SÍMBOLOS Y FRASES DEL SÍMIL DEL SOL, SÍMIL DE LA LÍNEA Y DEL MITO DE LA CAVERNA. PLATÓN. SELECTIVIDAD 2011-2012 1- INTERPRETACIÓN DE EXPRESIONES Y TÉRMINOS DEL LIBRO VI. SÍMIL DEL SOL Y SÍMIL DE LA LINEA. - El Bien, en el ámbito inteligible, como causa de la inteligencia y de lo que se intelige. Esta expresión hace referencia a la función epistemológica Y ontológica del Bien (ver definición de Bien, y ver recuadro de la guía de lectura de la República) como realidad suprema del mundo inteligible (ver definición). Esta expresión se encuentra en el símil del sol: el Bien es la causa de la inteligencia (la nóesis. -Ver definición- que lleva a cabo el nous) y de lo que se intelige (lo cognoscible, en el mundo inteligible, es lo que produce la ciencia), al igual que el sol es la causa de la vista y de lo que se ve. - Mirada del alma. Hace referencia a la acción de conocer de la razón (órgano de conocimiento de la parte racional del alma- ver definición). Dependiendo de hacia dónde se dirija (hacia qué tipo de realidad: la inteligible o la sensible), obtiene un resultado distinto: conocimiento si se orienta hacia el mundo inteligible, un resultado claro; y opinión si se orienta hacia el sensible, un resultado que hace al alma ir de aquí para allá, de forma confusa, dubitativa. El alma es la encargada de recorrer los distintos grados de conocimiento, que supone acceder a niveles de realidad con distinta verdad. Platón habla de la mirada del alma en el símil del sol, comparándola con la mirada de los ojos, que puede dirigirse hacia lo iluminado por el sol, viendo con nitidez, o hacia lo que está oscuro, viendo débilmente, como si no tuviera vista. Ya que Platón tiene una visión innatista del conocimiento, la mirada del alma orientada hacia la realidad inteligible sería el ejercicio del recuerdo de la verdad contemplada. Este ejercicio del recuerdo se puede realizar a través de un proceso racional ( tal como aparece en el libro VI y VII de la República, en el símil de la línea y el mito de la caverna), pero también a través del impulso amoroso ( el Eros- ver definición). -Mirada del alma dirigida a objetos en los cuales brilla la verdad y lo que es, por lo que el alma intelige, conoce y parece tener inteligencia. En esta frase Platón pone en relación ontología y epistemología: el conocimiento inteligible, el tener inteligencia ( facultad dialéctica, nóesis, y conocimiento superior, nóesis-ver definición) es resultado de orientar la acción de conocer de la razón ( la mirada del alma) hacia los objetos en los cuales brilla la verdad ( la inteligibilidad-ver definición de verdad) y lo que es ( el ser, lo permanente, lo estable, lo auténtico, lo esencial), es decir, los objetos del mundo inteligible (ver definición). Ya que Platón tiene una visión innatista del conocimiento, la mirada del alma dirigida hacia lo inteligible es el ejercicio del recuerdo. Esta expresión está puesta en contraposición con la que le sigue: la mirada del alma puesta hacia lo sumergido en la oscuridad, que nace y perece, lo cual hace que el alma opine, perciba débilmente con opiniones que hacen cambiar al alma de parecer, y ésta parece no tener inteligencia. Al estar en contraposición con esta otra expresión, se contraponen los dos ámbitos de realidad (aquello en lo que brilla la verdad y lo que es // lo sumergido en la 1 oscuridad, que nace y perece) y su consecuencia epistemológica : el conocimiento ( la inteligencia) y la Opinión. - Mirada del alma puesta hacia lo sumergido en la oscuridad, que nace y perece, lo cual hace que el alma opine, perciba débilmente con opiniones que hacen cambiar al alma de parecer, y ésta parece no tener inteligencia. En esta expresión Platón pone en relación ontología y epistemología refiriéndose al ámbito sensible y a la opinión (en oposición al ámbito inteligible y al conocimiento, expresados en la frase anterior). Lo sumergido en la oscuridad es lo opuesto a los objetos en los cuales brilla la verdad. Si la verdad es la inteligibilidad (una característica de la realidad), la oscuridad es la falta de verdad, de inteligibilidad, y como tal, es propia del mundo sensible. Como el mundo sensible no es en-sí, ni por-sí, sino por participar de las Ideas, el mundo sensible no tiene en sí mismo inteligibilidad. Que nace y perece es la expresión equivalente al devenir, característica propia del mundo sensible, porque es material (lo material es corruptible, perecedero, imperfecto). El devenir es lo opuesto al ser permanente, eterno, perfecto (lo que es). Con “lo sumergido en la oscuridad”, “que nace y perece”, Platón se está refiriendo al mundo sensible, opuesto al inteligible (dualismo ontológico). Ya que las características de la realidad determinan las características del conocimiento, el alma vuelta hacia el mundo sensible obtiene el conocimiento opuesto a si el alma se volviera hacia el inteligible (dualismo epistemológico): Opinión, no conocimiento (captación de lo esencial, lo necesario, lo objetivo). No da la impresión de tener inteligencia (de tener facultad dialéctica, nous, ni de tener un proceso racional de conocimiento de las Ideas, nóesis), sino de percibir débilmente, de ser “zarandeada” por opiniones. - La Idea de Bien aporta la verdad a las cosas cognoscibles y otorga al que conoce el poder de conocer. Esta frase hace alusión al papel epistemológico de la Idea de Bien con respecto al mundo inteligible y al alma: a las realidades del mundo inteligible las hace cognoscibles porque les aporta verdad (inteligibilidad), y lo que tiene verdad puede ser conocido (lo inteligible es cognoscible). Al alma le aporta el poder de conocer, el conocimiento, pues aunque el alma tiene el órgano para conocer (a razón) y la capacidad para conocer (la capacidad de usar la razón de manera discursiva o de manera dialéctica), no tiene el poder de conocer si no se la orienta hacia realidades verdaderas (el mundo sensible, por ser material, copia del inteligible, carece de inteligibilidad, de verdad, y no da al alma el poder de conocer). Ya que conocer es recordar las verdades contempladas previamente a la caída del alma al cuerpo, y la Idea de Bien aporta la verdad a las cosas cognoscibles y al alma que conoce el poder de conocer, la Idea de Bien aporta al alma el poder de recordar. Aunque en el diálogo La República Platón insiste en el proceso racional en el cual consiste el conocer, también existe para Platón otro modo de conocer las Ideas: el Eros o impulso amoroso, que nos remonta hasta la Belleza en sí y al Bien en sí. Ya que la Idea de Bien aporta el poder de conocer al alma, y hay dos modos de acceder al Bien (el proceso dialéctico y el Erosver definición), también debería decirse que el Bien aporta al alma el poder de amar. 2 - La Idea de Bien, aunque la verdad y la ciencia son afines a ella, no es la verdad y la ciencia, sino algo mucho más digna de estima. Con esta frase Platón quiere remarcar la absoluta superioridad de la Idea de Bien en el mundo inteligible (la verdad en sí es una Idea superior, y la ciencia es el conocimiento de las Ideas, entre las que está el Bien). Si la verdad es digna de ser conocida, y la ciencia (conocimiento de lo inteligible) digna de ser obtenida, la Idea de Bien, que es la causa de ambas, no es ninguna de las dos cosas, está por encima de ellas, y en el orden del conocimiento está al final del todo (por encima de la verdad), sería la culminación de la ciencia (la ciencia es conocimiento de lo inteligible, pero no todo lo inteligible es la Idea de Bien). - La Idea de Bien es la causa de la esencia y de la existencia de las cosas cognoscibles, aunque el Bien no sea una esencia, está más allá de la esencia. Con esta frase Platón quiere señalar la superioridad ontológica del Bien en el ámbito inteligible. Platón lo hace continuando con la interpretación del símil del sol: igual que el sol es la causa de la aparición de las cosas, de su crecimiento, sin que el sol mismo sea esa aparición y ese crecimiento, así la Idea de Bien es la causa de la esencia y de la existencia de las cosas cognoscibles (de los objetos del mundo inteligible) sin que él se pueda identificar con ninguna de ellos. -Los dos que reinan: uno, el del género y ámbito inteligible; otro, el del visible. Platón hace referencia al Bien (la realidad que reina en el género o ámbito inteligible, el mundo inteligible, en el plano epistemológico y ontológico) y el sol (la realidad que reina en el mundo sensible, en el plano epistemológico y ontológico). Estos dos referentes (Bien en el mundo inteligible, sol en el mundo sensible), van a servir a Platón para a continuación pasar a otro símil en el cual explicar los 4 niveles de realidad en correspondencia con los 4 niveles de conocimiento: el símil de la línea. Pero no olvidemos que estos cuatro niveles se obtienen de una primera división que marca dos ámbitos de realidad y de conocimiento: el ámbito visible, al que le corresponde la Opinión, y el ámbito inteligible, al que le corresponde la Ciencia. Aunque el alma tenga que pasar por todos los niveles de conocimiento para llegar al Bien, la diferencia ontológica entre mundo sensible e inteligible es clara (el primero es copia o imitación del segundo, carece de entidad propia), y la diferencia epistemológica entre Opinión y Ciencia también ( la Opinión no es auténtico conocimiento, porque no se refiere a la auténtica realidad, la Ciencia sí). -Partes desiguales de la línea, con distinta oscuridad y claridad relativas. Platón establece partir una línea (que representa la realidad y el conocimiento) en partes desiguales. La desigualdad representa la diferencia ontológica (y la diferencia epistemológica correspondiente): cuanta más verdad tiene una realidad, más grande es su porción en la línea y en el conocimiento (realidad con más verdad se corresponde con conocimiento más claro). Las proporciones con distintos tamaños son indicativas de la verdad de la realidad y de la claridad de su conocimiento. Platón establecerá 4 niveles de realidad (en relación con su verdad), y en correspondencia con 4 niveles de conocimiento (en relación con su claridad): de las Ideas, inteligencia, de los objetos matemáticos, dianoia, de las cosas, creencia; y de las imágenes, conjetura. 3 -Sección de imágenes. Parte de la línea que representa la realidad que se corresponde con las representaciones duplicadas de la realidad dentro del mundo sensible. Son los reflejos. Platón también considera como imágenes a las sombras, no sólo a las sombras de los objetos, sino a las representaciones mentales confusas y borrosas que muchas personas tienen. Este sentido de sombras es el que aparece también en el mito de la caverna. Platón parece señalar todos aquellos estados mentales que el sujeto toma por verdaderos: lo que le han dicho y contado, sin ningún tipo de prueba. Este nivel de realidad se corresponde con el nivel más bajo de conocimiento: la conjetura o imaginación. - Sección que se corresponde con los animales en nuestro derredor, todo lo que crece, el género íntegro de cosas fabricadas por el hombre. Parte de la línea que representa la realidad que se corresponde con los objetos naturales dentro del mundo sensible: animales, todos los seres vivos en general, y los objetos obtenidos por la técnica. Este nivel de realidad, copiado por el anterior, tiene más verdad, si entendemos que es más auténtico que el anterior, y es causa del anterior (si no hubiera objetos, no habría imágenes de los objetos). Pero en sentido estricto, la verdad sólo es poseída por la realidad inteligible. Aquí deberíamos hablar de un sentido relativo de verdad, y de un sentido relativo de claridad en su conocimiento: la Opinión, en sí, es un conocimiento confuso, engañoso, pues no se refiere a lo inteligible, sino a lo sensible, que es cambiante, pero la creencia es más “clara” que la conjetura. En el nivel de conocimiento de la creencia se encuentran la Física (para Platón, los presocráticos estarían en este nivel de conocimiento, y no en el de la Ciencia) y el conocimiento técnico. La creencia es un conocimiento más claro que la conjetura, pero más confuso que el pensamiento discursivo, el nivel superior a la creencia. - En la línea, en cuanto a su verdad y no verdad, lo opinable es a lo cognoscible como la copia es a aquello que es copiado. Con esta frase Platón quiere dejar claro qué criterio es lo que divide lo que será fruto de la opinión como nivel de conocimiento, y lo que será fruto de la cognición como nivel de conocimiento: la verdad. Aparece el dualismo ontológico en relación con el dualismo epistemológico, a partir de la presencia o no de verdad en la realidad: aquello en lo que está presente la verdad es lo cognoscible; aquello en lo que no está presente la verdad es lo opinable. Aunque en párrafos anteriores habla de distinta oscuridad (distinta ausencia de verdad), parece que aquí vuelve al sentido estricto de verdad: la inteligibilidad, que no está en el mundo sensible y sí en el inteligible. Además, identifica lo opinable con la copia, y lo cognoscible con aquello que es copiado. Es decir, hace referencia a la dependencia ontológica del mundo sensible con respecto al inteligible. Parece ser que esta intención de diferenciar entre ambos niveles de realidad es porque a continuación va a dividir la sección de lo inteligible, y quiere señalar que, aunque las matemáticas usen figuras (elementos sensibles) para el razonamiento, lo hacen no para dirigirse al mundo sensible, sino a las Ideas matemáticas (Cuadrado en sí, Diagonal en sí…) a través de la razón y no a través de los sentidos, como es propio de la Opinión). - Los que se ocupan de geometría y de cálculo…la geometría y las artes afines. Con esta expresión hace referencia a los matemáticos, cuyo proceder 4 describe a continuación (ver definición de dianoia), y que quiere contraponer al proceder del dialéctico. La geometría y las artes afines hacen referencia a las matemáticas: aritmética, geometría plana y espacial, astronomía, armonía. Son “artes” porque consisten en un cierto proceder según reglas (ver definición de dianoia) - Lo impar y lo par, las figuras y tres clases de ángulos y cosas afines. Con estas expresiones hace referencia a los objetos matemáticos, entidades del mundo inteligible, copias de las Ideas matemáticas (ver definición). Platón señala en el texto que estos objetos son supuestos como si fueran evidentes, pero no son explicados nunca, y los matemáticos se apoyan en estos objetos matemáticos para concluir lo mismo que proponían examinar, no se remontan a un principio no supuesto. - Las figuras visibles de los matemáticos y el Cuadrado en sí, la Diagonal en sí. Platón explica que las figuras que dibujan los matemáticos no tienen por objeto dirigir a la razón hacia el mundo sensible, sino al mundo inteligible, en concreto, a las Ideas matemáticas (el Cuadrado en sí, la Diagonal en sí…aquellas cosas en sí que no podrían divisar de otro modo que con el pensamiento). Pero sí que dice que los matemáticos las usan como si fueran imágenes de lo que buscan (lo en sí). Más adelante, en el texto, dice que estas figuras, que son objetos artificiales (aquello que abajo, en el ámbito visible, eran imitados, estimados como claros con respecto a sus imitaciones), en las matemáticas se usan como imágenes de una realidad más verdadera y clara: las Ideas matemáticas. Por eso Platón dirá que los objetos matemáticos son entidades intermedias entre las cosas y las Ideas: se sirven de figuras como imágenes para llegar a las Ideas matemáticas. Por eso también, más adelante en el texto, Glaucón, cuando hace un resumen de la explicación de Sócrates, dice que el pensamiento discursivo es algo intermedio entre la opinión y la inteligencia. - Facultad dialéctica. Hace referencia a la inteligencia como facultad de intuir las Ideas, el nous (ver definición de inteligencia) - La razón misma aprehende. Con esto Platón quiere señalar que en esta sección de lo inteligible (el mundo de las Ideas), sólo contamos con la razón, sin apoyo en imágenes, y aprehende las Ideas, es decir, las capta en su totalidad. La facultad dialéctica (el nous) es la facultad que permite realizar este proceso de aprehensión (nóesis, conocimiento intuitivo, inteligencia pura), en su fase ascendente ( desde los supuestos como peldaños y trampolines hasta el principio del todo , que es no supuesto) y descendente ( tras aferrarse a este principio del todo, que no es supuesto, sin servirse de lo sensible, descender a una conclusión sirviéndose de Ideas, a través de Ideas, en dirección a Ideas hasta concluir en Ideas). Aunque en La República Platón desarrolla una teoría del conocimiento basada en el proceso racional del alma, no olvidemos que para Platón hay otra manera de que el alma aprehenda las Ideas: el impulso amoroso o Eros (ver definición) - Supuestos como peldaños y trampolines hasta el principio del todo, que es no supuesto. Con esta expresión Platón hace referencia a las Ideas como 5 hipótesis para ascender hasta el principio del todo (para realizar la fase ascendente del proceso dialéctico, de la nóesis). Este principio del todo es el Bien, un principio incondicionado (que es no supuesto, sino la condición de cualquier supuesto). Platón marca la diferencia entre los supuestos de la dianoia (dados por conocidos, como evidentes a cualquiera) y los supuestos de la nóesis. Este punto de partida metodológico de un proceso racional y otro hará que la dianoia no pueda elevarse hasta el principio incondicionado, llegue a conclusiones que no son verdades necesarias, y que la noesis sí pueda hacerlo (cuando realice su fase descendente), pues la nóesis llega al principio incondicionado y desde él se derivan conclusiones absolutamente verdaderas. - Tras aferrarse a este principio del todo, que no es supuesto, sin servirse de lo sensible, descender a una conclusión sirviéndose de Ideas, a través de Ideas, en dirección a Ideas hasta concluir en Ideas. Con esta frase Platón quiere también marcar muy claramente la diferencia entre el proceder de la dianoia y el de la nóesis (en su fase descendente). Mientras que la dianoia se sirve de figuras dibujadas como si fueran imágenes de los objetos matemáticos para sus deducciones, la nóesis no se sirve de ninguna realidad sensible, sólo de Ideas. Todo el proceso de la nóesis queda referido al mundo de las Ideas, tanto por el punto de partida (sirviéndose de las Ideas para iniciar el proceso), como el recorrido (a través de Ideas), como el punto de llegada (en dirección a Ideas hasta llegar al principio incondicionado en la fase ascendente, hasta concluir en Ideas en su fase descendente). - Cuatro afecciones que se generan en el alma. Platón hace referencia con el término afección al estado mental (y proceso mental) que se produce en el alma cuando capta los distintos niveles de realidad, y que se puede establecer en correspondencia con las cuatro secciones que habían establecido en la línea. El criterio que establece Platón para ordenar de forma proporcionada (que ocupen según proporciones establecidas al principio, cuando se presenta el símil de la línea) los estados mentales, como dice en el texto, es la verdad: cuanto más participa una realidad de la verdad, más participa de la claridad el conocimiento correspondiente, y deberá ocupar un segmento de mayor tamaño que otra que participe menos de la verdad. Por eso, la afección suprema (la más clara) y que ocupa la mayor porción de la línea es la inteligencia ( que se corresponde a las Ideas), le sigue en segundo lugar el pensamiento discursivo ( que se corresponde con los objetos matemáticos), en tercer lugar la creencia ( que se corresponde con los objetos físicos); y en último lugar, la porción más pequeña, porque trata sobre los objetos más oscuros ( menos verdaderos): las imágenes, y le corresponde el conocimiento más confuso ( menos claro): la conjetura. 2- INTERPRETACIÓN DE LOS SÍMBOLOS DEL MITO DE LA CAVERNA Y DE ALGUNAS EXPRESIONES DESDE LA FILOSOFÍA PLATÓNICA. -Interior de la caverna. Representa el mundo sensible, copia o imitación del mundo Inteligible. Ha sido modelado por el Demiurgo o causa inteligente del cosmos a partir de la materia caótica, tomando como modelos las realidades inteligibles. A nivel de conocimiento, del mundo sensible tenemos opinión, pero no conocimiento en sentido estricto. En el interior de la caverna, metáfora 6 del mundo sensible, se encuentra el prisionero, metáfora del alma tras su caída del mundo inteligible, pues el alma se ocupa de un cuerpo y el cuerpo es parte del mundo sensible. Así pues la vida humana transcurre en el mundo sensible, tanto a nivel individual como a nivel colectivo, por lo que es en el interior de la caverna, en el mundo sensible, donde el individuo debe intentar obtener la virtud o perfección moral de su alma, para que el interior de la caverna como metáfora del Estado o polis sea también virtuoso, justo. Es especialmente importante que el que vaya a ser gobernante se libere del interior de la caverna como mundo de la opinión, llegue el auténtico conocimiento (el exterior de la caverna) y regrese al mundo humano para intentar que otros abandonen también la caverna (la opinión). - Sombras en el fondo de la caverna. Dentro del nivel de realidad del mundo sensible, son las sombras de los objetos, la copia más imperfecta de los modelos esenciales. Las sombras son objeto de imaginación o conjetura, el nivel más bajo de opinión, alejado del conocimiento verdadero. Quien centre su atención en las sombras impide que su alma se ejercite en la virtud de la sabiduría o prudencia, lo cual haría imposible, en el caso de que estuviera capacitado para ello, que sea justo moralmente y actúe políticamente con justicia, pues tendrá su inteligencia dirigida hacia “sombras de justicia y de bien”, es decir, hacia copias muy imperfectas de la verdadera realidad, y no hacia la Justicia en sí o el Bien en sí, únicos valores que nos permiten el buen ejercicio del poder. - Los objetos de la caverna. Dentro del nivel de realidad del mundo sensible, son los objetos captables sensorialmente, copias de la auténtica realidad. Son objetos de creencia, del segundo nivel de opinión, pero no de conocimiento. Al igual que sucede con las sombras de la caverna (sombras de los objetos), quien no se desprende de estos objetos como objeto de conocimiento y como valores para la acción no puede acceder a la auténtica realidad ( las Ideas) que perfecciona al alma a nivel moral y la capacita para actuar con sabiduría dentro del Estado. Pueden obstaculizar esa ascensión en el saber porque la realidad física ofrece todo aquello que le resulta atractivo al alma concupiscible, y si ésta es la que domina la conducta, impedirá que quien está capacitado para el conocimiento y la práctica del Bien los pueda realizar. - Los ecos en el fondo de la caverna. Como “sombras” de la voz, representan el nivel de ignorancia al que está sometido quien no ha liberado su alma de las opiniones que les transmiten aquellos que no conocen la verdad (los ecos son ecos de los discursos de los portadores). Aquí podrían incluirse los filósofos presocráticos (centrados en la naturaleza), pero también los sofistas, los políticos demagogos, los poetas. Quienes consideran reales estos discursos, igual que los prisioneros consideran que los ecos provienen de las sombras que ven en la pared de la caverna, viven en la mentira, y nunca podrán actuar de manera justa ni en los asuntos particulares ni en la política. - La luz del fuego de la caverna. Representa a la luz del sol del mundo sensible, del mundo de las cosas. El sol, en nuestro mundo, emana luz, y ella es causa de la vista, de la visibilidad del mundo físico, y de su generación. 7 Pero no permite ver la auténtica realidad (las Ideas), sólo permite obtener información sensorial del mundo, lo cual solo constituye opinión. Además, no es más que una causa intermedia de la existencia del mundo, pues la causa última de la realidad, sea inteligible o sensible, es la idea de Bien. Por lo tanto, y como sucede con los otros elementos del interior de la caverna (del mundo sensible), es una realidad que por sí misma no proporciona sabiduría a quien centra su atención en ella. A la luz del fuego de la caverna, Platón contrapone la luz del exterior, es decir, la verdad o inteligibilidad generada por la Idea de Bien. - Los portadores de los objetos. No están atados como los prisioneros en el fondo de la caverna, pero también son almas prisioneras de algún modo, puesto que no abandonan el mundo de la opinión que representa la caverna. Son engañadores, pues no liberan de su ignorancia a quienes consideran que la auténtica realidad son tanto las sombras de los objetos como los ecos que escuchan de sus discursos. Representan a las almas de aquellos que sólo pueden ofrecer a otros copias inexactas de la realidad auténtica ¿Quiénes podrían ser? Tal vez los presocráticos, o los sofistas, políticos demagogos, poetas...Son los educadores de la caverna en tanto que sociedad ateniense, adoctrinando a los prisioneros (las almas no educadas en la verdadera ciencia), alimentando sus prejuicios y sus errores, pues premian sus aciertos, distribuyen honores cuando reconocen las sombras de la realidad. Pero también viven engañados, al no conocer la realidad auténtica. Por eso, el gobierno de los ignorantes en la polis, como el modo de vida implantado por los portadores en la caverna, no es un gobierno justo. - Prisioneros. Son las almas que no han sido liberadas de la falsa realidad a la que están sometidas (las sombras, las “copias de las copias” de la auténtica realidad), sometidas desde la infancia a la imaginación o conjetura que forman a partir de la información sensorial como único modo de conocimiento, privadas de su propio reconocimiento como almas capaces de tener un conocimiento verdadero, alimentadas con discursos que otros les proporcionan y con realidades que otros les proporcionan. El prisionero es el alma doblemente prisionera: está encerrada en el cuerpo, en el mundo sensible ( el interior de la caverna), y está atada a las pasiones y los sentidos, que sólo proporcionan opinión ( las cadenas) desde la infancia, de manera que no puede orientar el alma racional ( la cabeza del prisionero) y dirigir su razón ( los ojos del prisionero) hacia la verdad ( hacia la luz del exterior de la caverna), no puede iniciar el ascenso en el conocimiento ( salir de la caverna como mundo de la opinión, y llegar hasta el exterior de la caverna como mundo del conocimiento). Cuando Glaucón dice que la escena es extraña y los prisioneros también, Sócrates dice que son como nosotros. Los prisioneros encadenados representan a la mayoría de la humanidad, prisionera de las costumbres y prejuicios de siempre. El prisionero que es liberado, y acompañado tanto al salir como al volver al interior de la caverna, representa al alma que puede ser educada por el Estado para conocer el Bien y ponerlo en práctica en el Estado ( la caverna). - Cadenas. Representan aquello que tiene atada al alma al mundo de la opinión en el mundo sensible, los sentidos como fuente de conocimiento 8 y las pasiones como fuente de acción moral. En cierta manera, si el prisionero ha sido encadenado desde niño estas cadenas podrían ser el símbolo de una mala educación, tanto la tradicional basada en mitos que presentan a los dioses como seres sometidos a todo tipo de pasiones y bajezas, como la presocrática, centrada en la naturaleza (solo una copia de la realidad), y la sofista, que niega la existencia de una verdad objetiva y alimenta la ambición de fama, poder, riquezas, éxito. Las "cadenas" no permiten al alma en su totalidad (al prisionero) salir de su situación de ignorancia de la verdad y de imperfección moral. En particular, las cadenas del cuello del prisionero no le permiten girar la cabeza hacia la luz, y le obligan a fijar sus ojos en las sombras: los sentidos y pasiones impiden a la parte racional del alma orientarse hacia la verdad, y le obligan a fijar su capacidad de conocer en la realidad más inauténtica. Quien está sometido a esta situación de encadenamiento y tiene la vista aguda (tiene una capacidad de conocimiento aguda) no puede alcanzar ni la virtud ni la felicidad, e incluso, dice Platón, podría resultar inútil y nocivo para el Estado. - Consideración de uno mismo como mera sombra. Identificación de la realidad humana con el cuerpo y no con el alma. Esto impide que el ser humano se dé cuenta de cuál es la auténtica felicidad humana (la autorrealización virtuosa de nuestra alma) y cómo conseguirla (a través de un proceso de conocimiento de las Ideas que perfecciona al alma, dominando especialmente la parte concupiscible). ¿Qué consecuencias tendría esto a nivel personal? El alma es juzgada por el tipo de vida que ha llevado a cabo en el mundo sensible. Si el alma es la verdadera realidad humana y es ignorada, debemos hacernos responsables de esta insensatez. A nivel social también tiene sus consecuencias, pues impide que el Estado en el que vivir sea un Estado justo, pues sus ciudadanos no lo son. - Pérdida de las cadenas y ascensión hacia el exterior. Supone el abandono de la información obtenida por los órganos sensoriales, es decir, abandono de la opinión; control de las pasiones (especialmente las de la parte concupiscible del alma), y ascenso hacia el conocimiento auténtico que conduce a las ideas (el exterior de la caverna). Esto supone para el alma una purificación de todo aquello que supone ignorancia o pérdida de control por parte de la razón. La ascensión hacia el mundo inteligible permite al alma racional mirar hacia donde debe, con lo cual se hace virtuosa tanto a nivel individual como a nivel político. - Recorrer la áspera y escarpada cuesta. Representa la dificultad del ascenso en el conocimiento, de pasar por los grados de conocimiento, antes de estar en disposición de poder afrontar el conocimiento de la realidad Inteligible. El ser humano ha estado sometido desde su infancia a una situación de casi ignorancia, dirigiendo su conocimiento solo a realidades faltas de verdad, viendo sólo deformaciones de la realidad, las imágenes de los objetos físicos, los prejuicios (el prisionero encadenado ha estado expuesto desde niño solo a la falta de luz, a las tinieblas de la caverna, viendo solo sombras) sin que se haya tomado cuidado sobre su alma, arrastrado por sus pasiones. El ascenso en el conocimiento no solo es áspero y escarpado porque esté lleno de dificultades para la razón abandonar la seguridad de los 9 prejuicios, las conjeturas sobre las sombras, y esforzarse después en obtener creencias mejor fundadas sobre la realidad física (el ascenso por el interior de la caverna supone para el prisionero enfrentarse a una mayor cantidad de luz para sus ojos). También lo es porque tiene que controlar sus pasiones, y porque el educador no le “allana” el camino, sino que le expone a las dificultades. Por eso no es un proceso que cualquiera pueda hacer. - Liberación ayudada del prisionero. Representa la educación llevada a cabo por los fundadores del Estado ideal de Platón. El alma sometida al mundo de la opinión no puede desprenderse ella sola de la imaginación y de la conjetura, o de aquello que el mundo sensible ofrece al alma apetitiva. Necesita la ayuda de un alma ya liberada, es decir, que haya conocido las Ideas, que conozca el proceso de educación y la obligue a recorrerlo ( es decir, de un sabio). La educación es un proceso que debe hacer el alma ella misma pero no sola. La figura de Sócrates como educador está presente en Platón, y su idea de que la verdad se descubre en el ejercicio del diálogo. En el diseño de Estado justo de Platón, la educación de los futuros gobernantes es una educación guiada y diseñada para que cada uno cumpla la función que le corresponde dentro del Estado. Como la educación no es sólo un proceso de aprendizaje teórico, sino que supone una educación moral, la” liberación” se ve apoyada también por un régimen de vida especial ( el comunismo de bienes y de mujeres y niños para los futuros gobernantes) para aquellos que puedan practicar la dialéctica. - Exterior de la caverna. Representa el Mundo Inteligible, las realidades perfectas que constituyen la esencia y modelo del mundo sensible pero que existen de manera separada. El conocimiento del Mundo Inteligible supone la adquisición del verdadero conocimiento: la ciencia. En el mundo Inteligible se inspiró el Demiurgo para diseñar el Mundo Sensible, por lo que éste es solo una copia o imitación del Inteligible (igual que en el mito, los objetos del interior de la caverna eran imitaciones de los objetos del exterior). El exterior de la caverna tiene distintos elementos que representan la jerarquía existente en el Mundo Inteligible; las sombras y reflejos de los objetos del exterior simbolizan los objetos matemáticos (copias de las Ideas matemáticas), objetos inteligibles e inmutables, pero menos perfectos que las Ideas. Después están los objetos físicos del exterior, es decir, las Ideas matemáticas (como la idea de Circularidad), Más arriba (en un nivel más alto de realidad) está el cielo, con los objetos celestes (las Ideas superiores, como los valores estéticos y éticos). Finalmente el sol (la Idea de Bien, la Idea suprema). A este mundo llega el alma en la que domina su parte racional, liberada de la opinión y habiendo dominado las pasiones (el prisionero liberado de las cadenas que sale de la caverna). En el mundo inteligible (el exterior) es donde el alma encuentra la verdad para que, al tener que poner en práctica lo conocido (al volver el prisionero a la caverna) gobierne con sabiduría (vea con más claridad que los otros prisioneros). - Las sombras y reflejos en el agua de los objetos exteriores. Representan los objetos matemáticos, realidades inmateriales perfectas que forman parte del mundo inteligible. Su conocimiento constituye un ejercicio de pensamiento discursivo o dianoia, consistente en deducir conclusiones a partir de 10 hipótesis, utilizando imágenes en la demostración. Este tipo de conocimiento es propio de las Matemáticas. Se trata de un conocimiento que prepara al alma para afrontar la la inteligencia pura o conocimiento intuitivo de las Ideas, y obtener así la ciencia suprema: la Dialéctica. Igual que el prisionero recién salido de la caverna no puede aguantar la luz del sol y mirar los objetos tal como son en sí mismos, la razón en el uso de sus capacidades, tras abandonar la opinión, no puede todavía comprender la verdad del Mundo Inteligible y conocer las Ideas tal como son en sí mismas. El prisionero tiene que ver la realidad del exterior apoyándose en las copias que son sus reflejos, la razón tiene primero que ejercitarse en el conocimiento de los objetos matemáticos inteligibles apoyándose en imágenes que se asemejen a ellos. Las sombras y reflejos en el agua de los objetos exteriores son mucho más claros que el interior de la caverna, es decir, los objetos matemáticos son más reales que el Mundo Sensible, y por tanto más comprensibles. Pero son menos claros que los objetos mismos del exterior, es decir, son menos reales que las Ideas matemáticas. Poder realizar este nivel de conocimiento es indicativo de que no es la parte concupiscible la que domina en el individuo, sino la racional, garantía para ser un buen gobernante. En su utopía política, Platón establece que, los mejores de entre los guardianes, pasen 10 años estudiando Matemáticas (aritmética, geometría plana y especial, astronomía y armonía). - Las cosas del exterior, la luna y los objetos celestes. Representan las Ideas, en su organización jerárquica: las Ideas matemáticas (como la Circularidad, la Unidad…), valores morales y estéticos objetivos y universales (como la Justicia en sí, la Belleza en sí) que existen como realidades inteligibles fuera de la mente, y que forman parte del mundo Inteligible. Su conocimiento constituye el ejercicio de la razón en su uso dialéctico, una vez superada la etapa anterior (la dianoia). Se trata de un proceso racional en el que la razón prescinde de cualquier imagen sensible. En el proceso de intuición de la Idea Suprema, la Idea de Bien, las Ideas sirve de hipótesis, es decir, de “peldaños” para ascender al principio incondicionado que es el Bien. Las Ideas deben ser contempladas por quien quiera ser un gobernante justo. El sistema educativo de la utopía platónica establece que, tras los 10 años de estudios matemáticos, aquellos que muestren mayor inteligencia, porque en ellos domina la parte racional del alma, deben dedicar cinco años al estudio de la dialéctica, la ciencia suprema (el prisionero liberado debe mirar primero las sombras y reflejos de los objetos de la exterior de la caverna antes de poder mirar los objetos mismos). Ya que el alma nace con verdades innatas, pues estuvo contemplando las Ideas antes de caer al mundo sensible, conocer las Ideas (contemplar las cosas del exterior, la luna y los objetos celestes) no es más que recordarlas. Las Ideas son el modelo de las cosas (igual que los objetos del exterior de la caverna son el modelo de las cosas de la caverna), con lo cual su conocimiento capacitará al alma para comprender el mundo en el que se encuentra el ser humano. La comprensión total de las Ideas, de su orden, estructura y jerarquía, y la comprensión del mundo sensible, se produce de manera completa cuando el alma llega al conocimiento de la Idea de Bien (el prisionero llega a conocer el origen y naturaleza de lo que hay en el exterior y en el interior de la caverna cuando contempla el sol). 11 -El Sol del exterior de la caverna. Es la Idea de Bien, la Idea suprema dentro del mundo inteligible. Igual que el Sol en el exterior de la caverna es la causa de la visibilidad y de la realidad de todas las cosas fuera y dentro de la caverna, el Bien es la causa de que el resto de las Ideas puedan ser comprendidas y de su propia esencia y existencia (todas las Ideas son un tipo de Bien), y por tanto, de la esencia y existencia del mundo sensible. La contemplación de la Idea de Bien es el grado máximo del conocimiento dialéctico. La dialéctica tiene un momento ascendente, de intuición del Bien (cuando el prisionero, después de mirar los objetos y el cielo de noche, puede mirar directamente al Sol), y otro descendente, de deducción comprensiva de toda realidad inteligible y sensible (el prisionero deduce que el Sol es la causa del exterior e interior de la caverna). El conocimiento del Bien es el final de la parte teórica de la educación de quienes serán futuros gobernantes, un ejercicio constante de su alma racional que les capacita para después poner en práctica en el Estado (la caverna) lo que han aprendido, pues el conocimiento del Bien hace al alma sabia, prudente. - Bajada de nuevo del prisionero liberado al mundo de la caverna. Es la fase práctica de la educación del futuro gobernante. La preparación de quien será gobernante en la utopía platónica no se queda en la adquisición del conocimiento del Bien (la contemplación del Sol en el exterior de la caverna), sino que requiere su puesta en práctica, durante 15 años, para demostrar que, efectivamente, es su parte racional del alma la que dirige su vida. La caverna, como mundo humano, es el lugar donde transcurre la existencia de los hombres, y es allí donde el conocimiento del Bien resulta útil y ventajoso. Igual que la subida desde la caverna al exterior, desde la opinión al conocimiento, fue costosa y guiada por un alma ya liberada, la bajada del exterior a la caverna, del conocimiento de la realidad inteligible a la realidad humana donde reina la opinión, también lo es. Bajar a la caverna, aplicar lo conocido a la dirección de la vida personal y social es un deber de quien ha sido liberado de la ignorancia. - La ceguera al ascender hacia la salida de la caverna (encandilamiento, los ojos llenos de fulgores). Representa la falta de conocimiento claro según asciende el alma en la contemplación de niveles cada vez más superiores de realidad, la incapacidad de la razón para reconocer la verdad a la que es expuesta. Si la vista del prisionero es el conocimiento que ya posee el alma, la ceguera que va sufriendo el prisionero según pasa de las tinieblas de la caverna a la luz del exterior es la ignorancia o incapacidad de reconocer de momento la nueva realidad a la que se enfrenta el alma racional cada vez que supera un nivel de conocimiento, cuando la imaginación, las conjeturas, las creencias no sirven para comprender la nueva realidad, lo cual requiere de una adaptación de la razón a un nuevo tipo de ejercicio racional. Esta ceguera es vivida por el prisionero como desconcertante y penosa, es decir, la experiencia del desconcierto que experimenta quien, en el proceso educativo, debe abandonar la opinión y enfrentarse a un ejercicio racional que ignora hacia dónde le lleva, porque todavía no ha visto con claridad su objetivo (todavía está deslumbrado). Este tipo de ceguera, dice Platón, debe producir compasión en quien acompaña al prisionero, pues supone aún algún grado de 12 ignorancia. Esta ceguera recuerda a la experiencia de quienes se sometían a la mayéutica socrática: decían de Sócrates que era como una víbora (a juicio de Alcibíades) cuando iniciaba el diálogo con alguien, que emponzoña y no suelta a la presa, que obliga a "hacer o decir cualquier cosa"(la confusión hasta llegar al reconocimiento de la propia ignorancia). El desconcierto de quien se sometía al interrogatorio de Sócrates llevó también a comparar a Sócrates al pez torpedo, que da descargas eléctricas a quien se le acerca. Sócrates decía de él mismo que actuaba como una partera del saber, ayudando a que la verdad saliera a la luz, y para eso, era necesario actuar como un tábano para los ciudadanos atenienses, y como tal” despertándoos, persuadiéndoos, reprochándoos uno a uno no cesaré durante todo el día de posarme en todas partes” ( Apología de Sócrates) - La ceguera al descender a la caverna después de llegar repentinamente del sol. Representa la falta de práctica que tiene el alma que ya ha conocido la auténtica realidad ( la Idea de Bien) para reconocer inmediatamente en el mundo humano ( la caverna) los valores morales objetivos y universales que ha conocido tras el ejercicio dialéctico y poderlos aplicar. Quien ha sido educado para actuar como gobernante, tiene, tras la fase teórica de preparación, ocuparse de asuntos prácticos que pongan a prueba su firmeza y su sabiduría. En esta situación tiene que volver a “compartir” su vida con almas sin educación en la sociedad, almas que sólo conocen “sombras de justicia” pero no saben lo que es la Justicia en sí ni el Bien. Mientras que en el exterior de la caverna todo era claro y luminoso, en el interior de la caverna todo es confuso y oscuro, es decir, mientras que en el Mundo Inteligible todo era cognoscible, comprensible y verdadero, en el Mundo sensible, donde reina la opinión, todo es falto de verdad y de realidad. Esta ceguera no es ignorancia, y por eso dice Platón que hay que alegrarse de que esto ocurra, pues significa en el fondo que el alma ha alcanzado el conocimiento, que es sabia y prudente, aunque inexperta aún. - Persecución y asesinato del prisionero liberado por parte de sus compañeros. Representa la persecución y muerte de Sócrates por parte de sus conciudadanos atenienses. Platón consideraba que Sócrates era el prototipo de hombre sabio, el hombre más justo de toda Atenas, considerado un estorbo, condenado por quienes, sin conocimiento de la Justicia ni del Bien, y guiados por la opinión (los prisioneros sin liberar de la caverna), creyeron que Sócrates era un corruptor de la juventud, un impío. 3- SENTIDO DE FRASES IMPORTANTES DEL MITO DE LA CAVERNA - "La caverna tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz del exterior". La metáfora de la luz aparece en varios símiles de Platón para hacer referencia a la acción de la Idea de Bien como causa del ser y de inteligibilidad de toda la realidad. La luz, como en el símil del sol del libro VI es la inteligibilidad de la realidad, la verdad (la entidad por la participación en el Bien). Con esta frase Platón indica que el mundo sensible, aunque es distinto del mundo inteligible y existe de forma 13 separada, guarda una relación, una comunicación con el mundo inteligible pues toda la realidad participa de la Idea de Bien. El Demiurgo o inteligencia divina que forma el mundo, ordenó la materia caótica para formar el cosmos inspirándose en las Ideas como modelos de la realidad. Por otra parte, asimismo hace referencia a que el mundo sensible tiene la razón de su inteligibilidad no en él mismo, sino en el Mundo inteligible. Además, indica también que existe la posibilidad de ”transitar” de una dimensión a otra de la realidad (son dimensiones separadas pero no incomunicadas entre sí): Platón considera que el alma, afín a las Ideas, aunque esté encerrada en el mundo físico puede volver al Mundo Inteligible a través del ejercicio del recuerdo de la verdad contemplada antes de caer al Mundo físico, pues el contacto con el mundo sensible permite al alma que ha contemplado la verdad ejercer el recuerdo de lo que ya había contemplado. - "Los prisioneros están forzados, desde niños, a no mover las cabezas" Las almas sin educar en el conocimiento del Bien (los prisioneros) se hallan desde el principio de su unión con el cuerpo (desde niños) forzadas a no poder ejercer su función de conocimiento de las Ideas con su parte racional (la cabeza del prisionero), debido a que la información proveniente de los sentidos y las pasiones (las cadenas) proporcionan un mundo que se tiene por real, pero que no lo es de forma auténtica, y nadie se ha preocupado de sacarlos de esta situación de ignorancia. Es una situación forzada porque, por su naturaleza, el alma está destinada a poder contemplar la verdad (es de naturaleza afín a las Ideas, no al mundo sensible) - "La liberación de las cadenas y una curación de su ignorancia". Expresa lo que supone la educación en cuanto adquisición de conocimiento y perfeccionamiento moral: - la liberación de la cadenas es el abandono de la información sensorial como fuente de conocimiento, (lo cual tiene al alma “atada” a la opinión) y una liberación también de lo que ata a la parte concupiscible del alma al mundo sensible, hacia el cual tiende. Sin esta liberación de los apetitos irracionales no se puede ascender en el conocimiento y en la perfección moral. - una curación de la ignorancia, pues el conocimiento que va a conseguir el alma supondrá una purificación de ésta al liberarla del contacto con los sentidos corporales, y la ignorancia del Bien es vista como una enfermedad para el alma que impide que ésta lleve una vida moralmente sana (sabia y prudente: el intelectualismo moral es claro). Curarse de la ignorancia perfecciona al alma, la hace virtuosa, al permitir que la parte racional sea la que dirija la acción, y no la parte irascible o la concupiscible. 14 - (Al prisionero liberado dentro de la caverna) "Si se le fuerza la mirada hacia la luz misma, le dolerán los ojos, y se apartará, volviéndose hacia las cosas que podía contemplar". Al alma, una vez liberada de la imaginación y la conjetura, si se la obliga a pasar a un nivel de conocimiento más verdadero, de realidad superior, la creencia, experimentará este nuevo nivel de conocimiento como algo forzoso. Por costumbre, la facultad de conocer se ha empleado en imaginar, conjeturar. Lo habitual, aunque sea dañino para el alma, se ve como natural. Y lo natural en el alma, que es razonar, se experimenta como forzoso. Ante esta situación de exponerse a un nivel de conocimiento superior pero incómodo, la razón (los ojos) intentará volver a centrar su atención en aquello que le resulta cómodo reconocer: las sombras. Todo conocimiento supone esfuerzo. - "El prisionero es llevado a la fuerza, obligado a recorrer la áspera y escarpada subida, hasta arrastrarle a la luz del sol, por lo cual sufriría y se indignaría del trato recibido". La educación como camino de ascensión del alma hacia la Idea de Bien, abandonando la opinión, es un proceso difícil y vivido con indignación por parte de quien es educado, pues no es algo que el alma haría por sí misma, ya que está acostumbrada a la comodidad de la opinión (en el interior de la caverna, cuando el prisionero "adivinaba" la sombra que iba a pasar era premiado y elogiado), y no a la incomodidad de esforzarse en abandonar conocimientos falsos y adquirir los verdaderos. (Recuerda a la confusión, perplejidad, rabia de quien se enfrenta al Sócrates víbora, pez torpedo y tábano.” Sócrates-Platón” partera del conocimiento nos diría: para el dolor del aprendizaje no hay anestesia epidural que lo anule) - "El prisionero vería el sol y no sus imágenes en la aguas o en otro lugar, el sol mismo en su propio dominio y tal cual es lo que podría mirar y ver". Esta frase hace referencia a la contemplación directa de la Idea de Bien, en la fase ascendente de la dialéctica como ciencia suprema. El alma, con el ejercicio previo de su razón en el conocimiento matemático y en el conocimiento de las Ideas, realiza el proceso ascendente de la dialéctica llegando a la intuición del Bien, sin apoyarse en imágenes, es decir, a la contemplación directa de la Idea de Bien tal cual es. Bien ( Principio incondicionado) Ideas ( Hipótesis) 15 -"El prisionero que contempla el sol concluye que el sol produce las estaciones y los años y rige las cosas del mundo visible y, en cierto modo, es la causa de todas las cosas que ellos veían en la caverna". El alma liberada de la opinión, que ha superado la dianoia y ha pasado el primer momento ascendente de la dialéctica, lleva a cabo con su razón el segundo momento de la ciencia de la dialéctica: el momento descendente de la dialéctica: deducir a partir de la Idea de Bien intuida la organización de todas las Ideas, y la organización del mundo sensible, puesto que reconoce que la Idea de Bien es la causa de inteligibilidad y existencia tanto de las Ideas como del mundo sensible. Bien ( Principio incondicionado) Ideas Mundo sensible -" la Idea de Bien es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y en el ámbito inteligible es la señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público". La Idea de Bien es la causa de todas las cosas rectas (justas) y bellas, es la causa de exista el mundo sensible, cuyo astro principal es el sol. En el ámbito inteligible, en el mundo de las Ideas, es la causa de la inteligibilidad de las Ideas, de la verdad que son las Ideas (todas las Ideas son un tipo de bien, una realidad perfecta). Gracias a la Idea de Bien todo es inteligible, el Bien es causa de inteligencia (comprensión, conocimiento intuitivo), pues una vez que se ha captado la idea de Bien, se comprenden plenamente las otras Ideas y el mundo sensible como copia, participación o imitación del mundo inteligible. La Idea de Bien no sólo es la causa de la realidad y del conocimiento, sino que también es la causa de la virtud: quien tiene a la vista el Bien actúa con sabiduría en el ámbito de la acción moral y de la acción política. 16