El universo, lo incomprensible y el Absoluto. El nuevo colisionador de partículas de Ginebra recreará las condiciones inestables del universo una fracción de segundo después del Big Bang. Será la mayor aproximación al evento que, según la teoría científica vigente, dio origen al universo. Esperan que el nuevo equipo les permita estudiar partículas y fuerzas hasta ahora desconocidas. Tratan de visualizar y demostrar así la existencia del Bosón de Higgs, también llamado “la partícula de Dios”, dado que esta teórica partícula desempeñaría un papel importante en la explicación del origen de la masa de otras elementales, y explica en particular la diferencia entre el fotón (sin masa) y los bosones W y Z (de gran peso). Dentro del colisionador dos haces de protones son acelerados en sentidos opuestos hasta alcanzar el 99,99% de la velocidad de la luz, y se los hace chocar entre sí produciendo altísimas energías (aunque a escalas subatómicas) que permitirían simular algunos eventos ocurridos inmediatamente después del big bang . Según la teoría del Big Bang, el Universo se originó en una singularidad espaciotemporal de densidad infinita matemáticamente paradójica. El espacio se ha expandido desde entonces, por lo que los objetos astrofísicos se han alejado unos respecto de los otros. Michio Kaku ha señalado cierta incongruencia en la denominación big bang -gran explosión-: en principio no puede haber sido “grande” ya que se produjo exactamente antes del surgimiento del espacio-tiempo, habría sido el mismo big bang lo que habría generado las dimensiones desde una singularidad; tampoco es exactamente una explosión en el sentido propio del término ya que no se propagó fuera de sí mismo. Un periodista le preguntó a un científico del CERN: ¿dicen Ustedes que pueden reproducir lo que sucedió milésimas de segundo después de la Gran Explosión? ¿Qué suponen que ocurrió en tiempo “0” ? “No podemos saberlo por que en ese instante no existía el espacio-tiempo”, dijo el científico. “El espaciotiempo se va creando y ampliando a la vez que el suceso primigenio”. Cuando la ciencia moderna nos trata de explicar los agujeros negros encadenados, la teoría de cuerdas, la antimateria, el antiuniverso o cualquier otro concepto de la Teoría de la Relatividad o de la física cuántica, observamos nuestra incapacidad para comprenderlo. Una antigua calculadora mía decía “over loud” cuando la ecuación que se le requería solucionar era demasiado complicada para su capacidad de calculo. Pues bien también nuestro entendimiento nos dice “over loud” ante planteamientos “relativistas” del índole antes mencionado. Estos solo se pueden “ver” y demostrar por medio de procesos matemático-físicos. El científico antes mencionado continuó diciendo: “El Universo continúa mas allá de nuestro raciocinio. Mas allá de nuestra experiencia y por tanto más allá de nuestra compresión y por eso no tenemos palabras para expresarlo y definirlo.” Nuestro entendimiento, ante proposiciones científicas (Enunciación de una verdad demostrada o que se trata de demostrar) del índole antes mencionados, no tiene mecanismos para asimilarlas y por tanto relacionarlas a otras experiencias anteriores. Cualquier intento de poner ejemplos conocidos para tratar de comprenderlos, es intento baldío y en ocasiones lo único que logra es distorsionar gravemente la proposición. Posiblemente, en ese “más allá de lo comprensible”, se encuentre ese Dios que se autocrea, y que es principio y fin de todas las cosas, ese Absoluto que otras creencias afirman; el cual posiblemente envuelva a ese “todo”. Ese es el Ser, que es por si mismo. ¿Qué otra cosa era el momento inicial del Big Bang, si le añadimos las leyes que rigieron su expansión? Viajando con la imaginación por ese “mas allá de lo comprensible” por una quinta o sexta dimensión, veo a lo lejos nuestro universo como la especie humana tan inmersa en su pequeñez, con su autocomplacencia y engreimiento, orgullosos de su inteligencia, orgullosos de sus ídolos, futbolistas, roqueros, políticos, ensimismados por el “ruido ambiente” de sus mentideros mediáticos, televisiones, periódicos, radios... Felices todos consumiendo, comprando, poseyendo… El único razonamiento que hace comprensible esta visión, es el aceptar que es un gran circo de entretenimiento creado para llenar el vacío de la carencia de respuestas a las eternas preguntas; quien somos, por que estamos aquí, con que finalidad nacemos, morimos, vivimos, por quien y para que hemos sido creados, etc. Pero lo que destaca mas entre las locuras de ese lejano “circo” son las voces destacadas de los fanáticos que interpretan la voluntad del Incomprensible, del Absoluto, diciendo lo que Él manda que hagamos. Ángel Torres.