lesiones penetrantes son, fundamentalmente, por proyectiles de armas de fuego. Las manifestaciones son: 1. Lesiones de los párpados. 2. Edema y hemorragia de los tejidos orbitarios. 3. Crepitación de la piel de los párpados (enfisema subcutáneo). Es un signo de fractura y compromiso de los senos paranasales. 4. Caída (ptosis) del párpado. 5. Lesiones del ojo. 6. Lesiones de los nervios o de los músculos que movilizan al ojo. 7. Disminución o pérdida de sensibilidad peri orbitaria. 8. Lagrimeo constante e involuntario. 9. Desplazamiento del globo ocular hacia delante (exoftalmos) o hacia atrás (enoftalmos). Las flechas señalan las fracturas 10. Fracturas de las paredes orbitarias. 11. Ceguera. Un 25% de los traumas se asocian a ceguera, en su mayoría los penetrantes Las complicaciones más importantes que se suele ver luego de un trauma orbitario son a nivel cerebral (hemorragias, infecciones, pérdida de líquido cefalorraquídeo) u orbitario (deformación facial, ceguera, lagrimeo). El tratamiento consiste en la reparación quirúrgica de las paredes o el ojo, la extracción de cuerpos extraños o el cierre de una fístula. Las secuelas son muy importantes.