CP 5 2014 Nueva guerra contra la droga

COMUNICADO DE PRENSA nº 05/2014
23.01.2014
Nuevos frentes en la «guerra contra la droga»:
se requiere un nuevo plan de ataque
Según un dictamen del CESE aprobado el 21 de enero, la Unión Europea no está
haciendo frente con eficacia al problema del uso ilegal de drogas y de la
propagación de «nuevas sustancias psicotrópicas»1.
Entre las sustancias psicotrópicas «tradicionales» más conocidas están el cannabis, la cocaína, la
heroína, el éxtasis y la morfina. Estas están, en principio, controladas por los Estados miembros de
conformidad con convenios de las Naciones Unidas que existen desde hace tiempo. Sin embargo,
existen muchas otras sustancias que no se hallan en la lista y que, a menudo, se venden a
personas sin supervisión ni ninguna otra forma de evaluación de los riesgos. Dichas sustancias se
denominan «nuevas sustancias psicotrópicas» o NSP. Se conocen ya más de 300 y otras nuevas
aparecen a un ritmo de aproximadamente una por semana. Dado que no están reconocidas y no
han sido evaluadas, técnicamente no son ilegales. Pero eso no quiere decir que sean seguras.
Muchos de estos «euforizantes legales» son adquiridos por jóvenes como alternativa a las «drogas
duras», a menudo a través de Internet, y son especialmente populares en Irlanda, Letonia, Polonia
y el Reino Unido. Por desgracia pueden provocar dependencia, enfermedades graves y, en los
casos más trágicos, la muerte.
«Dos de los principales obstáculos para dar una respuesta coherente y eficaz en el conjunto de
la UE –señala el CESE– son la falta de datos fiables y la gran diversidad de actitudes públicas y
políticas en los diferentes países. Además, la UE tiene escasa influencia jurídica en la política
sanitaria, que es decidida por cada uno de los Estados miembros. La propuesta de la Comisión
carece de los recursos necesarios y es poco realista en comparación con lo que se necesita», afirma
David Sears, ponente del dictamen del CESE «Nuevas sustancias psicotrópicas».
Nuevas estrategias
El control de las drogas es siempre una cuestión muy controvertida, en la que se plantean
continuamente actitudes tendentes a mejorar las políticas. Algunos gobiernos tienden hacia un
1
¿Qué son las sustancias psicotrópicas? El término se aplica a aquellas sustancias que interactúan con
el sistema nervioso central del ser humano para estimularle o calmarle, modificando su estado de
ánimo o forma de pensar o comportarse o, a veces, produciendo alucinaciones. Algunas de ellas se
utilizan legalmente y de manera constructiva, cuando son prescritas y controladas por profesionales de
la salud. Sin embargo, otras pueden ser nocivas o peligrosas si se utilizan para producir un efecto –
para «colocarse»– y en especial si son adictivas o ilegales y permiten a los vendedores explotar a los
usuarios y obtener pingües beneficios.
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enfoque más liberal. «Están tomando en consideración otras estrategias: reconocen que limitarse a
prohibir no funciona», señala el Sr. Sears.
Regular la oferta es, por tanto, solo una parte de la respuesta. Una mejor comprensión de la
demanda es igualmente importante, lo que significa trabajar con expertos para recabar información
más precisa sobre todos los aspectos del uso de NSP.
«Debemos abordar el uso de NSP como un problema social y sanitario, no como una actividad
delictiva. Lo último que pretendemos es enviar a más jóvenes a la cárcel, donde adquirirán hábitos
aún peores», señala David Sears. Las sanciones penales deben limitarse a los distribuidores que
desean beneficiarse de la venta de sustancias ilegales o peligrosas.
Los riesgos relativos también deben reconocerse como tales. Tanto el alcohol como el tabaco y la
cafeína cumplen los criterios para ser considerados sustancias psicotrópicas y, en dosis excesivas,
los dos primeros provocan sin duda mayores daños sociales y sanitarios que la mayoría de las NSP;
sin embargo, están específicamente excluidos de las definiciones de la UE y las Naciones Unidas.
«Toda respuesta debería ser proporcional y debería basarse en datos, no solo en obtener votos
entre el público general», insiste el Sr. Sears.
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social de la sociedad civil organizada. Es un órgano institucional consultivo, creado por el Tratado de Roma en 1957. Su función
consultiva hace posible que sus miembros –y, por tanto, las organizaciones a las que representan– participen en el proceso de
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