Daño a cultivos de soja por deriva de vapores de dicamba Ing. Agr. Jorgelina C. Montoya EEA Anguil, INTA Ing. Agr. Andrés Corró Molas UEyDT Gral Pico, INTA Ing. Agr. Gabriel Garnero Asesor Privado Durante los últimos 20 días se han recibido diversas consultas acerca de la aparición de síntomas de fitotoxicidad en cultivos de soja. Los síntomas son característicos del daño producido por herbicidas hormonales, específicamente por dicamba. Los síntomas pueden describirse como arrugamiento de hojas, hoja “cucharita”, hoja “pata de rana”. Los folíolos toman un color blanquecino debido a las células no expandidas y densificación de los pelos en la superficie. Otros factores tales como pulgones, virus, residuos de herbicidas hormonales (clopiralid, picloram) también producen daños similares a los mencionados por lo tanto pueden confundirse. Sin embargo, en la mayoría de los casos estos síntomas responden al daño producido por dicamba en postemergencia del cultivo de soja. La soja es sumamente sensible a este herbicida. Abajo pueden observarse fotos ilustrativas. Los daños en soja por dicamba pueden ser producto de la contaminación del caldo de pulverización, deriva de gotas o deriva de vapores. Contaminación del caldo de pulverización es una fuente de daño. La contaminación puede proceder del tanque por aplicaciones previas con tanques mal lavados, bidones reutilizados con presencia de residuos, jarras medidoras sucias, etc. Se ha reportado que la presencia de 0.01% de dicamba en el caldo de pulverización produce síntomas menores en el cultivo de soja. La deriva de gotas es otra fuente de daño y es el movimiento de arrastre de las partículas producido por el viento. En general, a nivel de lote, los síntomas presentan un gradiente claro desde el origen de la deriva desapareciendo gradualmente con la distancia. Generalmente se presentan los daños en lotes linderos a cultivos de maíz, sorgo o donde haya sido aplicado el dicamba. Las derivas originadas por viento tienen un efecto a corta distancia y pueden ser minimizadas en primera instancia pulverizando con condiciones de viento menor a 10 km/h, regulando presión, tamaño de gota y dejando una distancia de aproximadamente 60 m respecto a los lotes sensibles. La deriva de vapores se da con ciertos herbicidas únicamente y bajo condiciones ambientales específicas. El comportamiento de los herbicidas en el ambiente está regulado por sus propiedades físico-químicas, el medio (suelo, agua) y las condiciones climáticas. En este caso, la propiedad que nos interesa en particular es la volatilidad. Se refiere a la tendencia que posee la molécula a pasar a estado de vapor; y la presión de vapor (PV) expresada en mm de Hg a 25 ºC es el índice de este fenómeno. Dicamba posee un índice de volatilidad moderadamente alto. Bajo condiciones climáticas predisponentes las aplicaciones en lotes vecinos de maíz o sorgo pueden alcanzar lotes de soja produciendo daño. Estas derivas pueden alcanzar los 1500 m. En la tabla 1 pueden observarse algunos herbicidas de uso frecuente durante la temporada de verano en cultivos de maíz y soja con sus respectivos valores de presión de vapor y en la tabla 2 se muestra la clasificación según el índice de volatilidad (Weber 1994). Tabla 1. Indice de volatilidad para algunos Tabla 2. Clasificación de los Indices de herbicidas. volatilidad Herbicidas Indice de Volatilidad Atrazina Clopiralid 2,4-D éster 2,4-D sal amina PV (mm Hg x 10-6) 0.6 12 8 No volátil Dicamba Picloram Clorimuron Glifosato Imazetapir 33.7 0.2 <0.001 <1 <0.01 Clasificación muy bajo bajo moderado alto muy alto Indice de Volatilidad PV (mm Hg x 10-6) 25 ºC <1 1-10 10-102 102-103 >103 Puede observarse que el dicamba posee un valor moderadamente alto. Si bien todas las formulaciones de dicamba se volatilizan; hay trabajos que demuestran que la sal dimetilamina presenta un mayor riesgo de producir vapores que la sal sódica (Behrens Lueschen 1979). Las condiciones climáticas predisponentes para la volatilización son temperaturas superiores a 30 ºC y humedad relativa inferior a 50 %. Con las observaciones a campo y los datos de las condiciones meteorológicas del mes de diciembre concluimos que el daño en cultivos de soja se debe en la mayoría de las situaciones analizadas a un fenómeno de deriva de vapor de dicamba. Durante el mes de diciembre, una vasta zona de la provincia mantuvo temperatura diarias superiores a los 30 ºC. Dado que la mayoría de las consultas recibidas provienen de la zona de Colonia Hilario Lagos se analiza dicha información zonal a modo de ejemplo. En ese área en particular durante los días 14, 15 y 16 se superaron temperaturas de 30 ºC a partir de las 9:30 hs y se mantuvieron hasta las 20:00 hs, alcanzando temperaturas máximas a las 16:30 hs de aproximadamente 38, 36 y 35ºC (en abrigo meteorológico). Sumado a ello, se registraron importantes amplitudes térmicas con mínimas de 13 ºC. Los registros de humedad relativa muestran valores tan bajos como 9 % (Se adjunta archivo con las figuras correspondientes). Estas condiciones de elevada temperatura diurna y baja humedad relativa son propicias para la volatilización de herbicidas con un alto índice de volatilidad tales como dicamba. Puede observarse en la figura correspondiente que la velocidad del viento en general durante diciembre fue inferior a los 10 km/h. Por lo tanto, pequeñas térmicas o leves brisas podrían desplazar la “nube” de dicamba fuera del área de pulverización. Las bajas temperaturas nocturnas registradas favorecieron la deposición de la “nube”. En algunos lotes, no pudo observarse un patrón de afectación claro sino que el daño respondió simplemente al contacto del dicamba en estado de vapor desplazándose sobre el cultivo de soja intensificándose el daño el las zonas aledañas al lote pulverizado. Mientras que en otros casos, donde las aplicaciones coincidieron con posteriores importantes amplitudes térmicas (más de 20 ºC) y los lotes presentaron topografía desuniforme, pudo observarse que el daño era más manifiesto en los bajos. Esto se corresponde con que la masa de aire fría se deposita en los bajos y el efecto de los vapores de dicamba fueron más manifiestos. Todo esto magnificado por las importantes amplitudes térmicas dadas. Este fenómeno se define como inversión térmica. Se presenta cuando en las noches despejadas el suelo ha perdido calor por radiación, y las capas de aire cercanas a él se enfrían más rápidamente que las capas superiores, lo cual genera un gradiente positivo de temperatura con la altitud. Esto constituye un fenómeno contrario al que se presenta normalmente, donde la temperatura disminuye con la altitud (Figura 1a). Esto provoca que la capa de aire caliente quede atrapada entre las dos capas de aire frío sin poder circular (Figura 1b). La presencia de una capa de aire frío cerca del suelo le da gran estabilidad a la atmósfera porque así prácticamente no se produce convección térmica, ni fenómenos de transporte y difusión de gases. Esto hace que disminuya la velocidad de mezclado vertical entre la región que hay entre las dos capas frías de aire. La inversión térmica se presenta normalmente en las mañanas frías de escasa circulación de aire. Generalmente, la inversión térmica se termina (se rompe) cuando se calienta el suelo y vuelve a emitir calor, lo cual restablece la circulación normal en la atmósfera. a b Figura 1.- Efecto de la inversión térmica El problema se presenta cuando se emiten contaminantes al aire en condiciones de inversión térmica, ya que éstos se acumulan localmente debido a que los fenómenos de transporte y difusión ocurren de forma demasiado lenta, comprimiendo la capa de aire frío a la capa inferior con los contaminantes contra el suelo, con lo cual la concentración de los gases tóxicos puede llegar a alcanzar valores hasta 14 veces por encima de los normales (Higueras, Oyarzun 2011). Otro factor que interviene en el grado de volatilización es la superficie a la que se realiza la pulverización. Es mayor la volatilización cuando se pulveriza un cultivo ya emergido que cuando la aplicación se hace en un lote con poca presencia de follaje y alta proporción de suelo desnudo. Por lo tanto, el estado fenológico del cultivo tendrá una relación casi directa con el grado de volatilización. Cuanto más avanzado esté el desarrollo del cultivo mayor será la posibilidad de volatilización ya que el follaje tiene un menor coeficiente de adsorción que el suelo. Por este motivo, también, el proceso de volatilización puede darse hasta varios días luego de pulverizado el producto en el lote. La ocurrencia de precipitaciones tan sólo de 1 mm puede reducir fuertemente la volatilización. Los síntomas pueden aparecer luego de 7 a 14 días de realizada la aplicación. Las hojas totalmente expandidas no mostrarán síntomas sin embrago las nuevas hojas lo expresarán. Dependiendo de la dosis que alcanzó el cultivo, en general, las cuatro hojas trifoliadas que se desarrollen a posteriori de la pulverización mostrarán síntomas de fototoxicidad, a partir de la quinta hoja podrá continuar su crecimiento y desarrollo alcanzando un tamaño y forma normal. El nivel de pérdida de rendimiento dependerá de la dosis que alcanzó al cultivo y el estado fenológico del mismo. En general, los daños producidos durante etapas vegetativas no producen pérdidas de rendimiento. Sin embrago, en la medida que el cultivo alcance los estados reproductivos la merma puede ser mayor. Bibliografía consultada - WEBER, J.B. 1994. Properties and behavior of pesticides in soil. In: Honeycutt, R.C. and Schabacker, D.J. eds. Mechanisms of Pesticides Movement into Ground Water. CRC Pess, Inc. 2000 Corporate Blvd., N. W. Boca Raton, Fl, USA, pp. 15-41. - BEHRENS, R. y W. E. LUESCHEN. 1979. Dicamba volatility. Weed Sci. 27:486493 - HIGUERAS P, R OYARZUN. 2011. Curso de Minería y Medio Ambiente www.uclm.es/users/higueras/mam/MMAM2.htm - PROOOST R. y BOERBOOM C. 2004. Dicamba Injury to Soybeans. Nutrient and Pest Management University of Wisconsin – Madison. http://soybean.uwex.edu/library/soybean/grain/Weed_Contol/dicamba2004.pdf.p df Se agradece la colaboración del Ing. Agr. Luis Mulatero (Agroncontacto SRL) por los datos meteorológicos brindados y a los productores agropecuarios que colaboraron con INTA para la identificación del problema.